Lisa sintió una oleada de alivio mezclada con una nueva ansiedad mientras miraba a Jennie. Había esperado este momento durante tanto tiempo, y ahora que estaba aquí, no sabía qué decir.

Jennie dio un paso más cerca, su mirada llena de ternura. "¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto?" preguntó, levantando el ramo.

"Desde el comienzo del semestre," respondió Lisa en voz baja. "No sabía cómo decírtelo de otra manera."

Jennie asintió, mirando las flores antes de volver a mirar a Lisa. "Siempre me pregunté quién podía ser tan atento y detallista. Ahora tiene sentido."

Lisa sintió que su corazón se aceleraba. "Jennie, yo... siempre he sentido algo especial por ti. No sabía cómo expresar mis sentimientos, así que pensé que las flores y las notas serían una forma de mostrarte cuánto te aprecio."

Jennie sonrió, y en su sonrisa había una calidez que hizo que Lisa se sintiera segura. "Has hecho que cada mañana sea especial para mí. Sabía que detrás de esas notas había alguien con un gran corazón."

Lisa sintió una oleada de emoción y valentía. "Jennie, no quiero que esto sea solo un secreto más. Quiero que sepas que te amo, y estoy dispuesta a enfrentar lo que venga, siempre y cuando tenga una oportunidad contigo."

Jennie se acercó aún más, hasta que estuvo a solo unos centímetros de Lisa. "Lisa, siempre supe que había algo especial entre nosotras. Y ahora, sabiendo que eres tú quien ha estado detrás de todo esto, no puedo evitar sentirme más cerca de ti."

Las palabras de Jennie llenaron a Lisa de una alegría indescriptible. "Entonces, ¿significa que...?"

Jennie la interrumpió suavemente, colocando una mano en la mejilla de Lisa. "Significa que también quiero darte una oportunidad. Quiero conocerte aún más, saber más sobre tus sentimientos y explorar lo que podríamos ser juntas."

El alivio y la felicidad se desbordaron en el rostro de Lisa. "Gracias, Jennie. Prometo que no te decepcionaré."

Jennie sonrió y, sin decir una palabra más, acercó sus labios a los de Lisa, sellando sus promesas en un beso dulce y lleno de esperanza.

En ese momento, el pasillo de la escuela se desvaneció, y todo lo que importaba eran las dos, finalmente unidas por los sentimientos que habían florecido en cada ramo de flores y en cada nota escrita con amor.