CAPÍTULO 11

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

LEAH.

Todo se tornaba cada vez más extraño de lo que parecía, el transcurso de esta última semana fue demasiado rápido siendo lo único relevante el decirnos a Eren y a mí un plan que se llevaría a cabo en unos días junto con la Legión. Sin embargo, las cosas se complicaron en cuanto se supo que los dos titanes capturados por Hange y usados para experimentar, fueron asesinados sin piedad en esa misma noche. Alguien había utilizado su equipo tridimensional al realizarlo, por lo que se convocó una revisión a cada miembro, pero no hubo rastro alguno.

Sentí lástima de ver a Hange gritar y llorar, aun observando los huesos desintegrándose frente a todos, para luego convertirse en vapor. Varios miembros miraban la escena estupefactos sin decir palabra alguna, tratando de saber quién pudo ser el responsable, pero como ya había dicho, no hubo evidencias del responsable. Percibí la presencia de Eren llegar a mi lado, teniendo los ojos clavados en los restos de los titanes.

-¿Quién pudo haber hecho esto? -. Sonaba desconcertado, incluso preocupado.

-No lo sé -. Murmuré - Pero seguramente quien lo hizo, no fue por tenerles miedo o para cuidarnos.

No dijo nada más, por lo que miré de reojo percatándome en que ya no me prestaba atención, debido a que el comandante Erwin lo tomó de los hombros diciéndole algo al oído, y al ver su expresión supe que no era algo agradable y era más personal. Giré la cabeza desviando la mirada hacia atrás, topándome con la silueta de Levi observándome, opté en dejar de hacerlo dando media vuelta. Pasé por su lado pero como era de esperarse, me ignoró.

En todo este tiempo no hubo ni un maldito segundo en el que pudiera hablar a solas con él, siempre estaba acompañado dando órdenes, salía todo el día o regañaba a Eren y a mí, evitando siquiera decir una oración completa hacia él.

Hasta parece que el enano se esmeraba en evadirme.

Dejando eso de lado, también nos comunicaron que en dos días la Legión de Exploración saldríamos para realizar el plan que tanto nos habían mencionado y los nuevos miembros estarían con nosotros, por lo que ya habíamos regresado a los muros preparándonos para la ocasión.

-Maldición -. Farfulló el chico apenas se le cayó la cubeta llena de agua al suelo, regándola toda e incluso salpicándonos.

Por inercia cerré los ojos y rápidamente escuché sus movimientos apresurados.

-P-perdóname -. Se aclaró la garganta.

Los abrí al limpiarme con el antebrazo, mientras que Eren levantaba el recipiente con suma molestia, sin darse cuenta en que tenía varias gotas de agua escurrirse por el rostro.

-¿Todo bien? -. Pregunté dejando las cosas que traía, acercándome un poco a él.

-Eh... S-si -. Balbuceó - Sólo que no se me da bien esto de estar limpiando establos -. Torpemente se secó las manos en su pantalón.

-Lo sé, tampoco a mi -. Hice una mueca provocando que riera un poco.

Lo bueno era que Eren y yo habíamos formado un lazo más estrecho, pero tratábamos de ocultarlo porque sabíamos que sería algo desconcertante para los demás, al igual que peligroso.

Más porque el idiota de Levi no estaría de acuerdo.

-¿Qué dices? Al menos tú no tiras las cosas y haces un desastre -. Comentó.

Volví a recoger los utensilios de limpieza que anteriormente tenía para después dejar que estos cayeran al suelo abruptamente, tomándolo desprevenido.

-Qué graciosa -. Soltó sarcástico sin dejar de sonreír.

-Un placer -. Imité su acción, volviendo a recoger las cosas mientras que Eren se agachaba a ayudarme.

Sin embargo, levanté la mirada aún teniendo su rostro mojado frente a mí, no me prestaba atención, sin pensarlo, jalé la manga de la camisa blanca que ya portábamos y así comencé a restregarla con delicadeza, eliminando el rastro de agua. Algo que lo tomó de sorpresa apenas vi que sus ojos ya me estaban mirando con mucha vergüenza.

-Tenías un poco de agua -. Alejé mi mano, pero enseguida sentí que la tomaba con cuidado, su pulgar sobó el dorso de esta y sonrió más, estaba ruborizado.

-Muchas gracias.

Ahora yo lo estaba peor que él. Decidí levantarme, dando un vistazo a la entrada, procurando en que alguien no haya visto eso. No obstante, en los establos vi cómo varias siluetas pasaban de largo y en grupo, de forma fugaz logré ver a Armin junto con Mikasa caminar.

-No puede ser -. Susurré.

-¿Qué? ¿Qué sucede? -. Tomé los utensilios que traía Eren dejándolos rápidamente en su lugar, para empezar a correr en esa dirección - ¡Espera! -. Gritó, pero hice caso omiso saliendo de los establos.

Giré a mi izquierda viendo al grupo pasar dándonos la espalda, al final de estos comprobé en que eran ellos y no se habían dado cuenta de nuestra presencia.

-¡Mikasa! ¡Armin! -. Elevé la voz.

Ambos voltearon a nosotros con sorpresa, a lo que llegué a su lado abrazando a la chica, desconcertándola, pero fui correspondida.

-¿Leah? -. Me separé de ella yendo con Armin haciendo lo mismo, este me abrazó enseguida y sin dudarlo, durando así por un par de segundos.

-Me alegra verlos -. Dije separándome y oí a Eren llegar con la respiración agitada, observándolos con entusiasmo.

-Eren -. Mikasa sonrió al verlo, siendo la misma reacción que la del rubio.

-Es como si hubieran pasado años de no vernos -. Dijo este notándose feliz.

-¿Estás bien? ¿Experimentaron contigo? ¿Ese maldito enano te hizo daño? -. Soltó Mikasa con evidente rencor.

Y la entiendo, esa patada que le dio Levi la sigo sintiendo en mis propias costillas.

-¿Te refieres al capitán Levi? -. Preguntó Armin, causando que agachara la cabeza levemente. Hasta oír su nombre en bocas ajenas me incomoda.

-Si te hizo algo ahora sí me oirá -. Prosiguió en decir Mikasa, al grado de casi echar humo por la rabia.

-Tranquila, no me hicieron nada malo, o bueno... - Se rascó la nuca mirándome de reojo - No tanto como a Leah.

-¿Qué? -. Sentí la mirada de los tres, siendo más incómodo de lo que me agradaría.

-¿Te hizo algo? -. Armin se puso frente a mí, obligándome a verlo. Sus orbes azules se fijaban en cada detalle que yo pudiera tener, como si tratara de buscar un posible rasguño o moretón. Aunque no he de negar en que llevaba tiempo sin mirarme a un espejo.

Si lo hubiera hecho una semana antes, ni como ocultarlo.

-Creo que se nota en su rostro -. Agregó Eren.

-¿En mi rostro? -. Fruncí mi entrecejo, llevando una mano a este.

-¿Qué sucedió exactamente? -. Volvió a cuestionar el rubio - Porque ese moretón aún no desaparece completamente.

Vaya, todavía quedaban un rastro de ellos. Enano de mierda.

Hasta que recordé que el muy imbécil me había golpeado el rostro en el combate cuerpo a cuerpo. Ni siquiera recordaba ese pequeño detalle.

-Fue muy duro con ella todo este tiempo -. Continuó Eren, notándose igual de incómodo que yo - Y en uno de esos días la retó -. Llevó una de sus manos a la nuca sobándola, hizo una mueca mirándome. Logré notar lo tenso que se puso.

-Tal vez fue el castigo que tenía programado -. Murmuró Mikasa mirando por el hombro de Eren, haciendo que este lo bajara y lo mirara al igual que Armin.

Inconscientemente hice lo mismo, en medio de los establos vi a Levi tomar el riel de un caballo guiándolo a cierta dirección. No sin antes mirarme con cara de pocos amigos, e inmediatamente regresé mi vista a mis propios pies.

Supongo que no le interesa hacerle saber a todo el mundo el asco que me tiene.

-Es... Complicado -. Solté un suspiro, prefiero darle más prioridad a lo que en verdad tengo a mi lado, a lo que miré a Armin - Por cierto, ¿qué hacen aquí? -. Los dos cambiaron su semblante ante mi pregunta, sabiendo que entienden lo difícil que es ese tema. Y Eren me dio una mirada rápida, haciendo que me tranquilizara.

-Nos unimos a la Legión de Exploración, la ceremonia fue el día de ayer -. Siendo sincera, fue más la sorpresa que otra cosa, ya que pensé que al final se unirían a la Policía Militar o a las Tropas de Guarnición.

Los demás del grupo comenzaron a acercarse al vernos, a lo que los reconocí enseguida.

-Todos están aquí -. Levanté las comisuras de mi boca, animada de verlos.

Sin embargo, algo en mi interior se revolvía con cada rostro que veía aquí, sabiendo lo peligroso que es unirse en este grupo. Más después de lo que pasó.

-¿Jean? -. Eren había girado hacia el chico notándose desconcertado por su presencia en el cuartel, siendo mi misma reacción, sabiendo que Kirstein me había hablado por horas su preferencia al interior y no al exterior de estas murallas - ¿No te ibas a unir a la Policía Militar?

-Hubo un cambio de planes -. Respondió seco. Lo entendería por sus tratos y roces con Eren, pero esa misma mirada me la dio a mí, algo inusual en él.

-Jean, ¿y Marco? -. Hablé cortando el silencio en cuanto me di cuenta de que no estaba. Más porque todos sabíamos lo cercanos que eran y su amistad de años desde los entrenamientos. Es decir, estamos hablando de Marco, el chico más amable (a parte de Armin) que hay en la generación.

Pero un simple gesto me hizo comprenderlo.

Jean desvió la mirada dándome a entender lo que había sucedido.

Aquel chico amable había desaparecido, dejó de existir.

-Marco ya no está. Murió solo -. Dijo finalmente, siendo escuchado por todos, causando que mis manos temblaran y el aire dejara de pasar por mis pulmones - Nadie sabe cómo o qué pasó exactamente, lo único que se logró saber, es que no había nadie acompañándolo. Tardamos horas en encontrarlo.

-L-lo lamento -. Logré decir, sin animarme a verlo y tratando de dejar de lado esa noticia que me golpeó más de lo que creí.

-Lo sé, Leah -. Respondió sincero - En cambio, Annie fue la única en unirse a la Policía Militar. Y los que ves aquí son los idiotas que decidimos arriesgar nuestras vidas en la Legión de Exploración.

-Era de esperarse -. Dijo Mikasa - Lo que importa ahora es realizar la misión que se llevará a cabo... - Dejé de prestarle atención, solo llevando una mano a mi pecho, sobaba esa zona con tal de olvidar lo que sentía, o era porque una molestia se situó en esa zona. Pero al final no le di importancia.

-Y concuerdo con eso -. Volteé enseguida escuchando la voz demandante del capitán Levi - Sus uniformes están listos, se dará un último vistazo del plan para las formaciones. Sean puntuales, mocosos.

En la noche siguiente, todos estábamos atentos sobre cada palabra que decían acerca del plan para retomar la Muralla María e ir al distrito de Shinganshina, se mencionó que Eren tenía una llave perteneciente al sótano de su casa en donde su padre tenía información confidencial e importante, y ese era uno de los objetivos principales. Se notaba el nerviosismo y tensión de cada cadete nuevo al saber que al día siguiente saldrían y, lo más probable, sería su última noche, por lo cual, la mayoría trataba de tranquilizarse ante un momento tan frustrante y no caer en la paranoia.

Un gran número ya se había retirado al comedor y los pocos que faltaban eran los miembros del escuadrón del capitán, fueron yéndose paulatinamente decididos con su propósito ya mencionado. Eren salió minutos antes acompañado de Armin y Mikasa para apartar lugar en las mesas, ya decidida comencé a caminar.

-Espera -. Me detuve abruptamente al escuchar su voz - Hay algo que debo decirte, y es orden directa del comandante Erwin -. Giré enseguida, observando a Levi con la vista puesta en el mapa extendido en la mesa.

Sin decir nada me acerqué, esperando a que continuara.

-Debido a tu inesperada llegada, la formación de mi escuadrón cambió. Eren irá en medio de los demás, cada uno de ellos lo rodearán por precaución. Sin embargo, tú y yo iremos al frente, ¿quedó claro?

¿Al frente?

-Si... Capitán -. No logré disimular lo desconcertada que me dejó escuchar eso, e inmediatamente sentí su mirada.

-Bien -. Tomó el mapa enrollándolo, dispuesto a cruzar la puerta.

Era la oportunidad perfecta.

¿Debía acercarme a él? ¿Tomar su brazo para detenerlo? ¿O era la mano?

No, sería demasiado raro.

-Levi -. Me apresuré a decir, impidiendo que diera un paso más, siendo un logro no echarlo a perder por pensar tanto en algo mínimo como lo es llamar su atención y detenerlo. Me miró de reojo sin voltear completamente - Digo... Capitán, ¿usted cree que... p-podamos hablar? -. Tragué en seco apenas terminé, sintiendo que mis manos sudaban.

-No -. Soltó, cerrando la puerta de golpe.

Suspiré cansada.

-Ya lo esperaba -. Murmuré saliendo de la habitación para ir con los demás.

Al entrar al comedor escuché a varios conversar, otros simplemente comían en silencio y los que restaban intentaban relajar el entorno dándose ánimos a ellos mismos o a sus compañeros. Miré a cada uno de ellos hasta que mis ojos se toparon con Eren, este al verme sonrió de lado, causando que hiciera lo mismo, decidida a acercarme. Se movió de su lugar permitiendo que me sentara junto a él, quedando enfrente de Armin y Mikasa.

-Al menos llegamos a tiempo, la comida casi se acababa debido a que hubo una crisis y comenzaron a devorar todo -. Comentó Armin dándome el plato todavía humeando de lo caliente que estaba.

-Gracias -. Sonrió, por lo que comencé a comer con ganas.

-Era de esperarse, todos están nerviosos por mañana. La mayoría de los que están aquí saben que no podrán lograrlo -. Tragué en seco ante sus frías y crudas palabras, pero al final tenía razón, por más que intentara disfrazar la realidad.

-No digas eso Mikasa -. Soltó Eren molesto - Ellos hacen lo que pueden para sobrellevarlo y no dudo que muchos sí lo logren.

-Tiene razón -. Concordó Armin viéndose cabizbajo, noté que apenas y tocó su plato - Creen que es su última noche y no los culpo, yo también he estado pensando en eso...

-Armin -. Llamé su atención sonando demasiado dura, lo supe al ver la expresión de Eren y Mikasa, sobre todo la de Armin.

-Lo siento -. Desvío la mirada, avergonzado.

Nunca lo trato de esta manera, pero a veces Armin era demasiado duro consigo mismo hasta despreciarse, algo que no me agrada en absoluto, y solo así logra entender que no tiene que sabotearse.

-Todos estamos nerviosos y es normal -. Miré a Eren, observando su perfil, siendo su expresión demasiado determinada, algo que siempre lo ha caracterizado. - Tal vez sí sea la última noche para muchos, pero aun así, eso no los detiene a salir el día de mañana. Solo tienen que confiar...

-También es por eso -. Los cuatro volteamos hacia Jean, quien este se paró cerca de nuestra mesa, se le notaba demasiado tenso y cansado, por desgracia ni siquiera he podido hablar bien con él o darle el pésame como me gustaría, pero sé que sólo pondría más difícil la situación para él - Dime Eren, ¿podemos confiar en ti?

¿Qué?

-¿A qué te refieres? -. Jeager frunció su entrecejo levantándose de la mesa.

-A eso exactamente, muchos no tenemos la confianza o seguridad de ir contigo porque es muy probable en que pierdas el control y nos ataques a todos.

-Jean -. Como era de esperarse, fui ignorada.

-Yo nunca haría eso -. Respondió tajante - ¡No le haría daño a nadie! -. Fue evidente el cambio drástico del ambiente en cuanto los dos alzaron la voz.

-¡¿Ah no?! ¡¿Y qué me dices de Leah?! -. Señaló a mi dirección llamando la atención de los demás - Que no se te olvide que la atacaste y casi la matas aplastándola y por si fuera poco tiene un golpe en la cara, ¿acaso lo hiciste tú? Dime, Eren, ¡¿la golpeaste?! -. Elevó aún más la voz.

-¡Cállate! -. Gritó - ¡Nunca la golpearía y mucho menos le haría daño!

-Bien, es suficiente -. Murmuré levantándome y, así mismo, tomando la mano de Eren obligándolo a que se sentara, para que así me pusiera frente a Kirstein – No tenías que decir esas cosas, Jean. Entiendo lo que estás sintiendo ahora y la situación, pero no supongas cosas que simplemente no son -. Rápidamente noté culpabilidad en su rostro, pero sabía que no era por gritarle a Eren, sino insinuar cosas desagradables de esa manera, sabiendo que no es así y se guiaba más por su impotencia y tristeza.

Al final, todos los que estamos aquí hemos perdido a alguien.

-Lo lamento Leah -. Dijo sonando sincero y más agotado, dejó de verme para poner su vista sobre mi hombro - No tienes que mentir todo el tiempo, Eren -. Continuó Jean relajando un poco el rostro - Todos tenemos miedo de que en algún momento nos ataques hasta matarnos, así que te lo repito, ¿podemos confiar en ti? -. Jeager tardó en responder.

-Pueden confiar en mi -. Su voz sonó más calmada y segura.

-Bien -. Levantó un poco la comisura de su boca en forma de despedida y se alejó finalmente de la mesa.

Saqué el poco aire que había en mis pulmones dispuesta a sentarme en mi lugar, ignorando el sentimiento incómodo por lo que pasó.

Él nunca me haría eso.

De eso estoy segura.

-Nosotros confiamos en ti, Eren -. Habló Mikasa por nosotros - Todo saldrá bien el día de mañana.

-Así será.

▪︎▪︎▪︎

Todos se hallaban alistándose a primera hora, acomodaban su uniforme junto con el equipamiento tridimensional dispuestos a usarlo a toda costa. Terminé de abrochar el botón de la capa soltando un suspiro, salí de la habitación topándome con el pasillo casi a oscuras debido a que apenas estaba amaneciendo. Los rayos tenues del Sol me permitieron ver una silueta cerrar una puerta, para girar a mi dirección empezando a acercarse.

Sonreí enseguida al ver a Eren ya preparado estando frente a mí, no se le veía cansado, incluso se le notaba con más energía que ayer, qué envidia.

Sus orbes esmeralda se clavaron en mis ojos, viéndose más profundos de lo normal, y una ligera sonrisa se asomó en su boca, viéndose mejor que nunca.

-¿Nervioso?

-Para nada, me siento como nuevo.

-¿Será porque somos nuevos en esto? -. Reímos un poco ante ese comentario tan obvio, conseguí alejar los nervios de lado apenas terminamos de reírnos, siendo ahora un silencio sepulcral pero tranquilo.

Agachó su cabeza por unos momentos para volver a verme, aunque solo me ganara por al menos siete centímetros de altura. Sin decir nada, puso una mano en mi mentón acercándolo completamente a él, besándome. Me tomó desprevenida en un inicio, pero después lo correspondí cerrando los ojos sintiendo su tacto, el tiempo corría cada vez más lento pudiendo disfrutar cada segundo a su lado. Algo que tanto necesitaba.

-¿Leah? -. Mis manos lo empujaron directamente en el pecho separándonos enseguida, volteamos enseguida a ver en esa dirección.

Sus ojos azulados se hallaban muy abiertos, su piel se veía un poco pálida y su boca estaba ligeramente abierta por la impresión, parecieran que vio un fantasma, provocado que me desconcertara.

-¿Armin? ¿Q-qué haces aquí? -. Dije con evidente nerviosismo.

-Vine a buscar a... Eren -. Dio varios pasos hacia nosotros, incluso dudoso - ¿Ustedes...?

-No le digas a nadie Armin -. Respondió Eren enseguida y frustrado – Por favor.

-¿Están saliendo? -. Terminó de decir su pregunta con duda, mirando a Eren, seguido de mí para seguir con Eren y así sucesivamente.

Suspiré decidida yendo hacia el rubio.

-No le digas a nadie Armin, al menos no ahora -. No respondió aún anonadado, a lo que puse mi mano en su hombro, dignándose a mirarme - Por favor. ¿Recuerdas lo que hablamos aquella noche? En la nieve.

No tenía de otra más que sacar ese tema, pero era necesario, ignorando el hecho de que Eren entendiera mucho o nada.

Sus ojos se quedaron en mí regresando en sí, para luego sonreír ampliamente y cualquier rastro de confusión y sorpresa se desvaneció.

-Lo recuerdo muy bien y no se preocupen, no le diré a nadie -. Hice lo mismo quitando mi brazo – Aunque me gustaría saber bien los detalles -. Murmuró más para mí y asentí - Por cierto... El capitán Levi te está esperando.

-¿El capitán Levi? -. Dijo Eren extrañado al escuchar eso.

-Mierda -. Murmuré viendo a los dos, fui rápidamente con Eren abrazándolo seguido de Armin en forma de despedida - Nos vemos, tengo que irme -. Y sin esperar su respuesta, salí corriendo.

Ya todos estaban en sus respectivos lugares de la formación, el comandante Erwin fue directamente al frente dando órdenes a sus subordinados listos para que abrieran la puerta. Llegué deprisa conduciendo mi caballo asignado entre los lugares, hasta llegar al mío junto al capitán Levi, y era de esperarse en que me sermoneara con sólo mirarme de pies a cabeza, terminando en resoplar.

-Algo tarde, ¿no crees? -. Lo escuché, mientras me impulsaba con el soporte de la silla montando el caballo y con torpeza me acomodé la capa.

-Lo lamento capitán -. Me apresuré a decir - No se repetirá.

-Eso espero, mocosa -. Vi de reojo cómo Eren también llegaba a su lugar de formación preparándose, al igual que los demás restantes.

Una multitud de personas se encontraban en las partes laterales de la calle principal, unos nos miraban con asombro, otros con molestia y los restantes con esperanza, siendo pocos los elogios que nos decían en voz alta.

-¡Legión de Exploración! -. Gritó Erwin - ¡En marcha! -. Decretó en cuanto la gran puerta se abrió dejándonos el paso al exterior.

Sentía que mi corazón se aceleraba demasiado, al grado de solo escuchar el pitido en mis oídos. Las manos me sudaban y la garganta la tenía seca, me costaba respirar con normalidad.

Demasiado.

Hasta que oí su voz.

-Cualquier cosa que pase... - Miré a Levi - No hagas ninguna estupidez, es una orden.

-S-sí señor -. Hablé.

-Y deja de sudar así, es asqueroso -. Miré mis propias manos y rápidamente me las sequé, sintiéndome más avergonzada.

Este me miró de reojo una vez más, antes de comenzar a avanzar deprisa con todos, a lo que jalé los rieles emprendiendo hacia afuera.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro