第3章

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Oportunidad.

Narrador Omnisciente;

Los pitidos del monitor de signos vitales sonaban por toda la habitación, mientras una pareja de esposos miraban el cuerpo de su hijo postrado en esa cama de hospital.

Los médicos no daban noticias alentadoras, en los tres años que habían pasado desde el accidente que había sufrido el chico siempre escuchaban lo mismo.

El diagnóstico fue muy claro por su parte. El accidente había causado demasiados daños, daños severos que podrían ser irreparables. El hecho de haber perdido el casco en el accidente ya era demasiado peligroso para él, debido a que el golpe que recibió en la cabeza provocó el rompimiento de un vaso sanguíneo en el cerebro lo que causó un sangrado dentro de la cabeza, dando lugar a un accidente cerebrovascular y por consiguiente, al estado de coma presente en él.

Un accidente cerebrovascular sucede cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene. Algunas veces, se denomina "ataque cerebral".

Si el flujo sanguíneo se detiene por más de pocos segundos, el cerebro no puede recibir nutrientes y oxígeno. Las células cerebrales pueden morir, lo que causa daño permanente.

Por otro lado, el chico presentaba una lesión en la médula espinal, provocando la parálisis del tronco y las piernas. Esto podría provocar síntomas como; pérdida del movimiento, pérdida o alteración de la sensibilidad, incluida la capacidad de sentir el calor, el frío o el tacto, cambios en la función sexual y un sinfín de condiciones más.

En otras palabras, la condición del joven era bastante lastimosa, lamentable y la posibilidad de una recuperación era escasa.  Tal vez podría despertar del coma y tener una recuperación completa, pero también podría seguir en el mismo estado o incluso, morir.

—Jian, hijo... —la mujer de cabellos oscuros largos y piel blanquecina se acerca a la cama, tomando la mano de su hijo entre las suyas— Despierta por favor, tienes toda una vida por delante —sintió sus lágrimas caer— ¿Qué haremos nosotros sin ti?

—Todo estará bien —la voz del padre del pelinegro se hizo presente detrás de su esposa— Nuestro hijo es fuerte, se repondrá.

A pesar de que el tono de voz del señor Lee era algo grueso, demostrando dureza, se percibía la preocupación por su hijo. Detrás de esa fachada de hombre fuerte, estaba el claro temor de perder a su único hijo. Ambos padres se aferraban a esa pequeña esperanza de ver a su hijo salir adelante, aún así los médicos no dieran noticias positivas. Era su único hijo, el motor de sus vidas y no podían permitirse perderlo de ese modo.

De repente, ocurrió algo que jamás se esperó por parte de los mayores, que hizo que el mundo se detuviera a su alrededor, pero que sin duda logró que una gran sonrisa acompañada de varias lágrimas se plasmara en el rostro de la mujer. La ilusión en los ojos marrones del señor Lee era inminente.

Después de tres años de espera, de dolor y de lágrimas, ambos esposos presenciaron como su hijo abría los ojos lentamente.

—Jian...


{...}

Los orbes color marrón del joven pelinegro presenciaban sin ningún tipo de expresión el movimiento de las olas del mar Egeo desde el balcón de su habitación en la gran suite de la familia Lee en el hotel.

Cuatro meses.

Ese es el tiempo que había pasado desde que fue dado de alta del hospital y por su cabeza sólo pasaba una sola cosa o más bien una sola persona.

MeiLian.

Su novia.

La persona a la que le había prometido hacerla feliz.

Habían pasado tres años desde el accidente. Tres años en los que no la vio, en los que no supo nada de ella ni de su vida y tres años donde el único recuerdo que tenía de la castaña era el último beso que ella le dio antes de que este quedara en la inconsciencia.

En su mente habían muchas preguntas de las cuales no tenía respuesta. Se desesperaba al no saber nada de su diosa, pero sobre todo le daba pavor pensar que el imbécil que lo desafió esa noche se pudiese haber aprovechado de ella.

Se preguntaba si algún día la vería nuevamente, si tendría la oportunidad de volver a estar junto a ella, pero al ver la condición en la que se encontraba actualmente, él mismo se respondía a esa incógnita.

Era imposible.

A pesar del milagro de haber despertado del estado de coma cuando la mayoría negaba esa posibilidad, se encontraba dependiente a una silla de ruedas sin poder mover las piernas debido a la lesión en su médula espinal.

Aunque sus padres lo apoyaran en todo y lo alentaran a someterse a una cirugía y proceso de rehabilitación, como había indicado su médico durante el tiempo de hospitalización, él se negaba. No quería ilusionarse con la idea de poder caminar y que todo fuera en vano. Se negaba a sufrir de ese modo, bastante tenía con no tener a la mujer que amaba a su lado.

—Hijo —la dulce voz de su madre lo hace salir de su trance, haciendo que gire su silla en dirección a ella. Los ojos de la mujer van directo al plato de comida, que se encontraba intacto a unos metros del pelinegro— No has comido nada.

—No tengo hambre, mamá.

Fue la única respuesta que el chico supo darle a su progenitora. Su vista bajó hacia sus dedos, los cuales jugaban sobre la manta que cubría sus piernas.

—Sabes que debes comer, necesitas recuperarte.

—¿Y de que me sirve eso? —responde sin mirarla— Siento que lo he perdido todo.

—No digas eso Jian, nos tienes a nosotros.

Sin pensarlo, los pasos de la señora avanzan hacia su hijo y cuando está frente a él, se agacha quedando a su altura. Sus manos toman las del chico, brindándole caricias.

—¿Es por ella, cierto? —el chico la mira— MeiLian.

Jian Shui se quedó de piedra al escuchar las palabras de su madre.

Él estaba consciente de que sus padres querían saber cómo había pasado todo; que querían saber la causa de su huida el día de la fiesta con la castaña y por sobre todo, el motivo de su accidente, pero por su mente jamás pasó que su madre pudiera tener alguna idea sobre sus sentimientos hacia MeiLian.

—¿Cómo...?

—¿Cómo lo sé? —asiente y ella sonríe levemente— Eres mi hijo, ¿acaso crees que no me daría cuenta de que lo que sientes por ella es más que una amistad? Estás enamorado de ella.

—Perdidamente —afirma el pelinegro con un incómodo nudo en la garganta.

Sin poder soportarlo más, el chico se inclinó cuanto pudo en su silla y abrazó a su madre, sintiendo como las lágrimas comenzaban a caer. La fémina posó las manos en la espalda de su hijo.

—La amo tanto mamá —habla con las lágrimas desbordando de sus ojos— No sabes lo que me duele haberla perdido así.

—Tu no tienes culpa de nada, ella ni siquiera sabe que estás vivo Jian —acaricia su espalda— Y precisamente por eso, tienes que ponerte bien, es por ella que tienes que recuperarte.

Ambos se separan y los dedos de la fémina limpian las lágrimas de los ojos de su hijo.

—¿Crees... qué volveré a ser como antes?

—Lo serás —le responde con una sonrisa— Yo tengo fe en ti y en que volverás a ser ese chico alegre y optimista que solías ser. Lo recuperarás todo, incluyendo a la chica que amas.

Jian Shui analizó cuidadosamente las palabras de su madre, dándose cuenta de que tenía toda la razón. Él no podía dejarse vencer así sin más, debía recuperarlo todo, y lo haría. De eso estaba más que seguro.

—Lo haré —la mujer le sonríe— Me voy a sanar y recuperaré a mi chica.

Sorpresita🤭

¡Se extrañaba al Jian!🥺❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro