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Nayeon sabía que no debía tocar el tema, ya que Mina había hecho lo posible por hablarle bien, y parece que ese tema era muy delicado.

—¿Y por qué Chaeyoung esparciría el rumor? —Desconfió un poco.

—Bueno, no lo sé. Tal vez quiere hacerme daño, y te utiliza a tí.

—¿Hacerte daño? ¡¿Y qué mierda tengo que ver yo?!

—¡Tal vez porque todo el puto mundo piensa que me gustas! —Gritó, sin ser consciente de lo que realmente había dicho. Pudo notar un sonrojo, y sorpresa en el rostro de la morena, lo cual provocó un sonrojo en ella misma.

—¿Y-y qué tiene que ver eso? Tienes la libertad de querer a quien se te pegue la regalada gana.

—Porque ella sigue obsesionada conmigo. Chaeyoung y yo tuvimos algo hace unos meses, y aún busca la forma de estar conmigo —Dijo.

—Problemas de ex locos. —Rodó los ojos.

—¿También tienes uno? —Preguntó.

—Claro que sí, ¿Por quién me tomas? Es Park.

—¿Park Jinyoung? ¿El alfa más codiciado de la escuela que está a dos cuadras? —Nayeon asintió quitándole importancia.

—Está loco como una cabra. No supera que lo dejé.

—¿Y por qué lo has dejado? Parecía un gran chico.

—Porque para ese tiempo, ya me gustaba otra persona.

—¿Quién?.

—Eso no te interesa, Myoui. No seas metiche. —Se cruzó de brazos.

—Tal vez si me interesa, Im.

—¿En qué podría beneficiarte a tí saber eso? —Alzó una ceja.

—Quiero saber. Es muy feo dejar a alguien con la intriga.

—No porque te guste significa que debas saber todo de mí, Myoui. Ya supérame. —Aquel ego hizo que la pelirroja lanzara una gran carcajada.— ¿De qué te ríes? —Se sonrojó.

—¿Cuando he dicho yo que me gustabas? —Continuó riendo.

—¡A-acabas de decirlo!.

—Dije que todo el mundo piensa que me gustas, no dije que fuera verdad. Tienes el ego muy alto, ¿No? —Rió.

—¿E-entonces quién te gusta?
—-Oh, Im. No pensarás que te diré sin que me hayas dicho tú primero... ¿O sí? -Se acercó peligrosamente.

—¿Q-qué tiene? —Preguntó. De pronto, comenzó a sentirse un poco mareada, y con un gran sonrojo. "Oh no". Pensó. Estaba comenzando su tiempo de celo.

—Im, Im, Im... Yo también tengo dudas... —Acarició su pelo. Al respirar, sintió como una fragancia la embriagaba, a tal punto de hacerla enloquecer ¿Era ella tan exquisita?. Porque Nayeon parecía tan tentadora en ese instante...

—C-creo que es mejor que me vaya —Intentó irse, pero la mano de Mina la detuvo.

—¿Por qué hueles tan bien?... —Preguntó, mientras se acercaba a su cuello. Necesitaba sentir ese aroma.— Me dan ganas de...

—¿D-de qué? —No sabía por qué se sentía tan débil ante ella. Es su culpa por no tomar aquel jarabe ese día.

—De... —Sus labios, sin tocar la piel, fueron subiendo, hasta que sus ojos se encontraron con los de la morena. Comenzó a acercarse, y tomó el mentón de la castaña para que la mirase. Mina tenía los ojos oscuros, y las pupilas dilatadas. Ninguna de las dos se dieron cuenta de la gran erección que cargaba la pelirroja.

No pudo más e impactó sus labios con los de la morena, perdiéndose en el dulzor de ellos.

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