01.- Jeremiah

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Hola lector y bienvenido o bienvenida al mundo creado por mi cerebro. Si es el primer fic de mi autoría que lees, relectura o cualquier otra situación, el mensaje es el mismo, por favor, abstente de solicitar fechas de actualización y/o de dejar mensajes de "actualiza pronto" y demás variantes del mismo mensaje. No solo es molesto sino que he tenido que ocultar mis fics durante prolongados periodos de tiempo para evitar esos mensajes, negándole a otros usuarios la oportunidad de leer mis trabajos.

Imagina esto como si hicieras un pastel. Te tomo tiempo, esfuerzo y lo sirves a alguien. Esta persona te dice que es delicioso, que tienes talento en la cocina y te sientes feliz. Inmediatamente, esta persona te dice que para cuando el otro pastel. La primera vez no te parecerá raro, finalmente le gusto tu pastel y es lógico que quiera otro. Pero cada que le das pastel, pide otro, y otro, y otro. Después de un tiempo evitas mencionar siquiera la palabra "pastel" y hasta contemplas jamás volver a hornear, ni siquiera tostar pan.

Imagina eso multiplicado.

Así es como me siento ya con los mensajes de "actualiza por favor". Fueron agradables al principio, pero se transformaron rápidamente en algo desagradable, así que, tomando este contexto, no te diré que no dejes un comentario sobre el fic, sobre si te gusta o no, sobre qué te pareció la historia, y otras cosas que se te ocurran, pero por favor, por amor a las musas o musos, abstente de dejar mensajes de "actualización". Piensa en si tu escribieras, ¿te gustaría que cada día, varias veces al día, leyeras estos mensajes que parecen más una orden que un mensaje de apoyo?

Saludos, y espero disfrutes lo que piensa mi cerebro.

SilverGreen

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Monstruo estaba buscando entre la basura de los vecinos. Desde que sus tíos habían instalado los seguros para animales, él no podía buscar restos de comida en ellos. No es que no lo alimentaran, sino que la comida era apenas lo suficiente. Era más bajo que todos en su clase, lo que era tanto una bendición como una maldición.

Recién había empezado el jardín de niños cuando su primo ya había formado una pandilla y gustaban de perseguirlo hasta dejarlo exhausto y era cuando aprovechaban para patearlo. Había cumplido recién los cuatro este verano y odiaba ser tan pequeño, odiaba dormir en el armario y odiaba más que nada vivir con los Dursley.

La maestra de su clase ni siquiera se sabía su nombre y para él sonó como Harold o Gerald o Jerry, algo así. Dudley siempre lo llamaba fenómeno y sus tíos monstruo. Monstruo le gustaba como nombre. Los monstruos eran aterradores y llenos de garras y dientes filosos y pelo, nadie se metía con ellos, o al menos, los que intentaban matarlos siempre tenían problemas para hacerlo y se llevaban una o dos heridas como mínimo.

Sonaba bien ser un monstruo.

Nada que hacer, la basura de sus vecinos no serviría, así que Monstruo se dirigió hacia los botes grandes del parque. Luego de revisar por unos minutos, encontró un sándwich apenas masticado, y estaba fresco, así que el pequeño lo devoro y tomo toda el agua que pudo del bebedero.

El nombre de este pequeño era Harry Potter y vivía con sus tíos y primo, los Dursley. Los Dursley lo despreciaban de sobremanera y se negaban a llamarlo Harry, de ahí que el pequeño desconociera su nombre y ubicara su persona con los seudónimos Monstruo y Fenómeno.

Harry estaba bastante feliz luego de haber comido ese sándwich, y fue más feliz luego de encontrar una verdadera joya en el contenedor. Había encontrado un nuevo amigo.

El peluche de pingüino estaba sucio, pero entero, así que Harry lo lavo lo mejor que pudo con el agua del bebedero y espero escondido en los arbustos a que su nuevo amigo estuviera seco. Era mediodía y el sol estaba en pleno, así que su amigo estaba seco en tiempo récord.

Animado por la comida y el encuentro del peluche, Harry iba caminando hacía su "casa" sin saber que un solo hecho iba a cambiar toda su vida y la de otros por completo.

Dudley, por azares del destino, se encontró con su primo en la puerta antes de que este entrara.

—¿Qué traes ahí fenómeno? —Dijo el obeso niño, haciendo una perfecta imitación de un cerdo Duroc en su adultez, excepto que era un niño de cuatro años sobrealimentado. Incluso su nariz era bastante parecida a la de un cerdo.

—Nada—Dijo Harry rápidamente, escondiendo detrás suyo al peluche recién rescatado.

Dudley no iba a tener eso por respuesta, así que con un golpe, le saco todo el aire del estómago a su pequeño y escuálido primo y observo el peluche en mal estado. Era una basura para cualquier ojo apenas observador, pero Dudley era ese tipo de niño que no soportaba que nadie más tuviera algo que él no. Mucho menos su fenómeno primo. Agarro el peluche y observo el horror en los ojos del otro niño. Entonces Dudley tuvo una idea espantosa, y empezó a tirar de la cabeza del peluche.

—Creo que podemos compartir esta cosa, primo. ¡Yo elijo lo de arriba! —Dudley observó el horror de Harry, pero al contrario de su observación inicial, el peluche tenía costuras muy fuertes y la cabeza no se desprendía.

—¡NO! —Harry solo estiro sus manitas de forma instintiva y su primo se estrelló contra la puerta de la casa que estaba a un metro de ambos.

La cabeza del niño obeso golpeo con fuerza pero solo quedo inconsciente. Sin embargo, el golpe alertó a su tía y está salió rauda a ver que había causado el hecho. Harry se había acercado a su primo y primero puso a resguardo su nuevo amigo, seguro de vuelta en sus brazos, antes de verificar la salud de Dudley. En opinión de Harry, estaba bien, seguía respirando, e incluso, sus ojos parecían querer abrirse.

Su tía apareció en la puerta y primero miro con desgrado a Harry, pero fue cuando vio a su hijo levantándose del suelo y sobándose la cabeza, que su mirada paso de desagrado a asesina en segundos.

—Tú, ¡Monstruo! ¿Cómo te atreviste a usar tus anormalidades en mi hijo? —Petunia acusaba a Harry de usar sus "anormalidades" hasta cuando hacía el jugo en el exprimidor eléctrico, pero esta vez había tenido algo de razón, solo que jamás le había dicho a Harry cuales eran sus anormalidades.

Petunia agarró al niño del brazo, pero él ya había visto esa mirada antes y tardo días en sanar sus heridas del cinturón y sus piernas aun temblaban donde su tío le quebró el hueso, así que su máximo deseo fue zafarse de su tía y pareció funcionar, ya que su tía parecía que había recibido una descarga eléctrica o algo así, porque lo soltó profiriendo un grito.

Harry miró a su tía y primo y decidió, a sus escasos cuatro años, que ya no valía la pena seguir a su lado. Siempre tenía frio, apenas lo alimentaban y los golpes eran muchos por cosas muy raras que él apenas recordaba haber hecho (y que en realidad nunca pasaron), pero que sus parientes insistían en que eran su culpa, como la vez que Vernon chocó el auto o la ocasión que Dudley fue correteado por un perro, aunque Harry estaba encerrado en su alacena esa ocasión.

No, Harry decidió que no debería seguir ahí y tomó una decisión que iba a afectar a más de una persona a futuro, aunque él no podía saberlo en ese momento. Huyó de ahí, corriendo tan rápido como podía, abrazando con fuerza el peluche que inició todo el conflicto y con lagrimitas corriendo por su rostro. Podía oír los pasos de su tía persiguiéndolo y gritándole que se detuviera, que tenía que ser castigado.

No, no más castigos, no más alacena, no más pan duro y agua, no más observar cómo Dudley siempre rompía sus tesoros, ni su tío pegándole cada que se le antojaba, ni su tía quemándole la mano sobre la estufa cuando hacía algo "anormal", y que seguía sin saber qué era lo anormal en él.

Harry corrió y corrió y finalmente vio su salvación. En la tienda de abarrotes que estaba saliendo de Privet Drive, estaba un camión de repartos, y su cajón de carga estaba abierto, había personas pasando frente a él y su tía se empezaba a oírse lejana. Ya había una distancia donde podía verlo pero no perseguirlo, así que Harry tomo la segunda decisión importante en su vida y se trepo al vehículo, escondiéndose detrás de una caja muy grande y pesada.

Su tía no pudo ver donde se metió y pasó de largo el camión, y fue cuando la puerta fue cerrada, Harry estaba en pánico y empezando a arrepentirse de haber huido pero una parte de su mente le decía que estaría mejor lejos de ese lugar.

Harry supero su miedo y pánico inicial y empezó a explorar el lugar. El camión repartía víveres obviamente, así que Harry tomó un plátano que asomaba por una caja y se lo comió con ganas. Luego encontró una naranja y la pelo con sus manos, gimiendo con gusto al sentir el jugo de la fruta deslizarse por su garganta. Fueron como tres frutas después, cuando Harry, rendido por el estrés, el miedo y la carrera por su vida, empezó a sentirse soñoliento y se quedó dormido en una caja que parecía tener bolsas de algo suave.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Harry ahora estaba corriendo por su vida, por segunda vez ese día. Los conductores del camión lo encontraron un par de horas después, y Harry supo por lo que estaban hablando, que ahora estaban en Londres, en algún punto de Covent Garden. Los empleados fueron muy amables y le dieron un sándwich que Harry comió con ganas mientras seguía apretando el peluche de pingüino contra sí.

Los hombres discutían si sería mejor llevarlo a la policía o a Servicios Infantiles. Harry estaba bastante feliz mientras comía su sándwich y ya lo acaba de terminar cuando uno de ellos dijo que sería mejor Servicios infantiles, ya que ellos tenían registros de huellas y podrían tener una mejor oportunidad de regresarlo a su hogar.

Harry escucho esto y empezó a alejarse de los hombres, y antes de que ellos pudieran alcanzarlo, Harry ya había echado a correr nuevamente. Corría tan duro como podía y entró en un lugar oscuro y raro, donde había humo de cigarro y gente vestida de forma extraña. El niño se escondió debajo de una mesa y observó cuando los hombres entraron al local y dieron su descripción.

Harry estaba con los ojos fuertemente cerrados, apretando el ceño y pensando que quería parecerse a alguien más. Milagro de milagros, pareció funcionar, ya que su cara cambió y su cabello antes negro ahora era rojo, incluso su cicatriz desapareció y ahora había piel lisa y tenía algunas pecas. Harry no lo sabía, pero sintió que algo era diferente en él cuando sucedió el cambio. Solo sus ojos permanecieron de color verde brillante.

Los hombres continuaron su caminó y Harry salió de su escondite. Nadie aquí parecía prestarle atención y empezó a deambular en el recinto. Parecía un pub, Harry había tenido que acompañar a su tío a uno, ya que la tía Petunia le había prohibido beber en la casa y Vernon quería beber, pero no quería privarse del placer de maltratar a su sobrino, así que lo llevó con él. Esa ocasión fue tranquila porque Vernon cayó dormido de borracho y el cantinero le dio de cenar y beber y lo dejó dormir en uno de los sillones. Harry recordaba muy bien cómo se veía un pub, aunque este parecía mucho, mucho más viejo que aquel otro pub.

Aun cuando nadie le prestaba atención, Harry se sentía aprehensivo y empezó a caminar, buscando otra salida que no fuera la puerta principal, los hombres podían estar afuera esperándolo, así que caminó hacía la parte de atrás del pub. Para su desgracia, detrás del pub solo había una pequeña zotehuela y Harry resopló, tendría que intentar escapar por el frente, pero decidió que descansaría un poco, dándole tiempo de esperar a que los hombres se fueran si es que estaba esperándolo afuera.

Harry se recargo en la pared y deseo con todas sus fuerzas encontrar un lugar donde pertenecer. No conocía a sus padres, ya que la tía Petunia le había dicho que habían muerto en un accidente de auto y que habían estado borrachos. Harry los extrañaba como todo niño huérfano, pero sin sentir un afecto real por ellos. Antes de que Dudley empezara a alejarlo de otros niños en el Jardín de Niños, había logrado platicar con un niño que le dijo que su mamá lo había adoptado. Como pudo, este niño le dijo que él era hijo de otros papás, pero que ellos no lo habían querido y sus nuevos papás lo había adoptado, es decir, firmaron algo que lo hizo su hijo.

Harry deseaba eso, una familia para él. Aunque solo fuera una mamá o papá. No era necesario que fueran los dos, con uno le bastaba, solo quería alguien que lo amara, un lugar donde pudiera ser él.

La pared detrás de él empezó a moverse rápidamente y Harry cayó de espaldas. Con toda la dignidad que un niño de cuatro años podía poseer, se levantó y sobo las partes adoloridas y entonces pudo verlo. Había caído por un agujero en la pared, que hasta hace unos segundos no estaba y frente a él, había un callejón lleno de maravillas allá donde alcanzaba a ver.

Había más personas vestidas de esa forma extraña, con vestidos largos y sombreros puntiagudos. Lechuzas volaban por todo el lugar e incluso había un murciélago a plena luz del día estirando sus alas frente a una tienda. Se parecía un poco a las imágenes de mercados medievales que una ocasión vio en una televisión que estaba frente a la tienda de abarrotes de Privet Drive.

Había un local que vendía animales, gatos, serpientes, lechuzas, cuervos y serpientes, a Harry le gustaban las serpientes y estas parecían entenderle cuando les hablaba, y encontró muchas cuando desmalezaba el jardín de la tía Petunia. Más allá, había una heladería y por allá, se alcanzaba a ver una librería de ángulos algo torcidos en su fachada. Fue entonces que vio una tienda que tenía toda clase de frascos con contenidos desagradables y Harry se acercó curioso.

Estaba tan embelesado que no notó cuando choco contra dos hombres que estaban comprando en el local. Uno de ellos le gruño pero se quedó congelado al verlo, el otro estaba viéndolo con interés casi científico. Harry aún tenía la apariencia de un niño pelirrojo con pecas y ojos verdes. El hombre que le gruño era alto, de cabello negro largo y nariz ganchuda y ahora lo observaba con fascinación, mientras el otro hombre era rubio, también de cabello largo, pero aún más largo que el otro y parecía algún tipo de noble, como los de esas películas románticas que le gustaba ver a su tía, de hombres a caballo que llamaban a las chicas "Mi lady".

—Bueno, bueno. Qué cosa más interesante tenemos aquí Severus—Dijo el hombre rubio, por lo que Harry intuyó que el hombre de cabello negro era Severus, que nombre más raro—Y dime pequeño diablillo, ¿Dónde están tus padres? —.

Harry miró de uno a otro hombre y decidió que podía contestarles eso al menos—No tengo señor, están muertos—.

Severus frunció el ceño—Eso es lamentable. Y dígame jovencito ¿Cuál es su nombre? ¿Hay alguien a quién podamos acudir para que venga por usted y lo lleve a su casa? —.

Harry entró nuevamente en pánico y empezó a correr pero Severus no iba a tener nada de eso, lanzo un Petrificus Totalus y tomó al niño del brazo mientras cancelaba el hechizo. El niño ahora estaba aterrado y Severus sintió que una descarga eléctrica lo golpeaba en la mano, pero no era peor que la mordida de algunas serpientes que había ordeñado por su veneno, así que aguanto la oleada de magia salvaje.

—Al menos sabemos que no es un muggle perdido Lucius—Dijo Severus.

El rubio, ahora Lucius, se puso en cuclillas, para estar más a la altura del niño—Está bien pequeño, es evidente que no quieres regresar a tu casa ¿Quieres decirnos por qué? —.

—¡Me pegaban! —Gritó Harry y empezó a llorar. Lucius, que era padre, tenía más experiencia con niños que estallaban en llanto y abrazó al pequeño mientras este lanzaba una diatriba—Duddy quiso quitarle la cabeza a mi amigo—Por como el niño abrazaba al peluche, Lucius supo quién era el amigo—Luego mi tía dijo que pagaría por usar mi anormalidad en Duddy, yo no quise, solo quería que dejara en paz a mi amigo y corrí, siempre me pegan, mi tía y mi tío, no me dan de comer, duermo en la alacena y siempre tengo frío y miedo ¡No me hagan volver! Los hombres del camión dijeron que me llevarían a algo llamado Servicios Infantiles—.

El pequeño temblaba de miedo y furia al recordar su vida en Privet Drive y Lucius se sintió enfermo. Era evidente que el niño había sido maltratado por sus familiares y que era un niño mágico. A veces caía uno que otro muggle en el callejón por algún motivo, casi siempre ebriedad y era fácil obliviarlos, pero este niño había demostrado magia salvaje, una condición muy común en niños mágicos indeseados por sus parientes, quienes solían intentar "curarlos de sus anormalidades".

Severus pensó que la historia le sonaba familiar, seguramente los parientes del niño eran algún tipo de fanáticos religiosos o borrachos frustrados como su padre y evidentemente muggles, si hubiera sido una familia mágica, simplemente habrían pasado la tutela al ministerio y el pequeño hubiera sido reubicado a su pariente cercano más próximo o puesto bajo la tutela de una familia.

—Ya, ya pequeño, está bien, no te llevaremos con tus parientes, no tienes que volver con ellos, pero debemos alojarte en algún sitio. Severus, ¿Podrías alojarlo en tu casa esta noche? Yo lo llevaría conmigo, pero Abraxas tiene Viruela de Dragón e incluso hemos enviado a Draco con uno de mis parientes por lo contagiosa que está resultando. Dudo que este pequeño tenga siquiera las vacunas pertinentes muggles, ya no digamos las mágicas—.

Severus pareció pensarlo un rato, pero finalmente aceptó. El pequeño parecía el vivo retrato de Lily Potter (de soltera Evans), su mejor amiga difunta, y si no supiera que los genes de James Potter estaban en Harry, hubiera pensado que este pequeño era el hijo perdido de su amiga, y eso era risible, Lily Potter jamás tendría una aventura con nadie. Pero este pequeño era idéntico, así que se sentía parcial hacía él. el pequeño incluso tenía los ojos esmeralda de Lily y lo miraban con esperanza.

—Está bien, vámonos niño—.

—Un momento Severus, pequeño, sé que es difícil pero necesitamos que nos digas tu nombre para localizar a tu familia—Harry tembló—No tus tíos, estoy seguro de que tienes otros parientes y queremos localizarlos por ti—Harry sopeso las cosas, pero no podía darles un nombre porque no lo sabía.

—No se mi nombre señor ¿Lucius? —Lucius asintió—Mi tía y tío siempre me llamaban monstruo o fenómeno y mi maestra decía algo como Gerry o Gerald o Jimmy—Severus frunció el ceño, malditos muggles.

—Bueno, quizás mañana pueda tener una solución para el nombre. Severus, te lo encargo—Severus asintió y Lucius fue a pagar la compra para la poción de su padre y ambos hombres salieron con el niño en medio de ellos.

Como pudieron, le explicaron al niño que era una red flu cuando llegaron al Caldero Chorreante, el pub donde Harry había entrado sin saberlo, asegurándole que no se quemaría y Lucius llegó tan lejos como demostrarle que se iba en medio de las llamas y luego regresaba sin una sola quemada. Harry aun así, se aferró a Severus y enterró su rostro en el cuello del hombre, que lo llevaba en brazos. El pequeño estaba muy delgado y ligero, calculaban al menos tres años y que el niño dijera que tenía cuatro activo sus alertas. Si encontraban a esos muggles iban a liquidarlos.

Harry desapareció junto con Severus en medio de llamas verdes y aparecieron en una sombría sala, donde las paredes de piso a techo estaban abarrotadas de libros.

—Bienvenido a Spinner's End niño, bienvenido a mi hogar—.

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Lo primero que hizo Severus fue alimentar al niño. Por su bajo peso y estatura, sospecho que el niño no podría retener mucha comida así que hizo algo de avena con plátano y té de manzanilla. El niño se comió casi todo el plato y casi se enfermó al intentar embutirse más plátano del que le había servido.

—Tranquilo niño, no volverás a pasar hambre—Dijo Severus al tiempo que le pasaba un vial con una Poción para el Estómago. Harry asintió y tomó el vial—¿Qué esperas? Tomate eso, te ayudara con el dolor de estómago que seguro estas sintiendo por comer rápido—Harry miro el vial descorchado y se encogió de hombros antes de tragarse el menjurje, sabía tan horrible como imaginaba por el aspecto, pero se sintió mejor del estómago, tal como prometió Severus.

—Gracias señor—Harry se veía más tranquilo y sus piernas empezaban a balancearse con confianza mientras permanecía sentado.

—Muy bien niño, necesito que te quedes quieto mientras te hago un examen médico—Harry empezó a ponerse nervioso—No te tocare, solo usare esta varita y te lanzare un hechizo—.

—¿Hechizo? —.

—Ya debes haberte dado cuenta de que Lucius y yo somos magos ¿O no? —Harry negó con la cabeza—Bueno, mira niño, la magia es real, Lucius y yo somos magos, y tú también lo eres—.

—No señor, yo no soy un mago—Severus sonrió ante la seguridad del niño.

—¿Has deseado que pase algo y sucede? —Harry asintió—Eso es magia, la gente no obtiene cosas solo deseándolas—.

Harry pensó en eso un rato mientras abrazaba su peluche de pingüino instintivamente, Severus entonces lanzó un Reparo susurrado al peluche y Harry se maravilló al ver a su amigo como nuevo—Parece nuevo—.

—Eso es magia, niño—Dijo Severus con una sonrisa burlona, pero sincera—¿Sabes? Si no sabes tú nombre, al menos debemos elegirte uno, no puedo llamarte niño todo el tiempo. Así que, ¿Cómo te gustaría que te llamara? —.

Harry pensó en los nombres que creía haber oído de labios de su maestra. Sonaba como Jerry, Gerald, Jeffrey, algo por el estilo. Jerry le sonaba bien para él.

—Jerry, al menos creo que suena bien y sonaba a eso lo que me decía la maestra—.

—¿No escuchas bien? —Harry, ahora Jerry, negó con la cabeza—Bueno, el hechizo que te lanzaré nos dirá todas las enfermedades que tienes y nos servirá en caso de que nuestro Ministerio encuentre un tutor adecuado para ti. Pero si alguna de esas cosas es curable de inmediato, puedo darte algunas pociones, ¿Te parece bien, Jerry? —Jerry asintió.

Jerry se quedó muy quieto, abrazando a su peluche de pingüino y vio una luz de color azul salir de aquella varita y envolverlo en un suave brillo del mismo color. Cuando el calor se disipo, un rollo de papel apareció flotando frente a Severus quién lo tomó y empezó a escanear la larga lista de heridas. Conforme avanzaba, se dio cuenta de que el niño había minimizado el maltrato al que fue sujeto, y era muy posible que hasta hubiera bloqueado las memorias.

Los maltratos empezaron a partir de los dos años, aunque poco antes de eso había una pequeña escalada de maltratos menores como golpecitos o pellizcos y fueron escalando a grados peligrosos a partir de los dos años. Quemadas, golpes, fracturas y un daño en el oído interno de ambos oídos, había una miopía incipiente agravada por la desnutrición marcada y algunas deficiencias vitamínicas muy severas. Jerry estaba a punto de entrar de desnutrido a básicamente famélico y era solo obra de algún poder mayor y probablemente la magia interna del niño, lo que había evitado que sus músculos empezaran a consumirse.

Algunas de sus afecciones podían ser tratadas de inmediato pero otras, como los huesos mal soldados de sus fracturas, debían tratarse de forma más agresiva, rompiendo el hueso nuevamente y dándole Crece-huesos al niño, lo que sería una noche terrible, aunque el costo a largo plazo si no se hacía sería peor. Otras como su miopía, debían tratarse con un largo tratamiento a base de pociones regulares y lentes encantados especialmente para ir corrigiendo las dioptrías y sería alrededor de un par de años por el agravante de su desnutrición. Y ese último punto era uno de los más importantes. La desnutrición llevaría al menos tres años corregirla a niveles aceptables, y al menos otro año luego de eso para que Jerry alcanzara el potencial que debería haber tenido de haber caído en una familia mejor.

Severus ya estaba planeando convencer a Lucius de que pidiera la custodia del niño, de forma que pudiera tener acceso al mismo y poder ayudarle con sus tratamientos. Ningún niño merecía este tipo de maltrato, pero en los niños mágicos esto era especialmente cierto porque no nacían muchos y con la última guerra hace unos años, la población mágica había menguado bastante. Cada niño era revisado periódicamente para ver que fueran bien atendidos y seguramente, esto continuaría durante otro par de años como mínimo.

El hombre sentía que aún tenía muchos pecados que expiar, pero incluso él, jamás le haría daño a un niño. En cambio, procuraría darle a este niño todo lo que pudiera ayudarle.

—Jerry, tienes algunas cosas que sería mejor atender ahora mismo, así que te daré otras pociones...—.

—¿Pociones? —.

—Como el líquido que te di hace un momento—Jerry asintió—Como te decía, te daré otras pociones que te ayudaran con tus problemas de salud y dependiendo de lo que diga el empleado del ministerio mañana, cuando le muestre tu reporte de salud, habrá que darte otras más, pero nada de lo que está listado es imposible de reparar ¿Entiendes lo que digo? —.

—Tengo que tomar medicina en este momento y luego es posible que tome otras medicinas por más tiempo ¿Cierto? —.

Severus asintió complacido, el niño era inteligente para su edad. Convocando los viales apropiados, Severus coloco todo en orden y agrego leche con chocolate al final para ayudarle al niño a quitarse el mal sabor de boca que le quedaría. Mueca tras mueca, Jerry bebió cada cosa que le dieron y agradeció profusamente la leche con chocolate y bostezo evidentemente. Había sido un día muy agitado y sus parpados empezaron a cerrarse.

—Vamos Jerry, hora de dormir—El niño hizo algo que sellaría su destino por completo, pero que en ese momento pareció un gesto normal de un niño que por fin se sentía seguro. Alzó sus bracitos a Severus para ser cargado y este lo tomo en sus brazos, y Severus respondió cargando al infante.

Fue apenas segundos, cuando el niño se quedó dormido y su cabello rojo paso rápidamente al negro, alargándose en el proceso; las pecas desaparecieron dejando una piel de porcelana; la nariz del niño permaneció chata y con cuidado, Severus abrió uno de los parpados y noto aun el verde esmeralda. Ahora el niño parecía un hijo producto de él y Lily. Un niño que hubiera sido suyo si Lily hubiera sido su esposa.

Severus vio reflejado sus máximos anhelos en esa criatura maltratada que yacía en sus brazos, suspirando complacido, cansado y seguro, abrazando su peluche reparado de pingüino. Un metamorfomago. El único de estos magos del que se tenía conocimiento, era Nymphadora Tonks, sobrina de Lucius, por mucho que hubiera sido sacada del árbol familiar de los Black. Los metamorfomagos eran especialmente raros, ya que se consideraba ese rasgo un rasgo familiar, aunque no había pruebas de ello, pero si se presentaba una especial incidencia en una familia cuando había al menos uno de ellos. Eso hacía que localizar a los parientes de Jerry debiera ser más fácil.

Con su carga en los brazos, Severus acostó al niño en su vieja habitación y lo vistió con un pijama ajustado a su tamaño mágicamente, lo arropó y dejó su peluche a su lado. Al día siguiente habría que decirle a Lucius de sus descubrimientos.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Jerry estaba jugando con una pelota en el jardín mientras Lucius, un empleado del ministerio y Severus discutían sus descubrimientos. Lucius llamó a sus abogados e investigadores en cuanto llegó a su mansión y todos le dijeron que necesitarían la sangre del niño, pero su condición de metamorfomago dificultaba encontrar su línea de sangre.

—¿Cómo es eso posible? Que yo sepa, Nymphadora no parece tener dificultades con saber quiénes son sus padres—Dijo Severus.

—Eso es porque Nymphadora toda su vida a estado expuesta a sus padres. Los metamorfomagos toman su apariencia final de sus padres y suelen mezclarlos y fijarlos en su mente, de forma que su "verdadera" forma es dada por su exposición al "medio ambiente", ¿Entiendes? Pero Jerry es especial porque fue puesto con una familia muggle. Es evidente que es un mestizo porque los nacidos muggles no nacen con esos regalos mágicos y no imagino a un sangrepura abandonando a un niño con una familia muggle si supiera que tenía esos dones, y créeme, Severus, lo saben por qué los manifiestan al año de edad y a veces, a días de haber nacido—Lucius estaba maravillado de que aquel pequeño de cabello negro, fuera el mismo pelirrojo del día anterior.

Un metamorfomago, lo que hacía un total de dos en todo el Reino Unido. El otro era su sobrina. Lo que daba una alta probabilidad de que el niño fuera un Black, ya que la metamorfomagia solía ser un don casi exclusivo de los Black en la antigüedad.

El empleado del ministerio tenía con el dos tipos de prueba, así que hablo por fin—Podríamos hacer una prueba de línea sanguínea, no nos dará su línea inmediata sino que buscará la línea más fuerte o líneas en su defecto. Nos servirá para rastrear algún pariente o nos dirá si la línea esta extinta—.

Lucius y Severus asintieron al burócrata y Severus llamó a Jerry, explicándole que necesitarían unas gotas de su sangre y tuvieron que sobornar al niño con algo de dulce para que se dejara pinchar un dedo. Con una paleta en su boca y un pase de varita para curar la pequeña herida de su dedo, Jerry salió a seguir jugando en el jardín mientras los tres hombres analizaban los resultados del pergamino.

—Bueno, eso no resuelve nada—Dijo Severus.

—Bueno, Severus. Tenemos tres líneas de sucesión, lo que implica que el niño tiene sangre de esas tres líneas—.

—Miren, la línea que podría tomar el niño sería la Peverell, ya que el único registro de un heredero Peverell que se conozca es de un tal Tom Riddle, que era descendiente de los Gaunt y desapareció hace años. Los Potter tienen un heredero muy conocido y legítimo, sobre todo. No podemos decir que no hubo algún Potter que tuviera amoríos en el mundo muggle antes de Fleamont y James Potter y hubiera una línea paralela a la "oficial", y para la línea Black, hasta donde se sabe, Sirius Black solía ser algo "coqueto", así que podría ser un vástago que mezclo las tres familias con ascendientes que vienen de ramas "no oficiales" de las tres líneas—.

—¿Quiere decir que hay una alta probabilidad de que el niño provenga de una pareja de magos o al menos un mago nacido de una mezcla de bastardos? —Pregunto Lucius.

—Mi apuesta más fuerte, sí—El empleado del ministerio saco una serie de rollos de pergamino—Por desgracia, eso nos deja con el problema de dónde colocarlo. La línea Potter esta resguardada bajo protecciones hechas por Albus Dumbledore y sabemos que nadie puede acceder al señor Potter, y nadie sabe, excepto el propio Dumbledore con quien fue colocado. Podríamos colocarlo con el señor Malfoy porque está casado con una Black, pero dado que Abraxas Malfoy tiene viruela de Dragón, sería poner en riesgo al niño y la custodia no puede ser rescindida luego de algunos meses, ya que debe ser un contrato hasta la mayoría de edad. Lo siento señor Malfoy, pero usted no es sujeto de custodia, a menos que su padre fallezca en los próximos minutos—Lucius asintió compungido, ya que se había imaginado a si mismo llevando al niño como propio y dándole un hermano a Draco.

—¿Entonces que sugiere? Ya no quedan Peverells hasta donde sabemos—Pregunto Severus, claramente frustrado.

—Puede elegir dos opciones: la primera, usted señor Snape, toma la custodia del niño hasta su mayoría de edad, o dos, lo dejan en custodia del ministerio y le buscamos una familia, pero no podemos garantizar que el proceso sea rápido, muchas familias aún están recuperándose de la guerra y todavía tienen problemas económicos—.

Severus miró a Lucius y este le asintió. La mejor opción es que Severus tomara la custodia, pero necesitaría todo el apoyo de Lucius en esto de ser padre.

—Está bien, creo que tomare la custodia del niño, pero entonces, ¿Qué nombre tendrá? —.

El empleado saco un rollo de pergamino y paso su varita mientras un documento oficial iba escribiéndose hasta que termino de crearse una línea punteada donde seguramente debían ir las firmas. Luego, el empleado roció la poción donde Jerry dejó su sangre y un nombre apareció en el pergamino: Jeremiah Peverell-Black.

—Bueno, eso lo define, las dos líneas más fuertes en la sangre del niño son Peverell y Black y él ya había elegido el nombre de Jerry, lo que dado la magia imbuida en este pergamino, y una vez sea firmado, le dará al niño acceso a la bóveda de los Peverell en Gringotts y derecho a una parte de la fortuna Black, que también tendrán que resolver con Gringotts, aunque ya deberían estar enterados, esta poción genera duplicados del documento en las instancias pertinentes. Ahora caballeros, si son tan amables, ambos deben firmar, el señor Snape como tutor legal y el señor Malfoy como testigo—.

Ambos hombres tomaron la pluma de sangre ofrecida por el empleado y firmaron con sus nombres, luego llamaron a Jerry y le explicaron la situación, el niño se veía radiante de saber que se quedaría con Severus, ya que su casa, aunque oscura, le parecía fascinante. Con apenas una mueca de dolor, Jerry firmó el nombre que le dijeron era suyo ahora, y el pergamino brillo un instante antes de enrollarse y sellarse con lacre, con el escudo del ministerio sobre la cera.

—Gracias Jerry, eso sería todo. Ahora este será tu hogar—Dijo Severus y el niño lo abrazo un instante, antes de volver al jardín.

El empleado se despidió de ambos hombres para terminar el papeleo y le dio las gracias a Snape por tomar la custodia del niño, ya que las familias aún seguían sufriendo los estragos de la guerra y colocar a los niños sin parientes era bastante problemático.

Lucius ayudo a Severus a poner la antigua habitación de Severus, ahora la habitación de Jerry, acorde para un niño y achicaron con magia algunas de las ropas y pijamas del hombre, cambiándole los colores por algo más "alegre" para disgusto de Severus. Lucius llegó tan lejos como ponerle dragones a modo de estampado a las pijamas. Severus puso pingüinos.

Lucius se fue luego del té, y Severus llevó a Jerry a su habitación, diciéndole que al día siguiente irían a comprarle ropa y otras cosas, y visitarían el banco y a un medimago para que pudieran empezar sus tratamientos. Jerry abrazó una vez más a su nuevo tutor y fue a lavarse como le había dicho este para que empezaran a preparar la cena. Severus pensaba enseñarle a cocinar, como preludio de la preparación de pociones. Si iba a tener un "hijo", entonces le pasaría todo su conocimiento.

Jerry se quedó a solas y admiro su nuevo hogar mientras le sonreía a su pequeño amigo de peluche. El día anterior era un huérfano no querido en un hogar abusivo y ahora tenía una habitación para él solo, y un tutor que lo cuidaría y amaría, aunque fuera un poco aterrador, ¡y era un mago! Jerry puso a su amigo en la cama y fue a lavarse y ponerse su ropa que le habían dado.

Sonreía sinceramente, luego de mucho tiempo, Jerry se sentía seguro y cuando se miró al espejo, pudo notar lo que le habían dicho, podía cambiar a voluntad su aspecto, pero prefirió quedarse con el que tenía. Se parecía mucho a su tutor.

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Nota al margen: Hay una anécdota que dice que a Stephen King le preguntaron por qué siempre escribía horror, y el contesto que no tenía filtro en su mente, eso es lo que su mente le decía que escribiera. Bueno, algo similar pasa conmigo.

Si tengo una idea recurrente, la escribo y público. Si solo es una idea insistente, la escribo pero archivo. Mi mente me dice como continuar una historia y no siempre es un proceso consciente.

Quienes escriben sabrán de que hablo. Es como si de repente, algo dentro de tu cabeza te dice que escribir y no sabes como una idea derivo en algo distinto a lo que esperabas escribir, o porque escribiste algo pero luego tiene sentido.

No creo actualizar este fic tan seguido por que escribir esto me llevo todo el día y era una idea recurrente de un Severitus, así que por favor, absténgase de escribir mensajes de "continua por favor" y "¿Cuándo actualizas", ya que no se cuando voy a actualizar, depende de esa pequeña musa que me susurra al oído.

Por cierto, ya tengo una buena parte del siguiente capítulo de "Una manada singular", pero tengo un dato atorado de si incluirlo o no, pero seguro sale y pronto tienen esa actualización también.

Saludos.

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