Un pálido sonrió al ver como poco a poco miraba la luz, había sido muy cuidadoso a la hora de mover las piedras y escombros, pues un mal movimiento y todo se iba a derrumbar sobre ellos. Aunque para él, era difícil de creer que la forma en la que cayeron nada los hubiera aplastado o que justamente estaban debajo de la bodega de alimentos.

—Creo que en este espacio podemos salir. —mencionó el pálido.

—¿Lo cree hyung? —hablo Jimin.

—Sí. —movió una piedra más. —te sacaré a ti primero.

—Está bien hyung. —dijo.

Yoongi preparó una pequeña mochila y puso lo que pensaba necesario en esta, ya que no sabía cómo estaba la situación afuera y lo mejor era prevenir. Cuando tuvo listo todo ayudó a Jimin a levantarse y a salir del lugar, este se quejó por el dolor de su pierna y como pudo se arrastró un poco para darle espacio a su hyung para que este saliera.

—¿Estás bien Jimin? —le pregunto para sacar la mochila.

—Sí, hyung. —dijo.

—Bien, allá voy. —hablo mientras trepaba.

Cuando salió tomó la mochila y cargo a Jimin para ver el lugar, estaba destruido y no parecía haber ninguna señal de vida. Ambos miraban cada espacio buscando alguna persona, pero no había nada, Jimin y Yoongi se dirigieron al estacionamiento para ver si había un método más práctico para poder transportar a Jimin por su pierna rota.

—Todo parece apocalíptico. —mencionó Jimin.

—Ni lo digas. —hablo Yoongi.

Ambos se detuvieron al escuchar un ruido, Yoongi bajo con cuidado a Jimin para ver qué se trataba y vieron una extraña criatura que se movía por los alrededores, esta desprendía un fuerte aroma a azufre que los estaba mareando.

—Yoongi. —murmuró Jimin.

Yoongi miró al menor al cual le estaba sangrando la nariz y sus ataques de epilepsia comenzaron, el pálido ayudó a Jimin para que el ataque no fuera tan fuerte o se lastimara. El pálido miró como la criatura se acercaba a ellos y este no sabía qué hacer, cuando la criatura estaba cara a cara a ellos, Yoongi solo cerró los ojos abrazando con fuerza a Jimin.

Pero este sintió como Jimin se movió y cuando abrió los ojos vio al menor de pie y con un pedazo de hierro había decapitado a la criatura.

—Jimin. —dijo sorprendido.