Capítulo 11

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Allí estaba Seb, a medias de vestir y entre mis sábanas. Era un chico que me resultaba guapo, pero en aquel momento, con su precioso pelo rubio revuelto, y sus enormes ojos azules mirándome, era completamente irresistible.
—Oye— dijo él.
—¿Sí?— me giré para mirarlo.
Él sonrió —Eres preciosa—
Mira que conocía poco a aquel chico, pero me transmitía cosas tan especiales...
Seb se acercó a mí, y pegó su frente con la mía, había vuelto cuando todos ya se habían marchado. Me besó, con más ternura de la que nadie había tenido nunca conmigo en aquella tesitura, y es que él, irradiaba cariño por todas partes. No nos separábamos ni para tomar aire, sus manos jugaban con mi pelo, y las mías bajaban con cuidado por su espalda. Seb me mordió el labio inferior con cuidado, aquello hizo que me sonrojara, estoy segura, pero no impidió que el chico siguiera bajando con sus besos, poco a poco, no había ninguna prisa; dibujó decenas de líneas sobre mi, con sus besos y sus dedos, sus caricias se sentían tan mágicas, que se me erizaba la piel de todo el cuerpo con solo sentirlas.
La música seguía puesta en mi móvil; bajita, para ambientar, y desde luego, "All of me" de John Legend, creaba un ambiente perfecto, totalmente mágico, acompañado de nuevo por las luces de la ciudad, que iluminaban la habitación levemente, sin ser demasiado.
Seb besó los tirantes de mi sujetador antes de bajarlos, yo sonreía como una boba, él siguió besando y acariciando todo lo que encontró a su paso.
Cuando quedé totalmente desnuda de cintura para arriba, no pude sentirme más segura ni más querida, me sentía una princesa en las manos de aquel chico, que no había dejado de mimarme.
Mis manos se colaron bajo la camisa de Seb, acariciando su piel, poco a poco, centímetro a centímetro, él me miró sonriendo, y por encima de todo, me inspiró seguridad. Deslicé mis manos a los primeros botones de la camisa del chico, y con cuidado, los fui desabrochando, mientras cariñosamente, iba besando su pecho. La camisa de Seb acabó en el suelo de la habitación en cuestión de poco tiempo, nos abrazamos todo lo que pudimos, éramos pura poesía, ahí, sintiéndonos, piel con piel, mezclando nuestros cuerpos en uno, besando todos nuestros rincones. Las sábanas se deslizaban por todo mi cuerpo, me encantaba esa sensación.
—Sabes, nunca me imaginé que debajo del mono de carreras habría encaje— Seb miraba curioso la ropa que me quedaba, que casualmente era poca.
—Bueno... Me siento guapa con ellas— sonreí.
—Deberías sentirte guapa siempre, no sé, eres preciosa— el chico me miraba a los ojos, comenzando a bajar hasta mi tripa, besándola, acariciándola, jugando con los dedos en mi ombligo.
Seb llegó al borde de mi ropa interior, y jugueteó con ella con cariño, los suspiros de uno se mezclaban con la respiración entrecortada del otro, nos complementábamos bien, encajábamos casi como un puzzle.
"Perfect" de Ed Sheeran inundó la habitación con sus acordes, invitándome a mimar mucho a Seb, perdí mis manos en su pelo dorado, y besé con cuidado su frente, la punta de su nariz, sus labios... Y fui bajando, primero por el cuello, para pasar al pecho, y un rato después, a la espalda, la que también acaricié con la punta de todos mis dedos, se le veía relajado, tranquilo, feliz...
En ese momento, aún algo cubiertos, y enredados entre nosotros como si no quisiéramos separarnos nunca, nos vi en el espejo, reflejados, entregándonos al otro como si no hubiera nadie más en este mundo, y una sensación preciosa me llenó por dentro.
Acabamos deshaciéndonos de la poca ropa que nos quedaba; con delicadeza, besando cada nuevo lugar descubierto, admirándonos el uno al otro como si fuéramos puro arte clásico, y es que aquello era magia en su máximo esplendor, no podría haber imaginado una noche mejor que aquella, ni un lugar mejor, ni nadie mejor, porque para mí, aquella combinación era perfecta.
Nos dedicamos a dejarnos llevar, movimientos acompasados narraban el momento, labios que se posaban en lugares fascinantes y dedos que acariciaban con cautela, una imaginación desbocada que no podía contenerse, y dos almas que se rendían en aquella romántica batalla. La respiración intermitente de ambos nos delataba, y una mezcla de pasión y ternura aderezaba el ambiente.
Y fue la Luna testigo de nuestra historia, de nuestro momento de ardiente locura, y bello desenfreno.
Todo se aceleraba progresivamente, algo por dentro me quemaba con ansia, y el azul de los ojos de Seb conseguía sofocarlo como si habláramos de agua cristalina, mis músculos se estaban tensando notablemente, y todo pensamiento huía despavorido de mi cabeza. ¿Acaso me estaba volviendo loca?
Seb me miró, sonrió y se sonrojó, yo misma estaba pasando por lo mismo, abrumada por tantas sensaciones a la vez, pero aquello me hacía querer más.
Mis uñas rojas se clababan inconscientemente en la espalda de mi acompañante, haciendo que él se volviera prácticamente loco, tanta intensidad nos sobrepasaba, habíamos dejado nuestra timidez de lado, y la pasión se había apoderado completamente de nosotros.
—Te... Te quiero— dijo Seb, jadeante, en un suspiro.
Y todo acabó.
Los dos, rendidos sobre el colchón, exhaustos, y aquellas dos palabras rebotando en mi mente como un salvapantallas. Me sentía aturdida, y sobre todo cansada, seguía sin poder pensar nada coherente, aquellas sensaciones habían sido demasiado para mí, más de lo que jamás había sentido, ni siquiera me sentía con fuerzas de mover un mísero músculo, miraba al techo, todavía con mi pecho subiendo y bajando, agitado por mi respiración.
La luz empezaba a entrar vagamente por la ventana de mi habitación, la oscuridad se disipaba y todo lo que yo sentía estaba a flor de piel. Molesta por la luz, cerré los ojos con fuerza, sentí la almohada recoger mi cabeza, las suaves sábanas acariciando mi piel, no se oía ni una mosca, aquello era perfecto.
Por suerte o por desgracia, abrí los ojos de nuevo, y mirando a mi alrededor, solo pude pensar una cosa: "ha sido un sueño precioso".

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro