Desesperación real

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La cuarta batalla había acabado.

Los Varia habían perdido el anillo de la lluvia junto con su segundo al mando esa noche, y aún así se marcharon sin darle importancia a la vida del albino. Ninguno de los jóvenes de la décima generación entendía ese comportamiento del escuadrón de asesinos, ni siquiera la distante nube o la engañosa niebla quienes contemplaban todo en la distancia.

Ambos bandos se retiraron esa noche con muchas cosas en sus mentes, sus futuras batallas, los sucesos hasta el momento... Los heridos y las bajas. Tan sumergidos iban en sus pensamientos que nadie se percató del constante temblor de cierto joven, sus aliados tampoco se cuestionaron al percatarse de que este se había separado de ellos en el camino al hotel, era algo que hacía a veces después de todo, y no por estar herido era vulnerable.

Ninguno se imaginó que ese chico tan sanguinario y prepotente estaría corriendo sin aliento en dirección al hospital, la desesperación siendo evidente en la expresión de su rostro y los traspiés accidentales que daba mientras ignoraba el dolor de su cuerpo y entraba al blanco edificio, inmediatamente comenzando a buscar en los pasillos a aquel que podía darle respuestas, que podía darle esperanza.

Al doblar en uno de los corredores lo encontró de pié, observando estático la puerta del salón de operaciones que mantenía encendida la luz que indicaba que estaban en mitad de una cirugía, corrió una vez más hacia él y se aferró a sus ensangrentadas ropas zarandeándolo.

—¡Dime que está bien! ¡Dime que lo salvaste! —Le exigía desesperado, sus ojos carmín expuestos y mostrando sus emociones y las lágrimas acumuladas al habérsele pegado su rubio flequillo a la frente por el sudor, incluso su preciada tiara se había caído en algún punto del trayecto y no le tomó importancia.

—Está en cirugía ahora Bel. —Le dijo el mayor, sosteniendo sus manos en un intento de que aflojara el agarre que comenzaba a volver blancos sus puños—. Los doctores dicen que aún hay esperanza, pero está muy grave. Ahora solo podemos esperar.

Esto le calló como un balde de agua helada al adolescente, soltó el agarre de las ropas del mayor y retrocedió unos pasos, aturdido como si hubiera recibido un puñetazo.

—Dices... Que podría... ¿Morir? —Cualquier otra persona hubiera pensado que se trataba de un impostor, que el príncipe destripador nunca expresaría emociones semejantes.

—Las probabilidades... No están a su favor la verdad. —Confesó con amargura—. Pero...

Fue interrumpido al tener que esquivar un cuchillo que iba directo a su rostro. Desconcertado, observó al chico frente a él.

—Eso no pasará... Eso no es posible... Eso no está permitido... No puede hacerlo... No puede... —El adulto sintió su corazón comprimirse al ver el estado de Belphegor.

Su mirada perdida y bañada en lágrimas que corrían por su rostro hasta llegar al suelo, su delgado cuerpo tembloroso y cubierto de vendas que yacían ensangrentadas ya que sus heridas se habían abierto por el esfuerzo realizado, y sus labios susurrando palabras de completa negación debido al shock en el que estaba.

—Bel...

—¡¡No puede morir y dejarme!! —Tras gritar esto lanzó una vez más sus cuchillos, no apuntaba hacia él, apuntaba a todo lo que entraba en su vista—. ¡¡Él fue quién me busco!! ¡¡Él dijo que se quedaría!! ¡¡No le permitiré irse!! ¡¡Aunque lo tenga que matar no lo permitiré!!

Para este punto la sala de espera era un desastre, cuchillos y cables por doquier, las sillas destrozadas y él mayor con múltiples heridas al no poder esquivar algunos cuchillos con tal de proteger la puerta del salón de cirugía, ante la situación agradeció profundamente que este estuviera insonorizado y que hubieran cerrado el hospital tras llegar.

—¡Bel! —El chico no lo escuchaba, gritos roncos salían de su garganta desgarrada por tanto gritar, y su vista nublada no parecía enfocar nada.

Aprovechó el momento en que el chico perdió el equilibrio debido a uno de sus propios cables que no vio por las lágrimas y tomó su látigo, golpeando con maestría la mano en la que Bel sostenía sus cuchillos y enredándolo en ella para jalarlo hacia él y abrazarlo con fuerza, evitando que se soltara de su agarre o sacara otra de sus armas.

—¡Belphegor escúchame de una vez! —Escuchar su nombre completo por parte del adulto y su tono autoritario le devolvió un poco de su conciencia, él nunca los usaba a menos que fuera importante, así que por instinto siempre lo escuchaba—. Él está mal, eso es verdad. Pero los doctores dijeron que si su voluntad es fuerte aguantará la cirugía y vivirá. Tú y yo sabemos mejor que nadie cuan luchador es, así que vamos a creer en él, ¿si?

Tras escuchar estas palabras Bel dejó de luchar y en su lugar comenzó a hipar debido al llanto.

—No... No quiero... Que se vaya... —Confesó entrecortado mientras escondía su mirada en el hombro del adulto y se aferraba a él—. No quiero perderlos a ninguno de los dos... No quiero que me dejen papá...

—No lo harás Bel, por lo menos no hoy. Te lo prometo. —Dijo mientras dejaba salir sus propias lágrimas de angustia al ver a su hijo tan roto y recordar el estado en que estaba su cónyuge cuando lo llevó al hospital, manchándose con su sangre al sostenerlo en el camino.

Nadie creería una escena similar.

¿Quién en su sano juicio podría siquiera imaginar al potro bronco consolando al príncipe destripador?

Para el chico de cabellos plateados que se encontraba escuchando tras una pared la interacción del que fue su oponente y aquel que era cómo un hermano para su jefe, su cerebro solo podía generar más y más preguntas mientras escuchaba los sollozos desgarradores del joven asesino, al que Dino consolaba repitiendo una misma frase.

—Squalo estará bien.

Continuará...

Yo: Hooooooola mis amores♡(ӦvӦ。). ¿Me extrañaron en el preludio? —Es golpeada por un mazo verde.

Reborn: Nadie lo hizo Dame-autora. Y ahora explícame por qué no sabía nada de la boda de mi primer Dame-alumno. —La amenaza con Leon transformado en pistola.

Yo: ¿Eso no deberías preguntárselo a Dino(;^ω^)? Él fue quién se casó sin avisarte, yo solo narré los echos 😇.

Reborn: ...Vuelvo en unas horas.

Yo: Me salvé( ꈨຶ ˙̫̮ ꈨຶ ). Casi muero por 972 palabras🤣.

Ciao~ ciao~ mis amores( ˘ ³˘)♥.

PD: El preludio tuvo 147 palabras.

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