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M A E

08 de Abril

Ya han pasado 2 semanas que habito en este lugar, en uno oscuro pero con bondad.

Estoy encerrada de nuevo, mi mente no me deja escapar. Llamo a gritos pero parece que nadie me escucha, solo estoy ahí con mi mente en el limbo. Ellos me observan pero solo ven un espejismo de lo que pudo ser su vida, yo lo sé. No me lo dicen, no lo demuestran pero puedo ver sus palabras, su alma va más allá del cuerpo.

—Peigy ¿me escuchas? —pregunta ella

—¿Tienes una buena razón?

—Debes responder no tienes opción

Río—No tienes una buena razón ¿verdad?, solo te pagan por pasar tiempo haciendo cosas inútiles.

Alzo mi mirada y está furiosa, se nota por como respira y aparta la mirada de mí, su aura es apagada, es la tercera semana que viene y la hago enojar. No ha descubierto más de lo que brinda mi psicóloga personal.

—Solo responde las malditas preguntas —dice enojada

—Hagamos un trato, respondo lo que desees y no vuelves.

Se pone de pie, da unas vueltas en la sala, habla por celular un momento y vuelve.

Ríe—Bien, hagámoslo.

Inicia el interrogatorio

—Nombre... real

Mae Rivers

Edad

23 años

—Mascota

¿En serio? No tengo

—Padres

Esa es sencilla, muertos

Color de pelo

Rojizo

—Hermanos

Tengo 2 vivos y 2 muertos

—Familia cercana

Si

—Novio(a)

Si

—Enfermedad

Ninguna, no tienes mejores preguntas porque me aburro.

Solo me mira negando la cabeza. Se que quiere hacerlo, la curiosidad vence a los humanos mediocres y se que la de todos ellos está encendida. No los veo, pero se este lugar de memoria y se que están escuchando, viendo y analizándome.

Le sonrío.

—Bien, si lo hago ¿me responderá con la verdad?

—Lo haré, incluso pueden ponerme un suero y diré todo lo que se.

Me mira sorprendida—¿Cómo...?

—Le dije que no es la primera vez y supongo no será la última.

—Lo dices ¿por qué...?

—Les gusta estudiar a la gente como yo, les fascina ver nuestro comportamiento. Pero no lo hacen directamente y pierden dinero, tiempo y verdades mandando a gente como tú.

—¿Por qué lo crees así? —vuelve a preguntar

—Porque tienen miedo a lo que sabemos, tienen miedo a que podamos ver la verdad y tienen miedo de ellos mismos.

Sonrío y ella me observa extasiada. Llaman a la puerta y ella se levanta, habla con un joven y ella solo asiente con la cabeza. Se dirige y toma sus cosas, me sonríe y se va, pero antes le digo:

—Di mi palabra, ahora cumple la tuya si vuelves a aparecer por acá, todo acabará.

Suspira y sale.

—Basta de juegos, yo tomaré las declaraciones —dice el joven, mientras asiento con la cabeza.


Continúa el interrogatorio

¿Por qué mataste a una parte de tu familia?

Todos dicen lo mismo, pero no es así. Te diré que esa noche celebraban que papá fue ascendido, mamá no lo creía y quería salir solo con él. Anne y Lane me pidieron que las ayude estudiando para el colegio y accedí, igual debía terminar un trabajo para el pre. No regresaban, los chicos tenían hambre y sueño, solo les serví y me dormí. Y bueno luego pasó lo que saben y estoy aquí.

¿Qué pasó?

Me desperté en el hospital, estaba esposada y con quemaduras leves. Me dijeron que había matado a dos de mis hermanos porque estaban en mi cuarto, había estrangulado a mis padres y que portaba un arma. Lo curioso es que no es la misma arma con la que murieron, no está mi sangre, ni mis huellas y aún así me culpan.

¿Por qué tus hermanos no dicen que pasó?

Pregúnteles a ellos, no los he visto desde ese mismo día.

¿Que quieres decir con que no es tu primera vez aquí?

Lo observo, sus ojos son inquietantes, son el mar en él, son el cielo que anhelo ver y es la libertad que volveré a obtener.

Pero recuerdo que es él quien me trajo aquí y que no me pertenece.

Recuerdo los ojos de mi novio, son marrones y amargos, son el café de cada mañana, son el aroma de mis delirios y es la tierra a la que anhelo volver

La primera vez que vine fue como testigo de un asesinato, creo que lo recuerdas. Fui una protegida y ahora acusada.

¿Por qué dices tener otro nombre?

¿Ustedes no lo dijeron? para guardar la identidad

Quiero una respuesta tuya

Él dijo que era necesario, de esa manera se pierden un rato buscando a alguien que no es

¿Por qué cambiarlo si no hiciste nada?

¿Por qué capturarme e interrogarme si no lo soy?

¿Sabes usar un arma?

En realidad no, a menos que se tome en cuenta las de juguete

¿Sabes conducir?

Si

18. ¿Por qué dices no estar enferma?

Ustedes le llaman enfermedad a cualquier cosa que no puedan explicar.
No soy enferma por saber y comprender cosas que parecen imposibles y ustedes lo creen porque sienten miedo de que alguien los supere, de que podamos entender la vida de una manera que lleguemos a apreciar aún los momentos que parecen fatales para ustedes.

Dijiste que tenías novio, ¿dónde está?

Si, tengo novio y realmente no lo sé. Él estudia y regresa a casa cada 4 meses.

¿Así que se aman?

No estoy segura de amarlo, pero nos entendemos hacemos una gran conexión. Creo que el amor es algo sobrevalorado, pero si te deja más satisfecho podría decirme que para funcionar ambos debemos estar juntos.

¿Por qué no viene a buscarte?

Eso no lo sabes.

Levanto mi cabeza y lo miro, los ojos son la respuesta.

Lo que uno guarda en lo más profundo de su ser solo lo pueden revalar los ojos, pero no a cualquier persona, debe ser la indicada, debe ser a la que los demonios que habitan en alguien no asusten.

Sino que se atraigan y parece que los míos hicieron amistad con alguien, en quien todo él grita alejate de mi.

Suena el timbre, el tiempo acabó.

—Lo entiendo, nos vemos luego.

—No habrá más respuestas de mi parte, cumplí con mi palabra

Ríe—No decides eso


Cuando él se va, vienen por mi y me llevan a comer. Creo que una de las ventajas de ser este tipo de persona es que necesitan que estés bien en todos los sentidos para que les des respuestas.


°°°°°

Llega un pequeño paquete, de nuevo es anónimo.

—Siempre a tiempo —dice

—Podría asegurarte que realmente aprecio a la persona que los envía —respondo

—¿No me lo dirás?

Me giro hacia él y alzo mis hombros:—Juraría por mis padres, pero no están. Así que juro por mi, que no se quien los envía.

—Bien

Esta vez me enviaron Romeo y Julieta, a pesar de haber oído de ellos no creo saberlo todo y por un lado entiendo la razón de haberlo hecho.

Me regresan a mi habitación, comienzo a leerlo y meditarlo. Porque aún existe enemistad entre diferentes familias, si cada persona se concentra en lo que debe hacer y no en el otro no existiría lo llamado clases sociales, divididos por lo que creen mejor.

—Mae, van a apagar las luces

—Me llamo Peigy, Peigy Peters —digo

Solo asiente con la cabeza y me sonríe de manera sarcástica.

—No dijiste que cambiarte de nombre no era necesario —responde— ya que no hiciste nada.

—El cambiarme de nombre es algo superficial, mientras todo en mi interior siga siendo igual no tengo nada que temer.

—Entonces lo haces por eso, para que pensemos que no tienes miedo

—¿Realmente crees eso, por el miedo?

Solo me observa atento, esperando que diga o haga algo

—No lo creo. Deben duplicar la seguridad, estar atentos a lo que hace, saber que recibe cada día, ella no debe salir de aquí —notifica a seguridad

Lo mejor de todo, es que él sabe quién me sacará de aquí.

°°°°°

15 de Abril

Ha pasado una semana, cada momento paso vigilada, cada día han regresado a hacerme más preguntas pero no tengo nada que decir, todo lo que sé ya está expuesto.

Incluso recibí la visita de mis hermanos, tratando de sobornarme para decir la verdad. Pero la única verdad es la que ellos saben, la que ellos vivieron, la que ellos guardan y por alguna razón no desean decirla.

—Porque no solo lo dices Mae, así te vas a librar de más acusaciones —dice Anne, mi hermana— podremos volver a ser los de antes.

—Anne, acaso no entiendes que nada volverá. El pasado se lo vive una sola vez lo que hiciste lo aceptas y nunca te arrepientes, el presente intentas sanarlo y dirigirlo, pero el futuro lo aseguras con tus acciones, con tus sueños y con tus metas

—Pero tu no vas a tener ningún futuro, si no aceptas lo que hiciste —dice enojado Frank, mi hermano— tú nos enseñaste a enfrentar lo miedos, apesar de que te lleven a perder algo que amas Mae.

—Lo estoy enfrentando, hablando con ustedes mientras nos vigilan desde afuera. Esperando que caiga en sus mentiras —sonrío— al contrario ustedes deberían enfrentarse, amando en secreto algo incorrecto y deleitandose en el placer causado.

Me quedan viendo asombrados, Frank acumula todo el enojo guardado y todo el estrés. Mientras que a Anne se le llenan los ojos de lágrimasy tiene una expresión de terror.

Se levanta apresurada y se me acerca apuntandome con el dedo, mientras dice:

—No te atreves a hablar mierda enfrente de personas que no tienen nada que ver con nuestra familia, nada de esto hubiera pasado y tan solo...

Interrumpo—Cierra la boca, niña ingenua que yo no soy la que se esconde por miedo a que dirán, yo no soy la que mantenía los pies en la tierra por miedo a caer, yo no soy la que se dejó enamorar por alguien que no me correspondía por miedo a quedar sola —suspiro— pero si soy una persona normal con defectos, de quien estoy orgullosa y me valoro.

En ese momento todo sucede muy deprisa, Anne se aleja gritándome estupideces mientras que Frank la abraza, siento ira en mi que no creo escuchar, ni procesar lo que él me está diciendo.

Una voz en mi cabeza me dice que demuestre que todos se equivocan, que no ven sus errores por querer acabar con la vida de los otros.

Mis manos tiemblan de la impotencia que siento, pero se que no debo actuar ellos están esperando que lo haga que me declare culpable por mis actos.

Eso hace enfurecer a Frank se que me golpeará, puedo ver sus pensamientos reflejados. Entonces sucede, un momento Anne le grita que se calme, mientras su mano me toca y al no reaccionar se vuelve loco.

Lo vuelve a hacer dos veces más, se abre la puerta y lo agarran, le dicen que debe calmarse que no se ponga en la vista de los demás.

Entonces sonrío, porque no lograron su cometido. No lograron hacerme caer, mis demonios jugaron con ellos y los manipularon. Dejaron expuesta una parte que nunca se dieron cuenta.

—Mae, ¿me escuchas? —reacciono

—Estoy bien, solo debo ponerme pomada —le respondo

—Bien, ¿por qué mierda nunca dijiste que él es así? —dice y no puedo evitar reirme

Me mira enfadado y digo:—¿Acaso me preguntaste algo de ellos? Están tan enfrascados en que me declare culpable, que nunca notan lo que tienen frente suyo o lo que queda suelto.

—¿A qué te refieres?

—No es momento de preguntas debo lavarme, un libro me espera.

Me coloco de pie con su ayuda, mientras me trasladan a enfermería. La chica me ayuda a colocar crema y unas cuentas vendas, me lava y cambia.

Me siento fresca y renovada, mientras que ellos estarán atormentados por sus actos y sus palabras.

Sonrío.

Regreso a mi habitación, demasiado drama por esta semana incluso debería tomarme unas vacaciones. Mientras planeo que lugar sería bueno recibir su visita, aunque ya lo venía venir.

—Señor detective, ¿no quedó satisfecho con lo que presenció? —pregunto

Evade mi pregunta y solo me observa.

—¿Qué tiene de bueno leer historias de amor? —pregunta, refiriéndose al libro

Río—Nunca lo ha leído.

—¿Debería?

—Usted como todos creen que es amor. Pero no notan lo esencial la realidad del momento que vivieron.

—¿Lo esencial?

—¿Quién iba a permitir que por una absurda enemistad muriera lo que más se aprecia? ¿Acaso realmente era su hija? Preguntas que salen del caso, ¿por qué vivimos en un mundo dividido? —le digo

—No podría responder.

—Por personas como ustedes.

—No tiene sentido —me mira confundido

—Solo debes hacer algo al llegar a casa hoy, mírate en un espejo y evalúate.

Me queda mirando raro y digo:—Debes saber porque eres de esta manera. ¿Por qué tienes este trabajo? ¿Por qué dices las cosas? ¿Por qué tus acciones demuestran lo contrario a tus palabras?

Y lo dejo así, me levanto del asiento y me retiro a dormir. Después de todo es él quien preguntó y es él quien vendrá.

°°°°°

—Amor, ven a mí —escucho claramente su voz y me levanto sobresaltada

El estuvo aquí, me vio y sabe donde estoy, comienzo a gritar su nombre. Encienden las luces y todo se ve borroso, entran y me agarran de las manos, debo luchar, debo salir.

—¡Fuera de mi, larguense de mi cabeza! —grito todo lo que puedo— Sácame de aquí Peters, sácame por favor.

Sigo luchando contra mis fuerzas, intentan sujetarme, intentan calmarme.

—Mae escúchame, soy el detective

—¡No, no quiero ver!

—Mírame a los ojos, es una orden —me grita

Lo veo, pero su rostro refleja miedo y pena.

Me duele.

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