♥️UNO♥️

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"Regreso a Hogwarts"

La pelirroja tomó el listón de la mesita y ató la mitad superior de su cabello con él.

-¡Freya!- Llamó su padre.

-Ya voy padre-

Tomó su baúl y bajó las escaleras con la mirada en alto.
Vio a su padre sentado en un sofá de la sala leyendo el periódico.

Lester Baker era un muggle, un hombre de porte aristócrata, carisma nula, cabello pelirrojo oscuro, ojos negros cuál noche, serio hasta en los momentos más innecesarios, disfruta del dinero que obtuvo gracias a su amado trabajo como jefe de una empresa de juguetes para niños, lo cuál es extraño porque jamás en su vida había jugado con su hija.

Freya apenas y conocía a su padre, no tenía idea de su color favorito, o su comida, no sabía qué hacía cuando ella se iba a Hogwarts, ni siquiera sabía de la vida que había llevado antes de su nacimiento.

Lester jamás hablaba con ella por más de cinco minutos, nunca le había hecho preguntas sobre su día o su vida en Hogwarts, estaba segura de que apenas recordaba su nombre.

-El auto está afuera, te llevará a la estación- Le dijo este sin levantar la vista.

-Gracias padre-

La pelirroja dudó durante varios segundos antes de acercarse y tocar el hombro de su progenitor que la vio con una ceja alzada.

-¿Podría abrazarte antes de irme?- Preguntó.

-¿Por qué querría yo que me toques sin razón?-

-Es que es mi último año y... -

-Vete de una vez Freya- Soltó el hombre volviendo a su periódico.

La ojiazul asintió ya acostumbrada al trato frío de su padre, al pasar por el recibidor de la gran casa vio el retrato de su fallecida madre en la pared.

Ella era rubia, de ojos muy azules y sonrisa encantadora. Jamás supo si fue bruja o muggle, pero creía que la segunda, murió antes de que ella cumpliera los 3 meses de edad por una rara enfermedad.

-Hasta la navidad mamá- Se despidió del cuadro sonriendo.

Al salir de su casa el auto que su padre había dispuesto para ella la esperaba con el chófer a un lado de la puerta.

-Buenos días señorita Baker- Saludó el hombre de cabello canoso.

-Buenos días señor Robbins-

Ella subió tranquila y se acomodó en el enorme espacio que disponía mientras escuchaba al señor Robbins cerrar la cajuela donde iba su baúl.

Su gato, King, subió a su regazo y se acostó. Tenía pelaje rubio rojizo aún cuando JJ, la mejor amiga de Alisson, insistía en que era color canela.

-Me dijo su padre que es su último año en el internado señorita- Le habló el señor Robbins sacándola de sus pensamientos.

Ella quitó la vista de la ventana y lo vio por el retrovisor.

-Así es-

-¿Va a ir a la universidad?-

-¿Conoces a mi padre?- Soltó algo divertida la pelirroja- Cómo si tuviera opción...- Murmuró lo último.

El resto del viaje se llevó acabo en medio del silencio sepulcral, Freya leía tranquilamente mientras acariciaba a King y el señor Robbins conducía.

-¿Quiere que la acompañe a su tren?- Preguntó este al bajar el baúl de Freya.

-Estoy bien, gracias- La chica tomó sus cosas después de poner a King en su porta mascotas- Te veo en Navidad Albert- Se despidió del chófer amable.

-Le tendré un gran regalo por su último año, lo prometo-

-Con solo verte aquí como cada año será suficiente amigo mío-

Ella lo abrazo, por azares de la vida la única figura paterna presente en su vida entera había sido Albert Robbins.

Él fue quien estaba en su graduación de quinto año en la escuela muggle, la había llevado su primer día a la estación aún cuando no sabía que ella se iba a una escuela mágica, ahora la dejaba en su último primer día... Él es quien siempre había estado.

-Se parece usted a su madre señorita Baker- Le alagó.

-Gracias, te veo en un par de meses-

Tomó su baúl y comenzó a avanzar por la estación mientras se preguntaba cuando saltaría JJ en su espalda o la tiraría al piso por lo torpe que es.

Al cruzar al andén vio como siempre a los padres despidiéndose de sus hijos, no le importaba ya así que avanzó con calma.

Vio a su mejor amigo, Regulus Black, a lo lejos con sus padres. Sabía que no podía acercarse mucho, ni siquiera saludarlo puesto que sólo se veían a escondidas, pero no evitó sonríera como tonta.

-Estás perdida- Se burló alguien a su lado.

No le hizo falta verla para saber que es JJ, o sea Janet Jones, pero como no le gustaba su nombre así que era simplemente JJ.

La castaña la abrazó y besó su frente como si de su hermana mayor se tratara.

-Lindo lazo- Alagó al ver el que tenía puesto hoy- ¿Verde musgo?- Preguntó.

-Verde hierba- Corrigió la pelirroja divertida.

-Nunca supe diferenciarlos-

-Sube de una vez JJ-

La castaña le sonrió antes de subir al tren, ella la siguió. Dejó su baúl en el lugar indicado y con su libro en mano siguió a su mejor amiga hasta el último compartimiento del tren, conocido como el compartimiento de la ninfa.

Aún no entendía bien porque le habían puesto ese apodo, pero desde que llegó a Hogwarts se extendió como pólvora y pronto todos la llamaban así.

-Hola Baker- Saludó alguien.

Al voltearse vio a un chico pelinegro, de nariz prominente y ojos oscuros.

-Hola Severus-

-Te estaba buscando- El Slytherin se acercó rápidamente- Regulus te envía esto como regalo de bienvenida al último año- Le explicó dándole una bolsa negra con listón dorado.

-Agradece de mi parte- Pidió.

El chico asintió y sonrió antes de voltearse para irse.

-Snape- Llamó JJ- ¿Quieres sentarte con nosotras?- Preguntó.

-Seguro, solo voy por mis cosas al vagón de Slytherin-

De nuevo el pelinegro se alejó mientras Freya dirigía una mirada divertida a JJ que ya comenzaba a caminar hasta el compartimiento.

-¿Qué?- Preguntó esta al entrar.

-Nada es que... Estás perdida- Se burló.

-No sé de qué hablas- Se apresuró a hablar la Hufflepuff- Solo pensé en que ya no tiene a Malfoy y sus amigos para sentarse, tal vez no quería estar solo- Se excusó.

-Ajá-

Para Freya no era un secreto que JJ tenía un pequeño, extraño y nada entendible crush con Severus Snape. No entendía cómo si realmente ellos no hablaban, no se conocían bien, pero un día describió a la ojiverde viendo al Slytherin y lo supo.

-No hables que a ti te gusta mini Black- Le dijo la Jones señalando el regalo de Regulus.

-Pero es mi mejor amigo- Recordó la ojiazul suspirando.

Tomó el paquete y lo abrió, sonrió al ver tenía una rosa y luego un libro muggle.

-Un mejor amigo que te niega ante todos- Soltó por lo bajo la castaña.

Y tampoco era un secreto que a JJ no le agradaba nada Regulus Black, no sólo por ocultar la amistad con Freya sino también por siempre preferir ser el niño perfecto ante su madre, pero es todo lo contrario.

-¿Qué te pasó?- Preguntó Freya al ver a Severus entrar completamente rojo de cólera y con su cabello amarillo pollo.

-Potter y sus idiotas, al parecer ahora saben hacer hechizos no verbales, pero tranquila estoy bien-

JJ se acercó y le ayudó al chico a volver a la normalidad.

-Me van a oír- Soltó la Ravenclaw.

-No será necesario Freya, tranquila-

Igualmente la pelirroja sonrió y sacó algo de su bolso de mano.

-Potter, Black y Lupin, ya sabes que hacer- Le susurró a la cosa que tenía en la palma antes de debajarla salir.

-¿Qué era eso?- Preguntó Severus.

-No querrás saber- Le murmuró JJ.

A los pocos minutos se escucharon los chillantes gritos de alguien.

-¡MI CABELLO! ¡SE QUEMÓ MI CABELLO! ¡AHHH!-

Un Sirius Black calvo y gritando pasó corriendo por delante de la puerta hacia la cabina del conductor.

-¡CANUTO RUEDA POR EL SUELO!- Gritó alguien.

James Potter con la chaqueta en llamas pasó rodando mientras Freya reía.

-¡PETER YA SUÉLTAME! ¡NO TE HIZO NADA!-

Remus Lupin pasó con Pettigrew en su espalda y aferrado como rata asustada.

-¿Qué hiciste?- Preguntó Severus.

-Es algo que hice con ayuda de Regulus hace un par de años, te examina y te da donde más te duele. Por ejemplo a Black le quemó el cabello, a Potter su chaqueta de quidditch que no se quita nunca, a Lupin algo le habrá hecho y a Peter no le hizo nada porque no se lo pedí-

-¿Mostrarle algo?-

La pelirroja y la castaña se vieron y rápidamente JJ negó.

-Es de confianza- Insistió divertida Freya.

La Baker se acercó al Snape y puso una mano en su frente.

Rápidamente Severus comenzó a ver imágenes en su cabeza de Freya y Regulus haciendo el prototipo de su invento y luego estas se fueron cuando la pelirroja se apartó.

-¿Cómo hiciste eso?- Preguntó el ojinegro.

-No lo sé, es una habilidad que tengo desde pequeña- Explicó Freya volviendo a su lugar- Eso y... Legeremancia-

-¿Puedes leer mi mente?-

-No lo hago casi nunca, no me gusta invadir así la privacidad de las personas-

Severus vio a JJ que asintió dándole a entender que es verdad.

-Los legeremantes nacidos son muy raros en la comunidad mágica, ahora imagina una que es nacida de muggles- Severus se veía entusiasmado.

-Sí, por eso no me gusta hablar de ello-

-Entiendo, no lo voy a mencionar-

Alguien tocó la puerta, Freya frunció el ceño al ver a Lily Evans ahí.

Salió porque la chica le hizo señales para hacerlo, una vez fuera se acercó indecisa puesto que casi nunca hablaban.

-¿Necesitas algo Evans?-

-¿Te nombraron?- Preguntó con algo de enojo la otra pelirroja.

-¿Qué?-

-Premio Anual ¿Te nombraron o no?-

Freya rodó los ojos, debió imaginarlo, fue como cuando Evans llegó corriendo a ver si ella también era prefecta y sí, lo era.

-Sí, me enviaron la carta la semana pa...-

-¿Cómo? ¡Creí haberte superado en la calificación de pociones!- Soltó la ojiverde más para ella que para Freya.

-Habla de eso con Dumbledore, hasta entonces ¿Me dejarías en paz?-

Lily rodó los ojos, pero asintió, fue cuando reparó en las risas que venían del compartimiento.

-¿Qué hace Severus ahí con ustedes? ¿Por qué toma la mano de Jones?- Preguntó.

-Mira la hora Lily, las 12 y no me interesan tus estúpidas preguntas desdeñosas... Sí, tengo que ir a mis rondas justo ahora-

Freya se volteó y volvió a abrir la puerta del lugar donde estaban sus amigos.

-Voy al vagón de premios anuales, los veo en una hora-

-¡Trae comida!- Gritó JJ.

-¡Lo siento por ti!-

Freya frunció el ceño ¿Por qué Severus lo sentía?

Descubrió porqué al entrar al vagón y ver a James Potter, con la túnica ya puesta y un horrible olor a quemado, sentado en un sofá.

-Merlín me ayude- Murmuró la pelirroja.

-Miren, pero si es la Ninfa Baker- Saludó el Potter divertido.

-El león cobarde Potter- Contestó ella sentándose lejos.

-¿Cómo me llamaste?- James dejó a medio comer su pastelillo para acercarse.

Freya lo vio con mala cara antes de hacer una mueca por el olor.

-¿Querrías, por favor, irte a apestar el otro lado del vagón?- Pidió cubriendo su nariz.

-Ahora me quedaré aquí- James se puso a su lado con una sonrisa- ¿Quieres un pastelito? Mira, se parece a ti porque es rojo-

La Baker rodó los ojos ¿Cómo es que Merlín la había castigado así?

-¿Si quieres?- Insistió Potter.

-No gracias, no como pastelitos-

-¡¿Qué?! ¡¿Cómo es que no comes esta delicia culinaria?! ¡¿Eres un monstruo sin alma acaso?!-

La chica suspiró tratando de mantener la compostura y rogando porque entre de una vez el profesor.

-A mi padre no le gusta el azúcar así que me prohibió comer dulces a los 3 años, desde entonces solo como postres y muy limitados-Explicó lo más amable que pudo.

Aquello no era algo que le avergüenza, de hecho la hacía sentir orgullosa al tener la fuerza de voluntad para complacer a su siempre insatisfecho padre y sus deseos odiosos aún cuando él no estaba presente.

-Tú padre es un monstruo- Murmuró James Potter abrazando su pastelillo.

-Mi padre es un gran hombre- Corrigió rápidamente Freya, aún cuando no lo creía, al menos no con ella.

-Bien dicen las leyendas que las ninfas son hijas de hombres muy exigentes- Siguió hablando Potter.

-Dame la paz Merlín- Murmuró Freya.

James Potter sonrió y le volvió a poner el pastelito frente a ella.

-No se va a enterar si no le dices- Insistió.

-¡Que no Potter!-

-Ay esta bien, no te enojes Pastelito-

-¡Ahora sí!-

Nota:

¿Qué les pareció el primer capítulo?

¿Teorías?

¿Qué les pareció Freya?💙

¿Y su legeremancia?

Espero les guste esta historia. ❤️💚💙💛

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