XII.

Únicamente su culpa

Jacob se levantó sin un rastro de emoción en su rostro, a pesar de que eso no fue lo que había demostrado segundos antes, lo que alertó a Jade, quien dejó de ver hacia el bosque para centrarse en su amigo. El lobo comenzó a caminar hacia la casa, furioso, lo cual no era bueno en ningún sentido.

— ¡Jake!— comenzó a llamarlo, pero no servía de nada.

Jacob ingresó a la habitación donde Renesmee se encontraba en los brazos de Rosalie, Jade estaba a punto de gritarle al ver sus intenciones, pero se detuvo.

Jake se encontraba de rodillas, temblando.

Jade iba a acercarse a él, pero los ladridos y gruñidos que se acercaban cada vez más, cambiaron su rumbo hacia su ballesta.

Al salir pudo ver que Edward, Jasper y Alice ya se encontraban allí para luchar por su familia, al igual que Kat y Felix, junto a Leah y Seth.

Entre esa inmensa cantidad de lobos pudo reconocer a Paul, quien gruñía ferozmente hacia ellos.

— Son muchos— habló Jasper, cuando Jade se ubicó a su lado.

— Demasiados— lo siguió Alice.

— No lastimarán a mi familia— murmuró Jade preparando su ballesta apuntando a Sam.

Los lobos fueron los primeros en atacar, pero no fueron los primeros en dar el primer golpe. La flecha de Jade dirigida a Sam fue perfectamente incrustada en su hombro cuando este saltó sobre Edward, dándole ventaja a este último. Pero desgraciadamente Edward quedó debajo de Sam, quien gruñía frente a su cara. Jade no lo dudó un segundo y saltó sobre su lomo mientras lo ahorcaba con su ballesta, aunque sabía que eso no le hacía el mínimo daño, pero le daba tiempo a Edward a escapar de sus garras.

Cuando finalmente lo hizo, con la ayuda de Esme y Carlisle, Jade aflojó su agarre permitiendo que la fuerza de Sam le hiciera volar hacia el suelo, pero no contaba con que un árbol estuviera en el camino, provocando que su espalda chocara contra él. Sam la miró arrepentido antes de que Jasper empezara a pelear con él.

El dolor era insoportable, sabía que le quedaría un gran moretón mañana.

— ¡JADE!— Emmett gritó al verla en el suelo, alertando también a cierto lobo gris, quien al igual que el vampiro corrió hacia ella— ¿Te encuentras bien?

— ¡NO! ¡¿Cómo crees que me sentiré cuando un lobo del tamaño de un oso me avienta contra un árbol?!

— Al menos no has perdido tu sentido del humor— rió el pelinegro, para luego ayudarla a levantarse, lo que enfureció a Paul quien saltó hacia Emmett comenzando una nueva pelea.

— Hombres...— murmuró Jade cansada de tanto drama.

Al recobrar la compostura pudo notar que todos se encontraba acorralados, excepto ella, lo cual le extrañó, ya que ninguno de ellos la había atacado en todo el transcurso de la pelea, a excepción de Sam lo cual no era realmente su intención arrojarla contra ese árbol.

Jacob salió de la casa y se plantó frente a Sam. Jade intentó hacerse paso entre los lobos hasta el resto de su familia, empujó a quien creyó que era Jared y se ubicó a un lado de Esme, quien la abrazó al ver que se encontraba bien.

— ¡Se acabó!— exclamó Jake—. Si la matan me matan a mí.

Sam no lo escuchó y saltó hacia él, provocando que Jake también se transformara y empezó a imponerse frente a la manda, quienes comenzaron a bajar la cabeza uno por uno.

— Jacob se imprimó— explicó Edward al leer su mente—. No le harán nada. Si un lobo se imprimió de ella, no pueden lastimarla. Es su más poderosa ley.

Todos los lobos comenzaron a irse, sin embargo un lobo gris se quedó viendo fijamente a Jade, esperanzado de que el perdón se encontrara en los ojos de su chica, sin embargo no había ningún sentimiento en ellos.

— Jade, deberías...— habló Edward al leer los pensamientos del lobo, pero ella lo interrumpió.

— No.

Jade volvió dentro de la casa para ir con Renesmee, dejando a Paul con el corazón completamente roto, pero él sabía que era su culpa.

Únicamente su culpa.

La miró una última vez, con esa bebé en brazos. Ya no la veía como una abominación, ahora la veía como la imprimada de su amigo y como la protegida de su chica.

Sólo esperaba que ella lo perdonara algún día y aunque eso le tomará días, meses, años o incluso décadas, no iba a rendirse porque ella era su única razón de existir.

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La mujer se acercaba a paso tembloroso, completamente asustada, mientras llevaba en sus manos una bandeja con un telegrama traspasado por ella para sus amos. El sonido de sus tacones razonar contra el suelo fue escuchado mucho antes de que entrara a la habitación por los vampiros más poderosos.

Aún temblorosa se acercó al trío y plantándose frente a ellos, entregó el telegrama.

— Oh, viene de "Carlile"— dijo burlonamente al leer como la mujer había escrito el nombre del vampiro—. Que debe escribirse con una "s", dulce Bianca— y con un gesto de su mano dos vampiros se ubicaron a ambos lados de la muchacha significando únicamente una sola cosa—. Añadió un nuevo miembro a su grupo.

— Aumentando su poder— comentó Cayo.

Los gritos de la chica no tardaron en hacerse oír cuando los dos vampiros se la llevaron a rastras del lugar.

— No sólo la ortografía, sino la gramática— siguió hablando Aro, pero esta vez de Bianca.

— Al menos nuestra disputa con los Cullen se acabó— dijo Marco con esperanza.

— ¿Se acabó? Claro que no, nuestra disputa va más allá que el destino de una simple humana.

— ¿A qué te refieres?— le preguntó Cayo.

— ¡Ay hermano!, pensé que lo entendías. Tienen algo que yo quiero— le contestó para luego dirigirse a una figura en las sombras—. Ya sabes lo que tienes que hacer.

La figura asintió y desapareció fijando rumbo a su nueva misión.

— ¿Estás seguro de que ese neófito podrá hacerlo?— preguntó Demetri, sabiendo que él era el mejor rastreador.

— ¡Por supuesto que sí!— exclamó para luego dirigirse hacia una ventana cercana para apreciar la vista de Volterra—. Dominic sabe lo que hace.

Quiero aclarar que no estoy a favor de Jade con todo el tema del feto, ni con cómo trató a Paul. Los autores no somos nuestros personajes y estos pueden cometer acciones o tener pe sentimientos que van en contra de nosotros ;)