La fiesta no estaba siendo aburrida, como Miyeon había pensado en un principio. Ella se divirtió con Lisa y sus otras amigas.

Sin embargo, hubo un momento donde Miyeon se sintió enojada con el universo. Yuqi y Soyeon comenzaron a bailar juntas, cada vez más pegadas y riéndose, eso hizo que Miyeon estuviera celosa; ella quería hacer eso con Nicha. Rayos, estaba pensando demasiado en esa gamer.

El alcohol sólo aumentaba, Lalisa había encontrado una conquista y se la pasaba con esa chica. Mientras Miyeon sólo bebía shots como agua, tratando así de tal vez perder la timidez frente a Nicha. Sólo esperaba ser correspondida en su misión.

Alrededor de las tres de la madrugada, Sana estaba completamente borracha y bailaba sola. En un momento sintió manos en su cintura y se giró para golpear al idiota que se atrevió a tocarla e interrumpir su diversión.

Abrió su boca, se había olvidado de ella por un segundo.

── ¿Es una nueva costumbre tuya?

── ¡Minnie! ── rió alegre. ── ¿Qué haces aquí?

── Uh, se supone que ya deberíamos volver a casa, es tarde. ── de pronto recordó que sus manos no se habían movido de lugar, así que se sonrojó e intentó quitarlas de ahí.

── No, ven, baila conmigo. ── en cambio, la mayor se acercó más. ── Estoy muy sola aquí.

── No sé bailar. ── tal vez sí la luz no fuera casi nula, Miyeon habría notado el sonrojo de sus mejillas. ── ¿Dónde está Lalisa?

── Oh. Me dijo que nos fuéramos juntas, ella va a casa antes de que se despierten.

Nicha frunció el seño. ── Mierda, papá me matará sí se entera.

── ¡No tiene que saberlo! ── sí esto fuera un dibujo animado, un foco de luz aparecería sobre su cabeza. ── Vamos nosotras y duerme conmigo en su cama, nadie sospechará que no eres ella porque tienen el mismo color de cabello.

Otra vez, Nicha y su sonrojo. ── M-Miyeon...

── ¡Vamos, vamos! ── pegó saltitos y tomó una de las manos de su menor, saliendo casi corriendo y a tropezones de la fiesta.

El camino a casa no fue complicado, lo que era difícil fue mantener la concentración. Miyeon era del tipo de borracha que habla mucho, por lo que no dejaba de parlotear y reírse sola. Según ella, hacía mucho calor así que quiso sacarse el vestido.

Por supuesto, Nicha la detuvo en las varias veces que lo intentó.

Al llegar a la casa, todo estaba oscuro y silencioso. Sólo se oía la risita de bebé de Miyeon por estar "haciendo travesuras". Sí tan sólo Nicha supiera que no eran las mismas travesuras que ella creía que pensaba.

El cuarto de Lalisa era espacioso, tenía su propio baño y el armario era gigante. Muchas veces Miyeon dejaba su propia ropa ahí, así que cuando Nicha la dejó sola comenzó a cambiarse.

Los minutos pasaban y Miyeon estaba sola en la cama, su celular no tenía batería y era aburrido estar sola en la oscuridad. Sin saber cómo, empezó a lagrimear.

Nicha apareció segundos después de su primer sollozo.

── ¿Por qué lloras?

Miyeon se sobresaltó y comenzó a sonreír.

── ¡Pensé que me dejarías sola!

Nicha soltó una risita. ── Nunca, Miyeon.

Se recostó a su lado, siendo incómoda la situación. Miyeon seguía sentada y la poca luz de afuera le dejaba ver a su acompañante.

── Eres linda. ── Miyeon susurró.

── Eh, gracias. Tú también.

── ¿Crees que soy linda?

── Eres completamente hermosa, Miyeon.

Una sonrisa más, y ella comenzó a acostarse también. ── Sí, ya sabía.

Nicha contó el tiempo, siendo media hora después cuando se aseguró de que Miyeon dormía. Su plan era irse de la habitación, ir a su propia cama, pero cuando intentó hacerlo el cuerpo de Miyeon se acercó al suyo, pasando los brazos por ella y terminar por abrazarla.

Nicha se quedó ahí, aceptando el acercamiento.