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Jimin entró con cuidado en la habitación de su padre. Teniendo cuidado de no despertarlo si es que estaba durmiendo. Pero no era así, su padre estaba despierto.

Estaba sentado en la camilla portando solo una bata de hospital. Jimin se preguntó si no tenía frío, pues ahí dentro todo era realmente fresco, tenían aire acondicionado y la habitación olía a un fuerte alcohol que por un momento le revolvió el estómago.

—Lamento haber arruinando tu fin de semana con la familia Min, hijo.

Sin esperarlo, Jimin corrió hacia su padre y lo abrazó, cuidando no apretar muy fuerte o podría lastimarlo.

—No digas eso, papá. Siempre estarás primero tu.— Dejó un beso en la frente de su padre. Tal y como él solía hacerlo cuando Jimin era niño.

Era curioso como con el paso del tiempo los papeles se invertian.

—No me mires así. — Le pidió el señor Park a su hijo.

—¿Así cómo?

—Con lastima y preocupación. Salí bien de la operación, Jimin, solo debo descansar y estaré como nuevo. Así que no te preocupes por mi. Mejor preocúpate por ver cómo le pagarás a tu jefe.

Jimin alzó la vista, se acomodó en una esquina de la cama para hablar con su padre en una mejor posición sin molestarlo.

—¿Mi jefe?— le preguntó de vuelta.

—Si. Me avisaron que la operación y todos los gastos estaban pagados. Pero tú me habías dicho que aún no tenías el dinero, entonces supuse que tu jefe había accedido a darte un préstamo. ¿No fue así?

—No, papá. Hablé con él pero no me quiso dar el dinero — le explicó.

—¿Entonces como lograste pagar todo? ¿Tus amigos te ayudaron? Creí que habías dicho que no querías que nadie te prestará para no estar en deuda.

Si, así era, pero la persona que lo pagó no me preguntó. Eso pensó Jimin.

—La familia de Yoongi lo pagó. Y si, no quería estar en deuda con alguien porque sabía que tardaría mucho en pagarla. Pero ellos ni siquiera me preguntaron, no pude evitarlo.

El padre de Jimin se quedó en silencio. Le había sorprendido que la familia Min pagará, pero había habido otra cosa que lo dejó con dudas.

—Dilo otra vez— le ordenó a su hijo.

—¿Qué cosa?— Jimin no tenía a que se refería— ¿La familia de Yoongi…

—¡Ahí está!— exclamó su padre, dejando a su hijo desconcertado—. Cuando mencionas ese nombre, tu vista se nubla. ¿Pasó algo con Yoongi?

Jimin no entendía como su padre podía leerle el pensamiento, como podía deducir con una simple mirada lo que tenía.

—Me pelee con el. — Le dolía decir tan solo esas palabras. No quería estar peleado con Yoongi—. Cuando me enteré que su familia había pagado el hospital me enoje porque sabes que no me gusta deberle nada a nadie. Entonces me pelee con él.

—¿Solo eso? Por qué si es así solo debes decirle que no te sentiste muy a gusto con que ellos pagarán y que lo devolveras. Seguro entienden.

<Ojalá fuera así de fácil>

—No, papá, es que hubo algo más.— Contuvo aire, y comenzó a contar—. En medio de la pelea yo le dije que él no tenía derecho a pagar algo así porque no éramos nada.

Ante sus últimas palabras, sintió una tristeza enorme recorrer su cuerpo.

—Eran novios pero de mentira. ¿Entonces no son nada? ¿Ni siquiera amigos?

—Lo que pasa es que en estos días llegué a conocer tanto a Yoongi que no se bien lo que siento por él. El tiempo con él en casa de sus tíos nos hizo acercarnos mucho. Y de repente me encontré queriendo estar todo el día con él y… es más que un simple amigo.

—¿Quieres decir que lo quieres? ¿Lo quieres como una pareja romántica?— La pregunta que su padre le hizo, él se la había hecho muchas veces en los últimos días, pero no encontraba respuesta.

Recordó todo lo que habían pasado, desde que lo conoció en la sala de castigo, las veces que lo había llevado en moto. Cómo se sentía protegido entre sus brazos, la calidez que invadía su cuerpo al estar junto a él. Las ganas de besarlo esa vez en el lago y en su habitación. Recordó todo eso, y su corazón le afirmó que por fin tenía una respuesta a esa pregunta.

—Si, yo lo quiero. Lo quiero de esa manera.













La señora Min le había dicho a su familia que Yoongi se sentía mal y que iba a estar en su cuarto un rato. Había descubierto que el noviazgo de su hijo con Jimin era mentira, pero no quería que los demás lo supieran. ¿Ñor qué? Porque ella sabía que había algo ahí, era imposible que solo estuvieran fingiendo.

Subió a la habitación de su hijo mayor, entró sin tocar. Lo encontró acostado en el colchón, no llorando, pero si con una expresión de tristeza inmensa.

—¿Quieres hablar, cariño?— le preguntó suavemente. A pesar de que a veces lo regañaba, le gritaba o le hacía enojar, era su hijo y en esos momentos el chico necesitaba a su madre.

—¿Ya lo sabes todo, no? ¿Por qué no estás enojada?— La voz ronca de Yoongi demostró que había estado llorando, pero ya había parado.

—¿Debería de enojarme? Yoongi, aunque no lo creas soy muy inteligente. Se por que lo hiciste.— El rubio se sentó en la cama para escuchar mejor a su madre—. Tu padre y yo te habíamos puesto un trato muy egoísta. Te dijimos que solo aceptaríamos tu homosexualidad hasta que nos presentarás a un novio. Y estoy muy arrepentida de eso porque fue una tontería. Pero se que si tú y Jimin se hicieron pasar por novios fue para cumplir aquello y que te aceptaramos. En todo caso, yo soy la que debe pedirte perdón.

Yoongi se dio cuenta de lo maravillosa que era su madre.

—Gracia, mamá. Pero ahorita estoy así por otra cosa. Jimin y yo estábamos peleando y me dijo que no éramos nada. Eso me destrozó porque en estos días yo creía que teníamos algo…

—¿Estás seguro de que lo que Jimin dijo era verdad?— preguntó con cautela.

—¿A qué te refieres, mamá?

—Bueno— comenzó a explicar—. Dices que estaban peleando y normalmente cuando la gente está enojada dice cosas que no son ciertas.

El rubio lo pensó por un momento ¿había una posibilidad de que Jimin solo lo hubiera dicho por qué estaba enojado?

—Aun si fuera así, ¿Que somos? ¿Amigos? Mamá, yo estoy confundido y no se lo que realmente quiero con Jimin. Pero si Jimin no quiere nada de eso, ¿qué puedo hacer?

La mamá de Yoongi lo miró con ternura. Recordaba cuando ella tenía esa edad, los problemas amorosos eran difíciles para los adolescentes.

—¿Tu crees que Jimin quiere ser algo más que tu amigo?— El rubio negó—. Mi amor, tu no viste como te mira?

—¿Cómo me mira?

—Te mira con amor, Yoongi. De la misma forma que tú lo miras a él. Ustedes se pueden repetir una y mil veces que solo han estado fingiendo, pero esas miradas los delatan. Dime algo Yoongi. ¿Esos abrazos, esos momentos en el lago, esos toques, eran falsos?

No sabía que responder. Se detuvo a pensarlo un momento.
Los momentos al lado de Jimin, como su corazón se aceleraba al tenerlo cerca. Cómo sus manos picaban por sostener su cuerpo con fuerza.

No, eso no era falso.

—¿Y bien?— inquirió su madre nuevamente—. ¿Descubriste algo?

—No puedo dejarlo, lo quiero demasiado.
















El cerebro de Jimin se había detenido, ¿Cómo había estado tan ciego? Quería a Yoongi, lo queria de verdad. Y le había gritado hasta destrozarle el corazón. Se paró rápidamente de la cama observando a su papá.

—¡Lo quiero! Yo quiero a Yoongi papá. No como un amigo, como algo romántico, como una pareja.

—¿Y que piensas hacer al respecto?— preguntó su padre.

—Tengo que ir con el… y arreglar las cosas. Papá, prometo volver, solo tengo que ir a ver a Yoongi.

No tenía la menor idea de dónde podría estar Yoongi. Por las prisas dejó su celular en la casa de los señores Cha, y no tenía ni un medio de comunicación para ver dónde estaba el chico. Solo sabía que debía encontrarlo.

—¡Espera, hijo!— gritó el señor Park a su hijo para decirle algo. Pero era tarde, Jimin había salido corriendo de la habitación—. Esta por caer una lluvia —susurró para si mismo, pues Jimin ya no lo escucho.


















—Todo este tiempo me ha gustado, y no lo había visto… ¡Mamá, gracias por ayudarme a darme cuenta!— La señora Min sonrió, enternecida por la manera de actuar de su hijo.

—¿Y que haces cuando te gusta alguien?— inquirió. Yoongi se quedó un momento en silencio.

—Luchas por el — contestó—. Mamá, debo de ir a buscar a Jimin, seguro está todavía en el hospital, no tardó.

Yoongi se levantó de un salto de la cama y corrió hacia la puerta. Debía ir tras Jimin.

—¡Yoongi, espera, llévate un paraguas que va a llover!— Para este punto, Yoongi ya había bajado las escaleras a toda velocidad, y estaba saliendo por la puerta sin prestar atención a las miradas confundidas de su familia. Así que no escuchó lo que su madre le dijo.


















Jimin y Yoongi sin saberlo estaban corriendo para encontrarse. La lluvia que sus padres les habían advertido que caería ya estaba ahí. Sus ropas estaban empapadas, pero eso no les impedía seguir corriendo para buscar a al otro.

Ambos chocaron, ya que venían en direcciones totalmente opuestas, justo para encontrarse a mitad del camino. No vieron con quién chocaron, solo se disculparon sin prestar atención.

—¡Lo siento!

—¡Lo siento!

Al escuchar la voz del otro, levantaron la vista. Se encontraron con los ojos contrarios, ambos con un brillo resplandeciente que solo aparecía cuando veían al otro.

—Yoongi— susurró el más bajito.

—Jimin…

Ambos se habían detenido a la mitad de una acera, la lluvia caía sobre ellos en demasía y les dificultaba ver. Parpadean continuamente para mejorar su visión, abrían y cerraban la boca tratando de encontrar palabras que decir.

Pero en ese momento las palabras no eran necesarias.

—Lo siento, yo no…— dijo Jimin en voz baja.

—Lo se, no digas nada.

Y de un movimiento Yoongi tomó a Jimin del cuello y lo atrajó hacia él. Juntó sus cuerpos y sin esperar un segundo junto sus labios con los ajenos.

Jimin se sorprendió, pero no dudo en corresponder el beso, movió sus labios al mismo compas que los de Yoongi.

Era un beso que no podían describir, había deseo en el. Hasta ese momento ni se habían dado cuenta de cuánto querían besarse. También había dulzura. Yoongi sostenía a Jimin sin aplicar, mucho fuerza, del cuello, mientras Jimin colocaba sus manos en la cadera del contrario.

Degustaban sus bocas, disfrutaban de aquel contacto que tanto hablan deseado. Los labios se Jimin se movían con agilidad sobre la boca agena.

Se volvió un beso desesperado, el ritmo aumento y Jimin se sintió en el cielo mismo cuando la lengua se Yoongi entró a su boca. Le gustaba tanto besarlo. Ese chico rubio era el maldito paraíso.

Cliché número 5 de la lista de Jimin que más odia: Que el beso más esperado sea único.
Beso mágico.

...
Quería poner más drama antes de que se reconciliaran pero no me gusta hacer sufrir a mis personajes. Tengo un corazón de pollo😔.

Pensé mucho que tipo de beso sería el más cliché, ¡El beso bajo la lluvia me pareció el indicado!

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