Capítulo 08

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—Lo siento... Tengo la sensación de que todo esto es culpa mía. —Murmuró Zhang Hao.

—¿Qué? ¡Claro que no! —Le dije intentando que no se sintiera mal. —La culpa de esto es del grupo de Karina. ¿Qué más le da lo que Winter haga en su tiempo libre? —Dije de mal humor. —Lo malo es que ya no podrás venir a casa...

—No importa. —Me dijo Hao restándole importancia. —Tu madre no vio a JiWoong, ¿Verdad? —Yo negué con la cabeza. —Entonces podemos seguir quedando sin problemas.

Yo hice un sonido de afirmación mientras asentía con la cabeza.

—No te comas la cabeza con eso. —dijo Zhang Hao sonriendo emocionado. —Piensa en que has conseguido recuperar la relación con uno de tus hermanos.

—Sí... La verdad es que se siente bien volver a confiar en alguien de tu familia. —Confesé mientras tumbaba mis brazos sobre la mesa. —Aún que mis padres están muy molestos... No me dejan salir a ningún sitio, y me traen y me recogen de clase todos los días...

—Ya se les pasará... —Zhang Hao acarició mi hombro. —¿Se lo has contado a los demás?

Negué con la cabeza. —Quiero decírselo en persona.

El chico asintió con la cabeza. —Entonces, ¿Entre MinHee y tú ya está todo bien?

—Sí. Ambos aprovechamos que estuve castigada todo el fin de semana y nos hemos puesto al día.

—Eso está bien. —Dijo mientras apartaba el pelo de mi cara. —Te dije que te querían. Nunca dejarás de ser su hermanita pequeña. —Hao espachurro mis mejillas mientras sonreía. —Eres tan adorable. Me encantas.

—A mí me encantas tú. —Dije mientras me incorporaba en mi sitio. Hao seguía espachurrando mis mejillas y yo hice lo mismo con las suyas. —De verdad que, sin ti, nada de esto habría sido posible. Te quiero mucho Hao.

Mi mejor amigo me miró durante unos instantes antes de soltar mis mejillas y dejar sus manos relajadas sobre estas. Sus dedos hicieron fuerza sobre mi nuca y me atrajo hacia él depositando un beso sobre mis labios de no más de unos segundos. Yo me quedé paralizada y sin saber qué hacer.

Zhang Hao se separó rápidamente y se levantó de su silla mientras se pasaba las manos por el pelo, yo le miré con una mezcla de confusión y nerviosismo.

—Lo siento. —dijo rápidamente mientras se pasaba las manos por el pelo de la nuca. —Joder, lo siento, no era mi intención...

Mi mejor amigo se agacho y escondió su cabeza entre sus rodillas mientras murmuraba: —Joder...

—¿A qué ha venido eso? —Murmuré cuando mi cerebro consiguió reconectar con el mundo.

—No lo sé, yo... —Zhang Hao levantó la mirada y me miró arrepentido. —Ni siquiera sé porque lo he hecho, perdón.

—N-No pasa nada, pero... —Parpadee un par de veces confusa. —Sabes que te quiero muchísimo, pero no de esa manera.

Hao respondió casi inmediatamente. —Yo también te quiero, pero no de esa manera. —El chico se levantó y se sentó en una de las mesas que tenía al lado. —De verdad que no sé porque lo he hecho... —Zhang Hao se pasó de nuevo la mano por el pelo mientras miraba a un punto fijo, como si su cerebro no pudiera conectarse. —Joder, sabes que todavía no he sido capaz de superar lo de EunBin... Y sabes que no sé si sea capaz de volver a estar con alguien... De verdad que lo siento. No me odies, por favor.

—N-no te preocupes por eso de verdad. —Le dije intentando calmarlo. —Solo finjamos que no ha pasado nada...

Quería decir más, pero la puerta del aula fue abierta y la voz de EunChae nos interrumpió.

—¡HeeJin!

HanBin y EunChae se acercaron corriendo.

—¡Os estábamos buscando! —Dijo mi mejor amiga emocionada.

—¿Pasa algo?

La chica asintió con la cabeza. —El partido de JiWoong empieza en unos diez minutos. ¿Queréis ir a verlo?

—¡Claro!

—No me gusta mucho el baloncesto. —Respondí.

—¡Oh, venga! Todo el instituto va a ir. —dijo HanBin haciendo un puchero. —No te puedes negar.

—Oh, créeme que sí que puedo. —Estire mi mano para tomar mi mochila y colocarla sobre mi hombro. —Aprovecharé para ir a comprar algo a la tienda que hay cerca. Ahora que mis padres no me quitan el ojo de encima, ya ni siquiera me dejan salir a comprar chucherías.

—Pero Hao y yo nos disfrazaremos de animadoras y todo! —HanBin hizo un puchero aún más grande. —¡Hasta he comprado pelucas!

—EunChae, grábame eso y hazles muchas fotos. Ya me lo pasarás. —Dije mientras salía del aula.

Zhang Hao me llamó: —¡HeeJin, espera!

Pero decidí ignorarlo y salí corriendo por los pasillos en dirección a la salida. No pude evitar derramar alguna lágrima, no solo por el hecho de que quizás ese beso había jodido por completo mi amistad con Zhang Hao, sino porque también ese maldito beso me había gustado.

Mi día no podía ir peor cuando al salir del instituto una de las correas de mi mochila se quedó enganchada contra la verja, por lo que al ir corriendo terminé cayendo contra el suelo del tirón. Comencé a llorar por el dolor de la caída.

—¿Estás bien?

Al levantar la vista vi al rubio idiota de Shen Ricky. Aparte la vista molesta e intente levantarme a pesar del dolor.

—¡Oye, Lee!

Lo ignoré por completo y comencé a caminar hacia la tienda de conveniencia que había cerca del instituto mientras me secaba las lágrimas cuando me giraron desde el hombro.

—Lee HeeJin. —El chico me miró claramente preocupado. —¿Estás bien?

En aquel momento no era dueña de mis emociones ni de mi cuerpo. Solté un pequeño suspiró de agobio y abracé con fuerza a Ricky. El chico tardó un par de segundos en devolverme el abrazo con fuerza, aunque no esperaba que lo hiciera. Yo solo necesitaba un abrazo... El lado malo es que los abrazos prolongados hacen que comience a llorar.

Después de varios segundos en los que únicamente se oían mis sollozos, Ricky habló: —Emm... ¿Quieres ir a otra parte?

Asentí con la cabeza, no podía mirarle a la cara. Odio que me vean en un momento de debilidad, todavía más si se trata de ese rubio idiota.

«Menuda vergüenza.»

Shen Ricky me llevó hasta uno de los callejones que había al lado de la tienda de conveniencia que había cerca del instituto. Estaba de pie apoyada contra la pared y no era capaz de pensar en otra cosa que no fuera el por qué Hao me había besado.

—Ten. —Levanté la vista de mis pies y vi como el chico me tendía un helado.

Decidí aceptarlo mientras suspiraba. —Gracias... —Estaba abriendo el empaque del helado cuando vi como Shen Ricky se ponía de rodillas delante de mí. —¿Q-Qué estás haciendo?

Él me miró confuso. —Estás sangrando.

Miré mis rodillas con detenimiento y era verdad, pero no era para tanto.

«Mal día para ponerse unos pantalones cortos con unos calcetines que no me llegaban ni a las rodillas.» Pensé mientras observaba mis rodillas.

—Es solo un simple rasguño. —Murmuré. —No me moriré por eso.

—Es por si acaso. —Dijo mientras limpiaba mi herida con el agua de una botella que había comprado. —Además te has dado un buen golpe. —Murmuró mientras me colocaba una tirita.

—Gracias. —volví a agradecer. —No tenías por qué hacerlo...

—Me gusta poder ayudar a la gente. —Dijo mientras se ponía de pie y se apoyaba en la pared a mi lado.

—Pero...

«¿Por qué lo hacía?» «Por muy amable que fuera, no tenía sentido.»

—Si te he tratado fatal.

—Lo sé. —Contestó tranquilo como si nada mientras él sacaba su helado de su empaque.

—Si yo estuviera en tu lugar me habría burlado por ser tan torpe y habría pensado que el karma te lo estaba devolviendo.

—Iba a hacerlo... —Abrí un poco de más los ojos mientras giraba la cabeza para mirarle, pero aquello no me sorprendió. —Pero te vi llorar. 

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