☄️ Capítulo 1.

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Reinado de Wynneldra, Territorio Elfo.
Solsticio de invierno.

Para la reina Epione se sentía emocionada al dar a luz a su primer bebe, para ella era un milagro quedar embarazada, y el gran día había llegado.

En cambio un rey se mantenía ansioso y preocupado por su esposa cuya puerta se mantuvo cerrada impidiendo que él entrara. Solo estaba la anciana y partera con años de experiencia en traer a elfos.

—¿¡Cuanto falta Fhalla!? —Gritó adolorida la reina.

Las sábanas y su ropa de dormir, estaban impregnadas de sudor que adornaba cada centímetro de su cuerpo.

—Solo espere, reina. —Dijo la partera tranquilizando con una voz dulce pero segura ante sus palabras.

Fhalla sabía que algo no iba bien con el bebe o venía con complicaciones que repercutirá a futuro o bien el bebe nacería, pero muerto.

Fhalla intentaba ganar tiempo, pero se sorprendió por las palabras de la reina.

—Fhalla, ¡maldita sea, dime la verdad! ya no aguanto más por el dolor… ¿el bebe viene bien? —Preguntó Epione.

Fhalla cierra sus ojos.

Ella iba a decir la verdad cuando el rey Theron abrió la puerta de una patada, acto seguido se arregló sus largas ropas y fue hasta su señora.

—¿¡Qué está ocurriendo Fhalla!? y diga la verdad, es una orden —Exclamó Theron con una mirada que hacía temblar a cualquiera.

Él rey era muy pacifico, tranquilo en su toma de decisiones, pero su paciencia tenía un límite ante situaciones de extrema urgencia. Y esta era una de ellas.

La anciana tembló un poco por la elevación de las palabras de su querido rey, pero cerró por un momento sus ojos, mentalizando que es lo que iba a decir y luego los abrió.

—Su bebe viene con complicaciones —Comentó. He tratado de sacar al bebe más de media hora no quiero darle falsas esperanzas, es por eso que quería tranquilizar a su majestad, pero ahora que está usted, rey Theron logrará calmar a su amada, haré todo lo posible para salvarlos.

Theron quedó estupefacto, debía hacer algo pero ya el tiempo corría pero no a su favor, necesitaba tranquilizar a su esposa.

Como pudo tomó su mano, y comenzó a generar la conexión que tenían desde que eran niños, buscando a su esposa en los pasajes y recuerdos que habían formado, encontrando la conexión perfecta y al abrir sus ojos, ambas coronas brillaron dando una luz dorada.

Epione abrió sus ojos, teniendo un semblante tranquilo pero su respiración agitada.

Theron se tranquilizó al ver a su amada más tranquila. La conexión estaba dando sus frutos.

—Bien reina Epione, cuando yo le diga empuja —Anuncio Fhalla.

Ella asiente, apretando un poco las ropas de su esposo, sus piernas temblaban por mantenerlas un buen rato en el aire, se sentía agotada, pero no se rendiría, quería que su bebe naciera y estuviera en su mundo.

—¡Empuje reina Epione!

—¡Empuja querida!

Ella empujó con todas sus fuerzas incluso  en el proceso exclamó adolorida. En su rostro se reflejaba cuanto era el sufrimiento que estaba sintiendo.

Estiró su cabeza hacia atrás, haciendo que en el proceso la corona se cayera al piso haciendo eco en la habitación.

Fhalla sacó al bebe limpiando los restos de sangre, pero aquella mujer de años en su labor trayendo elfos, quedó anonadada con lo que estaba viendo. El bebe no lloró.

—Es una niña, pero… —Dijo Fhalla sin terminar la frase. —¡Necesitamos ir, pero ya la guarida de Dyhy!

Los reyes quedaron anonadados por las palabras de la partera, sin titubear y como pudo la reina Epione se levantó, pero sin mucho éxito, ya que cayó de bruces al suelo.

—He quedado sin fuerzas querido…

Alarmada y preocupada Fhalla le dio a la pequeña criatura al rey, quién primerizo la sujetó como pudo, pero al verla de cerca, se preocupó enormemente.

Su hija venía de un color rosado, y ellos eran de tez pálida, ella no se movía y aunque había heredado el cabello de su madre de un color azabache.

Sentía que su hija, no duraría mucho tiempo viva.

Fhalla comenzó a recitar palabras en un idioma muy antiguo, más antiguo que el dialecto de los elfos, hizo movimientos con su cuerpo y al final se sentó en sus propias piernas haciendo una devoción hacia algo.

De forma inexplicable el reino comenzó a temblar haciendo que el rey instantáneamente protegiera a su familia, se agachó estando al lado de su esposa para que ella viera a su hija y creó un campo de fuerza para protegerlas.
Epione abrazó con una de sus manos a su esposo y con la otra ayudaba a su esposo a sujetar a hija sin hacerle daño.

Casi de forma instantánea apareció una criatura que no era de este mundo, era un hombre, no, más bien era un gigante.

Theron al verlo se sorprendió, era al dios que profesaban y adoraban, Crius.

—¡Crius! Dios de las constelaciones —Dijo Fhalla.

—No digas nada mi querida intérprete y leal sirviente. —El gigante miró a Fhalla.

Ella se calló abruptamente y luego asintió.

Crius llevaba una corona de estrellas en su cabeza, ojos amarillos, cabello plateado y a la vez cortó que combinados hacían que te enamoras de su extrema belleza.

Crius miró a la criatura que estaba en los brazos del rey elfo, fue hasta él quedando a la misma altura que él, no dijo ninguna palabra sólo miró a la pequeña criatura indefensa y con un solo movimiento hizo que aquella manta comenzará a moverse y llorar.

Crius no dijo nada más, dio un leve asentimiento a Fhalla y como si fuera una estrella fugaz desapareció dejando al reino de Wynnlendra en completo silencio.

La reina Epione observó a su pequeña hija, la bebe al sentir la mirada de su madre abrió sus ojos. Sus ojos eran de una tonalidad extraña, eran rosados.

Los reyes quedaron estupefactos, usualmente los ojos de los elfos eran azules o celestes.

Su hija era muy peculiar, pero era su bebe y había nacido gracias a la bendición del dios Crius.

La pequeña se rió al ver sus padres, mientras movía sus pies y manos, daba una sensación de que estaba saludando.

Era su primera risa. Aquel gesto había sorprendido a los reyes elfos y de manera casi instantánea, el cabello de su hija se tiñó de algunos mechones blancos y su piel volvió a la normalidad.

—Te llamaremos Tyrell —Comentó la reina Epione.

Theron asintió muy feliz, derramó una lágrima.

Ya que la felicidad de ser padre era inmensa.

Tyrell volvió a reír provocando que la risa se volviera un enorme eco en el palacio haciendo que se extendiera por los demás reinos llegando hasta lo más lejano de Issendar.

Había llegado hasta a una humilde cabaña en lo más espeso del bosque.

—Ya ha nacido. —Comentó una voz femenina. —No te detengas Shaka. —Empuje, ya falta poco señora.

Aquella joven, le daba ánimos a su amiga quien estaba en labor de parto también, ella empujaba con todas sus fuerzas, hasta escuchar el llanto de su bebe.

La joven arropa al bebe con cuidado ya que comenzó a llorar y a moverse.

—¡Es un niño!—Exclamó la joven con una sonrisa.

Ella se lo da y con una enorme sonrisa Shaka lo sostiene.

—Bienvenido mi pequeño vampiro, te llamaré Caelum.


Muchas gracias Brujix por acompañarme en esta nueva aventura, realmente es un nuevo proyecto con fusión de vampiros más fantasía
Que son los dos géneros que amo ✨

Espero que les haya gustado el primer capítulo

Los leo brujix

—Se despide Sel 🌙

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