I

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¿Por frustración sexual? —pregunta mi amigo de infancia refiriéndose al motivó por el cual mi relación término.

—Si, me dijo que no iba a poder aguantar un mes más sin sexo, para después soltarme que me fue infiel desde mucho antes —le sigo explicando a Tom, acostado en mi cama, sobre mi otra relación fallida pero por el mismo motivo por el cual terminaron las otras —Si siempre le daba cariño, era romántico, hacia sus comidas favoritas ¿porqué se concentró en el sexo?

Tenía la nariz congestionada de tanto llorar estos días.

—Por lo menos fue más honesto que... diablos, olvide su nombre, en fin, él que te dijo que nunca te había sido infiel pero que no aguantaba y después descubrimos que si lo había sido.

—Eso fue un muy mal intentó de consolación —dije tapando mis ojos con mi antebrazo, mi mente estaba cansada de la misma situación.

Tom se acercó, acostándose conmigo, abrazándome y acariciando mis costillas mientras sorbía mí nariz.

Después de un rato en silencio, en el cual escuchaba los engranajes de mi amigo girar, decidió romper el silencio.

—Mira, sé que esto te puede caer mal, ¿pero porqué no intentas ir a un psicólogo? —dijo Tom de una manera muy suave.

—No estoy loco.

—El psicólogo no solo trata locos, imbecil, sólo digo, ya van varias relaciones fallidas, tal vez el problema venga de tu lado, algo nos estamos perdiendo y él sabrá desentrañar tu mente mejor que lo hago yo.

Él podría tener razón, seis relaciones fallidas a los veintiséis significaban mucho para mi, soy fácil de enamorar, nací para dar amor y con la necesidad de que sea recíproco, pero no veo el sexo como algo necesario en una relación, por lo menos en las mías no lo hago, pero mis ex parejas no pensaban lo mismo.

—Lo pensaré —dije derrotado, tal vez sí sea de ayuda.

—Vamos, veamos una película, está vez haré yo las cotufitas y con mucha mantequilla, como a ti te gusta —dijo mi amigo palmeando mi pierna sin esperarme para ir a la cocina.

—¿Qué está mal en mi? —le pregunté al techo de mi habitación una vez sólo.

Una semana analice si debía ir o no al psicólogo, a la final decidí que si porque quería encontrar la raíz de mi problema con mis relaciones, porque no quería terminar sólo.

Sorpresa la mía que cuando hable un poco de mi "problema" el psicólogo me remitiera a un psicólogo sexual ya que él no abarcaba profundamente ese ámbito y eso era lo que necesitaba hablar, eso me puso más nervioso y pensativo.

En el segundo round, está vez con la psicóloga, hable mucho, la doctora me hizo sentir en confianza, al principio fui tímido pero después empece a explicar todo de mis relaciones, lo que esperaba de ellas o lo que esperaban mis parejas, que no veía necesaria las relaciones sexuales pero no me privaba de ellas, solo no las practicaba mucho o nada, podía vivir bien sin sexo, no me quitaba el sueño, pero a mis parejas si, que me afectaba ya que llegaba a amarlos mucho y a nivel emocional me sentía mal conmigo mismo cuando todo terminaba y la culpa me la echaban a mi.

—Bien, de todo lo que me has dicho, se puede concluir que tu caso es de deseo sexual hipoactivo —hablo la doctora después de escucharme hablar.

—¿Hipo qué? —pregunte más confundido por sus palabras y porqué no sabía si mi problema era más grande de lo que creía.

—Eres una persona con orientación asexual, no sientes atracción sexual hacia otra persona, hay varios tipos, habría que programar más sesiones para determinar qué tipo de asexualidad es tú caso y si algo lo provoca.

—¿Es decir qué algo si está mal en mí? —estaba al borde del colapsó

La doctora me miró un poco confundida.

—Bueno, por lo que puedo notar con lo que hemos hablado, es que nada está mal en ti, es tu orientación, fue sencillo para ti identificar que te gustaban los hombres pero con el tema de la atracción sexual es menos fácil de identificar, son muy pocos los que tienen esta orientación, se calcula que el 1% de la población total, no era un tema muy investigado por ello, menos algo muy hablado.

Solo había podido asimilar que no había nada malo en mi, pero todavía tenía muchas dudas.

—Todo esto es nuevo para ti, no hagas correr a tu mente para que lo asimilé, debes ir a tu tiempo, todavía tenemos cosas que aclarar, no todo está dicho y no se puede tomar conclusiones precipitadas. Tienes muchas dudas y yo puedo ayudarte a responderlas, si quieres puedes investigar por tu cuenta pero ten presente la opinión de un especialista, como te dije, es un tema con poca investigación y podrían tildar la asexualidad como trastorno cuando no lo es, programemos más sesiones para seguirte ayudando a comprenderte.

—No hay nada mal en mi —dije casi en un susurro, en parte aliviado, en parte asustado por lo que vendría ahora.

—No, simplemente todavía no ha llegado la persona que sea capaz de comprenderte —dijo la doctora con una sonrisa simpática.

—¡¿Asexual?! —casi grita Tom, desde que tuve mi primera sesión con la psicóloga estuvimos tres días sin vernos por nuestros trabajo, así que no le había contado nada de lo que la doctora y yo hablamos hasta ahora y su cara vale por mil.

—Así es, indagué un poco en internet y al parecer soy homoromántico, ya que mi orientación va hacía lo afectivo de una relación, mientras que los arrománticos no sienten atracción por lo sexual ni lo romántico. De todas formas tengo que hablarlo mejor con la doctora.

—Es mucho que procesar —dijo en un murmullo Tom.

—Lo es, pero ya por lo menos sé que es lo que me pasa y cómo abordarlo.

—¿Pero?

—Odio que me conozcas bien —le dije mirándolo mal mientras me sentaba en la cocina y soltaba un gran suspiró.

»Esto complica las cosas, quién querría estar con una persona asexual cuándo el sexo es lo qué más se vende, la publicidad de pasta dental no esta exenta de este movimiento, siento que esto me limita mucho —expuse mi frustración.

—Pues llegará una persona que si comprenda tu orientación...

—No debe existir nadie así, moriré solo —interrumpí a Tom y escondí la cabeza entre mis brazos.

—Siempre están los gatos —sentí la risa de Tom mientras acariciaba rítmicamente mi nuca y me sentí relajar un poco.

—Prefiero los perros —dije después de un rato.

Tom dejo de acariciar mi nuca y retiró su mano y estaba pensativo cuando lo miré.

—¿Algo va mal? —no pude descifrar bien su mirada, era una mezcla de «me pillaste en algo malo» y otra cosa.

—Yo... Olvidé que hoy me tenía que reunir con Rosé.

Se levantó de su silla con una mirada pensativa y fue a buscar su morral en el sofá.

—¿Hoy te reunías con Rosé? ¿Para qué? —dije confundido, Rosé era de las que siempre te recordaba el día que ibas a salir con ella.

—Cosas del trabajo —dijo de manera muy rápida.

—Pero trabajan en diferentes empresas...

—Pero son los mismos puestos, solo necesito un consejo con unos papeles, te enviaré un mensaje para avistarte cuándo vengo, adiós, ¡investiga de los perros!

—¡Dile a Rosé que mande saludos de mi parte a Natalia, Lizz, Victor y Jules! —le grite antes de que cerrara la puerta refiriéndome a mis viejos amigos de la universidad.

—¡Aja!

Y se fue cómo alma perseguida por el diablo.

Con un poco de confusión decidí seguir el consejo de mi amigo, a fin de cuentas me han servido de mucho en estos días. Investigué de perros razas pequeñas, ya que por mi pequeño departamento no podía darme el lujo de uno grande, mientras pasaba de raza en raza y me hacía la nota mental de preguntarle a la doctora si sería bien si adoptaba, se hizo la medianoche y me llego su mensaje.

Tompuchito: ¿película el sábado?

Le respondí que sí pero con la condición de que trajera las bebidas.

Pasaron los días, había ido una vez más con la psicóloga y hubo intercambio de información recíproca, le seguí dando detalles de mi vida y ella me traducía el porque de cada una de mis conductas, mi orientación podría ser gris-asexual ya que en mis anteriores relaciones por lo menos una vez tuve atracción sexual por algún impulso sexual pero no lo llevaba mucho a la práctica con mi pareja o encontraba satisfacción autocomplaciendome, aunque era poco probable que mi orientación fuera demisexual ya que a pesar de haber tenido relaciones de hasta dos años con ninguno se despertó mi atracción sexual más allá de lo que mi cuerpo consideraba necesario, es decir, casi nada, me explicó que algunas investigaciones arrojaban que la asexualidad más allá de estar dividida en esos dos tipos conocidos, tenían niveles, el nivel uno era para los que tenían apetito sexual pero nada de atracción romántica, el nivel dos son los que tienen atracción romántica pero nada de apetito sexual, el nivel tres sería para los que tienen ambos y el nivel cuatro para los que no presentan ninguno. Si bien era un sistema ya retirado, según me explicó la doctora, no impedía que lo usará para explicar mi orientación.

Ahora, como no podíamos asegurar todavía que fuese demisexual o gris-asexual, llegamos al acuerdo de que mi nivel seria el dos, justo como le comentaba a Tom. Hable con la psicóloga sobre la idea de una mascota mientras me adaptaba a la nueva perspectiva de mi vida y felicito a mi amigo por la idea, aprobándola.

Cuándo cayo el sábado, espere con ansías a que llegara para comentarle mis avances y me ayudara a escoger el cachorro que iba a adoptar, cuando la puerta sonó casi corro a abrirle.

—Tompuchito —le dije muy alegre.

—Isaacteddy —me devolvió el mote de nuestras infancias —Debes estar muy feliz para llamarme cara a cara así.

—Lo estoy, pasa, pasa, te haré un resumen de mi otra sesión.

—Yo también te quiero comentar algo.

—Después de mi.

Y le expliqué todo con lujo de detalle, él escucho todo atentamente y accedió a ayudarme con el cachorro, para cuando termine de contarle todo, estaba sediento así que fui a la cocina por un vaso de agua.

—¿Y qué ibas a decirme? —le dije desde ahí sirviendo agua —¿Quieres agua?

—Por favor.

Fui con su vaso y se lo di, esperando a que hablara me fijé que estaba un poco tensó.

—Estoy enamorado de ti desde los once años —contestó con simpleza mientras me quedaba muy quieto por la estupefacción.

»Permíteme hablar sin interrupción —solo pude asentir —Bien, desde los once años siempre he sentido algo más por ti que una amistad pero no lo supe entender hasta los quince que tuve muchos celos porque estabas con ese Jonhy, sin embargo solo supuse que era atracción hacía ti, lo deje estar, hasta los dieciocho que estuviste con Louis y supe que era más que mera atracción.

—Pero... Nunca dijiste nada...

—Porque cuándo agarraba coraje ya estabas con otro y simplemente me rendí, supuse que no sería lo suficientemente bueno para ti si nunca te habías fijado en mi —decía tocándose la cara con nervios.

»Pero ahora todo ha cambiado, se que por los momentos no estás buscando a alguien ni nada por el estilo, pero solo te pido una oportunidad...

—No sabes en lo que te estás metiendo —lo interrumpí.

—Investigué un poco sobre tu orientación..

—¿Cuánto ha sido el tiempo máximo que has estado sin tener relaciones? —le pregunté un poco irritado.

—Yo... Como unas dos semanas...

—¿Ves? No podrías aguantar conmigo, lo nuestro —dije señalándonos —no tiene sentido —me pare del sofá donde estaba y él también se paro y atrapó mi cara entre sus manos.

—No digas eso —dijo con tono de voz quebrado —Se que no te puedo ofrecer mucho, pero estoy aquí diciendo que estoy dispuesto a comprenderte, a que lleguemos a un acuerdo donde los dos quedemos satisfechos, no eres un mero capricho, no me rechaces sin haberlo pensado bien.

Él acaricia mis cachetes con su pulgares y en su mirada veía anhelo y amor, cerré mis ojos porque seguirlo viendo sería ilusionarme y no quería hacerlo a pesar de que la idea me atrajera.

—Piénsalo, yo te seguiré esperando.

Y dejó de sostenerme, sentí frío en mis cachetes y cuando abrí mis ojos él estaba agarrando su morral para irse.

—¿A dónde vas?

—Necesitas pensar —dijo con tono de derrota.

—Espera... —él se detuvo y se quedo a la expectativa de mis siguientes palabras, «a la mierda todo» pensé —Yo... Adoptemos un perrito.

Él abrió sus ojos de la impresión.

—¿Qué?

—Ven, miremos cuál queremos adoptar... —no lo esperé para ir a mi laptop y encenderla.

Él se fue acercando lentamente hacía mi mientras buscaba la página de los perritos en adopción, cuándo por fin se acerco solo me miraba con ojos aguados, agarré su mano mientras señalaba la pantalla.

—¿Qué tal esté? —intenté mirar hacía la pantalla para no ver sus ojos porque me iba a poner a llorar si lo seguía viendo.

Él seguía en silencio agarrando fuertemente mi mano, hasta que sentí que agarraba mis manos con las dos suyas y colocaba su frente en ellas.

—Gracias... Yo... Gracias —decía con voz quebrada y sentía sus lágrimas en mi mano mientras resbalaban las mías de manera silenciosa, con mi mano libre le acariciaba el pelo y la nuca para que se calmara.

Una vez calmado le entró la risita loca y solo pude mirarlo con una sonrisa, seguimos buscando perritos hasta que encontramos uno que nos gusto a los dos.

Un Chorkie.

***
Me vuelvo a disculpar si me he equivocado en algo, sinceramente quede satisfecha con lo que escribí, me gustó porque Isaac y Tom no dieron lidia para llegar hasta aquí, de verdad, una de las mejores parejas que podré escribir jamás, fue muy lindo de escribir.

Otra cosa, de verdad me intereso el tema de esta orientación, me disculpo si en cierto momento se lee soso porque me puse a explicar lo que pude de esta orientación, pero no es muy conocida y fui muy ignorante respecto a este tema, suponiendo cosas que no eran, investigar fue refrescante a mi parecer. Pero si en algo me he equivocado mil disculpas.

Sin más, esto va dedicado a mi Isa❤️ gracias chiquita porque me apoyaste e hiciste una increíble portada, creó que también te enamoraste de Isaac y Tom y eso que somos más de Lemmon🌚 gracias por el apoyo y corregirme, eres lo máximo 😚
Espero les haya gustado❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro