Prólogo: Desesperación

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"Una espada no debe sentir desesperación"

Ojos plateados miraron de forma fija a la arquitectura gigante a varios metros de distancia. El edificio se encontraba siendo consumido de forma lenta por las llamas. Sus hombros estaban tensos en tanto su mano izquierda no flaqueaba sosteniendo con rudeza la espada ensangrentada, la otra mano tenía entre sus dedos enredados entre si hebras azabache, bajando la vista encontrarías la cabeza de una fémina con el cuello cortado de forma limpia y sus ojos cerrados junto a una sonrisa pacífica.

"Una espada solo sirve para ser una herramienta"

El aire azotaba con fuerza su cabello y afianzaba más la potencia del fuego, el terreno nocturno yacía desprovisto de otra vida que no fuera la de él mismo.

"Hubo un tiempo en donde creí esas afirmaciones, no importará cuán agotado o dañado estuviera, siempre estaría dispuesto a ayudar sin importar mi vida"

Rechinó los dientes no sabiendo como reaccionar ante la vista, sus ojos contenían lágrimas no derramadas, más no lloraría. Las piernas fallaron en intentar seguir parado, la sola imagen del paisaje consumiendo al pasar de los segundos provocó que su malestar de hiciera más pronunciado.

"Mas todo tiene un límite"

Escuchó el paso de varias personas rodearlo, el ruido de espadas siendo desenvainadas y armas apuntándole le hizo darse cuenta de cuál era su situación.

—Por órdenes de Akechi Mitsuhide queda usted detenido, ¡entregué su arma y no ofrezca resistencia!—gritó alguien a su lado, pero el hombre seguía mirando fijamente al frente, sin inmutarse por las armas desenvainadas.

—¡¿No escuchaste?! ¡Suelta el arma a menos que desees morir ahora!—la amenaza fue servida una vez más, pero no hubo ningún movimiento.

Consternado este se dirigió hacia el objetivo inmóvil, todos observaban atentos a cualquier movimiento. La distancia había sido cerrada, ahora a solo medio metro alzó su brazo para alcanzar su hombro

Grave error

La única indicación que tuvo del peligro fue cuando vio la mirada vacía del hombre cernirse en él, no tuvo tiempo de reaccionar cuando su brazo fue doblado de forma irregular hasta retorcerse. Un grito gutural de dolor salió de sus labios, para posteriormente caer al suelo absorto del dolor

"Así como una lluvia tenue puede convertirse en una tormenta desgarradora..."

Todos se tensaron, tragaron en seco cuando sus cuerpos temblaron, sintiendo la intención puramente asesina que salía del hombre. Frente a ellos no estaba la presa fácil que creían que era

No

Ante sus ojos y su propio ser estaban frente al cazador

Decirle cazador tal vez sería humanizarlo

Si tuviera que describirlo mejor...

Una bestia sedienta de ansia de venganza

"Un pequeño siervo se puede convertir en una pesadilla macabra"

No supo cuando empezó, pero en el momento que silenció a aquel soldado con una espada proyectada...la presa estalló

Su visión se nubló de rojo mientras cantaba el primer verso de su aria, balanceó sin parar y sin perder su postura cortando todo a su paso. Gruñidos de dolor, no afligido pero si de furia y tristeza salían de sus labios.

No sabía si fue segundos o incluso horas, cuando había terminado ya no había nadie más de pie en aquel terreno. Solo él junto al fuego que avivaba a cada paso. Ahora en el terreno solo había cuerpos, hombres que escogieron el peor momento para hacer presencia

En vez de sentir satisfacción su alma estaba vacía, llena de pesar.

Su vista se dirigió hacia la cabeza que había estado sosteniendo hasta hace minutos

Todavía

Todavía faltaba para calmar este remordimiento que lo quemaba por dentro.

Y si pierde un brazo o su cuerpo sucumbe ante sus heridas, nada lo detendrá de su resolución

Acabaría con el mal que provocó que esté acontecimiento ocurriera

Solo así podría hallar la "paz"

Las llamas del templo Honnoji resplandecían feroces, sin perder su brillo incluso si ya estaba llegando a su fin.

Yasuke no dudó, así como las llamas habían nacido en esta noche desolada

La espada fue manchada de carmesí hacia un camino sin retorno.

Porque el demonio que la empuñaba ya había dejado de existir

La correa que lo mantenía a flote se eliminó

Y ahora el monstruo dará la luz y dejará caer su fuerza hacia los condenados

Que dios se apiade de sus almas

¿O acaso dios mismo creo este escenario?

Nadie lo sabrá

Solo el verdugo renacido por el fuego

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