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Chris Evans ─

―No lo sé. Simplemente reinícialo de nuevo, eso debería funcionar― le agradezco al barista y salgo de la cafetería. ―Estaré en casa en unos minutos, mamá. Espera un segundo.

Terminando la llamada, lucho por abrir mi auto mientras la temperatura del café humeante atraviesa la taza. Una vez que llego a la puerta, pongo las bebidas en los soportes y cierro la puerta del auto. Mi lista de reproducción comienza cuando enciendo el auto y me alejo de la carretera principal, de regreso a casa.

Habían sido dos semanas de búsqueda de casa, Bella y yo íbamos a varias casas en la zona. No hemos tenido suerte para encontrar alguna que realmente me guste y no pude evitar sentir que no debería de estar buscando un nuevo hogar. La primera vez encontré casa en semana y media. No sé si estaba siendo impaciente o qué, pero quería llamar a Bella y decirle que tal vez no era el mejor momento para comprar, me estaba poniendo nervioso.

Ella era buena en lo que hacía. Sin duda. También era una gran persona, lo que hacia que esto fuera más natural porque no me sentía obligado a conocerla. Estando en Los Ángeles, todo el mundo sabía del tráfico de mierda y la increíble cantidad de tiempo que pasas solo en tu coche. Bella era alguien con quien no me importaría estar atrapado en un auto.

Cuando llegué a casa, agarré todo lo que necesitaba y entre por la puerta principal. Dodger ya estaba en la puerta, corriendo en círculos antes de que pudiera cerrar la puerta por completo.

―Hey, amigo― cierro la puerta principal y llamo a mi mamá. Al escuchar un ruido en la sala de estar, me dirijo al pasillo y la veo dejarse caer en el sofá. ―Me alegro de verte disfrutando de tus vacaciones, mamá.

Le entrego el café y me siento a su lado, Dodger se acomoda en segundos. ―Tu comodidad antes que la mía. Seguro.

―Le hablas al perro como si te fuera a responder.

Me río y miro a mamá. ―Como si tú no hicieras eso. Hablar con él sobre tu día y todo eso.

―Él podría responder.

―Entonces seguiré hablando con él― le digo, sonriéndole. ―Parece que lo hiciste funcionar― señalo la televisión y veo una película al azar. Estoy seguro de que ni siquiera sabía lo que estaba viendo.

Mi familia siempre venía de visita. Mi mamá era la principal, dado que tenía más control sobre su agenda y horas. Si no estaba en Massachusetts, entonces había alguien aquí. Así es como ha funcionado desde que me mudé aquí.

Antes de que pudiera preguntar qué estaba viendo, mi teléfono empezó a sonar. Tratando de no moverme mucho, por Dodger, eventualmente saco mi teléfono y veo el nombre de Bella en la pantalla. Por un momento entro en pánico mientras trato de pensar en nuestra última conversación. No nos veríamos hasta dentro de dos días y si ella tenía alguna pregunta o algo por el estilo, siempre recibía mensajes de texto de su ella y viceversa.

―¿Hola?

―¡Ey! hola. ¿Llamo en mal momento?―empieza. Hay varias voces de fondo y miro la hora para ver que es la última hora de la tarde, recién las cinco en un martes.

Me levanto del sofá y salgo de la sala de estar. ―Para nada. ¿Qué pasa?

―Bueno, vine a una casa abierta de colegas y no pude evitar pensar en ti mientras caminaba por la casa. Está llena todas tus expectativas menos una― me siento al pie de las escaleras. ―Está más lejos de donde querías, exactamente a veinte minutos de ahí, pero creo que realmente te gustará. Es una construcción nueva, nadie vivía aquí antes, duh, acabo de decir eso, esta por debajo de tu presupuesto, y tiene unas vistas preciosas aunque ya se que no es algo realmente importante para ti, pero las tiene.

Los pensamientos previos de lo que quería hacer cruzan por mi mente y suspiro. Todavía estaba tratando de averiguar si mis pensamientos se debían a mi impaciencia o si realmente tenía razón al pensar que no era el momento. Sabía que necesitaba salir de esta casa, pero también sabía que podía aguantar un poco más.

―¿Cuál es la dirección?― Pongo mi teléfono en altavoz y voy a mi GPS.

Estaba justo donde quería estar, pero aún cerca de lo que necesitaba. La vista aérea por sí sola era impresionante y si veía el mapa correctamente, mi privacidad iba a ser crucial.

―Estaré allí tan pronto como pueda. ¿Puedo llevar a alguien?

―¡Por supuesto!― Bella se mueve de un lado a otro y empiezo a caminar de regreso a la sala de estar. ―Te veré en un rato. ¡Avísame cuando estés aquí!

• • •


Abro la puerta del lado de mamá y la ayudo a salir mientras echo un vistazo a la casa. Estaba al final de un callejón sin salida con no más que otras tres casas en la calle. Mientras caminamos hacia la casa, le envío un mensaje a Bella y entro directamente.

No había mucha gente adentro, lo que facilitó ver realmente la casa. Los pisos de madera corrían por todo el primer piso con paredes de color gris oscuro y ventanas masivas, contrastando y mostrando la vista alrededor de la totalidad de la casa. Largas vigas atravesaban el techo de la sala de estar hasta la cocina, que tenía una isla en el centro. El sol comenzaba a ponerse y no hacía justicia a lo que Bella había dicho por teléfono.

―¡Chris!― Bella aparece de un pasillo y se acerca a zancadas.

Era seguro decir que Bella era hermosa. Al conocerla por primera vez hace tan solo unas semanas, recuerdo que no pude decir mucho o nada. Ella tiene grandes ojos verdes que destacan cuando la luz los golpea correctamente y una tímida sonrisa que no pude evitar querer ver siempre. Hacerla reír era algo por lo que siempre me esforcé en hacer cuando estábamos juntos.

Y, si soy sincero, tiene un buen cuerpo. Soy un hombre, demándenme por mirar, pero ella siempre esta bien vestida y eso me enloquecía. Ninguno de sus atuendos era inapropiado, pero ella sabe lo que tiene y lo presume.

―Hey― una vez que está a mi alcance, tomo su mano y me inclino hacia adelante, besando su mejilla. Tenía las manos frías pero la cara cálida. Sentí escalofríos recorrer mi espalda al contraste y la miro. La primera vez que sucedió se disculpó por ello. Se rio de lo ridículo que era que su cuerpo nunca tuviera una sola temperatura. Ya lo sabía, pero no pude evitar estremecerme. Me giro hacia mamá y suelto la mano de Bella. ―Oh, y esta es mi mamá, Lisa. Mamá, esta es Arabella Adoir, mi agente.

―Encantada de conocerte, Arabella. Qué hermoso nombre― mi mamá toma la mano de Bella y no puede evitar bromear mientras habla con ella.

Bella se ríe y mira en mi dirección. ―Gracias, pero llámame bella, por favor.

Las dos hablan por unos momentos más antes de que Bella me mire. Ella me sonríe y hace gestos hacía la casa.

―¿Bueno? ¿Qué te parece? Increíble, ¿no?

Asiento y miro alrededor de la sala una vez más. ―es algo, pero tengo que ver más para estar seguro.

Bella me señala y asiente. ―Lo sé, por eso estoy a punto de darte un tour por la casa. ¿Por dónde quieres empezar?

―¿Qué tal por en el patio trasero?

Sus ojos se abren ante mi sugerencia y sonríe ampliamente. ―Es una locura, una de las mejores vistas que he visto. Vamos.





.❀。• *₊°。 ❀°。

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DI NO A LOS LECTORES FANTASMA.

Todos los derechos y créditos reservados a la autora original: cevans-

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