Falofilia (1): I like big cocks, I can't help it

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

-¿Me estás jodiendo?- Exclamó alterada la castaña. El flujo acelerado de su excitación parecía haberse cortado de golpe al conocer al pequeño... muy pequeño amigo de su acompañante.

El chico bajó la vista confundido.

-¿De qué estás hablando?- Inquirió levemente molesto, ya que la menor había decidido pararlo todo en el peor momento. Su erección dolía y la enana solo se dedicaba a joderle.

-¡Ese jodido tamaño! – Gritó Doeun, roja de la rabia.- ¿No te da vergüenza andar con esa miniatura entre las piernas?

El chico abrió la boca, pero las palabras no salieron. Necesitó un momento para procesar lo que estaba pasando.

-Debes estarme jodiendo tú a mí.- Murmuró, frunciendo el ceño. Doeun apretó los dientes.- ¿Miniatura? ¿En serio? ¿Qué demonios esperas? ¿Treinta centímetros?

-Pues tampoco esperaba cinco.

-¡Diecisiete! – Exclamó el chico, incrédulo.- ¡¿Unos jodidos diecisiete centímetros no son suficientes para ti?!

El silencio proveniente por parte de la menor fue suficiente para que el chico alcanzara su máximo nivel de vergüenza e indignación. Se alejó con furia de la castaña arrodillada frente a su hombría y caminó con pasos desequilibrados y rápidos hasta su ropa tirada en un extremo de la habitación.

-¡Espera!- Exclamó Doeun, poniéndose de pie precipitadamente.

Su acompañante la miró sin dejar de ponerse la ropa.- Y-yo… eh… p-podría intentar hacerlo contigo…

Un jadeo de exclamación salió de los labios del chico.

-¿Intentar? – inquirió, sintiendo el enojo crecer cada vez más.- Vete a la mierda.

-P-pero…- La menor se quejó, revolviéndose el cabello con frustración.- ¡Oh, demonios! No es mi culpa que no cumplas mis expectativas…

-¿Qué clase de expectativas tienes?- Exclamó el chico, haciendo una mueca de horror.- Zorra traga penes.

Doeun se indignó.

-Quizá sí, pero sólo penes grandes, no como el tuyo, amigo. Suerte con ese gusanito.- Canturreó, empujando al chico fuera de la habitación sin dejarle tiempo alguno de agarrar su camiseta ni su cartera, lo cual había sido completamente a propósito, pero su acompañante parecía estar cegado de indignación, ya que no reparó en devolverse por ellas.

Doeun se recostó contra la madera de la puerta, soltando un suspiro pesado.

-Y yo creí que porque era extranjero me había ganado el premio gordo.- Se quejó para sí misma.- Demonios, realmente es mejor mi vibrador.

La castaña se mordió el labio inferior. Se sentía un poco culpable por herir el ego de su acompañante, pero no podía evitarlo.

Simplemente cuando un hombre no cubría aquél especial requisito tan importante para ella, esta enloquecía.

Caminó hasta el bolso que había llevado consigo al club esa noche (donde había tenido lo que creyó que podía llamar suerte al conocer a ese guapo extranjero que acababa de salir echando humo de la habitación de hotel), en el cual guardaba lo que era calificado por sí misma como “botiquín de emergencia”, para casos como estos, el cual contenía un dildo rosa y un vibrador del mismo color, los cuales medían aproximadamente veintitrés centímetros cada uno, más una botella de lubricante.

Se encogió de hombros y se tiró en la cama, dispuesta a resolver por sí misma aquel problema que el extranjero le había ocasionado con besos, pero no había sido capaz de resolver con su pene.

Era un poco patético, ella lo sabía, pero simplemente no podía evitarlo. Ella era así y no recordaba un momento de su vida en el que haya aceptado que el miembro de su acompañante midiese menos de veinte centímetros, simplemente era su gusto, su filia. Adoraba los miembros grandes… y era vergonzoso, pero no podía repararlo.

-Jiana, por favor, estás llamando mucho la atención…- murmuró Doeun, enterrando cada vez más la cabeza en su plato, notando que las personas las miraban extraño a causa de la escandalosa risa de su mejor amiga.

-P-pero, Doeun…- la rubia se tomó un momento para respirar profundo y limpiarse las lágrimas ocasionadas por la risa.- ¿Cómo diablos quieres que me quede callada después de lo que acabas de contarme? ¿Eh?

-Deberías tener en cuenta que fue muy vergonzoso para mí.

-En serio creí que habías obtenido un buen polvo al ver la cara de felicidad con la que te fuiste del club con ese sujeto.- admitió Jiana, llevándose un par de papas fritas a la boca.

-Pues no.- gruñó la castaña, removiendo las verduras en su plato sin intención de llevárselas a la boca.

-Sigo sin creer que le hayas echado de la habitación medio desnudo solo por el tamaño de su polla.- murmuró su mejor amiga con una gran sonrisa en el rostro.

-Sabes que soy exigente con ese tema…- susurró la menor con las mejillas rojas.

-En serio amiga, de cumpleaños te daré un viaje a África con todo pago. Sería el paraíso para tu exigente coño.- repitió Jiana con burla, pues no era la primera vez que decía algo así.

Doeun se limitó a mirarla con odio y seguir comiendo.

-He escuchado que Kim la tiene grande.- comentó de repente, llamando la atención de Doeun.

-¿Seungmin? – inquirió la castaña, buscándolo inconscientemente con la mirada.

-El mismo.- aseguró Jiana, señalando disimuladamente detrás de Doeun. Esta volteó la mirada, encontrándose con el grupo entero de fútbol americano entrando en el comedor. Como cabeza de aquellos, Kim Seungmin, el capitán.

Doeun dirigió su calculadora mirada hacia la entrepierna del jugador, intentando conseguir una pequeña mirada que le diese una idea de a qué podría estarse enfrentando. Lo poco que pudo ver la dejó satisfecha.

-Aproximadamente veinte centímetros. – murmuró para sí misma. O al menos eso creyó, ya que al regresar su mirada a la rubia frente a ella, esta la miraba atónita.- ¿Qué?

-¿Puedes saber el tamaño aproximado de un chico sólo con mirárselo por encima del pantalón? – exclamó en susurros. Doeun se ruborizó notablemente.

-Supongo que es la práctica…

-¡Eres una perra sucia, Kim Doeun! – vociferó Jiana, ganándose un par de miradas estupefactas por algunas chicas que pasaban por su mesa. La menor sintió la necesidad de enterrarse viva.

Doeun sabía que en cualquier momento el lapicero en su boca se rompería debido a las constantes y fuertes mordidas que le proporcionaba al estar tan concentrada mirando impúdica, pero disimuladamente hacia el mariscal de campo, quien se encargaba de devolverle discretas miradas coquetas mientras jugueteaba con una bola de papel junto a sus compañeros de equipo, aprovechando la ausencia del maestro.

-¿Sabes? Podrías solo ir y hablarle. – sugirió una delicada voz en su oído, haciéndola saltar un poco por la sorpresa.

-Mierda, Felix, casi me da un infarto. – dramatiza, llevándose una mano al pecho.

-No seas exagerada, Eunie. -se burla el mayor, sentándose junto a Doeun.- No era mi intención asustarte, pero lo digo en serio. Han estado mirándose de forma nada disimulada desde hace media hora… yo ya me habría desesperado.

-No sé si debería hablarle… -después de todo, sus intenciones con Seungmin no eran del todo puritanas.

-Oh, vamos, no me digas que te avergüenza. Te he visto acercarte a tipos más guapos y más grandes que ese sin una pizca de alcohol en las venas y sin una pizca de duda, ¿Qué te detiene ahora? – “Que asistimos en la misma universidad…” pensó la menor. Los demás hombres que mencionaba Lix seguro habían sido parte de sus conquistas de fines de semana, a los que usaba para complacerse con grandes tamaños, pero siempre procuraba cuidadosamente no involucrarse con nadie de su mismo centro educativo que fuera divulgando su extraño gusto por los miembros grandes en toda la universidad.

-S-sólo… no estoy segura. -confiesa, encogiéndose de hombros.

-Pero sólo irás y le pedirás una cita porque te gusta… no es la gran cosa. – admite el mayor, mirando a Seungmin mientras hace una mueca despreocupada.

-Oppa, a mí no me gusta Seung y no quiero pedirle una cita. – le hace saber Doeun, mirándolo seriamente. Lee le devuelve la mirada, confuso.

-¿Entonces…?

Doeun suspira.

-Sólo quiero follar con él. Jiana me dijo que hay rumores que dicen que está bien dotado. – le comenta la menor, como si estuviesen hablando del clima.

-Ah, Eunie, tú y ese extraño gusto por los miembros grandes.– Felix niega con la cabeza, haciendo sonrojar a Doeun.– ¿Quieres saber lo que a mí me contaron?- La castaña asiente.- Que todos los del equipo de fútbol están bien dotados.

Doeun abre en grande los ojos.

-Aunque no me creas.- Felix asiente con orgullo.- Tengo una fuente bastante confiable que me asegura que todos están bien de allí abajo.

-¿Quién te dijo eso? – inquirió la castaña, verdaderamente interesada.

-Yo tengo mis contactos. – dice simplemente, dejando a la castaña con la duda.- Sin embargo, te puedo decir que Hyunjin me lo ha confirmado. Ya sabes, son hombres y se duchan juntos después de los juegos… un día le pregunté a mi novio y él me lo confirmó. Aunque se puso un poco celoso, pero nada que un poco de buen sexo no pueda arreglar.

-Ew, no sé porque escucharte hablar de tener sexo con Hyunjin Oppa es como escuchar a mis padres hablar de sus polvos.– Confiesa Doeun, estremeciéndose. Lix le golpea en la cabeza.

-Más respeto, mocosa. – Doeun masajea la zona afectada con una mueca de dolor.- A lo que quiero llegar, es a que no es necesario que acoses a Seungmin, cualquier jugador que elijas te podría dar una agradable sorpresa.

Y Doeun lo consideró.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro