₄₂

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Después de que Jimin conduciera al rededor de veinte minutos sin quererme decir a donde nos llevaba, detuvo el coche frente a un lugar al que ni remotamente consideré volver nunca. Mis alarmas se habían disparado a penas reconocí el camino que había tomado, las señales, las viviendas, las aceras, todo era evidentemente conocido para mí. Pero no hablé hasta que hubo detenido la marcha:

-¿Puedo saber que hacemos aquí?

-Tu antigua casa.- señala con un movimiento de cabeza.

-Lo sé.- dije neutral, estaba deprimiéndome ya y no llevaba más de un minuto desde que aparcamos, no creo aguantar uno más sin querer recurrir a una pastilla.- ¿Qué demonios pretendes trayéndome a aquí?.

-Me preguntaba si querrías venir alguna vez de nuevo, así que solo te traje.- dijo mirando mi casa y la suya, posiblemente disfrutando de los recuerdos que con automatismo se evocan, dejándolos fluir como yo no me lo permitía.

No pude evitar soltar una risa amarga -Pues te felicito, lo único que acabas de hacer es recordarme como mi asquerosa vida ha ido en retroceso.

Jimin me miró en seguida, e hizo por decir algo pero le dejé con la palabra en la boca y bufé para bajarme del auto, tirando la puerta de forma estruendosa.

-Taehyung!

No miré hacia atrás ni siquiera cuando sentí que tiró la puerta también, seguí mi camino con el propósito de huir de ahí. Sin embargo, Jimin no se lo pensó para preseguirme, y tuve que detenerme porque se metió en mi camino y me obstaculizó el paso firmemente.

-Apártate.

-¡Dime por qué carajos tienes que reaccionar así!- me empujó el hombro, y si no hubiese sido él ya hubiese estampado mi puño en su cara.

-¡Porque sí, así soy, así de retorcido y antipático!- exclamé molesto, con un nudo en el pecho que hace un tiempo no sentía.- ¡No sé por qué me sigues buscando, aléjate ya de mí!- sentía el resentimiento en el timbre de mi voz, en el fondo me arrepentía de hablarle así- ¿Qué es lo que quieres, mi lugar en la empresa? ¡tómalo si lo quieres, tú mismo lo has dicho, todo me da igual!

-¡Me importas más que un maldito puesto presidencial! ¡Eres como mi hermano, joder, y no puedo quedarme de brazos cruzados! ¡No me voy a alejar, no voy a parar hasta verte bien!- declaró con firmeza, opacando la fiereza en mi expresión. Y aunque no lo quisera admitir, sus palabras habian sido muy significativas y fuertes.

De repente una horrible sensación de sentimentalismo me torció el corazón, y el llanto se me atoró en la garganta, haciéndome tragar con dificultad. De ese modo, con las manos rígidas hechas un puño a cada lado de mi cuerpo y los labios en una temblorosa línea recta, vi sus zapatos acercarse a los míos. Sus manos varoniles de dedos cortos se posaron en mis hombros.

-Basta de que sufras, Taehyung.- me dijo mirándome a los ojos.- Basta de drogas, basta de alcohol, basta de destruirte.- Jimin no titubeó, se le veía dolido, pero también decido.- Debes y puedes que salir de esto, yo sé que sí.

-No...- aparté la mirada, despectivo, mi pecho dolía. Hice que me soltara los hombros y me alejé unos pasos, dándole la espalda, siempre me ha costado mostrar mis vulnerabilidades .-Mi vida se acabó, Jimin, n-no tiene... no tiene se sentido vivirla.- jadeé y me pasé la mano por el rostro, estrujándome los ojos- ¿Crees que me gusta emborracharme a diario? ¿drogarme y sentarme en un mueble a sentirme levitando?, no tengo más opciones...

-No, no, carajo, no hables así.- él se me arrima otra vez y se coloca en frente mío.- ¡Hay más opciones, las hay!

-¿Acaso no lo entiendes?- me altero- ¡si no me mantengo a base de vicios la depresión va a matarme!, ¡no quiero estar consciente y darme cuenta de que estoy y estaré solo!

-¡Escúchame!- esta vez sostuvo mi rostro y me hizo mirarlo, mis lágrimas estaban ahí, a punto de bajar.- ¡Deja de decir esa mierda! ¡Vas a estar bien, voy a estar contigo! ¡Te recuperarás, vas a hacer ejercicios, vas a trabajar, dejarás la jodida codependencia que tienes con la droga! Y cuando estes bien... quiero que vayas a Londres y no vengas hasta traer a tu familia contigo.- mis lágrimas bajaron ahí mismo, y hurté la mirada mientras Jimin me cogía de la nuca y me volvía a hablar.- Mírame, Taehyung.- pidió y lo hice- Vas a estar bien, ¿ok?

Asentí con la cabeza y no hice resistencia a su abrazo. Jimin dió palmadas en mi espalda, yo observé la casa en la que viví la mejor etapa de mi vida junto a mis seres queridos con una sola idea en mi cabeza.

(...)

Tn.

-Cariño, a ti te quería ver. Ven.- dice Hoseok, divertido, como si yo no hubiese estado todo este tiempo en su cocina.

Sonreí dejando mi telefono sobre el buró al lado de la cómoda para subirme a la cama con él. Hoy era uno de mis días libres y por supuesto, iba a pasarlo junto a él, quien al ser su propio jefe decidió posponer su agenda por completo para tomarse el día libre.

Hoseok extendió un brazo y yo me acomodé bajo él. Hoseok tenía su computadora portátil encendida sobre sus muslos, lo que atrajo mi atención fácilmente.

-¿Qué haces?- pregunté.

-Estaba mirando este sitio web y, quisiera saber que opinas de estos hoteles para nuestra luna de miel.- pasó el brazo por mi lumbar y acarició mi cintura con su mano.- Me dijiste que no te decidías sobre qué país así que; ¿qué te parece Italia?

-Oh...- comento, observando las fotos en la pantalla.- Claro, me encantaría ir a ahí.

-¿Segura?- me mira.

-Sí, lo estoy, Italia no parece un mal lugar.- dije sonriendo escuetamente.

-Perfecto.- dijo emocionado para luego besar mi sien.- Entonces decidamos a que hotel iremos- propuso mientras con su mano disponible navegaba por internet.

En los siguientes minutos estuvo mostrándome varios lugares, todos se veían perfectos, lujosos y sobre todo muy caros, aunque bueno ya sabía que el precio no era precisamente una preocupación. No tardé en decidirme, como era de esperarase Hoseok estuvo de acuerdo de inmediato. Una vez hubimos (o hube) hecho la elección, dejamos la computadora de lado.

-Estoy impaciente.- mencionó luego de un rato en silencio

-¿Impaciente?

-Sí, porque llegue el día, ¿tú no?

-Ah.- murmuré entendiendo a qué se refería- yo también.

-¿Te imaginas lo ilusionado que estoy?- habló, y mis pestañas se agitaron imperfectamente al oírlo decir eso.- No dejo de pensar en lo hermosa que te verías de blanco, en todo lo que nos espera después de ese momento.- sentí como tomó aire y lo solto, suspirando. Besó mi coronilla al tenerme rodeada con su brazo y semi-acostada en su pecho.

Pero me apartó el cabello del cuello y me lo empezó a besar con la dulzura que suele utilizar cuando se trata de mí. Le di espacio queriéndome convencer de que me agradaba, pero desgraciadamente, sentía el crudo impulso de apartarme. Estaba por hablar, tenía la excusa ideal para que parase sin que le diera a entender que deseaba apartarme de una manera irreductible, pero sin darme cuenta había cogido mi mentón entre sus dedos y  me estaba besando. Al primer instante mis ojos se quedaron abiertos, y no podía corresponderle, no quería.

-Hobi...- dije entre besos, e increiblemente rápido se alojó sobre mi cuerpo, tumbándome en la cama.

Mis mociones eran torpes e inseguras, quería acabar con ese beso.

-Oye, es... hora de pasar por los niños.- me escuchó cuando se lo dije

-Podemos usar quince minutos, tranquila, yo iré contigo.- me ignoró por completo y siguió besando mi cuello, ahora más hambriento.

Lo acepté en mis labios cuando subió a besarme otra vez, no sé si es que llevaba un ritmo más rápido de lo normal o definitivamente yo no tenía ganas de esto. A pesar de que ponía empeño y se frotaba contra mí, mi excitación no estaba por ningún lado, ni siquiera cuando adentró la mano en mi blusa. Estaba soportándolo hasta que me masajeó muy duro el seno y gemí, terminando el beso.

-Ho-Hobi... para.

Él continuaba con el rostro escondido en mi cuello y los dedos en mi pesón. Era desagradable, una especie de sensación vomitiva mezclada con confusión.

-Detente, n-n quiero.- pedí otra vez.

Igual.

-¡Hoseok, para!

-¿Por qué?- preguntó alterado, yo me senté de golpe en el colchón, respirando agitadamente.- ¿Por que no puedes dejar de pensar en él?- me sacó, irreconocible.

-¿Qué...?- pregunté en un murmullo.

-¡Estoy cansado de fingir que no pasa nada! La paso descuidando tu actitud conmigo porque pienso que son impresiones mías o que pronto va a mejorar ¡pero empeora!.

-Hobi, yo...

-Vete, necesito estar solo.- me pidió cortante, bajándose de la cama. Se dirigió a las puertas que daban al balcón y salió, supongo que a tomar aire.

Me quedé mirando a través del cristal como se pasaba las manos por el pelo. Entonces, desahuciada, acomodé mi ropa, cogí mi teléfono guardándomelo en el bolsillo trasero de mis jeans, y salí de la habitacion.

(...)

Llené la cuchara de sopa otra vez y la llevé a Eun-Sang, quien abrió la boca y la tomó.

-Mami, ¿de verdad no estás molesta? Es que siempre peleas cuando te pido que me embutas.

-No, mi vida, ya te dije que no lo estoy.- dije volviendo a darle la cuchara en la boca. Estábamos en la mesa.

-Hmmm. Está rico.

-¿Si?- pregunté apartándole el pelo de la cara ya que lo tenía suelto y se le podía a meter en la boca.

-El tío Jin cocina muy bien.- comento.

-Claro que sí, gracias a mí te estas poniendo grande, pequeña malcriada.- mi hermano apareció detrás de ella y le hizo cosquillas.

-¡Tío!

-Tío~ Jin le hizo burla de forma graciosa.

-Yah, que se va a ahogar- dije al ver que empezó a toser.

-¡Jin!. ¿que haces aquí? ¡te estaba esperando!.- Lisa vino  a agarrarle el brazo de forma autoritaria, mirándolo con un puchero de reclamo.- Oh - nos miró y yo reí negando, era la primera vez que lo hacía de verdad desde la tarde -. Ustedes continúen.- dijo sonrojarda y se llevó a mi hermano por el pasillo.

-Lisi está loca.- comenta mi hija.

-Total.- sonreí levemente.

Terminé de darle la comida y luego ella se fue a la sala a ver animados con su hermano. Yo recogí su plato y lo llevé al fregadero. SeokJin y mi amiga siempre se encargan de cuidarme a los niños y hacer de comer, lo menos que podía hacer era lavar la losa.

Pasando la esponja con espuma por el cristal de uno de los platos, recordé la discusión con Hoseok, no había dejado de trabajar sus palabras.

Flashback

-¿Por qué?- preguntó alterado- ¿Porque no puedes dejar de pensar en él?

-Mami.- la voz de Eun me trajo de vuelta

-¿Si?- la miré, su pelo largo a los lados de su pequeño rostro.

-Yo sé que... estas triste por que extrañas a mi papi.- dijo de golpe, sorpréndiendome.

Confundida, solté el plato en el mármol de la encimera y me quité los guantes de las manos para ponerme a su altura.

-¿De donde sacaste eso?- pregunté tomando sus manos.

Eun encogió sus hombros.- Ya no sonríes desde que se fue a Corea.- dijo y yo guardé silencio arrugando las cejas. Eun-Sang me ablandaba el corazón tan rápido, a pesar de ser vanidosa y malcriada a veces.- ¿Es por eso que estas triste?.

-Sí...- admití bajito, ella entreabrió los labios divertida, claramente no entiende la gravedad de la situación, yo sonreí triste.- ¿Entonces yo tenía razón?- se señaló con el índice, susurrando.

Asentí con la cabeza.

Ladeó la cabeza con un puchero.- ¿Pero por qué no le pides que vuelva? Sean esposos otra vez, no quieres a Hoseok ajussi.

-Vas a entender eso cuando seas grande.- acaricié su mejilla.

-Ahg, ya quiero ser grande.- dijo poniendo los ojos en blanco y reí.

-Promete que vas a guardar el secreto.- pedí.

-Lo prometo.- asintió rapidamente.

-¿Pinky promise?- dije enseñándole mi meñique.

-¡Sí!- dijo sonriente estrechando su pequeño dedo con el mío.

Unimos nuestros pulgares también, la miré y sonreímos.

.

.

.

.

.

? » Opiniones aquí 📩

Graciasxleer 😊

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro