𝘀𝗶𝘅. guilty or not

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━━ CAPÍTULO SEIS
░ 彡⛓ CULPABLE O NO  ❜


SEPTIEMBRE. 1981.
📍PRISIÓN DE AZKABAN.
📍MINISTERIO DE MAGIA
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Inmediatamente el frío la invadió por completo. Los prisioneros comenzaron a gritar y reír desquiciada mente. Dos guardias la agarraban por los brazos, empujándola, mientras que otros dos los cubrían y lanzaban maleficios a cualquier prisionero que quisiera acercarse.

Kaila no pudo evitar reír cínicamente. Se sentía perdida, aún no sabía muy bien que acababa de pasar. Recordaba pocas cosas del incidente: ruidos, las luces que brillaban de las varitas tras cada maleficio, a su hermano peleando... luego su cadáver. No sabía en que momento había pasado todo, pero estaba segura que no había sido ella, ¿cierto?

La puerta de su casa estaba abierta cuando los aurores llegaron. El culpable huyó. O tal vez, creyó que había un culpable. ¿Y si en realidad fue ella?

Pudo notar prisioneros de todas las edades, jóvenes, adultos, viejos, algunos muertos. Y ella, con diecinueve años, mimetizándose con todos los extraños junto a ella. Todos locos, muchos con la culpa carcomiéndolos, otros orgullosos de lo que hicieron, y los que no sentían nada. Habían pasado tanto tiempo ahí que ya no podían sentir. Era como estar muerto; ser nada y a la vez todo.

—Celda 197 —anunció uno de los Aurores. La puerta de barrotes frente a ella se abrió y uno de los aurores la empujó con brusquedad.

—Tendrás tu audiencia con el ministro en tres días —anunció otro. Y se marcharon.

Los dementores no tardaron en acercarse a la prisionera. Suficientes recuerdos felices para gozar absorbiéndolos y dejándola vacía.

Los recuerdos de felicidad de su hermano fueron completamente absorbidos, dejándole únicamente el recuerdo del cuerpo de su hermano sin vida en el suelo, cubierto de sangre, con los ojos apagados y abiertos.

Los días pasaron. Kaila espero con ansias la audiencia. No sabía qué probabilidades tenía para ganar, pero haría su mejor intento. Pensó en todo lo ocurrido esa noche, trató de recordar algo importante que lograra demostrar su inocencia. Nada.

Había un alguien. Si, podía estar segura de eso. La puerta estaba abierta ella no la abrió alguien se marchó. Ruidos. Los ruidos de los hechizos golpeando lugares incorrectos y gritos. Luego el fuerte ruido que hizo su hermano al caer al suelo, inerte. Ella recordaba haberlo visto, su hermano la miraba con los ojos vacíos y sin vida. Y por último, pisadas. El asesino había huido.

Kaila no sabía cómo pasaba el tiempo fuera de esa prisión. No sabía si era de día o de noche. Pero cuando al fin luego de lo que para ella fue una eternidad, los aurores llegaron para llevarla a su audiencia.

No presto atención al camino. No había chance alguno para escapar. Iban con cinco aurores y dos dementores como guardias. Volvió a repasar todo lo sucedido la noche en la que murió su hermano, una y otra vez. Habían espacio en blanco que no lograba recordar. Faltaban varios momentos para completar la noche. Pero de una u otra manera, todos terminaban igual. Jack Robinn estaba muerto.

Cuando la silla rodeada de barrotes subió hasta estar frente al Ministro, Kaila salió de su ensoñación. Miró al rededor, no sabía cuántas personas eran pero todas la miraban. Ella nos les devolvió la mirada, fijó sus ojos en el hombre de sombrero frente a ella.

—Hola, señor Ministro —saludó Kaila sonriendo abiertamente mientras elevaba una ceja.

—Muy bien, empecemos —dijo Cornelius Fudge—. ¿Están todos listos? —preguntó hacia los demás. Una mujer vestida de rosa se removió en su lugar y asintió ansiosa—. Audiencia disciplinaria del 29 de septiembre de 1981 por delito de asesinato y uso de el maleficio imperdonable cometido por Kaila Aurora Robinn. Interrogadores: Cornelius Oswald Fudge, Ministro de la Magia...

—Espere, ¿su segundo nombre es Oswald? —interrumpió Kaila soltando una risotada—. Es ridículo.

—Si me deja continuar —Cornelius lanzó una mirada amenazante y Kaila sonrió más. El Ministro nombró a todos los presentes importantes mientras Kaila volvía a repasar mentalmente los sucesos—. ¿Tiene algún testigo de Defensa?

—No —contestó Kaila seca. La rubia escuchó como la mujer de rosa soltó una pequeña risa.

—Bien, sigamos con los cargos —continuo Fudge. Parecía estar más sonriente ante la respuesta de Kaila—. Los cargos contra la acusada son los siguientes: el 27 de septiembre Jack Harving Robinn, hermano mayor de la acusada, fue asesinado por la misma. Fue encontrada junto al cádaver del señor Robinn la misma noche de su muerte. Los informes demuestran que Robinn fue víctima del hechizo asesino. ¿Es usted Kaila Aurora Robinn culpable de la muerte de su hermano, Jack Harving Robinn?

Si.

Ella se sentía más que culpable. No pudo hacer nada, no lo salvo. Si quiera podía recordar algo que pusiera en rejas al real asesino de su hermano. Porque hasta que eso no pasara, ella era culpable de todo. Ella estuvo ahí, no lo vio o no pudo hacerlo. No recordaba o tal vez alguien se lo impedía.

—No —respondió finalmente.

—Entonces ¿como puede negar que el hechizo asesino fue conjurado desde su varita? —el Ministro hizo flotar la varita de Kaila en medio de la habitación justo frente a ella.

—¿Que?

—Las evidencias muestras que el hechizo asesino fue causado desde su varita —repitió Fudge—. ¿Había alguien más durante el asesinato?

Si.

Pero ¿quien?

—No... no lo sé.

La señora vestida de rosa se aclaró la garganta levemente y soltó una tosecita molesta. Se levantó de su asiento y sonrió de manera irritante.

—Si me permite, señor Ministro —dijo y, antes de que Fudge pudiera reponer algo, continuó—. Esta más que claro que la acusada es claramente culpable. No hay un testigo de denfensa que pueda demostrar lo contrario, tampoco hay argumentos válidos. Y, por sobre todo, están las claras pruebas de que la acusada fue quien conjuró el maleficio asesino.

—Si, gracias por su observación, Dolores —dijo Fudge, para luego volver a mirar a Kaila y aclararse la garganta—. ¿Acusada, es usted culpable de la muerte de Jack Harving Robinn?

—Yo no...

—¿Si o no? —exigió el Ministro.

Si.

—No.

—¿Como puede probarlo? —insistió el Ministro.

—Yo... no... jamás haría algo así —Kaila se enojo con sigo misma. Nadie le iba a creer con esas pocas palabras. Ella era culpable a la vista de todos, incluso para ella misma. Tampoco tenía prueba alguna para demostrar su inocencia.

—Eso no prueba nada. ¿Es usted culpable, si o no?

Kaila no respondió. La habitación se sumió en un silencio desesperante. Todos la miraban con atención esperando respuesta alguna. Nada.

—Kaila Aurora Robinn es usted culpable de usar el maleficio asesino contra Jack Harving Robinn —Cornelius Fudge dio por terminada la audiencia golpeando el martillo de juez.

Todos comenzaron a levantarse para marcharse. Los barrotes en los que estaba encerrada comenzaron a bajar lentamente.

Kaila sintió una penetrante mirada sobre ella, giró la cabeza y se encontró con unos ojos celestes y brillantes ocultos bajo unos anteojos de medialuna. Era una mirada rara. No amenazaba, no la miraba con miedo o superioridad, tampoco la estaba retando. Kaila frunció el ceño antes de que todos desaparecieran de su vista y los barrotes llegaran hasta el suelo sacándola del tribunal.


HOLA! ¿QUE TAL?
ACÁ UN CAPÍTULO
COMPLETO SOBRE
EL ASESINATO DE
JACK Y UNA AUDI-
ENCÍA. ¿QUE PIEN-
SAN DE TODO ESTO?

¿LES GUSTO EL CAPÍ-
TULO?

¿TIENEN ALGUNA
TEORÍA?

EN FIN. GRACIAS
POR LEER Y VOTAR.

—— with love, Cass <3

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