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-¿Estás seguro de que tus padres viven aquí? -Jimin se quedó mirando la villa que tenían delante.

Las esculturas talladas a mano salpicaban el césped en un derroche de colores primarios. Girasoles gigantes brotaban en las paredes con salpicaduras de pintura amarilla y verde.

Parecía un cruce entre una villa y guardería.

-Sí -la puerta principal se abrió de golpe, dejando ver una masa de cabello castaño-. Prepárate.

-¡Cariño! -gritó la madre de Jungkook-. ¡Es maravilloso verte! Mi niño. -se precipitó a ellos y abrazó a su hijo tan fuerte como podía-. ¿Has perdido? ¿Estás comiendo lo suficiente? ¿Duermes lo suficiente? ¿Tienes suficiente sexo?

Jimin disimuló su risa con una delicada tos.

La madre de Jungkook se apartó y lo examinó con ojo crítico

-Hola, madre.

-Te dije que me llamaras Hannie, siempre eres tan formal. La culpa es del abuelo -luego miró a Jimin-. Su abuelo era muy estricto con las reglas. ¿Sabes que una vez echó a alguien de una cena por usar el tenedor equivocado?

Jimin parpadeó, aparentemente aturdido por el torbellino de energía que tenía ante sí.

-Ahora déjame echarte un vistazo -Jeon Hannie soltó a su hijo y puso sus manos sobre los hombros de Jimin-. Oh, eres precioso. ¿No es hermoso, Jungkook? Dime, cariño, ¿qué usas para tu piel? Está tan brillante. ¿Aceite de argán? ¿Mucina de caracol? La mer...

Jimin llamó la atención por encima de la cabeza de la señora que tenía en frente.

Ayúdame.

Solo bastó con mirar a Jungkook.

-Sí -habló Jungkook-. Es hermoso, lo es.

Los ojos de Jimin se abrieron un poco y Hannie sonrió con más fuerza.

Ambos se sostuvieron la mirada durante un momento de suspensión hasta que la voz de su padre resonó en el césped.

-¡Jungkook! -entró por la puerta principal-. Me alegro de verte, hijo -le dio una palmada en la espalda antes de envolver a Jimin en un abrazo de oso-. ¡Y tú, mi yerno! No puedo creerlo. Dime ¿Jungkook te ha llevado a bucear alguna vez?

-Eh, no...

-¿No? -su voz retumbó más fuerte-. ¿Por qué diablos no? Le he dicho que te lleve a bucear desde que te comprometiste. Ya sabes, concebimos a Joo Hyuk después de...

Jungkook interrumpió antes de que sus padres se avergonzaran a sí mismo y a él.

-Déjalo es paz, padre. Aunque la historia de las concepción de Joo es fascinante, nos gustaría refrescarnos. Ha sido un largo vuelo.

-Por supuesto. Vengan, vengan. Tenemos su habitación lista. Joo no llega hasta la noche, así que tienen el segundo piso solo para ustedes por ahora.

Jimin y Jungkook caminaron uno al lado del otro, junto a la señora Jeon.

-Así que esa es tu familia -dijo Jimin solo para que su prometido lo escuchara-. No son... lo que esperaba.

-No dejes que su fachada hippie te engañe. Mi padre sigue siendo un Jeon y mi madre solía ser una consultora de gestión. Pídeles que renuncien a sus tarjetas de crédito y que lo pasen mal de verdad, y verás lo melosos que son.

-¡Y esta es su habitación!


-¿De dónde sacaste esa foto?

-Utilicé una foto de tu fiesta de compromiso como inspiración -el orgullo brilló en los ojos de Jeon Hannie-. ¿Qué te parece? No es mi mejor trabajo, pero estoy un poco estancada en la creatividad.

-Es precioso -dijo Jimin con una sonrisa amable-. Has captado el momento perfectamente.

Jungkook se pellizcó el puente de la nariz mientras su madre se sonrojaba.

-Eres muy dulce. Sabía que me gustabas -acarició el brazo de Jimin-. De todos modos, los dejaré para que se instalen. Si necesitan más preservativos, avísenme -les guiñó un ojo antes de salir corriendo por la puerta.

La sonrisa de Jimin desapareció cuando Hannie se fue.

De repente, ambos se dieron cuenta de que era la primera vez que compartirían una habitación.

Compartir la cama.

Seis días y cinco noches durmiendo juntos.

Seis días y cinco noches de tortura para Jungkook al tener que ver a Jimin con esa diminuta pijama y de escuchar el agua correr mientras se bañaba.

Se paso una mano por la cara.

Iba a ser una semana muy larga.

P

ara Jimin, los padres de Jungkook eran todo lo contrario a su hijo, de espíritu libre, efervescente y sociable, con sonrisas rápidas y un sentido del humor algo inapropiado.

Estaban todos en un restaurante.

-Quiero saberlo todo. Como se conocieron, cómo se te declaró -Hannie apoyó la barbilla en las manos-. No escatimes en detalles.

-Conozco a su padre -dijo Jungkook antes de que pudiera responder-. Nos conocimos en una cena en casa de sus padres en Busan y congeniamos. Salimos juntos y le propuse matrimonio meses después.

Técnicamente era cierto.

-Ah. -Hannie frunció el ceño, pareciendo decepcionada por el resumen poco romántico de Jungkook sobre si noviazgo-. ¿Y la propuesta?

-Sucedió en el río Han -dijo Jimin con suavidad-. Era una noche preciosa, y pensé que simplemente íbamos a dar un paseo...

Los padre de Jungkook escucharon con expresión embelesada, mientras Jimin hilaba una dramática historia con flores, lágrimas y cisnes.

Jungkook parecía menos encantado. Su ceño se fruncía con cada palabra, y cuando llegó a la parte en la que luchaba con un ave extraña que había intentado huir con el flamante anillo, le lanzó una mirada a Jimin tan oscura que podría haber apagado el sol.

-Lucha con un ave, ¿eh? -el señor Park se rió-. Jungkook, nunca dejas de sorprenderme.

-Yo tampoco dejo de sorprenderme -murmuró Jungkook.

Jimin ahogó una risa.

-¡Qué propuesta tan singular! Ya veo por qué te has tomado la molestia de recuperar el anillo. Es impresionante -Hannie le levantó la mano a Jimin y examinó el diamante obscenamente grande-. Jungkook siempre ha tenido buen ojo, aunque esperaba...

Jungkook se tensó.

Hannie se aclaró la garganta y soltó su mano.

-De todos modos, como he dicho, es un anillo precioso.

-Lamentamos no haber podido asistir a la fiesta de compromiso -añadió el padre de Jungkook-. Nos hubiera encantado estar allí, pero ese mismo fin de semana había un festival con un artista local que no había asistido a un evento público en diez años.

-Tiene mucho talento -dijo Hannie-. Sencillamente, no podíamos perder la oportunidad de verle.

El horror invadió a Jimin. ¿Por eso se habían perdido la fiesta de compromiso de su hijo? ¿Para conocer a un artista que ni siquiera conocían?

A su lado, Jungkook daba un sorbo a su bebida, con una expresión de granito. No parecía sorprendido.

Una inesperada punzada golpeó el pecho de Jimin.

¿Cuántas veces habían optado sus padres por sus deseos egoístas por encima de él para que se mostrara tan indiferente a que se perdieran su compromiso?

Sabía que no estaban unidos, teniendo en cuenta que lo habían dejado con su abuelo, pero, aun así. Al menos podrían haber inventado una excusa decente de por qué no estaban allí.

Luego de la comida, Jimin y Jungkook fueron animados a "dar un bonito paseo" por la playa.

-Tus padres parecen agradables -dijo Jimin mientras caminaban por la orilla.

-Como personas, tal vez. ¿Como padres? No tanto.

Jimin lo miró sorprendido por su franqueza.

La camisa y los pantalones de lino de Jungkook le daban un aire más desenfadado que de costumbre, pero sus rasgos seguían siendo sorprendentemente audaces, su cuerpo poderoso y su mandíbula dura, mientras caminaba al lado de Jimin.

Parecía invencible, pero eso era lo que ocurría con los humanos. Nadie era invencible. Todos eran vulnerables a las misma heridas e inseguridades que los demás.

Solo que algunos lo ocultaban mejor.

-Tu abuelo los crió a ti y a Joo, ¿verdad?

-Mis padres se fueron por el mundo poco después de que naciera Joo Hyuk. No podían llevar a dos niños en sus viajes, dado lo mucho que se movían, así que nos dejaron al cuidado de nuestro abuelo. Dijeron que era lo mejor.

-¿Los visitaban a menudo?

-Una vez al año como mucho. Enviaban postales en Navidad y en nuestros cumpleaños. -Habló con un tono seco y distante-. Joo guardaba las suyas en una caja especial. Yo tiré las mías.

-Lo siento -dijo Jimin con la garganta apretada-. Debes haberlos echado mucho de menos.

-No lo hagas. Mis padres tenían razón. Fue lo mejor. -Se detuvieron en la orilla de la playa-. No te dejes engañar por su hospitalidad, Jimin. Se preocupan por mí cada vez que me ven, porque no me ven a menudo, y eso les hace sentir que cumplen con su trabajo como padres. Nos llevan a comer, nos compran cosas bonitas y nos preguntan por nuestras vidas, pero si les pides que se queden en los momentos difíciles, se van.

-¿Y tu hermano? ¿Cuál es su relación con ellos?

-Joo fue un accidente. Me planearon porque necesitaban un heredero. Mi abuelo lo exigía. Pero cuando llegó mi hermano... cuidar de dos niños fue demasiado para mis padres, y se retiraron.

-Así que tu abuelo se hizo cargo en su lugar.

-Estaba encantado. -El tono seco de Jungkook regresó-. Mi padre le decepcionó en el terreno de los negocios, pero pudo moldearme como su perfecto sucesor desde muy joven.

Y lo hizo.

Jungkook era uno de los directores generales más exitosos de la lista.

-Déjame adivinar. ¿Te llevó a jugar a la sala de juntas y te dio explicaciones de dibujos animados sobre el mercado de valores? - bromeó Jimin, con la esperanza de aliviar la tensión que se reflejaba en sus hombros.

Una leve diversión apareció en los ojos de Jungkook.

-Casi. Mi abuelo dirigía su casa como dirigía su negocio. Él tenía la primera, la última y la única palabra sobre cualquier tema. Todo funcionaba según un estricto conjunto de reglas, desde nuestras horas de juego hasta los pasatiempos que Joo y yo podíamos practicar. Tenía siete años cuando hice mi primera visita a la fábrica, diez cuando empecé a aprender sobre contratos y negociaciones.

Ambos se quedaron en silencio, pero Jungkook continuó.

-No lo sientas. JeonGroup no estaría donde está ahora si no fuera por él y por lo que me enseñó.

-Hay más cosas en la vida que el dinero y los negocios -dijo Jimin suavemente.

-No en nuestro mundo. La gente puede unirse a todas las organizaciones benéficas que quiera, donar todo el dinero que desee, pero al final del día, se trata del resultado final. Si crees que alguna de las personas que me besan el culo ahora se quedaría si la empresa se cerrara mañana, estás muy equivocado. Los únicos idiomas que entienden son el dinero, el poder y la fuerza. Los que lo tienen harán cualquier cosa para mantenerlo. Los que no lo tienen harán cualquier cosa para conseguirlo.

-Esa es una forma terrible de ir por la vida.

-Algunas cosas lo hacen mejor.

El corazón de Jimin vaciló y luego volvió a acelerar.

-No era así como había planeado pasar nuestro primer día en Bali -Jungkook volvió a hablar-. Te prometo que las lecciones de historia familiar no son la norma aquí.

-No hay nada malo en una lección de historia. Pero... - Cambió a un tono más juguetón-. Quiero aprender más sobre ese buceo del que hablaba tu padre. Nunca he estado en Bali. ¿Qué más se puede hacer?

Los hombros de Jungkook se relajaron.

-No saques el tema del buceo delante de mi padre, o te echará la bronca -dijo mientras iniciaban el camino de vuelta al restaurante-. Para ser justos, la isla es uno de los mejores destinos de buceo del mundo. También hay algunos templos hermosos y una gran escena artística en Ubud...

Jimin lo escuchó a medias mientras repasaba las principales actividades en Bali. Estaba demasiado distraído por su voz como para prestar atención a sus palabras.

Aunque, no sólo de su voz, sino la inteligencia, la lealtad, vulnerabilidad y el humor que se esconden en lo más profundo de su superficie malhumorada.

Jungkook pasó de ser la caricatura de un director general rico y arrogante a un ser humano real.

Uno que a Jimin le gustaba, en su mayor parte.

No importaba cuánto compartiera Jungkook sobre sí mismo, no podía engañarme pensando que su relación era algo más de lo que era.

Ese era un camino seguro hacia un corazón roto, y Jimin ya tenía suficientes cosas rotas en su vida.

Jungkook se acercó a él para dejar pasar a otra pareja. Sus dedos se rozaron, y el corazón de Jimin saltó a la garganta.

Esto es solo un negocio, se recordó a mí mismo.

Si lo decía las veces suficientes, quizás se lo creyera.

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