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Su rutina del viernes nunca cambiaba.

Despertaba temprano y se dirigía al patio para que cercioren que no había escapado y seguía cumpliendo. Luego, corría hacia el baño y esperaba tener la suerte de encontrar una ducha libre.

Los viernes eran importantes y él tenía que verse de la mejor manera.

Desayunaba junto a Namjoon en la tercera mesa de la fila izquierda, la que estaba frente a la cocina, llenándose los oídos de las historias que su amigo tenía para contar. A veces se les unía Yoongi, pero él prefería no salir de su cama para nada a menos que el lugar se esté incendiando.

Cuando regresaba y ya no estaba pensando en dormir un poco más, mataba el tiempo libre haciendo ejercicio o leyendo algún libro de los que esconde bajo su cama.

No planea devolverlos por el momento.

Más tarde, es Namjoon quien le pide jugar a las cartas afuera hasta que llegue la hora.

Y no es que sea un tramposo en el juego, es solo su compañero siendo un mal perdedor.

Como siempre, luego de una hora de juego, ellos comparten anécdotas vividas dentro y fuera de ese lugar. Sorprendemente, ese día es Yoongi el que se acerca y trata de ser parte de la conversación, solo comentando que necesitaba algo de aire pero regresaría a dormir en cualquier momento.

Los tres conversan, ríen un poco y le prestan atención al otro, es así hasta que escuchan el llamado desde los megáfonos del plantel.

-"Ha comenzado el horario de visitas, recuerden que estaremos al tanto de todos sus movimientos, así que les pedimos a todos su colaboración..."

Son algunas de las palabras que Jungkook recuerda, pero a las que no les presta atención porque está más interesado en que por fin llegó la hora donde se encontrará con lo único por lo que sigue luchando.

Namjoon trata de convencer a Yoongi, le dice que pueden pasar el rato todos juntos y será tratado como uno más en su familia, que no tiene por qué volver solo.

Y Yoongi en serio lo piensa.

Se dirigen a una de las mesas que están puestas especialmente para ese momento, Namjoon aún trata de convencer a Yoongi, contándole un poco sobre su madre, hermano y novio quienes son los que vienen a visitarlo.

- Puedo quedarme un momento con ustedes para conocer a sus familias, pero luego me iré.

- ¿Nadie viene por ti?

- No lo sé ni me importa, es mejor de esa manera.

Jungkook dejó la conversación de sus amigos a un lado, demasiado ansioso con la vista fija en las puertas frente a él.

Y es que la semana pasada sintió que el tiempo se le fue volando, por eso trataría de que la visita de hoy se sienta un poco más duradera.

Aún escucha a Namjoon intentando saber algo más acerca de su compañero y este negándose a hablar, pero eso pasó otra vez a segundo plano cuando el primer grupo de visitantes ingresó.

Pudo apreciar desde su lugar a las esposas corriendo hacia sus parejas, a los niños buscando a sus padres con la mirada, y a madres abrazando a sus hijos como si fuese la última vez que los verían.

A Jungkook también le gustaban los viernes por el cambio de ambiente en ese frío lugar.

Vio a Namjoon levantarse de su asiento y correr para abrazar a su madre y hermano menor, los tres con la misma sonrisa de cada semana. También lo vio dirigirse hacia su novio, quien llevaba una maleta que rápidamente arrojó al piso para poder besar y abrazar a su pareja como tanto había anhelado.

Según lo que le contaba Namjoon, Seokjin era muy cariñoso desde siempre.

Cuando los cuatro llegaron a la mesa, Yoongi se presentó y Jungkook los saludó nuevamente, cada semana almorzaba junto a la familia Kim y era feliz por eso.

- ¿Hoy no vienen por ti, Kook?

Y él iba a contestar que sí, que alguien estaba por pasar esa puerta solamente por él, que estaba a nada de ver al amor de su vida ingresar y que apenas lo encontrara correría hacia sus brazos.

Pero las palabras no se necesitaron en ese momento, no cuando podía demostrarlas con acciones hacia la persona que más amaba en el mundo.

Se levantó de su asiento y caminó hacia la puerta cuando lo vio, se le notaba con la mirada perdida buscando a alguien en medio de tanta gente, llevaba una mochila colgada en el hombro y su cabello ya no era castaño, ahora estaba tintado de un hermoso azabache con pequeños rulos en las puntas.

Jungkook se detuvo y lo observó, queriendo acabar con la distancia de una vez por todas.

- ¡Taehyung!

La sonrisa en su rostro era brillante, y lo fue aún más cuando esos ojos que adoraba con su vida cayeron en él, brindándole otra gran sonrisa y unas cuantas lágrimas cayendo de sus ojos.

Lo amaba tanto.

- ¡Jungkook!

Corriendo lo más rápido que sus piernas permitían, ambos se encontraron en medio del camino, Taehyung olvidándose por completo de lo que traía encima y saltando sobre su novio para sentirlo aún más cerca de lo que ya estaba.

Ambos lloraban como cada semana, aferrándose al otro y besándose más, deseando que las horas no pasen si así podían tenerse por más tiempo.

- Mi amor

- Ya estoy aquí, bebé, ya estoy aquí.

Aún con lágrimas pero con la sonrisa más grande, Taehyung volvió a pisar el suelo y le dio otro beso pequeño a Jungkook para después entrelazar sus manos y dirigirse hacia la mesa con sus amigos.

Cada vez se sentía más agradecido por tenerlo a su lado a pesar de todo.

Apenas llegan al lugar y la madre de Namjoon le da un abrazo cariñoso a Taehyung, después siguen su hermano y Seokjin quienes también le tienen un gran cariño después de todo el tiempo de haberlo conocido.

Yoongi se presenta y Tae también, reconociéndolo como el amigo callado del que Jungkook le habló varias veces en sus visitas semanales.

No pasa mucho después, todos se sientan a conversar y a compartir la comida que trajeron de afuera, lanzando anécdotas y sintiéndose más a gusto a cada momento.

En especial Yoongi, quien agradece internamente no haberse quedado encerrado ese día.

Jungkook se levanta luego de comer siendo seguido por su novio, ambos se excusan con los demás y prometen volver antes de que acabe la visita para despedirse.

Taehyung entrelaza sus manos y caminan un poco lejos de los demás, pero siendo igualmente vigilados desde lejos.

Siempre vigilados.

Luego se sientan, se abrazan y besan mutuamente sin decir palabra alguna porque no son necesarias ahora, aún tienen algo de tiempo para ellos.

Pero es Taehyung el que decide cortar el silencio, aún aferrado a la cintura de su novio.

- No puedo más, Jungkook.

Él entiende, pero solo quiere abrazarlo más fuerte y hacerlo callar

- No deberíamos hablarlo aquí, amor, por favor.

- ¿Entonces dónde? No intentes que me sienta tranquilo cuando todos los días desde que entraste aquí me siento el ser más miserable del mundo por no tenerte a mi lado. Te amo tanto que me duele recordar el por qué estás aquí.

- Taehyung...

- Fue mi culpa, Kook, yo disparé, yo tendría que estar encerrado y tú libre, yo soy el culpable de este infierno, mi amor, solo yo.

Ya no pudiendo retener sus lágrimas se acercó a su novio y lo volvió a abrazar, susurrando palabras de amor y acariciando su cabello mientras Taehyung aún lloraba amargamente sobre su pecho.

Ninguno tratando de ocultar su dolor.

Jungkook jamás permitiría que su ángel sea tratado como un delincuente solo por querer salvarlo de la infelicidad. Nunca lo haría.

Era a Jungkook a quien buscaban ese día, era a Jungkook a quien tenían en la mira y era la familia de Jungkook quien ocasionó todo su martirio solo por no ser como ellos querían.

Si Taehyung no hubiese llegado al hogar que compartían en el momento exacto en el que ese hombre golpeaba a Jungkook, todo hubiese terminado para los dos.

Fue la bala de Taehyung, pero al que buscaban siempre fue Jungkook.

Recordar el momento del disparo y como fue que la policía llegó momento después siendo alertados por los vecinos es algo que llega a su mente todos los días, pero nada borrará las lágrimas de Taehyung ni sus intentos por alcanzarlo cuando se entregó fingiendo ser el responsable de todo y lo llevaron a prisión.

Habían pasado años, pero no se siente así.

- H-Hoseok me llamó ayer, dice que apelará la decisión del juez para que vuelvan a tomar en cuenta que fue por defensa personal, pueden bajarte la condena si todo sale bien.

- Es lo que más quiero, Tae, salir de aquí y hacer mi vida contigo. Merecemos un final feliz juntos, y lo tendremos, mi amor, solo paciencia.

Limpió las lágrimas de su novio y permanecieron ahí todo el tiempo que restaba, Jungkook tratando de divertirlo y contándole historias que escucha de los policías cada que patrullan las celdas. Taehyung también cuenta un poco sobre su familia y el hecho de que todos lo esperarán con los brazos abiertos al salir de ahí solo hace que el corazón de Jungkook se sienta contento por tenerlos en su vida.

Por tener a Taehyung en su vida.

Escuchan el llamado y solo quedan cinco minutos para dar fin a la visita, Taehyung reniega pero finalmente es levantado de su asiento y siendo conducido por su novio hacia la mesa de todos para poder despedirse.

Escuchaba como la madre de Namjoon se despedía de Yoongi y lo invitaba a pasar la otra semana con ellos, y él no pudiendo negarse ante la sonrisa feliz de aquella mujer.

Seokjin abrazaba a Namjoon y luego sacaba de sus bolsillos los dulces favoritos de este, teniendo en total dos paquetes de caramelos y unas cuantas galletas escondidas en una bolsa de medicinas para camuflar.

En serio ellos eran algo peculiares, pero una de las mejores parejas que había conocido en toda su vida.

Taehyung lo abrazó y él también lo hizo, tratando de durar mucho para recordar la sensación de ese gesto hasta la siguiente semana.

- Te amo y regresaré, amor, lo prometo.

- Sé que lo harás, mi vida, y yo te amo cada día más, nunca lo olvides.

Con un beso y un último abrazo se separaron, no dejando de verse hasta que el último llamado fue dado por los altavoces del lugar.

Vio como Seokjin se colocó al lado de Taehyung, abrazándolo y entendiéndo sus sentimientos a la perfección.

"Hasta la siguiente semana" se repetía, dirigiéndose al interior del lugar junto a Namjoon. Yoongi había recibido una llamada desde la oficina, ninguno sabiendo con certeza si eso era bueno o no.

La cena fue un ambiente deprimente pero común luego de una tarde amena como esa, no podía juzgarlos.

Namjoon lo llevó a su celda y ambos decidieron tener una última partida de cartas antes de ir a dormir. Yoongi apareció y se sentó viéndolos jugar por un momento.

- Llamó mi esposo.

Y eso es todo para que ambos se queden en silencio escuchándolo hablar

- Vendrá la siguiente semana a verme.

La sonrisa de Yoongi es lo que necesitan para terminar el día bien.

Regresa a su celda una hora después cuando el toque de queda es anunciado. Se recuesta y mira el techo pensando en su novio y en sus bonitos ojos al verlo, siendo eso lo último en su mente antes de cerrar sus ojos y dormir.

Anhelando la siguiente semana con todas sus fuerzas.

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