xvii. reuniting the gang

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Durante los siguientes dos días Caitlin y Cisco se concentraron en dos cosas: entrenar a Audrey y estudiar a Wally tanto como podían. Como un extra Cisco se dedicó a confeccionar el traje para Neûron con la ayuda de la misma y el resultado no había sido tan malo: era un traje blanco con detalles negros en los hombros y en sus costados, las botas y el antifaz también eran negras, la chica insistió en poner un rayo como el de Flash en medio no porque quería hacer equipo con él sino porque la idea de poner un cerebro o una neurona no le parecía demasiado atractivo así que, en medio del pecho, Cisco colocó un rayo negro.

Cuando el día de Audrey parecía ser normal H.R. solicitó su inmediata presencia en STAR Labs porque iba a decirles algo a todos.

— ¿De nuevo vas allá? —Le preguntó Thalia, mirándola— ¿Qué es lo que hacen, de todos modos? El laboratorio no es de nadie.

—Es de Barry, Thalia.

—Sí, lo sé. Pero no está activo.

Audrey suspiró terminando de escribir las últimas palabras del libro en el que estaba trabajando.

—Pues... Barry está reparándolo. A eso vamos tanto.

Thalia elevó una ceja: —Te creería pero estás enojada con él.

— ¿Thalia?

— ¿Qué?

—Nunca cuestiones al jefe.

La chica guardó el archivo del libro y cerró las demás ventanas antes de apagar la computadora y cerrarla también, su mejor amiga estaba concentrada en ella sin quitarle la mirada de encima.

Durante los últimos dos días Audrey había estado siendo miserable porque quería hablar con Barry pero su orgullo podía más con ella así que se dedicaba mejor a hablar con Wally. El chico seguía maravillado por la adquisición de sus poderes y era bueno que él le contagiara su felicidad a través de toda su emoción.

También estuvo practicando en sus poderes, los cuales ya tenía mejor controlados a pesar de que solo llevaba dos días practicando más. Ya lograba controlar el cerebro de los demás con más facilidad, mover cosas ya no le costaba tanto trabajo y sus visiones... seguían en proceso.

¿Podría desarrollar hipnosis en algún momento o ya pedía demasiado? ¿O eso de controlar a la gente ya contaba como hipnosis?

—Tierra llamando a Audrey.

— ¿Qué pasó?

—Estaba diciéndote que no me mandaste el mail de las cosas pendientes.

—Oh, tranquila, lo tengo todo controlado. Al final del día debe de haber ocho mil copias de un libro cuyo nombre ya olvidé pero ahorita veo cuál es.

— ¿Qué más?

—El periódico, obviamente —dijo ella—. Lo

deben enviar a la imprenta.

—Odio estar ligada al Picture News. Los trabajadores del turno de la noche hacen las cosas mal. Y el jefe del turno de la noche es un tarado.

Al estar en un acuerdo con el periódico de la ciudad, Hamilton Editorial se veía obligada a dejar sus puertas abiertas en la madrugada hasta que el periódico estuviera listo o por si en la madrugada sucedía algo importante y tenía que cambiar la primera plana.

Todo un desastre, la verdad, pero era dinero extra para ellos.

—Bueno, yo no sé sobre el jefe.

— ¿Andrew? Audrey, quiere ser tu maldita copia pero no le sale —Thalia bufó—. Además su nombre es feo.

— ¿Andrew? No me digas que sigas con el trauma por ese nombre por el asesino de Gianni Versace.

— ¡Es inevitable!

Audrey rodó los ojos, poniéndose de pie para marcharse e ir a los laboratorios mientras escuchaba las quejas de Thalia sobre el tal Andrew y su repudio ante el nombre.

—Sí, claro, entonces yo odio a los Jack por el Destripador.

— ¡No es lo mismo! Podrías odiar el nombre de Theodore por Ted Bundy.

—Oye —se quejó Audrey—, los Theodore no tienen la culpa de compartir nombre con un asesino.

La pequeña riña duró un rato más hasta que Audrey logró irse de allí para llegar a STAR Labs en cuestión de quince minutos.

Al llegar, H.R. la recibió con alegría diciendo que ya que estaban todos juntos podría empezar a explicar las cosas, incluso hizo una presentación con los planos de lo que pensaba hacer en el laboratorio.

— ¿Quieres abrir STAR Labs al público? —Le preguntó incrédulo Barry— ¿En dos semanas?

—Una apertura a medias.

Bien.

Audrey lo aceptaba.

Al menos así Thalia le creería sobre el asunto de que estaban remodelando el recinto.

H.R. se dedicó a apelar a los jóvenes sobre su magnífica idea de abrir los laboratorios.

—Escucha, sé que tratas de determinar cómo aportar valor al equipo, lo entiendo, pero esto...

—Es justo lo que necesitaba —interrumpió Audrey, llamando la atención de los presentes y haciendo que H.R. aplaudiera con emoción.

—Espera, ¿escuché bien? —Habló Cisco— ¿En serio piensas que es buena idea?

—No es buena idea, es fatal —dijo ella—. No creo que abrir STAR Labs al público sea la mejor idea de todas pero si debemos de remodelar algo cuenta conmigo.

—No —se negó Barry—. No, no, no. Esto no...

—Te detendré ahí, B.A.

—No me llames B.A. —se lamentó el chico.

—STAR Labs será la sede de la comunidad científica como lo fue y además ganará la confianza de las personas.

Cisco recargó su frente contra su brazo a modo de lamentación escuchando las palabras sin sentido del hombre.

—Mírense —continuó—. Sus caras son sombrías.

—Oh, gracias por notarlo, empecé a usar esa cosa que se llama "me importa una mierda la opinión de los demás" —ironizó Audrey.

Claro que estaban sombrías. El equipo no estaba en su mejor momento.

La alerta de algo interrumpió el discurso que H.R. había retomado ignorando el comentario de la chica. Cisco señaló a una pantalla y miró a Caitlin antes de caminar.

— ¿Qué fue? ¿El satélite? Espero que no.

Los chicos miraron a la pantalla, algo estaba marcando una trayectoria hacia la tierra.

— ¿Es un meteorito?

—Sí, es un meteorito —le respondió Cisco a Caitlin—, y sí, se dirige al centro.

Barry no dijo nada durante unos segundos hasta que volteó a ver a Audrey.

— ¿Tu traje está listo?

—Sí —dijo ella— ¿por qué?

—Póntelo. Ahora.

Ella, sin dudar, corrió lo más rápido que pudo hacia donde tenían puesto el traje y se lo puso también lo más rápido que pudo. Cuando regresó al córtex Barry ya tenía puesto el traje de Flash.

—Debemos irnos.

Sin más que decir el corredor escarlata tomó a su nueva compañera entre brazos y corrió con ella hacia el lugar donde el meteorito iba a caer. El trayecto fue rápido pero Audrey deseó que fuera más rápido cuando en su estómago empezó a sentir algo que parecían ser las típicas mariposas causadas por los nervios.

¿Por qué ponerse nerviosa con su mejor amigo? No tenía sentido.

Y si otra cosa no tenía sentido era lo que estaba ante los ojos de los dos chicos.

Barry se detuvo donde se supone que iba a impactar el meteorito pero eso fue lo último que encontraron.

—Muchachos —habló Barry.

— ¿Qué?

—No es un meteorito.

—Chicos, ¿qué ven? ¿Chicos? ¿Nos oyen?

Audrey frunció el ceño tocando el auricular mientras la voz de Cisco se perdía entre la estática conforme iban acercándose a la... cosa que había aterrizado en la tierra.

—Dime que no es una nave espacial.

Flash abrió la boca para responder pero nada salió de ella, estiró el brazo por pura curiosidad y al tocar el objeto éste hizo corto circuito y mandó lejos a Barry.

—Solo a ti se te ocurre tocar eso, Flash —se burló Audrey, pero la diversión duró poco cuando detrás de ella escuchó ruidos.

Volteó hacia el objeto no identificado donde empezaron a salir cosas que en definitiva no eran humanos.

La chica, boquiabierta, caminó hacia su mejor amigo cuando las cosas terminaron de salir.

—Bueno —dijo—, ahora dime que esos no eran extraterrestres.

—Existe la gran posibilidad de que sean extraterrestres.

—Oh, mierda —exclamó la chica.

¿Lidiar con un idiota que se llamaba a sí mismo el dios del movimiento? Podían con eso.

¿Un loco que le daba poderes a la gente? No importaba.

¿Alienígenas? ¿Estaba todo bien con el universo? ¿Por qué no los dejaban descansar cinco minutos?

(...)

A la mañana siguiente la noticia de último momento era la inminente invasión alienígena a la ciudad, la primera plana del periódico la tenía una foto que habían tomado de la nave espacial, los noticieros no paraban de hablar sobre aquello y todos estaba confundidos.

Había reunión de emergencia en STAR Labs y lo primero que Barry escuchó cuando su mejor amiga entró corriendo al córtex fue: —Mi hermana está enloqueciendo. Intenten explicarle que algo en lo que no creía realmente existe.

—Alienígenas —le respondió maravillado Cisco—, ¿cómo de la película Alien u hombrecitos verdes?

—Ambos. Más o menos.

—No entiendo qué tiene eso de importante

Audrey notó la presencia de una mujer que conocía:—. Hey, Lyla. No me digas que ARGUS está involucrado en esto.

La mujer, Lyla, quien vivía en la ciudad vecina, le dirigió una mirada a Audrey como diciendo Obviamente sí está involucrada a la vez que le entregaba unos papeles a Barry. Eran unas fotos.

El chico las analizó notando que eran las misma criaturas que vieron la noche anterior, sintió la presencia de Audrey a su lado intentando ver las fotos así que las acercó más a ella. Nadie lo notó pero durante los siguientes cinco segundos él guardó la calma al tener a su mejor amiga tan cerca.

¿Qué estaba pasando?

Barry miró discretamente a la chica hasta que Lyla empezó a hablar.

—Los llamamos los Dominadores desde que los conocimos —ella explicó.

—No es el nombre de una especie que viene en paz.

—No, no —dijo H.R.—, son muy agresivos.

— ¿Desde hace cuánto saben sobre los Dominadores?

—Desde los años 50.

Audrey rascó la parte de atrás de su oreja e hizo una mueca. Era bastante tiempo.

—Estuvieron en Redmond, Oregon —señaló Joe—. El gobierno quiso cubrirlo.

Todos los presentes lo miraron con sorpresa.

— ¿Qué? Veo Syfy.

Lyla puso un vídeo en la pantalla para que vieran el ataque que ella había comenzado a explicar: —En 1951 aparecieron bajo las mismas circunstancias. Una nave chocó y hubo poco y nada de comunicación. Supimos que secuestraban humanos para estudiarnos.

Barry se cruzó de brazos pensando que las cosas no podían ponerse peor de lo que ya estaban, prestando atención a lo que Lyla les estaba diciendo y al vídeo en reproducción.

—Atacaron. Cientos de soldados murieron. Pero, por alguna razón inexplicable, se fueron.

—Puede pasar lo mismo ahora, ¿no? —Le preguntó Audrey.

—Sí. Esa vez se perdió todo el contacto, hasta hace tres meses cuando el Departamento de Defensa recibió esto.

Lyla reprodujo una grabación.

No somos una amenaza, habitantes humanos. Comprender es nuestro propósito. Cualquier acto contra nosotros como los del pasado merecerá una reacción inmediata.

Se miraron entre sí.

—Cuando vimos cuatro naves dirigiéndose a la Tierra nos preocupó que todo volviera a ocurrir de nuevo —la mujer continuó—. Una de ellas obviamente aterrizó aquí.

—Porque no hay suficiente locura aquí en Central City.

— ¿Saben qué quieren?

—Ignoran los intentos de comunicación, pero sabemos que hacen reconocimientos para estudiarnos más.

La plática con Lyla terminó luego de que ella indirectamente les pidió que no se metieran en asuntos secretos del gobierno y que Barry no podía vencer a los Dominadores solo. Y esa palabra, claro, le dio ideas brillantes al corredor escarlata.

Cuando la mujer se fue Wally se acercó a Barry diciendo: —El plan no es quedarnos quietos y no hacer nada, ¿verdad?

—No.

—Barry, oíste a Lyla —interifirío Iris—. No puedes hacerlo solo.

Audrey soltó un suspiro exasperado porque ya tenía en mente lo que su mejor amiga estaba pensando hacer.

—Algo me dice que esa fue la oración clave que hizo que Barry tuviera un plan, ¿no?

Todos miraron al velocista ante las palabras de su mejor amiga y él atinó a asentir, dándole la razón a Audrey.

—Vayan al hangar de STAR Labs —dijo—. Iré a buscar a alguien.

Dicho esto Barry salió corriendo del lugar volando el pelo de Audrey quien estaba a un lado de él, la mujer cerró los ojos al sentir el aire ocasionado por Flash y cuando se detuvo los abrió de nuevo quitando los mechones de cabello que se le habían ido al rostro.

—Bueno, ya escucharon al jefe, vayamos al hangar.

(...)

El Equipo Flash esperaba a que Barry llegara con los refuerzos en el lugar donde los había mandado y mientras tanto él se encontraba en Star City hablando con Oliver Queen, mejor conocido como Arrow el justiciero de la ciudad, a sabiendas de que él y su equipo lo ayudarían. O eso esperaba.

— ¿Se volvieron locos? Son alienígenas —dijo Felicity, dándose cuenta de que Oliver y su hermana, Thea, estaban dispuestos a ayudar a Barry—. Y ustedes son solo cuatro.

—No si traemos a Stein y a todos los demás.

—Se hacen llamar Leyendas —dijo Oliver.

—Y...

Felicity miró a Barry rascarse la nuca: — ¿Y qué más hay?

—Audrey tiene poderes.

— ¿Qué? —Preguntó Oliver.

Él conocía a la mejor amiga de Barry. Fue un día que él visitó Central City a ayudar a Barry en algo, ella no sabía que Oliver era Arrow pero sí sabía que era un gran apoyo para Barry.

No se llevaban mal, a Oliver le agradaba la chica y si era sincero le caía un poco mejor que Iris West.

Y a Felicity le había costado un poco llevarse bien con Audrey cuando se conocieron pero finalmente lograron encajar y eran buenas amigas. Si a Felicity no le fallaba la memoria, la mejor amiga de Barry no mostró indicios de ser metahumana en los últimos dos años. A menos que, claro, eso hubiera sido una de las cosas que Barry cambió al regresar en el tiempo y salvar a su madre lo cual tenía sentido.

—Sí, es... complicado pero ahora tiene poderes. Mentales. Es genial.

—Guau —dijo la rubia.

— ¿Saben dónde están las Leyendas? —Preguntó Barry.

—Sé dónde estaban.

Dicho esto Felicity se puso manos a la obra para enviarle un mensaje al grupo de héroes que se hacían llamar Leyendas con los datos del lugar donde estarían según lo que le dictó el velocista. Al terminar esto el Equipo Arrow y Barry fueron directamente a Central City al hangar de STAR Labs.

—No entiendo —dijo Audrey—, ¿por qué traerlos a ustedes?

—Oh —exclamó Felicity—. Bueno, ya que te enterarás en algún momento del día... Oliver es Arrow.

— ¿Que Oliver es qué?

La rubia se encogió de hombros como respuesta. Estaban afuera del hangar esperando a que la nave de las Leyendas llegara en algún momento.

—Por la cara de Audrey quiero pensar que le dijiste que ustedes son el Equipo Arrow.

— ¿Tú sabías, Cisco? —Audrey lo miró boquiabierta— ¿Por qué me pierdo de las mejores cosas?

—No veo cómo ser Arrow es genial.

— ¡Cisco! ¡Es Arrow! Me casaría con él.

—Oye, oye.

—En sentido metafórico, Felicity, relájate.

—Aclárame esto —escucharon hablar a Dig dirigiéndose a Felicity—. ¿Nuestros amigos viajeros en el tiempo deben aparecer justo aquí?

Felicity, mirando al cielo, respondió: —Sí, es el lugar y el momento que les mandé así que si recibieron el mensaje deben llegar aquí...

En eso apareció una nave en el cielo dirigiéndose hacia el hangar, la rubia sonrió señalándola: —Justo ahora.

— ¿Saben por qué nunca tomé drogas? —Habló Diggle— Porque me daba miedo ver cosas raras.

Audrey sonrió.

—Todos vayan adentro, ¿sí? Díganle a Oliver que ahora regreso.

Audrey dejó de mirar la nave de las Leyendas con el ceño fruncido viendo cómo Cisco se ponía los lentes que usaba como Vibe y empezaba a caminar junto a Barry.

—Oigan, oigan, ¿qué hacen?

—Como peleamos contra alienígenas decidí conseguir el nuestro.

La chica, todavía con el ceño fruncido, caminó hacia los dos chicos.

— ¿Qué sucede?

—Iré con ustedes.

— ¿Qué? No, Audrey...

—Todos somos Flash, ¿no? —Lo interrumpió ella— Iré. Ni siquiera pedí permiso para hacerlo.

Barry dudó un poco. Se sentía incómodo alrededor de su mejor amiga cuando estaban peleados, una cosa era aguantar ir con Cisco quien seguía extremadamente enojado con él y otra era ir con ambos.

—Suena bien para mi —dijo Cisco—. Con tal de no estar solo con Barry.

Audrey sonrió con felicidad dejando ir lo último dicho por Cisco y el velocista solo asintió sin decir nada.

— ¿Es la Tierra correcta? —Preguntó Barry a Cisco quien programaba algo para transportarse entre el multiverso.

—Te rastreamos a la Tierra 38 cuando la conociste. Estará ahí —Cisco se alistó para abrir el portal—. Hago esto por la misión. No dejaré que mis problemas contigo interfieran con la misión.

La chica rodó los ojos ante el comentario de Cisco. Nunca entendió cuál es la necesidad de la gente de recordarle a alguien más que estaban enojados con ellos, solo era cuestión de ignorarlos y ya.

A ella le funcionaba a la perfección.

—Tomará varios intentos —siguió Cisco, abriendo el portal.

Los tres chicos se adentraron en él. Les tomaron unos dos intentos antes de que llegaran a una casa que lucía linda, acogedora y pintoresca. Audrey la escaneó en unos segundos con recelo. ¿Estarían en donde se supone debían estar?

—Ojalá sea el lugar correcto —habló Cisco mientras los tres daban una vuelta sobre su propio eje mirando la casa—, porque si no alguien estará muy confundida.

Estaban dándole la espalda a la puerta cuando ésta se abrió y la voz de una mujer dijo el nombre de Barry. El chico volteó al instante y saludó a la rubia que había entrado a la casa.

—Lo sabía —exclamó—. Sabía que eras tú en ese espacio raro.

Audrey miró a la rubia que habían ido a buscar con curiosidad. Kara Danvers abrazó a Barry Allen con alegría mientras él le decía que les había costado trabajo encontrar la tierra correcta mientras los otros dos se acercaban a ellos.

—Oh, él es mi amigo Cisco.

—No tanto como amigos, trabajamos juntos.

—Hola —saludó Kara tomando la mano que el chico le había ofrecido.

—Y ella es...

—Déjame adivinar —interrumpió Kara—. Eres Audrey Cooper, ¿no?

La castaña no pudo contestarle afirmativamente a Kara pues ella ya estaba abrazándola riendo. Audrey frunció el ceño ante su felicidad pero le devolvió el abrazo de todos modos.

Kara se separó de Audrey y la miró: —Barry me habló de ti.

—Ah, espero que hayan sido cosas buenas, Bartholomew.

—Lo fueron —aseguró la rubia haciendo sonreír a Audrey.

Después de eso Cisco y Audrey empezaron a curiosear en la casa mientras Barry iba directo al grano y le explicaba a Supergirl la razón de su inmenente visita para pedirle ayuda ante lo que se enfrentaban.

No costó mucho trabajo hacer que ella aceptara ayudarles con los Dominadores, de hecho estuvo más que dispuesta desde que Barry le preguntó si recordaba que ella había prometido ayudarle en lo que fuera el año pasado cuando se conocieron. Kara Danvers de mostró optimista y dispuesta a cooperar con ellos casi enseguida.

En cuestión de minutos, los cuatro estaban listos para partir a Central City.

(...)

El Equipo Arrow y Equipo Leyendas estaban organizándose con sus respectivos miembros cuando un portal se abrió y de él salieron Barry, Audrey, Cisco y una nueva chica que ninguno conocía.

Barry presentó a Kara con todos los presentes mencionando que en su tierra la conocían como Supergirl.

— ¿Qué la hace tan súper? —Preguntó Diggle.

Hecha esta pregunta Kara empezó a volar y de sus ojos lanzó su visión de rayos láser dibujando en el piso el símbolo que llevaba en su traje.

—Estoy convencido.

—El mejor equipo del mundo —exclamó Felicity emocionada.

Durante los siguientes minutos hicieron las debidas presentaciones de todos para que Kara aprendiera sus nombres y sus alter egos y cuando estuvo segura de tenerlos empezó a repetirlos en voz alta. Barry se mantuvo alejado de Audrey y de Cisco pero especialmente de la primera, de veras lo ponía nerviosa cuando llevaba tanto tiempo enojada con él.

A Audrey pareció no importarle pero él se sentía extraño al respecto. Le molestaba no poder hablar con ella y sabía que debía pedirle disculpas pero no de qué exactamente. ¿Discúlpame por haberle dicho a Iris que sin ella no hay Flash?

—Tú tienes poderes mentales recién adquiridos —dijo Kara señalando a Audrey, luego siguió con Caitlin—. Y tú poderes fríos pero no puedes usarlos.

— ¿Tienes poderes? —Preguntó Felicity inclinándose hacia Caitlin.

—Larga historia.

Después de eso Barry empezó a explicar que se enfrentaban ante los Dominadores ganándose una interrupción por parte de Kara que contó lo que sabía de ellos y de una leve riña sobre quién debía ser el jefe del equipo cuando Oliver empezó a dar órdenes.

—Deberíamos votar por un líder —sugirió Ray Palmer—, alguien en quien confiemos.

—Confío en Oliver —habló Cisco—, voto por él.

Audrey dirigió su mirada hacia Barry casi de inmediato.

—Lo agradezco, Cisco, pero Barry nos unió. Debería ser él.

—Secundo eso —dijo la castaña llamando la atención de su mejor amigo. Ella al notarlo se encogió de hombros restándole importancia.

Pero Barry era malo para dirigir a la gente. Y malo para hablar con la gente que dirigía. Como consecuencia su discurso empezó torpemente y terminó recibiendo empujoncitos de Oliver que le estaba susurrando lo que debía decir.

Todos los presentes notaron el nerviosismo de Barry y lo que Oliver estaba haciendo, claro está, pero nadie dijo nada.

— ¿Pretendemos que no lo oímos? —A excepción de Sara Lance.

—Prepárense —dijo apurado Barry—. parezcan vivos. Entrenamos con alienígenas para luchar con una...

Audrey hizo una mueca.

Sí, no había sido el mejor discurso.

Dicho esto el equipo empezó a hacer su camino para entrenar con Supergirl como Barry —Oliver— había sugerido. Audrey no estaba muy segura de si iba a participar en la pelea o no pero de todos formas se dispersó con el grupo hasta que la voz de su mejor amigo llamó su nombre y los de Oliver y Kara.

Los tres regresaron sobre sus pasos.

—Me emociona que los tres se hayan conocido aunque, bueno, Audrey y Oliver ya se conocían pero...

— ¿Pero nadie me había dicho que Oliver es Arrow?

—Se supone que es secreto, Audrey.

—Sí, Oliver, mucho gusto. Me llamo Audrey y soy Neûron.

El hombre rodó los ojos ante el comentario de la chica y Kara sonrió divertida.

—Oliver me entrenó.

— ¿En serio? —Preguntaron las dos chicas al mismo tiempo.

— ¿Lo ven? Me pierdo de las mejores cosas —gruñó Audrey—, ¿cómo fue el entrenamiento?

—Bueno, no pude contenerme —le respondió Oliver—, le disparé.

Kara y Audrey parecían ser cortadas por la misma tijera pues en los últimos minutos habían tenido las mismas reacciones. La de ese momento fue una mueca y un Uh.

Oliver miró a la rubia: —Tú tampoco debes contenerte. Especialmente conmigo.

Arrow y Supergirl tuvieron un intercambio incómodo de palabras antes de que él se marchara dejando a Kara con una expresión preocupada.

— ¿No le caigo bien?

—Oh, es así con todos —respondió Barry.

—Sí, lo recuerdo. Tiene problemas de confianza y no sabe socializar.

—Audrey.

—Es la verdad —dijo ella.

—Le irás cayendo bien —habló Barry, empezando a caminar lejos de ellas.

La castaña le sonrió a Kara como disculpándose y corrió detrás de su mejor amigo.

—Eh... ¿Barry?

— ¿Qué sucede?

Ella rascó su nuca: —Ya sabes, yo... no sé, quería preguntarte si yo... ajá, eso, si estoy incluída en el equipo.

El chico ladeó su cabeza.

— ¿Te sientes lista para eso?

—Ya te lo dije, Barry, si no lo intento nunca seré buena ni sabré controlar mis poderes. Estoy lista.

Barry sonrió: —Entonces claro que estás en el grupo.

Audrey sonrió de vuelta y antes de que las cosas se pusieran incómodas por su pelea dio vuelta sobre sus talones disponiéndose a irse pero entonces el corredor escarlata la tomó de la mano y ambos volvieron a sentir la descarga eléctrica que empezaba a ser típica.

—Auds, yo... eh, quería... disculparme contigo sobre lo de Iris —dijo Barry—. Tienes razón. No hay Flash sin todos ustedes, no debí menospreciarlos de ese modo.

—Sí, no debiste hacerlo.

—Es solo que... es abrumador, ¿sabes? Al fin tengo algo con Iris y...

Parece que empiezo a ponerte más atención a ti.

—Y no sé cómo controlar lo que digo con ella.

—Claro, sí.

—Auds, lo digo en serio. Lo lamento —dijo él mirando a su mejor amiga con ojos que le rogaban que lo disculpara.

Y Audrey siempre odió esa mirada porque la convencía de todo.

—Ugh, de acuerdo. Pero deja de ser tan idiota.

Barry asintió: —No te escuché decirlo, Bartholomew.

—Lo prometo, Auds.

La chica elevó las comisuras de sus labios y abrió sus brazos para que él la abrazara. Barry sin dudarlo ni un segundo aceptó la oferta de su mejor amiga y la envolvió en un abrazo.

Ninguno de los dos quiso admitirlo en ese instante pero con ese abrazo su corazón se había acelerado y en su estómago sintieron las mariposas que se supone solo se sienten cuando estás nervioso o cuando ves a la persona que te gusta.

Pero eran amigos. Y Barry estaba enamorado de Iris y Audrey, por más que no soportara a la chica, estaba feliz de que su mejor amigo al fin hubiera tenido una oportunidad con ella.

Porque... estaba feliz, ¿verdad? 

(...)

n/a: una versión más del gif pasado en blanco y negro para que combine con el gif crackship, ambos hechos por la maravillosa -ladyweasley gracias por hacerlos en verdad, son preciosos y los amos y los quiero y pienso usar todas las versiones ahre

comenten qué les pareció el capítulo, cinnamon apples. siento haberme tardado tANTO en publicar esto pero escribir el crossover me daba TERROR y bue, aquí está. tardaré en terminar de subirlo completo pero haré lo posible para que los capítulos no sean ni tan largos ni tediosos. i got this, cinchamos apples.

nos leemos pronto

middleofnow xx.

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