Capítulo 11

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—HeeJin.

Ricky se acercó corriendo hacia mí en cuanto me vio.

—Hola, yo... Siento haberte hecho venir hasta aquí... —Murmuré mientras miraba el suelo.

Después de que MinHee se fuera, me desperté cerca de la media noche. No podía seguir en casa, sentía que me estaba ahogando.

Y tampoco sabía a quién llamar.

JiWoong tenía que acompañar a sus padres a una cena de negocios.

HanBin y Hao tenían turno de noche en sus trabajos de medio tiempo.

Pensé en llamar a EunChae, pero recordé que los viernes por la noche ella salía con su madre a cenar fuera.

Por eso decidí llamar a Ricky.

No tenía a nadie más...

Agradecería infinitamente que el chico me hubiera dado su número de teléfono el día que me acompañó a casa.

—Hey, sabes que no me importaría venir desde el otro lado del país si fuera necesario. —Dijo mientras se sentaba a mi lado. —Aunque me ha sorprendido que me llamaras, no te lo voy a negar.

Me quité la capucha de mi chaqueta y levanté la mirada por primera vez, desde que llegué al parque en el que nos encontrábamos.

—Gracias y lo siento... No sabía a quién más acudir...

Ricky abrió los ojos de más al ver mi rostro bajo la luz de la farola que nos alumbraba.

El chico pasó su mano con delicadeza por mi mejilla, que estaba roja y levemente hinchada. —¿Qué te ha pasado?

La mirada que me dio fue de tristeza y angustia.

No pude evitar que mi vista se empañara y aparte la mirada de su rostro intentando distraerme con cualquier otra cosa.

—Cielo... —Ricky pasó uno de sus dedos con mucha suavidad por mi labio.

—Han sido mis padres...

Ricky suspiró y me atrajo hacia sus brazos para abrazarme, no pude evitar quebrarme y empezar a llorar.

—De verdad que lo siento... No tengo a nadie con quien desahogarme...

—Llora. —Me dijo mientras me apretaba entre sus brazos. —Llora todo lo que quieras, no me voy a mover de aquí.

Ahora sí que era un océano de lágrimas.

[ . . . ]

—Había otras opciones... Pero no pegarte.

Ambos seguíamos sentados en el banco, pero ahora yo estaba más tranquila.

Estaba recostada sobre su pecho con mis piernas sobre las suyas, él en cambio había pasado su brazo sobre mis hombros para acariciar mi pelo mientras que su otra mano hacia dibujos abstractos sobre una de mis piernas para así poder distraerme.

—Siento haberte hecho venir hasta aquí...

—Deja de decir eso por favor. —Ricky me cogió de la barbilla con la mano que estaba haciendo dibujos en mi pierna y me hizo mirarlo. —Me gustas y quiero estar para ti.

—Deja de decir eso... No sé qué me ves. —Suspiré mientras intentaba no reír.

De verdad que pensaba que el chico tenía algún tipo de problema.

—Te diría muchas cosas, pero no es así porque casi no nos conocemos.

Le miré confusa mientras fruncía el ceño.

—¿Gracias?

—Te he dicho que me gustas, no que me gustes mucho. —Se intentó explicar. —Por qué aún no nos conocemos lo suficiente como para decirte que me tienes babeando por ti, solo me gustas.

—Eso es... Raro.

El chico soltó una pequeña risa. —Lo tomaré como un cumplido, gracias.

Ricky me miró unos momentos más antes de darme un pequeño beso en la comisura de los labios.

Parpadee confusa. —Ricky...

—Ya sé que no te gustó, pero ¿Has pensado en lo que te dije?

Intenté no reír. —Es que no sé qué quieres que piense.

—¿Te gusta tu amigo ese? El que te beso. —Me preguntó, sus labios se fruncieron en un pequeño y casi imperceptible puchero.

Yo negué con la cabeza mientras fruncía el ceño. —Zhang Hao es sólo mi mejor amigo, al igual que JiWoong.

—¿Y si hago que te enamores de mí? —preguntó ahora con una sonrisa.

Intenté reprimir una risa. —Ya, claro. Te doy un mes. —Dije en forma de broma.

—Me sobran 2 semanas. —Contestó Ricky totalmente decidido.

Aquello hizo que mi corazón se agitara.

«¿De verdad le gustaba tanto? Esta situación era tan rara.»

Levanté una ceja y sonreí antes de preguntarle: —¿De verdad tienes tanta fe?

—Mucha.

—Ojalá tuviera tu confianza. —Dije mientras apartaba la mirada.

—Ojalá te dieras cuenta de lo increíble que eres.

No negaré que aquel comentario hizo que mis mejillas se calentaran.

—Ven. —Ricky se levantó y me tendió la mano.

—¿A dónde? —Pregunté mientras aceptaba su mano.

—Tú solo sígueme.

Seguí a Ricky hasta un pequeño aparcamiento. Se puso el casco y se subió a su moto, después me extendió la mano.

—Venga, sube.

—Yo amm... Hao y HanBin no me dejan ir en moto...

—Pero ni Hao ni HanBin están aquí en este momento. —Pude ver como Ricky parecía sonreír. —Venga, no te dejaré caer.

Me acerqué hasta él.

—Lo primero es el casco. —Dijo mientras me extendía este. —Bien, pon tus manos en mis hombros. —Explicó. —Apoya tu pie aquí, detrás del mío. —Señaló. —Date impulso y sube la otra pierna.

Hice lo que me dijo y cuando me quise dar cuenta ya estaba sentada detrás de él.

—Ahora sujétate a mi cintura y no te sueltes por nada del mundo y mucho menos en las curvas.

—Sí, papá. —Me burlé. Ricky río antes de arrancar.

La sensación de estar subida en una moto era algo totalmente nuevo para mí. La adrenalina de la velocidad junto con el miedo que sentía cada vez que Ricky giraba en una curva o se aproximaba a una rotonda hacia que mi corazón se acelerará. Fue increíble.

Finalmente acabamos en un parque en Namsan, cerca de la torre N Seoul.

—¿Qué te ha parecido tu primera vez en moto? —Me dijo Ricky mientras me extendía una lata de cerveza.

—Ha sido... Brutal. —Dije antes de darle un gran trago a la cerveza. —¿Tú no bebes?

—No me haría gracia que me parara un control de alcoholemia.

No caí en eso.

—Claro, y... ¿Qué hacemos aquí?

—Pensé que te vendría bien despejarte un poco. —Dijo Ricky mientras se sentaba a mi lado. —Y ahora que te has despejado. ¿Estas mejor?

—La verdad es que sí... Gracias. —Dije sinceramente.

—Y... ¿Aceptarías salir conmigo?

—Ricky...

—Te lo formulare de otra manera. —Dijo rápidamente. —¿Qué te gusta de un chico?

—Buena pregunta... Supongo que lo mismo que respecto a las chicas... —Dije para mí misma pensativa. —Que sepa escucharme, que esté ahí para mí cuando lo necesite, que tenga buenos sentimientos y sea cariñoso. Físicamente me da igual, aunque prefiero que tenga una risa contagiosa y una sonrisa bonita.

—Yo he estado ahí para ti y también te escucho. —Ricky hizo un pequeño puchero mientras jugaba con una rama que había cogido del suelo.

—Eso solo ha sido en una ocasión, dos contando esta...

—Es verdad... —Ricky parecía pensar en otro argumento que dar. —Personalmente creo que mi risa es contagiosa.

—En realidad es más melódica.

—¿Mi sonrisa no es bonita? —preguntó mientras sonreía.

—Es preciosa, en realidad. —Dije sinceramente.

—Sí me dejas también puedo ser muy cariñoso contigo.

No pude evitar sonreír mientras intentaba no reír por sus tontas interrupciones.

Ricky soltó una pequeña risa. —¿Ves? Yo también te debería gustar.

Sentí mis mejillas arder, seguramente por el gran trago de cerveza que había tomado de golpe con anterioridad.

—No puedo negar que eres mono. —Me excuse mientras agachaba la mirada.

—Te has besado seriamente con alguien antes, ¿Cierto?

Yo asentí con la cabeza. —Sí. Con mi ex, para mi desgracia. ¿Por qué pregun...

Ricky me quitó la lata y le dio un trago a lo poco que quedaba para posteriormente sostener mis mejillas entre sus manos. Ricky estampó sus labios contra los míos, yo abrí los ojos sorprendida antes de cerrarlos de golpe.

Sus labios eran tan cálidos, suaves y carnosos.

Ricky se separó de mí y me miró a los ojos. —Perdona...

—No, yo... —Sentí mis mejillas arder como si fuera una hoguera. —Besas muy bien, joder.

—Piensa de nuevo en mi propuesta.

—Pero, joder Ricky. ¿Qué pasa si no logró enamorarme de ti? Te voy a hacer daño y eso es lo último que quiero. —Dije mientras tomaba una de sus manos. —No me gusta jugar con la gente y menos con sus sentimientos.

—Asumiré el riesgo.

—No deberías hacerlo...

—Tú no me mandas.

—Idiota.

—Sí es por ti, sí.

Me acerqué a él y dejé un pequeño beso en sus labios.

—¿Cómo haces para lograr que olvidé todos mis problemas?

Ricky elevó sus hombros antes de acercarse y volver a darme un beso. Solté un pequeño quejido de dolor.

—Oh, mierda, lo siento. —Se disculpó. Sentí como la sangre volvía a caer por mi labio.

[ . . . ]

—Gracias, de verdad. —Dije en cuanto me bajé de la moto y le devolví el casco. Ricky me había dejado una calle antes para evitar problemas. —Has hecho que me olvide de la mierda de día que he tenido.

—No es nada, corazón. —Me revolvió el pelo mientras sonreía levemente. —Oye... —Ricky me tomó con suavidad de la muñeca, después puso sus manos en mi cintura y me acercó a él, que seguía sentado en su moto. Aquel acto hizo que se me pusiera la piel de gallina. El chico me miró unos segundos antes de hablar. —Nada, olvídalo... Ve a casa, es muy tarde.

Ricky me sonrió antes de pasar su mano por mis hombros para atraerme hacia él y dejar un beso en mi sien.

—De verdad que gracias. —Dije antes de darme media vuelta para ir hacia mí casa.

—HeeJin... —Me volvió a llamar, yo me giré sobre mis talones para verle. —Tú también besas muy bien.

Vi como el chico se ponía bien el casco y ponía su moto en marcha. Sentí mis mejillas arder y no pude evitar sonreír mientras volvía a girar sobre mis talones e iba en dirección a mi casa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro