Capítulo 10

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Gabriel POV

Ver a Julia enferma me enoja y no el hecho que lo este, es que se quede callada lo que me molesta. Sé que no durmió bien y se ha tapado las ojeras con su corrector de maquillaje, le daré su espacio para que me lo diga.

La presencia de Steele nos tiene a Cristian y a mí al borde de estallar, el tema de los negocios es una basura. Él sabe de antemano que soy socio de Cristian, por lo consiguiente estaría cerca de él en una eventual sociedad. Más eso nunca va a pasar, Steele es conocido en el mundo empresarial, por tener practicas no muy honestas de obtener dinero, nadie que se precie de ser honesto haría negocios con él. El intercomunicador me saca de mis pensamientos.

-Si, Olivia –

-Señor, tiene una llamada de su madre – ¡Mierda! No le había mencionado nada a Grace de mi relación con Julia.

-Pásala- Suspiro hondo en espera de su discurso.

-Dime, que es cierto, lo que dicen los medios, Gabriel. Porque me harías la mujer más feliz – Son rio, al menos no está enojada.

-Si, es cierto. Me han puesto una correa – Es cierto desde que conocí a Julia, no me interesan las demás mujeres, salvo las de mi familia.

- ¿Por qué no la ha traído a casa? Tenemos que enterarnos por los medios – Ahora si me regaña.

-Es muy complicado madre, podrían venir a pasar el fin de semana y así la conocen – Sugiero y así de paso conocen a Anastasia.

-Perfecto, hablare con tu padre y hermanos. Cuídate, hijo – Y corta, esto es un relajo ni siquiera me preguntó ¿cómo estaba?

Me reservo la llamada de Grace para mí, al llegar a casa Julia esta dormida por lo que la dejo en nuestra cama quitándole los zapatos. Julia se nos une en la cena, al preguntar Ana por su salud, nos comenta que ya se siente mejor, sin embargo, eso no me lo trago, en su rostro se ve que no lo está. Mañana ya veremos ¿cómo sigue?

*****

De camino a la empresa voy pendiente de Julia, tomo su desayuno sin ningún contra tiempo, es más comió más de la cuenta y eso me alegra.

Al salir del auto en el parqueo subterráneo la tomo de la mano para caminar juntos, subimos al elevador privado y al salir de este en la planta de presidencia siento a Julia tensarse, veo a un hombre y a una mujer en la recepción. La mujer al percatarse de nuestra presencia llama a Julia.

- ¡Julia, hija! – Grita la mujer, ella hace a acercarse, ella retrocede, la mujer se acerca, lo que provoca que Julia salga corriendo a los baños.

- ¡Qué mierda! – Salgo detrás de ella.

En el sanitario la sostengo y trato de calmarla, no obstante, la mujer me ha seguido y sigue con su maldita insistencia alterando más a mi mujer.

- ¡LARGO! ¡SAWYER! – Grito.

-Señor – Responde nuestro guardaespaldas.

-Saca a esta señora de aquí – Le ordeno y así lo hace, aunque la mujer proteste.

-Vamos señora – Acompáñeme.

-Voy a llevarte al médico – No responde, tomo a Julia entre mis brazos para dirigirme al sótano.

Durante el viaje al hospital mi hermosa mujer tiembla como una hoja y compruebo que esta fría, controlo su respiración, no sé si esta dormida o se ha desmallado. Le envío un mensaje a Cristian informándole que vamos de camino al hospital, me extraño no verlos salir después de nosotros.

En tramos al hospital por la entrada de emergencias y la ponemos en una camilla, el personal de emergencia nos recibe.

- ¿Qué tiene la paciente? – Pregunta un hombre que he de suponer es un médico. Le explico lo que le ha estado pasando, incluyendo lo sucedido.

-La revisaremos y le avisaremos lo que esta sucediendo, la enfermera le tomará los datos de la señora – Informa el médico.

Una enfermera me hace infinidades de preguntas, desde datos personales hasta más personales.

Minutos después aparecen Anastasia y Cristian preocupados.

- ¿Qué le paso a Julia? – Pregunta Ana.

-Siguió mal y no me lo dijo- Le digo porque realmente no sé lo que está pasando.

-Pero, la vimos bien en el desayuno- Dice Ana.

- Tuvimos unas visitas inesperadas y Julia no llevo bien sus presencia- Comento.

-Los Mitchell. Son los únicos que logran alterarla – Me pone al tanto Ana.

- ¿Sus padres? – Pregunto.

-Si esos mismos – Responde Ana. La conversación es interrumpida por el médico.

- ¿Ustedes son familiares de la señorita Mitchell? –

-Si. ¿Qué tiene? – Respondo a la primera.

-Tuvo un bajonazo de azúcar que ya se controló y estamos haciendo unos análisis de sangre para descartas algún otro padecimiento – Nos informa el médico que mir amucho a Ana, lo que provoca que mi amigo se prenda más de ella. Casi dos horas después el médico sale y nos hace entrar en el cubículo de Julia.

- ¿Qué pasa doctor? – Pregunta Ana.

-Nena, ¿Te siente mejor? – Le pregunto y ella asiente en silencio.

-Bueno, lo que le ha estado sucediendo a la señorita Mitchell es normal en su estado – Lo interrumpo por el miedo.

- ¿Qué estado? -Pregunta Julia.

-Está embarazada – Me quedo en shock.

-Está embarazada –

-Está embarazada –

-Está embarazada –

- ¡Felicidades! – Dicen Ana y Cristian a la vez mientras yo salgo del shock.

-Creo que le ha tomado por sorpresa a ambos – Dice el médico, mientras Julia y yo nos miramos entre nosotros.

De pronto Julia se tapa el rostro con sus manos y comienza a llorar y me doy cuenta de lo que sucede, cree que estoy molesto, pero no, estoy emocionado, contento...feliz. Camino para llegar a su lado la abrazo fuerte mente.

-Mírame nena por favor – Quito sus manos de su bello rostro.

-Iré a dejar el alta en la recepción – Nos informa el doctor.

-Gracias, nena. Me has hecho el hombre más feliz del mundo – Le digo para luego besarla con intensidad.

-Quiero ir a casa, por favor- Ella me sonríe.

-Creo que es lo mejor, Gabriel. Ana y yo nos encargaremos de la empresa. Creo que julia necesitara descansar- Profiere Cristian.

Pasamos por la recepción de urgencias cancelo la cuenta, retiro la receta de los medicamentos que tendrá que tomar a partir de mañana y la orden de la ecografía para saber de cuantos meses está.

Al llegar a casa notamos que hay un auto en la entrada de la casa, es extraño porque no recibimos visitas, sólo familia, sin embargo, la de Cristian o la mía nos habrían avisado.

Entramos a la casa y Julia al escuchar las voces se tensa, yo logro reconocer la voz de la mujer. Es la madre de Julia, tratamos de entrar en silencio.

-Ve ha la habitación a descansar yo me encargo- Ella asiente en silencio y se retira a nuestra habitación.

- ¿Qué mierda hacen aquí? – Les pregunto a los invitados no deseados y Gretchen me mira espantada. Es probable que se presentaran como los padres de Julia y claro está que no les negarían la entrada.

-Señor Emerson es un gusto, conocerle – Me saluda el padre de Julia.

-Para mi no lo es. Julia nuca ha hablado de ustedes y por su reacción a ustedes no son agradables. Síganme- Me dirijo a mi estudio con ellos pisándome los talones.

-Mi hija es muy dramática – Comenta la mujer mientras toman asiento.

- ¿Cuánto quieren? – Le pregunto a ambos para no alargar esta reunión y se larguen.

- ¿De qué habla? - Pregunta el hombre.

-Es mas que obvio, ¿no? Ahora que su hija esta en una relación se acuerdan de ella y pretenden ser unos padres abnegados. Así que lo repito ¿Cuánto quieren por desaparecer? –

-Diez mil dólares – Dice la mujer

-Les haré un cheque vengan mañana. Les informo que este dinero estará condicionado a que ustedes cumplan con una petición mía, pero, para ello tendrán que ir a mi oficina – Ellos se miran entre sí y aceptan.

Debo de hablar con mi abogado, ellos deben de mantenerse fuera de la vida de Julia más ahora que vamos a ser padres. Desconozco los detalles de su relación, sin embargo, puedo suponer que no es nada agradable.

Deben salir de nuestras vidas si o sí.

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