La música de los auriculares inunda mis oídos mientras contemplo el paisaje desde la blanca ventana del avión, una fina masa de blancas nubes lo impregna, apoyo la cabeza en el respaldo del asiento, respiro hondo y maldigo el hecho de definitivamente va a ser uno de los viajes más largos de mi vida. 

 Una vez que el avión ha llegado y piso el suelo de Florida soy consciente y agradezco que el ambiente es más cálido que el de Whasington. Nos dirigimos  al coche que está aparcado en el parking , desde el cual distingo el pequeño y negro coche de mamá colocado a la perfección dentro de las dos finas y blancas líneas dibujadas sobre el asfalto. Nos subimos y enciendo la calefacción ya que el coche está extremadamente frío. Miro por la ventanilla, el paisaje es muy distinto al de Bothell, por fin vuelvo a ver edificios y coches y no nieve y árboles. El trayecto se me pasa muy ameno y pienso que esta vez no hubo problema alguno a la hora de empaquetar, ya que no me apetecía en absoluto que mamá montara un numerito delante de todos. Visualizo el cartel de Tallahassee, mil mariposas revolotean en mi estómago y millones de recuerdos invaden mi mente, la playa, los locales , al igual que las casas perfectamente alineadas unas tras otras. Mi madre gira a la izquierda y entramos en la calle de mis abuelos, me sorprende el hecho de que no halla hablado durante todo el viaje, solo en contables ocasiones para darme alguna indicación.

Me bajo del coche después de haber aparcado en la blanca y perfectamente pintada puerta, estiro los pies y los brazos debido a que los tengo adormecidos por el trayecto en aquel pequeño espacio, abro el maletero del cual extraigo mi maleta, subo los escalones del chalet de mis abuelos, llamo al timbre y aguardo a que abran. 

Mi abuela asoma la cabeza y dice

- Ohh cariño que bien que ya hayais llegado- Y me da un fuerte abrazo.

- Que guapa estás- Añade.

- Gracias abuela-

- Edward ya han llegado- Dice mi abuela dando un abrazo a mi madre.

Mi abuelo sale de la sala de estar y me da otro abrazo.

Entro en la casa arrastrando la maleta por el suelo, siempre me gustaron las baldosas que lo adornaban ,  en cuanto entro en el salón, hay un enorme árbol como siempre justo en el centro de la estancia el cual tiene múltiples detalles, al igual que todos los calcetines alineados en la chimenea que nunca usamos debido a que en Florida no hace la más mera falta, subo los escalones y entro en mi antigua habitación, la del final del amplio pasillo, esta es mucho más grande y moderna que la de Bothell. Después de haber desecho las maletas salgo a buscar a mis amigos que intuyo que estarán en el parque donde siempre quedábamos. Voy casi corriendo y llego en menos de cinco minutos y allí están, decido darles una sorpresa y salto encima de Logan.

- ¡Tía! - Grita Mimi eufórica, salta a mis brazos y casi nos caemos.

- Nos tienes que contar muchas cosas- Añade sin soltarme.

- Eso, hace ya mucho que no hablamos- comenta Logan.

Nos sentamos en un banco el cual está tapado por un enorme árbol y les pongo al día de los últimos sucesos pero claramente no les cuento acerca de que Mike es un hombre lobo.

- Increíble te vas tres meses y ya te has echado novio, me lo tienes que presentar- Dice Mimi

- ¿Y tú madre lo sabe? - Dice Logan y yo niego con la cabeza.

- ¿Tienes alguna foto? - Pregunta Mimi.

- Creo que en la página del instituto está. Abro mi móvil y comienzo a buscar en la interminable lista cuando lo encuentro y se lo enseño a mis amigos

- Está buenísimo - Responde Mimi.

- Bah he visto cosas mejores- Comenta Logan.

- Sí que ¿ a tí? - Pregunta irónicamente Mimi.

- Por ejemplo.

Las dos nos reímos y el móvil vibra en el bolsillo del peto vaquero que llevo puesto apararece el nombre de mamá en la pantalla y me indica que está la comida.

- Bueno chicos me tengo que ir, ¿quedamos mañana? - 

Todos asienten y vuelvo sobre mis pasos, antes estaba tan eufórica e ilusionada por volver a verles que no me había parado a visualizar el ambiente donde me encuentro.

 Durante el camino me paro en una tienda de regalos para comprar algunos, ya que esta noche es la noche de Santa Claus. Para mi madre le compro un brillo de labios ya que le encanta maquillarse, a mi abuela un juego de moldes para hacer pasteles, a mi abuelo una camiseta de su  equipo de Rugby, para Mimi un estuche de maquillaje y a Logan un llavero. La verdad que no he tardado mucho en comparar  y entro en casa, se respira un ambiente muy familiar.

Nos sentamos al rededor de la mesa y mi abuela sirve el pollo con patatas pero nada más mirar la comida me encuentro a sentir mal , pero lo ignoro y de repente se me quita el apetito¿me estaré poniendo enferma? 

Durante la comida mi estómago lucha para que no coma nada, pero hago esfuerzos e ingiero todo lo que puedo.

Por la tarde continúo mi historia en Wattpad, estoy tumbada boca abajo en mi rosada cama, esta es de un tamaño impresionante comparada con la de Bothell, además es suave al tacto y múltiples peluches la decoran. Mientras mis dedos se deslizan por el teclado, mi madre entra sin llamar si quiera a la puerta .

- Van a venir tus tíos y tus primos así que vamos a arreglarte- Me ordena quitándome el dispositivo, suspiro y la obedezco. Me pongo el vestido blanco con lunares y mi madre me hace un peinado que no consigo ver, me echo ligeramente una capa de maquillaje y alguien llama al timbre, por suerte mi familia no es muy grande, mi madre tiene a un hermano, William y una hermana, Everdyn.

 Bajo los escalones arrastrando las horribles manoletinas y saludo a mi tío William, a su mujer y a mi primo pequeño Brandon.

- Vamos a jugar- Dice el niño que tiene 3 años el cual sus padres le tienen demasiado consentido, no lo aguanto y mi madre me obliga  jugar con él, lo peor es que no me pagan, cuando venga Kate mi prima de ocho años que es igual de mal educada se unirá y los dos despotricarán. El castaño niño comienza a correr por toda la casa 

- Brandon- Digo siguiéndole.

- ¿ A qué no me pillas? - Dice haciéndome burla. Entra en mi habitación y se sube a mi cama.

- Bájate - Le ordeno pero el niño me ignora y coge mi móvil.

- Desbloqueamelo- Dice entregándome el dispositivo.

 Pero antes de que pueda cogerlo llega una llamada y el niño mira la pantalla.

- ¿ Quién es Mike? - 

- Dámelo- Pero antes de que pueda cogerlo el niño comienza a correr por toda la estancia y casi me vuelve loca.

- ¿  Diga ? - Dice descolgando y en ese momento la arpía de mi prima entra en la habitación.

- ¿Qué haceís?- Dice con como siempre sus insoportables moños recogiendo su también castaño cabello en lo alto de su cabeza y con sus siniestros ojos azules inspeccionando la sala, aprovecho para arrancarle el dispositivo, el niño comienza a berrear y a tirarse por el suelo.

- Es su novio seguro - Dice y la niña me mira con una sonrisa pícara 

- Se lo voy a decir a la tita Caylin - Dice en tono de burla y los dos niños se van corriendo.

- Ahora te llamo- Le digo a Mike y cuelgo.

 Bajo corriendo las escaleras.

- Sí es su novio- oigo decir a la niña, entro en la estancia y mi madre me fulmina con la mirada, la estancia está en silencio.

- Vamos no vas a creer en un par de mocosos- Digo.

- Ada - Me dice con tono amenazador.

-Pero mam-

-Vete a tu habitación- me ordena.

Subo sobre la escalera de madera, de la cual lucen múltiples luces de diversos colores, al llegar a la planta más alta tomo el lado derecho y me dirijo al final del pasillo. Me tumbo sobre mi cama y en ese momento soy consciente de que el cansancio inunda todo mi cuerpo, respiro hondo cuando escucho como el sonido de unos tacones suben por la escalera y continúan por el pasillo, pienso que definitivamente no aguantaba a aquellos niños, alguien abre la puerta e instintívamente abro los ojos los cuales hasta hace un momento estaban cerrados, giro la cabeza, trago saliva, mamá está en la puerta con los brazos en jarras, entonces pienso.

-Como se halla creído lo de Mike estoy perdida.-