₁₆|+18

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Tn.

Hay algo que suena muy alto y es ensordecedor. Aturde. Mi ceño se frunce, mis párpados se levantan con lentitud pero tengo que volver a cerrralos, la iluminación es muchísima.

El sonido languidece pero en breve vuelve a sonar, lo que no me deja otro remedio que abrir los ojos. Ojeo a mi alrededor en lo que voy adquiriendo la cohesión debida, lo que no me toma menos de un minuto.

Me doy cuenta de tres cosas: es mi teléfono el que suena, tengo la boca reseca, y esta no es mi habitación.

Rápidamente me siento en la cama en la que me hallaba completamente sola, acostada y envuelta en sábanas. Una punzada hace que sostenga mi cabeza entre mis manos y me queje de dolor. Maldije bajo y volví a mirar eI espacio que me rodea.

Un flashback vino a mi cabeza, entendí algunas cosas, aunque no fue el flashback que necesitaba. No entiendo muy bien cómo llegué aquí, lo último que recuerdo es que me empiné la mitad de una botella de vino frente a Lisa y luego...

¿La habitación de Taehyung? ¿Estoy en la jodida habitación de Taehyung, como dios me trajo al mundo, y en su cama?

Por desgracia esto no tenía pinta de ser otro de mis sueños húmedos.

Ignoro el terrible dolor de cabeza que me comienza a invadir, y miro el que parece mi celular en un sillón que estaba modestamente lejos de mi alcance. Pensé con hastío que debía tenerlo y aceptar esa llamada, quien quiera que sea no parece querer rendirse. Sin embargo, al barrer el suelo con la vista no encontré nada que se pareciera a mi ropa, únicamente vi un bonito tapete de terciopelo verde oscuro.

Mi solución fue tomar la sábana con la que estaba tapada, envolverla a mi alrededor y de la manera más torpe, bajar de la cama. Fui dando traspiés hasta llegar al aparato que me despierta en las mañanas. Veo el nombre de mi hermano mayor muy quieto en la pantalla, y no sé como sentirme respecto a eso.

-Mierda- maldigo por segunda vez viéndome en serios problemas.

En un inevitable pánico, busqué la puerta que recuerdo haber visto la primera y única vez que entré aquí. El baño es casi tan grande como la propia habitación. Todo es brillante y limpio, un olor a detergente caro me da la bienvenida. Me apetece seguir mirando a todas partes pero el tiempo está muy en mi contra. La sábana se arrastra por el suelo grisáceo -a simple vista limpio- y, asimismo caminé hacia el lavamanos. Abrí la llave del agua e hice mi mano una cuenca para tomar un poco del líquido y rociar mi asco de cara. Tengo maquillaje corrido, mi pelo es un auténtico nido de pájaros. Las marcas en mi cuello me hacen tragar de mi saliva. ¿Taehyung me había hecho eso?

Dios.

Enjuago mi boca también raspando luego mi garganta para aclararla. Entonces sí deslicé el icono con el que atendí a la insistencia de SeokJin.

-Uh Hola- nunca pensé que podría titubear de esa manera.

-¡Al fin! ¡Te he llamado siete veces! ¡Siete!- mi altavoz delantero me deja escuchar su voz exacerbada, y si no aparto el celular sus gritos me rompen la membrana timpánica.- ¿Me puedes decir en donde estás? Lisa si pero tú no llegaste anoche y sé que ya eres adulta y todo pero merezco una explicación.

Desesperada, busqué mi posible respuesta.

¡No hay posibles respuestas!

-O-oh, yo... ¿Lisa no te dijo nada?- distraigo un poco el tema dándome tiempo de pensar. Me muerdo la uña de mi dedo pulgar poniendo en evidencia mi estado de nervios.

-No. Anda, dímelo tú- su enojo hace que sus palabras suenen con ironía.

-B-bueno, yo estoy...- miraba mi reflejo mientras balbuceaba, seguía sin saber que decir. Estoy perdida y los segundos corren, no puedo articular palabra.

Mi situación se pone peor cuando el reflejo de Taehyung junto a la puerta aparece en el espejo. No es momento para hacer que Kim SeokJIn se crea menos mi falso argumento, pero me llevé un susto de la hostia. El teléfono estuvo a nada caerse de mis manos, y el sonido que hice tuvo que resultarle sospechoso.

-¿Tn? ¿pasó algo?- puedo imaginarme su ceño fruncido.

Quité mi mirada de Taehyung, pensando en que ahora mucho menos podre inventar mi argumento creíble. Que genial es todo- J-jin, oye te veo en casa ¿si? Llego en veinte.- dije apurada. Toqué el icono rojo sin pensarlo mucho, dejando el celular en el mármol por impulso.

-Mientes terriblemente peor de lo que recuerdo.- una voz a mis espaldas me recuerda que no estoy sola.

-Necesito mi ropa- digo, abro la llave del lavamanos y me sigo lavando la cara.

Por alguna razón el diálogo no había empezado como imaginé. Estábamos hablando como si no hubiéramos dormido en la misma cama anoche, y no recuerdo mucho pero me consta que no solo dormimos.

-La metí a lavar, tendrás que esperar a que se seque.

No detuve lo que hacía a pesar de que era una completa estupidez lo que oía -¿Te parece que estoy de humor para bromas?- cierro la llave y mi voz es lo único audible.

-¿Te parece a ti que estoy bromeando?.- pregunta caminando hasta mí.

Lo miro a través del espejo. Lleva una camisa de mangas cortas holgada, tan condenadamente sudada y pegada a su torso que por poco me mojo. Pensé en que podría estar haciendo ejercicios. Un chándal hasta la rodillas que exhibe esa V marcada de su pelvis, sus pies descalzos, su pelo alborotado y por último sus ojos puestos en mí.

-¿Esta es tu forma de impedir que me vaya?- dije, con un leve atisbo de molestia- Claro, sin mi ropa no podré ir a ningún lado, lo pensaste bien.

-Muy astuto. ¿no?- se regodea cínicamente mientras va quitándose la camisa. Cuando ya no tiene la prenda encima y yo no me resisto a mirarle la piel brillosa, me mira nuevamente.- ¿Recuerdas que pasó ayer?

Guardo silencio, pero no desvío la mirada cuando hablo- No, es obvio que no estaba consciente y tú te aprovechaste de ello.

-Es una pena que no te acuerdes, la pasamos muy bien. Tú principalmente, parecía que se estaban cumpliendo tus deseos mágicos.

Tragué.

-No tengo que creer eso- defiendo mi malherido orgullo.

Taehyung se acerca a mi espalda, el contacto visual se mantiene con ayuda del espejo. Hace tiempo no me veo a su lado, los cambios desde la última vez son notables.- ¿Por qué no te duchas conmigo? Quien sabe si así pueda refrescarte la memoria- susurró sobre mi oído mientras miraba al frente, hablándole a mi reflejo.

-¿Por qué iba a hacer eso?- pregunté, una manera de no aceptar o negarme a la invitación.

-¿Porque sabes que yo no aceptaría un no por respuesta?- alza una de sus gruesas cejas negras, la que a penas se ve por su mata de pelo del mismo color, esa sonrisa leve e irritante en su expresión.

Volteé cuando se alejaba.

Inmóvil, lo veo caminar hacia la ducha con puertas de vidrio trasparentes. Se supone que hurto los ojos cuando se baja el chándal, pero hice de todo menos eso.  No trae boxers. Un cosquilleo en mi parte íntima me hace querer juntar las piernas. La imagen es mucho, es imposible no excitarse. Lo que me está pasado le hubiese ocurrido a cualquier ser humano en mi lugar, y si lo digo así porque hasta los hombres podrían dudar de su sexualidad viéndose en esta tesitura. Kim Taehyung es el pecado en persona y yo otra persona suspensa a pecar.

El fluido del agua comienza a caer al Taehyung presionar algún tipo de botón en la pared. Toda su anatomía color canela es arropada por el líquido.

Se tira el pelo hacia atrás, se pasa la misma mano por la cara y voltea en mi dirección.

-Ven aquí.

No dije nada.

-¿Tienes miedo?- preguntó, probándome. No se cansa de ser un egocéntrico. Pasa que creo que madurará con los años, pero el resultado en realidad causa decepción.

Dos opciones: irme sin haberme duchado y sin saber una mierda con qué vestirme, quedarme y correr el riesgo de cometer otra estupidez.

Porque no hay que ir a ningún lado para saber que es un completo peligro meterse desnuda a esa ducha con Taehyung.

La opción número dos me lleva a safar cualquier tipo de nudo que sujete la sábana blanca que me cubre, la que cae alrededor de mis pies. Camino hacia él con los brazos en equis, consciente de su lasciva mirada vagando por mi cuerpo desnudo.

Pongo un pie en la loseta, luego lo pongo los dos, lo que me deja en frente de él, aunque no a su altura. Taehyung retrocede, yo entiendo que me cede un sitio bajo el chorro de agua, así que doy un paso. Mi pelo se oscurece al mojarse. El agua me recorre rápido, mojando cada espacio seco que tenga en la piel.

Ahora que no tengo un litro de alcohol en la cabeza y más interés, me dedico a mirar sus tatuajes en silencio. Me provoca tocarlos pero no lo hago, quisiera saber que significa toda esa tinta. Digo, las personas no se tatuan así como así, o eso creo. Mi tatuaje por ejemplo aunque es pequeño tiene un significado.

Taehyung extiende el brazo para tomar una esponja de una de las rejillas color blanco que hay suspendidas en la pared. Miro que estas contienen productos para el pelo, la piel y demás. Una vez embadurna la esponja de jabón la lleva directo a mi cuello, finjo que no me trae recuerdos mientras la ligera capa de espuma se queda en mi piel, rodando líquida.

-¿En que piensas?- habla, su tono varonil repartiéndose por todo el baño.

Sigo el recorrido de la esponja y levanto el brazo para que la estrujé debajo de mi axila y mi lumbar. No tiene que hacerlo pero de nada servía objetar, daba igual si evitaba una disputa.

-En que esto está jodidamente mal, y en que no debería estar aquí- dije sinceramente.

-Pero estas aquí...- menciona murmurando, pasando la esponja por mis clavículas, entretenido como si fuese su pasatiempo.

-Hoseok no se merece esto de mí.- dije, Taehyung me observa y supongo que nota la sinceridad de mis palabras. Si no lo conociera no hubiera notado el fastidio en su mirada cuando la cambió.

-¿No lo sentiste igual?- preguntó de repente, me ve fijo y yo me atrevo a hacerlo también.

-¿El qué?- pregunté.

-Lo de ayer. Me refiero a si cambió algo. Quiero que me respondas como lo sentiste- su petición fue tan directa,  que me enmudecí.

¿Y qué si se lo explico, de que le sirve? Para empezar... ¿por qué me lo está preguntando?

-No creo que yo vaya a responder a eso.- digo viendo como incorpora el brazo al lado de su cuerpo, ya no hay ningún tipo de contacto.

Dejo que nuestros ojos se miren más tiempo de lo normal, sabiendo el peligro que eso implica. Mi corazón se alborota dentro de mi pecho, y es un reflejo incondicionado ya que pasa independientemente de mi voluntad. Mis piernas se debilitan por su penetrante mirada. No sé que decir aunque la respuesta es clarísima en mi cabeza. ¿Que sentí, como lo sentí? No me va a creer si le digo que no me acuerdo. Pero teniendo en cuenta que llevaba fantaseando con él desde antes debió haber sido demasiado bueno. Podría admitirlo pero él no se merece que lo haga.

-¿No fue igual?, Dime, ¿no sentiste lo mismo que antes?- su voz grave me jode un poco el autocontrol. Él no se vence, persuade el tema pasando por alto mi pobre intento de evasión.

-Taehyung...- digo cuando la distancia se acorta. No pierde la costumbre, sabe que así es más fácil que sucumba.

-Habla- esta vez lo exige.

-No tengo algo que decirte, de verdad- atino a decir.

Pongo la mirada en otro lado, la tensión me saca una risa frustrada. No entiendo como me puede acorralar de esta manera.- Yo... yo ni siquiera recuerdo, no sé que quieres que te diga.

El silencio que no veía venir frena el diálogo, dejándome la duda de si debí o no decir lo último. Taehyung atrapa mi boca con rapidez y, al instante todo se vuelve negro porque mis ojos se cierran automáticamente.

Una pequeña succión y nos separó, eso sin dejar de estrechar su frente con la mía. Permanezco con los ojos cerrados en espera del siguiente roce de sus labios, el cual llega con sus manos en mi cintura. Ubico las mías en su cuello, mis dedos se pierden en sus rulos mojados. Una de sus manos se desplaza lentamente y yo ya sé a donde va. No entiendo por qué la detiene en mi vientre. Su toque es caliente, el agua tibia sigue calléndonos arriba. Las ansias de que llegue a donde quiero me impulsan a bajarle un poco más la mano.

Gimo cuando sus dedos se mueven solos, tocando mi zona erógena. Taehyung me mira cuando maltrato mi labio inferior y suspiro. Se sentía bien.

Nuestros rostros están cerca puedo sentirme lubricar. Taehyung tiene intensiones de retirar el contacto, y no pienso en nada además de las ganas de que me toque cuando lo impido.

-No... no te detengas- pido, sabiendo que es lo que quiere oír.

Él sigue y se acerca a que nos besemos, devolviéndome el placer, el que sin dudas fue creciendo. Comenzó ahí y acabó en nosotros masturbándonos con fervor hasta acabar derramados en la mano del otro.

.

.

.

.

.

Pensé que no pero tuve que
poner +18 en el título jejej
Fui un poco más explícita
de lo que tenía planeado👉👈

Graciasxleer.😊❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro