Veinticuatro.

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—Tengo sueño —murmuré, intentando apagar la alarma de Daniel, la cual era más tranquila que la de mi mejor amigo.

—Pero hay que despertarse —bostezó antes de levantarse y sentarse sobre la cama.

Mis quejidos fueron amortiguados por la almohada sobre la que había hundido mi cara, pero aún se escuchaban.

Daniel rió antes de tirar de mí para levantarme.

—Déjame, ni siquiera estoy vestido —gruñí.

—Pues vístete. —Se encogió de hombros—. Tengo un precioso cuarto de baño en el que puedes hacerlo.

—Mi baño es más bonito —bufé.

—Bueno, si quieres ir a tu baño desnudo para vestirte, yo no tengo problemas —rió.

—No voy a andar desnudo por la calle.

—¿Entonces? Deberías decidirte, Tyler.

Le saqué la lengua antes de agarrar las prendas tiradas en el suelo y esconderme en el baño.

—No te atrevas a espiarme —lo amenacé.

—Tranquilo, no hay nada que no haya visto ya —carcajeó, tumbándose en la cama de nuevo.

Cerré la puerta y me di una ducha antes de vestirme y lavarme la cara. Me cepillé los dientes y me peiné antes de salir.

—¿Llego tarde o temprano al trabajo? —Miré el reloj de su pared y después al de la mesa de noche, extrañado.

—Tengo todos los relojes mal configurados. —Sacó su teléfono y me lo enseñó—. Dudo que sean las cinco de la mañana con el sol que hace.

—¿Y por qué no los ajustas? —Fruncí el ceño.

—Porque me da pereza y sabes que tengo que comprarme un móvil nuevo, este no va —sonrió—. De todas formas, solo necesito el de la mesilla de noche.

—¿Ese es el único que va bien? —Alcé una ceja.

—Sí, y son las ocho de la mañana.

—¿Me llevas a la cafetería? —Me froté los ojos.

—Sí, voy al baño y te llevo.

Cerró la puerta al entrar y salió unos minutos más tarde, ya vestido y peinado. Caminamos hasta su coche en silencio, pues era temprano y ninguno de los dos tenía nada que decir. Además, yo seguía adormilado.

El trayecto fue corto y llegamos relativamente temprano. Aproveché que mi turno no había comenzado para pedir un té frío y sentarme en alguna de las mesas junto a Daniel.

Pensé que solo estaríamos los dos, pero un momento más tarde, Hassel se puso a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hola, ¿qué tal? —Mantuvo su sonrisa, cosa que era sospechosa porque él no solía sonreír tanto.

—¿Qué quieres? —cuestioné, asustado.

—Necesito que te vengas un momento. —Me agarró de la muñeca.

—Adelante —rió Dani, sin siquiera dejarme responder.

—¿Qué mierda, Hass? —Fruncí el ceño—. ¿Qué te pasa?

—Estoy intentando ayudar a mi mejor amigo a ser feliz.

—¿Cuál de todos? —Arrugué la nariz.

—Tú.

—Yo soy feliz, Hass.

—Sí, claro. Mis cojones —escupió.

—Bueno, a ver cómo me vas a hacer más feliz.

—Daniel no siempre fue Z —reveló.

—¿Qué? —solté, impresionado—. ¿De qué hablas?

—No es algo que te vaya a explicar yo. Lo hará Elián cuando habléis.

—No, Hass, no puedes decir esto y dejarme con la mitad de la información —le reclamé.

—No es de mi incumbencia. —Se encogió de hombros.

Entrecerré los ojos.

—¿Me lo estás diciendo en serio? ¿Me dirá ahora que él era Z? —pregunté sarcásticamente.

Hass abrió mucho los ojos, desviando la mirada al mismo tiempo que se rascaba la nuca.

—Noooo —murmuró.

—No jodas, Hassel...

—¡No lo era! A ver, sí era Daniel, pero al mismo tiempo, bueno, que te lo explique el pelinegro de bote. —Frunció el ceño—. Yo venía a darte otra cosa.

Me entregó una carta muy arrugada, con las esquinas resquebrajadas.

—¿Qué es esto?

Él arrugó la nariz mientras comenzaba a contar con los dedos.

—¿La carta de amor que Elián te escribió hace siete años? No sé si fue hace tanto. Creo que teníamos ¿quince? ¿O era dieciséis? Bueno, no importa.

Abrí mucho los ojos al recordar esa carta lila con olor a lavanda que encontré en mi taquilla y que tiré sin siquiera leer, pensando que era una tontería más de Kasey.

—¿Esta carta...?

—Sí, es esa que tiraste sin siquiera mirarla.

Sentí un nudo en la garganta.

—¿Era de Elián...? —pregunté con un hilo de voz.

—De casualidad, ¿no serás adivino?

—Deja el sarcasmo de lado, Hassel Kaiden Walsh —siseé.

—Ya no se puede bromear sin que os ofendáis los jóvenes de hoy en día —suspiró como un abuelito.

—¿Es de Elián? —repetí.

—Sí.

La sujeté con las manos temblorosas.

—Yo la tiré.

—Lo sé.

—¿Por qué no me dijiste nada? —cuestioné.

—Elián se rindió. —Se encogió de hombros—. Y tú estabas con tus cosas. No eráis cercanos y lo dejó ahí.

—¿Y por qué siempre estás metido en medio de estas cosas? —Arrugué la nariz.

—En mi defensa, me obligó a hacerle un favor porque descubrió mi identidad como K en ese entonces —sonrió con inocencia.

—¿Qué te pidió?

—Que lo ayudara a conseguir una cita contigo.

—No le costaba pedírmelo como alguien normal.

—Él quería ser detallista. Se esforzó en juntar todo lo que te gustaba para pedírtelo.

Tragué saliva.

—Y yo ni miré la carta.

—¡Exactamente! —sonrió Hass.

Sin embargo, no era de felicidad, era la típica que usaba con el mensaje subliminal de "Eres imbécil". Y, esta vez, no se lo iba a rebatir.

—¿Por qué la tienes tú?

—La recogí después de que Elián se pusiera a llorar.

—¿Se puso a llorar? —cuestioné, alarmado.

—Como una magdalena. —No supe qué decir, así que, Hass prosiguió—: Sé que estás saliendo con Daniel y que bla bla, eres feliz según tú y eso, pero no sé. He notado que no habéis estado bien Elián y tú. Es una sensación rara que no puedo describir, pero los dos sois los animados del grupo, y ni habéis estado animados ni muy felices. ¡Elián no ha traído a nadie al apartamento desde hace meses!

»En fin, lo quería que supieras es que, antes de tomar una decisión que cambie el futuro de tu vida, tuvieses la opción de saber todas tus posibilidades. Daniel no es un mal chico, pero ¿de verdad te ves teniendo un futuro con él? Lo mismo digo de Elián. ¿Cómo ves tu futuro, Tyler?

—No sé —confesé.

—Niss lo fue todo para ti, lo sé. Para mí también. Era mi hermano mayor, lo amaba con toda mi alma. Y se fue, pero eso no lo podemos cambiar, Tyler. Sé que ha sido difícil seguir adelante y lo has hecho muy bien. Sin embargo, ¿de verdad crees que estás viviendo todo lo feliz que podrías ser?

»No te digo que dejes a Daniel y te vayas con Elián. Solo quiero que te des cuenta de cómo te sientes tú y solo tú.

Apreté los labios con fuerza.

—Hassel...

—Tyler, la forma en la que lidias con tus sentimientos y cómo actúas según ellos también afectan al resto de gente que te rodea.

—¿Qué significa eso? —Mis ojos se llenaron de lágrimas.

—Estás hiriendo a Daniel por los sentimientos que tienes por Elián —declaró.

Mi nariz cosquilleaba y me costaba respirar.

—No es verdad... —negué.

—Tyler, nos conocemos de toda la vida. Sé que has estado enamorado de Elián. No puedo asegurar que lo sigas estando, pero sé que aún quedan rastros de esos sentimientos.

—¿Y qué? Ya desaparecerán. Yo quiero a Daniel.

—¿Lo quieres todo lo que se merece?

Me mordí el interior de mi mejilla con fuerza.

—Yo...

—No necesito que me respondas a mí, Tyler. Replantéatelo. Creo que podrás, sobre todo tú, que has vivido en la posición de Daniel.

Sollocé, intentando limpiar las lágrimas de mis ojos.

Ahora que lo miraba, jamás había pensado en cómo se hubiera sentido Daniel con todo lo que había pasado entre Elián y yo. Hasta había besado a mi mejor amigo cuando se suponía que estábamos comenzando algo.

Por más que se lo hubiera dicho ya, la culpa seguía ahí.

—No sé qué hacer.

—Háblalo con Daniel —sugirió Hass.

—¿Y qué hago con la carta?

—La puedes romper, quemar, tirar, lo que quieras. De todas formas, Elián no sabe que te la he dado. Se cagará en mí cuando se entere de lo que he hecho —rió—. Pero yo velo por la felicidad de mi familia.

Rompí en llanto. Hass se acercó y me estrechó entre sus brazos. Hundí mi rostro en su pecho.

¿Qué era lo que yo quería?

¿Cuál era la decisión que haría menos daño?

¿Qué es lo que estaba haciendo con mi vida?

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¿Capítulo triste?? No sé, ahre. Es una mezcla de sentimientos.

Me puse emocional como siempre cuando estoy por acabar una novela 👊😔.

Quedan unos 3 capítulos para acabar FMG y yo no estoy bien. No solo por el final, sino porque se acaba la trilogía. TIPO, nos damos cuenta de que CEL ACABA AQUÍ????

Tres años de escritura, de planeación, de trabajo acaban este año 😭😭.

No sé si estoy mentalmente preparada, encima, con lo que me costó terminar ACDI, por no hablar de lo que me está costando STDQN, que es autoconclusivo.

En fin eso es todo mientras termino de llorar por mis bebés que crecen más rápido que yo.

😽😽 Besitos de media mañana.

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