Con el paso de los meses, la relación entre Lisa y Jennie se convirtió en un pilar en sus vidas. Habían superado los nervios iniciales y el miedo a ser juzgadas, y ahora disfrutaban de una relación llena de confianza, amor y apoyo mutuo. Sus amigos, Jisoo y Rosé, siempre estuvieron a su lado, ofreciendo su apoyo incondicional.

Un día, mientras caminaban juntas por la ciudad, Jennie tuvo una idea. "Lisa, hay algo que quiero hacer," dijo, su voz llena de emoción.

Lisa la miró con curiosidad. "¿Qué tienes en mente?"

"Quiero llevarte a un lugar especial," respondió Jennie, tomando la mano de Lisa y guiándola por las calles hasta llegar a un jardín botánico. Era un lugar que Jennie había descubierto hacía tiempo, pero nunca había tenido la oportunidad de visitarlo con Lisa.

Entraron al jardín, y Lisa se quedó maravillada por la belleza del lugar. Flores de todas las formas y colores rodeaban los senderos, y el aire estaba lleno de un dulce aroma floral.

Jennie sonrió al ver la expresión de asombro en el rostro de Lisa. "Quería traerte aquí porque este lugar me recuerda a ti. A todo lo que has hecho por mí, cada flor que dejaste en mi pupitre, cada nota que escribiste con tanto cariño."

Lisa sintió una oleada de emoción y apretó la mano de Jennie. "Es hermoso, Jennie. Gracias por traerme aquí."

Caminaron juntas por los senderos, disfrutando de la tranquilidad del jardín. Llegaron a un pequeño pabellón, rodeado de rosales en flor. Jennie se detuvo y se volvió hacia Lisa, sus ojos llenos de una mezcla de nerviosismo y determinación.

"Lisa," comenzó Jennie, "desde el momento en que descubrí que eras tú quien me dejaba esas flores, supe que había encontrado a alguien muy especial. No solo por los gestos románticos, sino porque has demostrado ser una persona increíble, llena de amor y bondad."

Lisa sintió que su corazón latía con fuerza mientras Jennie continuaba.

"Quiero que sepas que te amo más de lo que las palabras pueden expresar. Y quiero que sigamos construyendo nuestra vida juntas, sin importar lo que venga."

Lisa sonrió, sintiéndose profundamente conmovida. "Yo también te amo, Jennie. Y quiero seguir compartiendo mi vida contigo, día tras día."

Jennie sacó una pequeña pulsera de su bolsillo, un delicado símbolo de su compromiso mutuo. "No es un anillo, pero es algo que quiero que tengas como recordatorio de nuestro amor y de lo que significas para mí."

Lisa aceptó la pulsera con una sonrisa, y Jennie se la colocó en la muñeca. "Es perfecta, Jennie. Gracias."

Se abrazaron con fuerza, ambas sintiendo la magnitud del momento. Se besaron bajo la sombra del pabellón, rodeadas por el aroma de las flores, sellando su compromiso de amor y futuro juntas.

El tiempo pasó, y su amor solo creció más fuerte. Lisa y Jennie construyeron una vida llena de aventuras, desafíos y, sobre todo, mucho amor. Siempre recordarían cómo todo había comenzado con unas flores y unas notas, y cómo ese simple gesto había florecido en una hermosa historia de amor.

FIN.