Capítulo 14

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En cuanto el timbre sonó anunciando el cambio de clase, salí corriendo del aula en dirección a una de las salidas de emergencia.
Empujé con fuerza la puerta para abrirla y miré detrás de mí para asegurarme de que nadie me había visto cuando unas manos tiraron de mis muñecas.

Cuando me quise dar cuenta estaba arrinconada en una esquina del edificio.

—Estaba deseando verte. —Me dijo Ricky antes de besarme. Yo pase mis manos por sus mejillas para sostener su rostro mientras él tenía sus manos apoyadas contra la pared.

—Te he extrañado todo el fin de semana. —Dije cuando nuestros labios se separaron para recuperar el aire perdido. —Tus mensajes no son suficientes.

Acaricié el rostro de Ricky antes de acercar a mí para besarle de nuevo.

—Te mandaría audios para que escuches mi voz, pero probablemente escucharías más los gritos de mi padre que mi voz. —Ricky me dio un corto beso.

—Oh, ¿Y eso? En la cena que hubo en mi casa solo vino tu madre... —Pregunté tímida y confusamente. No quería arruinar la atmosfera que ambos habíamos creado.

—Es una historia un poco complicada, —Me dijo mientras acariciaba mi mejilla con ternura. —pero te lo contaré en otro momento linda. Ahora solo quiero besarte.

Yo asentí con la cabeza antes de sentir nuevamente como los esponjosos y suaves labios de Ricky volvían a chocar con los míos durante un par de segundos más hasta que sonó el segundo timbre que anunciaba que enseguida iba a comenzar la próxima clase.

—Ricky, suéltame. —Dije sobre sus labios. —Oye tengo que irme a clase corriendo. —El chico se separó de mí, no sin antes dejar un pequeño mordisco en mi cuello.

—¡Shen Ricky!

«Ay, que hijo de puta.» Pensé intentando no reír por su acto espontáneo.

—Perdón, perdón. —Dijo el chico mientras se reía. —Nos vemos. Ten un buen día.

Yo asentí con la cabeza antes de volver a besarle por última vez.

—Avísame cuando llegues a la universidad. —Le pedí antes de entrar corriendo al edificio hacía mi respectiva clase. Gracias a dios llegué justo detrás de la profesora.

—¿A dónde habías ido? —Me susurró EunChae mientras la profesora Jeon pasaba lista. —Te has ido corriendo.

—Pensaba que me había bajado la regla. —Mentí. Aun que me sentí fatal por mentirle a mi mejor amiga. —Por eso me fui corriendo, pero falsa alarma.

Mi mejor amiga asintió con la cabeza antes de pinchar su boli en mi cuello.

—¡Ay! ¿Qué haces?

—¿Te has rascado o algo? —EunChae miro mi cuello, extrañada. —Lo tienes rojo.

Decir que en aquel momento sentí como se me bajaba la presión hasta el suelo, era quedarse corto.

—Sí, seguramente me toqué con los anillos.

Los anillos de mis dedos y los accesorios de plata en general me provocaban irritaciones y enrojecimientos en la piel del cuello y el pecho. Así que era la excusa perfecta.

EunChae asintió con la cabeza mientras me miraba de forma confusa.

—¿Hong EunChae?

Mi mejor amiga dejó de mirarme o más bien dejó de mirar mi cuello y miró al frente y levantó la mano rápidamente antes de decir: —¡Oh, presente, profesora Jeon!

[ . . . ]

—Bien, la primera carrera de la temporada será el sábado que viene. —Nos explicó HanBin. —El grupo de universitarios que os comenté solo participará en esta carrera porque se han metido en un problema con el grupo de Jeong.

—Uff, el grupo de Jeong siempre está causando problemas... —Murmuró Zhang Hao suspirando.

—He hablado con Lisa sobre el incidente que tuvimos con el grupo de Karina. —Siguió hablando HanBin seriamente. —Estará atenta a todos los coches y ha pedido refuerzos porque habrá bastante gente en esta carrera y... Y creo que no me dejo nada más.

—¿Con qué coche va a correr JiWoong? —Preguntó EunChae.

—Participaré con el mío. —Dijo JiWoong contestando a la pregunta de EunChae mejor amiga. —HanBin y Hao me ayudarán a trucar el motor para que corra más.

—Entonces perfecto. —Respondió EunChae.

—El tema de las apuestas, ¿Quién lo va a llevar? —Pregunté.

Había logrado reunir el dinero suficiente para dárselo a JiWoong. Él pagaría a HanBin y a Zhang Hao por ayudarle a modificar el motor de su coche.
Y EunChae y yo aprovecharíamos el día de la carrera para meter algo de dinero en las carteras de ambos sin que se dieran cuenta.

—Lisa y sus amigas se encargarán de ello. —Me respondió HanBin antes de mirar su teléfono. —Las clases acaban en cinco minutos, podemos irnos ya a casa...

—Eh, yo... —Balbuceó Zhang Hao mirando su cartera.

Me levanté rápidamente de la silla en la que estaba sentada y dije: —Yo invitaré esta vez. Podéis iros a casa.

HanBin me sonrió y mi mejor amigo me miró con un puchero. Me despedí de todos y me acerqué al mostrador para pagar.

—Te devolveré el dinero... —Me dijo Hao, quien aún no se había ido. —En cuanto cobre el mes que viene...

—No lo vas a hacer. —Le respondí.

—Pero HeeJin...

—Hao, como se te ocurra devolverme el dinero, dejaré de hablarte. —Le amenace seriamente mientras pasaba mi tarjeta por el lector. Mi mejor amigo solo me miró con un puchero.

[ . . . ]

Unos ligeros golpes en la puerta me despertaron. Levante la cabeza de la almohada para ver como la puerta se abría levemente y vi el rostro sonriente y lleno de pecas de MinHee mientras se asomaba por la puerta.

—Buenos días, enana.

—¿Enana? —Me froté los ojos mientras me sentaba en la cama.

—Es que para mí eres muy enana. —MinHee entró en mi habitación y me sacó la lengua.

—Discúlpeme señor metro noventa. ¿Qué tal es el clima allí arriba? ¿Hace mucho frío? —Me burlé. —¿Qué traes ahí? —Vi que detrás de su espalda escondía una bolsa.

—Sorpresa. —MinHee alargó la última vocal. —Anda levanta tu culo de la cama y vamos al patio a desayunar. Necesitas que te dé un poco de aire.

—Me daría el aire si papá y mamá no me hubieran vuelto a castigar, encerrándome todavía más en casa. —Me levanté perezosamente de mi cama.

—Lo hicieron porque le hablaste mal a mamá.

—Fue su culpa por hablar mal a mis amigos. —Dije mientras me sentaba en la cama.

«Todavía me duele el labio por su culpa.» Pensé mosqueada.

Tomé mi móvil para ver la hora, pero me distraje viendo un mensaje.

Ricky 🐱🍓

"Te echo de menos. 😔😔"

"Y tengo ganas de verte y comerte a besos."

Aquellos mensajes me hicieron sonreír y no tardé en contestarle.

«Este chico está completamente loco... Y me está volviendo loca a mí también.»

Mi adorado hermano había traído mi desayuno favorito. No había una manera mejor de empezar el día.

«Como adoro a MinHee» Pensé.

Ambos nos encontrábamos en una pequeña mesa que había en el patio, la cual no usábamos en familia desde hace bastante. Mamá y papá trabajan mucho para poder darnos una vida llena de lujos.

ChanHee y MinHee estaban muy ocupados en la universidad. Y yo... yo estaba desperdiciando mi vida viendo y apostando en carreras ilegales...

Mi hermano me estaba contando sobre lo revoltosos que son sus mejores amigos. Me dijo que se llamaban HyeongJun y SeongMin y que los conoció un año antes de entrar a la universidad porque estos hicieron saltar la alarma de incendios para escaquearse de un examen.

—Luego te quejas de mí por saltarme un par de clases. —Hice un puchero. —Seguro que tú eras peor.

—En realidad no tanto. Yo simplemente iba detrás de HyeongJun y SeongMin... Bueno y sigo haciéndolo... —Mi hermano parecía algo pensativo. —Creo que fue peor cuando ambos dejamos de hablarnos. Me encerraba en el cibercafé con HyeongJun y SeongMin para jugar a videojuegos.

—A saber, lo que les has contado de mí —Dije mirándole mal mientras hacía un puchero. —, seguro que se imaginan que soy un monstruo.

—Es que lo eres, fea. —Dijo antes de que yo le lanzara una bolita de papel. Esta chocó contra su frente y cayó en su taza de chocolate. MinHee suspiró. —¿Ves cómo eres horrible? Eres un bicho.

Yo solté una risa.

Mi hermano y yo seguimos hablando cuando ChanHee salió al patio. Seguramente por el ruido que estábamos haciendo... Bueno más bien el ruido que estaba haciendo mi amado hermanito mayor.

—¡Bájame de aquí! ¡No soy capaz de hacerlo!

Convencí a MinHee de enseñarle un truco fácil con el skate, pero el muy bobo se acobardó.

—¿MinHee? ¿HeeJin? ¿Qué estáis...?

—¡ChanHee, ayúdame! —Lloriqueo MinHee, quién no soltaba mis brazos.

—Salta sin más, no te pasará nada. —Me quejé.

«Por el amor de Dios, si se llega a caer sus pies estarán a cinco centímetros del suelo. Además... ¡Le estoy sujetando! Es imposible que se caiga al suelo, solo tiene que mantener el equilibrio.»

—¡Llorica!

—¡HeeJin! —Me regaño ChanHee.

—Gilipollas —Le dije mirándolo seriamente.

—¡HeeJin! —Me regaño MinHee.

Yo rodé los ojos y suspiré antes de mirar a mi hermano nuevamente. —Solo salta. Tus pies darán la vuelta a la tabla con el salto. Si te llegas a caer, te caerás encima de mí. —Le murmuré.

—¿Pero seguro que no me caeré? —El agarre de mi hermano en mis brazos se hizo un poco más fuerte.

—Te lo prometo. Solo mantén el equilibrio y confía en mí.

MinHee, quien estaba temblando, saltó, el skate que estaba boca abajo apoyado en sus pies dio la vuelta y mi hermano aterrizó encima del skate. Lo sujete en todo momento. Yo solté una pequeña risa y mi hermano se tiró al suelo.

—Ay, que mal que lo he pasado. —Lloriqueo MinHee mientras se arrastraba hacia ChanHee quien le ayudó a levantarse del suelo.

—Gallina. —Reí.

Me subí a mi skate e hice unos pocos trucos más difíciles que EunBin y HanBin me enseñaron.

—No sé cómo puedes hacer todo eso. —Se quejó MinHee apoyándose en el hombro de ChanHee, sus piernas temblaban.

—Práctica... —Cogí mi skate del suelo y le di la vuelta a la tabla, en la parte lisa estaba dibujado el nombre de EunBin en forma de grafiti. —EunBin tuvo paciencia conmigo. —Murmuré para mí misma mientras acariciaba la tabla.

—Woah EunBin unnie, eres increíble.

Una pequeña HeeJin de apenas 16 años recién cumplidos miraba impresionada a su compañera mientras hacía trucos con su skate en las pistas.

EunBin se acercó hasta donde estaba HeeJin con una sonrisa. —¿Quieres intentarlo?

—Yo... no. No sería capaz.

—Yo te ayudaré. —Dijo EunBin tendiéndole la mano a HeeJin. —Tú solo confía en mí. No te dejaré caer.

HeeJin finalmente aceptó la mano de la mayor y se levantó del suelo.

Aquellas palabras eran ciertas. EunBin no dejó que HeeJin se cayera en ningún momento. Además de que HeeJin aprendía bastante rápido.

—Wow, creo que tenemos aquí a la próxima skater profesional del país. Jeon HeeJin.

La chica río. —¿Jeon?

—Sí. Una de mis skaters favoritas se llama Jeon JinHee, es increíble parece que vuela. —Dijo EunBin antes de sentarse en la sombra de un árbol. —Aunque si no te gusta...

—No... de hecho me gusta. —HeeJin hizo una cara muy adorable.

EunBin soltó un pequeño chillido y se tapó la cara.

—Si no fuera mayor de edad y no fuera la novia de Hao te pediría salir. —EunBin apretó una de las mejillas de la pequeña HeeJin. —Eres mi pequeña bebé.

Limpié rápidamente una lágrima traicionera que cayó por mi mejilla antes de ir al interior de mi casa para encerrarme en mi habitación.

«Extraño demasiado a EunBin, joder.»

—¿Ves? Te lo dije —dijo ChanHee mirando a MinHee. —, parece que es bipolar. Hace todo este espectáculo solo para llamar la atención.

—ChanHee. —MinHee le regañó con la mirada.

—¿Qué? Es verdad. —El mayor de los Lee se cruzó de brazos. —A veces creo que es adoptada.

—¡Lee ChanHee, ya basta! —dijo MinHee perdiendo la paciencia. —Nuestra hermana ha pasado por muchas cosas ella sola, sin el apoyo de nadie, ni de su familia. Así que no hables si no sabes lo que ha pasado. —MinHee se fue al interior de la casa y ChanHee fue detrás de él quejándose.

—¿Qué cosas le pueden pasar a una adolescente de dieciocho años para que se comporte de esa manera? —Bufó ChanHee molesto.

MinHee freno bruscamente y se dio la vuelta. Era la primera vez que ChanHee veía a su hermano pequeño tan serio. —¿Acaso sabes que HyunJin fingió salir con HeeJin para jugar con ella y aislarla? —La expresión de la cara de ChanHee cambió rápidamente. —¿Acaso sabías que YeJi estuvo golpeándola e incluso se atrevió a tirar sobre ella un cubo de basura delante de todos, el último día de clase?

—¿HyunJin y YeJi? ¿Su novio y su mejor amiga? —ChanHee estaba cada vez más confuso. —¿Por qué harían eso?

—Porque fingieron ser amigos de HeeJin durante toda la secundaria para poder tratarla como su puto títere y poder aislarla de todos. No estarían contentos con su vida. ¡Yo qué sé, ChanHee! —Respondió MinHee alterado. Había recuperado a su hermana menor y no volvería a perderla por nada del mundo. —Solo sé que fue por culpa de esos dos mal nacidos que HeeJin decidió cursar estos dos últimos años en otro instituto. Y que fue ahí donde conoció a sus verdaderos amigos. 

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