✦ iv. photographs

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¿Por qué carajos me estaba pasando estas cosas a mí cuando ni siquiera tengo nada que ver con esa chica? Me encontraba sentado en una sala de interrogatorios desde hace más de media hora, no era estúpido, sabía que me están viendo a través de ese cristal que desde aquí parece ser un espejo más, sin mencionar que el lugar se veía lúgubre, las luces son de un tono apagado y la suciedad se podía observar por todos lados. Es una de las cosas que más odiaba, mierda.

La puerta gris de lámina se abre, dejándome ver al primer detective que comenzó con su investigación en el parque del centro. Él está con un archivo entre sus manos, leyéndolo como si mi existencia no fuese muy necesario para él, dejó caer una carpeta en el paraje frente a mí, tomando asiento en la silla gris, al parecer en este establecimiento todo es del mismo tinte aburrido. El detective reúne sus manos en una misma con sus codos encima de la mesa grisácea, puedo descifrar la forma en qué me está mirando y lo que está pasando por su cabeza después de decirme que la princesa desapareció horas después de haber recibido la fiesta sorpresa de parte de su dulce madre, pero el drama que tengo es que yo no tenía nada que ver con esa universitaria demasiado popular.

—¿Estás más relajado? ¿Quieres agua?

—No, quiero responder sus preguntas para irme.

—Oh. Veo que los dos queremos lo mismo, Seungmin.—respondió acompañado de una sonrisa de lado.—Así que esta conversación será más rápida para ambos, ya que es lo que queremos. ¿Correcto?—revoleé los ojos, confirmando su afirmación.—Tu exnovia dice algo diferente a tu declaración. ¿Por qué dice eso, Kim?

—Tal vez porque está celosa.

—¿De qué?

—Yoo Jimin... es una completa basura de persona, ¿si?—gesticulé con las manos, desinteresado en tener esa conversación.—Fue Mintara quien me dijo que Jimin me estaba engañando con un estudiante de la facultad. Al principio, me pareció absurdo, pero luego me puse a pensar... Mintara y yo nunca hemos hablado antes. Cuando mi ex se enteró de que tuve una cita después de que terminamos, asumió que salí con la princesa. Pero eso no es cierto. En serio.—concluí, mi tono era honesto y directo, esperando que mis palabras fueran creídas.

El Detective Seo parece reconocer mis palabras por lo que asiente con la cabeza, viendo una parte del salón de interrogatorios.

—¿Y cómo fue entonces?

—Soy estudiante de periodismo y también formo parte del club de fotografía. La profesora Dokbua, de mi clase de comunicaciones, me dijo que era la persona correcta para hacerle una entrevista a la princesa por su próximo cumpleaños. Ya sabe, la dirección quería aprovechar el hecho de que tienen a una alumna de la realeza en su institución, por lo que planeaban hacer una publicación al respecto.

—¿Dokbua qué más?

—Dao Dokbua.

—¿Entonces, sí te reuniste con ella?

—Sí, solamente que eso fue al mediodía. Después ella me dijo que...—me quedé callado de inmediato.

—¿Qué te dijo, Seungmin?

—Es que...—moví mi vista por todos lados, teniendo un escaso de nerviosismo por mi respuesta.

—Mintara está desaparecida y tenemos que saber todo lo que sepas, Seungmin. Tenemos que saber quiénes pueden ser los posibles sospechosos, todo. Su vida está en peligro.—advirtió sereno, tanto que me observó directamente a los ojos por un breve momento.

Parecía que le importa del mismo modo que a sus padres de encontrar a la universitaria desaparecida, sin embargo, no creía que ella esté desaparecida porque es algo que siempre hacia con la persona con quién salía a escondidas de sus padres, hermana y amigos. Lastimosamente, fui una de las personas que descubrió su gran secreto con respecto a su romance confidencial para que su futuro prometido no sepa de aquel romance que ella mantenía.

—Me pidió que no le diga a nadie adónde se iría luego de acabar con la entrevista, que diga que estuvimos juntos o que tuvimos una cita, porque Mintara sabía que yo... descubrí que está manteniendo una relación con uno de nuestros compañeros de la universidad.

—¿Con quién?

Me mordí los labios, pensando si era lo correcto en decirle al Detective Seo quién era el novio de Mintara, porque seguramente él sería el nuevo sospechoso para la policía de Tailandia.

Un punto a tu favor.

Ignoré el comentario de mi subconsciente, porque en parte tenía razón, si decía quién era, a mí me dejarían de molestar y podría volver a mi departamento para poder comer después de varios minutos con la panza más que vacía. Eché un suspiro, ya que tampoco me quería ver cómo un buchón, asentí, dispuesto en hacer lo que sea con tal de que pueda ayudar en la búsqueda de la princesa desaparecida.

—Lee Felix.

Tuve que responder a un par de interpelaciones más sobre la relación que ella mantenía con Lee Felix, incluyendo el hecho de que se encontraba estudiando medicina y que era el mejor amigo de Yoo Jimin. Esto puso a los dos en el punto de mira de los detectives, aunque personalmente, no creía que fueran capaces de hacerle algo así a Mintara Yontararak. Especialmente Felix, que esta claramente enamorado de ella.

Tal vez razón obvia de que le pueda hacer algo.

Y mi exnovia muchísimo menos, aun cuando, la mayor parte del tiempo se veía que se encontraba celosa de la princesa, por la atención que ella tenía frente a todas esas personas de nuestra edad, hasta más jóvenes, y mucho más en la universidad.

Otro caso razonable de que le pueda hacer algo por lo celos excesivos.

Bufé al darme cuenta de que mientras más lo pensaba ellos podrían ser los únicos posibles sospechosos de la desaparición de la princesa Mintara. Me rehúse a seguir cavilando en eso, por lo que recordé que mi estómago necesitaba alimentarse, así que no tardé en recalentar la comida de ayer, la que no pude comer porque tenía que estudiar para un examen que fue muy importante de este día.

Entre que seguía esperando a que la comida se caliente, recordé las fotografías que dejé desde la tarde colgadas, conduje al cuarto oscuro que tengo al lado de mi habitación, yendo en la búsqueda de las fotos reveladas. Las quité cuando ya se encontraban más que listas, el sonido del microondas me evoca que la comida ya está preparada, sin pensarlo me dirijo a la cocina nuevamente, sin creer que aún tenía las fotos entre mis manos. Las dejé en la mesa de madera a sacar el plato de la microondas, encendí la televisión para saber si se sabe algo de la desaparición de la universitaria, mientras estoy alimentándome mi atención va a las fotografías, viendo las últimas fotos que tomé para el proyecto de la semana que viene, el cual era relevante, entretodo. No obstante, no pensé que tan interesante como lo que mis fanales están observando ahora mismo.

«¿Mintara?»

No lo pensé mucho cuando llamé al número que me dio el Detective Han Jisung antes de irme de la estación de la policía, mis manos temblaban, no sabía bien lo que está pasando a mi alrededor, pero de algo estoy demasiado seguro. Esto puede ser de mucha entidad para el caso de los detectives a cargo.

—Detective Han Jisung. ¿Quién habla?

—Encontré algo importante para el caso.

—¿Quién habla?—indagó preocupado.

—Kim Seungmin. Al parecer, le saqué fotografías sin darme cuenta a Mintara Yontararak el mismo día en que desapareció. Se ve algo, Detective, quizá la única prueba de que...—mi tono de voz fue bajando cada vez que me encontraba conversando con velocidad en mi tono de voz. Detuve mi parlamento al percatarme de que tal vez mi intelecto se está atreviendo a decir algo que puede ser peligroso.

—¿De qué, Seungmin?

—De que la han secuestrado.

—Quédate ahí, ya mismo estamos yendo para tu departamento. Y, Seungmin, no toques nada.

Cada vez que la puerta se volvía a abrir su anatomía vibraba por completo, hasta se podría decir que el sudor iba bajando lentamente por su frente y espalda. Bueno, eso podría ser por el vestido que todavía tenía puesto, de nuevo, se puede escuchar el sonido de un par de objetos cayendo en una mesa de leño que se halla en esa habitación aburrida.

Mintara ha estado secuestrada por un día, y en ese corto tiempo, la policía se movió con una velocidad impresionante. Tan rápida, de hecho, que incluso los propios secuestradores se vieron conmovidos por la eficiencia con la que estaban haciendo su trabajo. El único problema era que parecía ser solo porque la víctima era más importante que el resto de los tailandeses. Se cruzó de brazos, apoyándose en la pared, sus pensamientos girando en torno a la injusticia de la situación.

—¿Es-estás ahí?

Ujum.

Musitó desinteresado, observando la figura feminina que yacía sentada en esa silla de fuste.

Al observarla con detenimiento, se dio cuenta de que ella era todo menos fea. Era una mujer de una sensualidad abrumadora. Sus pensamientos comenzaron a tomar un giro lascivo, tanto que dio un paso hacia ella, listo para hacer realidad esos deseos. Sin embargo, la puerta se abrió de golpe, revelando al jefe de este malévolo plan. Al ver a su amigo y darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer con la chica, su rostro se endureció con desaprobación. Relamió sus labios rosáceos, impidiendo la compostura y no abrir la boca, no quería que ella lo reconociera en realidad. Por lo menos, no por ahora.

Meneó la cabeza, indicándole que se largue del cuarto donde mantenían a la princesa, cuando eso sucedió, se alejaron un par de metros, no dejarían que la menor escuchara la discusión que están por tener los hombres. Él empujó con gran molestia la espalda del muchacho contra la pared gris, ese paredón con moho que a ninguno de ellos les agradaba.

—¿Qué demonios crees que haces?

Empero, éste no contestó.

Todo lo que podía hacer era mirar a un costado, sus ojos evitando deliberadamente encontrarse con la mirada penetrante del líder del grupo. Aunque la persona que lo regañaba era más joven que él, había un aire de autoridad y determinación que le infundía un miedo profundo. El terror no provenía de la posibilidad de un enfrentamiento físico, sino de las repercusiones que su comportamiento impulsivo y agresivo podría tener en su lugar dentro del grupo. Temía que su necesidad desenfrenada y su falta de control pudieran llevar al líder a tomar una decisión drástica: expulsarlo del plan que tenían en mente. Y eso era algo que no podía permitir.

Este plan, por muy terrible que fuera, era su única oportunidad. Su única salida. Su única esperanza. No podía, no quería, quedarse fuera. Necesitaba ser parte de esto, necesitaba tener alguna forma de control sobre la situación. Así que se quedó allí, mirando fijamente a un costado, su cuerpo tenso y su mente en un torbellino de pensamientos y emociones, mientras que luchaba por mantener su lugar en el grupo y por mantener a raya sus propios deseos.

—¿Estás loco? ¿Uh?—exclamó, demostrándole su verdadero enojo.—¡No lo hagas jamás!

—Solo...

—¡Me importa un carajo! Si la vuelves a tocar... Tú y yo tendremos un grave problema para seguir con esto juntos. ¿Te quedó claro, Chris?—amenazó, su voz cargada de ira. Él asintió, levantando las manos en señal de rendición.—Hazte cargo de la vigilia. No quiero verte por aquí otra vez. Tienes prohibido volver a entrar al cuarto donde está ella.—ordenó, su voz dejaba en claro que no toleraría ninguna desobediencia.

—Sí, jefe.

Demostró una señal militar en forma de broma, para terminar abandonando ese corredor sin volver a ver a su compañero.

Mientras que éste cerró los párpados para tener un momento de paciencia, así que no quedó de otra que ingresar al cuarto de la mujer a que pueda alimentarse mínimamente, simplemente que ver a esa persona en esa situación lo ponía en un estado de sensibilidad. Porque no quería hacerlo, no le apetecía llegar hasta este punto por un mínimo de dinero que pueda llenar los estómagos de su única familia, aun cuando, para su mala y terrible suerte, Chris asimismo formaba parte de su parentela. Sentía que él no se lo merecía, pero es imposible no ayudarlo.

Se acercó a la mesa de madera, y la chica reaccionó de inmediato. Le asombraban los rápidos reflejos que ella demostraba. Extendió sus manos hacia la llave de las esposas, desató las cuerdas y liberó las muñecas de la universitaria, permitiéndole sentir su propio cuerpo de nuevo. No obstante, antes de que ella pudiera hacer algún movimiento inesperado, decidió esposar sus manos al frente. De esta manera, la princesa podría alimentarse por sí misma. Llevó las manos de la joven a la bandeja de plata que estaba a su derecha. Cada vez que Mintara sentía sus manos sobre las suyas, un escalofrío recorría su anatomía, quizás porque sus manos están tan frías. Pero a pesar de todo, comprendió lo que él estaba tratando de comunicar.

—Gr-gracias.

Titubeó inquieta, logrando que el cabeza del grupo detenga sus pasos haciendo que un chirriante sonido salgan de ellos.

Impresionado de que la chica sea capaz de agradecerle cuando fue él quien tuvo la idea de que la secuestren para tener comida en sus platos, la miró demasiado alucinante, empero, se dio cuenta de eso que exclusivamente abandonó la habitación. Mintara Yontararak comió después de muchas horas sin poder hacerlo, aunque sabía que lo primero que debía de hacer es tener la confianza de uno de los secuestradores para saber que mínimamente podría salir con vida de allí.

El Detective Seo Changbin estaba analizando cada esquina de mi cuarto oscuro, impresionado de las fotografías que tenía aquí, mientras que su compañero es quien más está prestando atención a las fotografías que tengo de la noche en que desapareció la princesa. El Detective Seo deja de caminar, observando una foto en especial que lo hace pensar.

—¿Cómo es que tienes todas estas fotografías y recién te das cuenta de que son de Mintara Yontararak?

—Porque recién las vi.

—¿Deberíamos confiar en ti?

—¿Por qué más nos llamaría entonces, umh?—su compañero respondió por mí. Analizando cada parte de las fotografías donde sale Mintara. El oficial Han levanta su mirada, observando a su compañero con cierta seriedad.—Es la única pista que tenemos, Seo Changbin, debemos de seguirla con precaución.

El Detective Changbin asiente, ofreciendo que dejaría de desconfiar de mí aunque sea hasta que tengan otra prueba, y que se concentrarían en todas las fotos que yacen en mi cuarto oscuro.

BROOKS NOTE 🍨🌙

Ahora sí se está acercando lo chido jajan't, espero que les esté gustando la historia porque estoy sacando inspiración del culo de un mono más o menos (⁠╯⁠︵⁠╰⁠,⁠)

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