CAPÍTULO 19

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Sujetó con mayor fuerza las agarraderas de las cuchillas, rodeando velozmente su antebrazo, realizando una cortada fina y a la vez profunda, alertando a la Titán Hembra. Volvió a impulsarse con el equipo tridimensional bajando todo el cuerpo para hacer otro corte fino en su talón, causando que se tambaleara levemente, pero aún se mantenía de pie.

Llevó automáticamente una mano a su cuello, evitando que la atacara para tratar de tomarla, pero Leah lo esquivó rápidamente, volviéndole hacer otro corte cercano al ojo.

-¡Vete de aquí! -. Gritó Armin, alejado de ellas, aún en el suelo - ¡Hazlo ahora!

La chica comprendió apenas vio a lo lejos a Jean yendo a la dirección anteriormente planificada, a lo que dirigió sus arneses hacia otras casas dejando atrás a la titán, comenzando a alejarse. Esta al percatarse de eso, se reincorporó empezando a seguirla, sin embargo, al ver a Armin en el suelo yendo tras de Leah aumentó aún más su sed, decidiendo correr tras ellos tres.

-¡¿Hasta cuándo tenemos que seguir así?! -. Habló Jean casi en un grito, sobre las pisadas resonantes de la anormal.

-¡Tú continúa! -. Respondió Leah, mirando de reojo a la titán que ya había recuperado sus fuerzas, teniendo más ganas de atraparlos.

-¡No te detengas! -. Dijo Armin detrás de ellos, siguiéndoles el paso.

Sujetaba el mando lista para disparar en cualquier momento, apenas escuchaba las pisadas de la titán cada vez más cerca de su posición, siendo el plan de respaldo que le había sugerido Erwin por si las cosas se complicaban.

-Comandante, otra vez tiene esa mirada -. Se quejó Moblit a un lado de Hange, quien se hallaba exasperada ante la llegada de la Titán Hembra.

-Sólo espera un segundo más -. Murmuró con su atención puesta totalmente en la calle – En cualquier momento pasarán aquí, es nuestra única oportunidad.

Vio la siluetas de los tres cadetes pasar a toda velocidad, y en un segundo la de la Titán Hembra, a lo que sin dudarlo jaló hacia atrás el mando, disparando varios ganchos de metal incrustándolos en su cuerpo, empezando a inmovilizarla como aquella vez en el bosque, seguido de eso, los demás miembros hicieron lo mismo por todo su cuerpo. Mikasa salió disparada de su escondite volviendo a hacer dos cortes en ambos talones, tirándola de forma abrupta al suelo.

-¡Ahora! -. Ordenó la castaña.

Otros subordinados aventaron desde arriba de los edificios una red acompañada de púas, que pronto se adhirieron a su piel, logrando mantenerla en esa posición tendida en el suelo, pero para su desgracia o tal vez suerte, esta aún cubría su cuello sin piedad ante una muerte prematura.

-Y yo creía que el comandante Erwin exageraba con tener un plan C -. Se impulsó gracias al equipamiento, para aterrizar a varios metros de la titán.

Tanto Leah como los demás se habían detenido, manteniendo cierta distancia de la anormal, observándola alertas de cualquier suceso. Al igual de tratar reponerse de tanto correr y huir.

-¿Están bien? -. Jean llegó al lado de ellos, mirando el panorama que le daba la titán acorralada – Finalmente agarraron a esa desgraciada.

-Lo estamos -. Armin miró de reojo a Leah, quien esta no se movía de su lugar, aun observándola.

El rubio miró lo mismo que ella, comprendiendo que toda la atención de Annie Leonhart estaba puesta en Leah, aunque Hange le tapaba un poco el paso.

¿Por qué ni siquiera aparta la mirada? En parte, ¿por qué Annie quería saber su posición? Se preguntaba, confundido.

Pero ninguna posible respuesta venía a su mente.

A los segundos llegó Mikasa con ellos, mirando a todas partes, comprendiendo en que Eren no lo logró.

-¿Dónde está? -. Leah desvió la vista de la titán para verla a ella. De manera involuntaria, sintió un escalofrío en el cuerpo al recordar que no pudo sacar a Eren de su lugar, sin poder cumplir lo que le pidió el capitán.

-No pudo transformarse -. Comunicó Armin, en un intento de disimular su decepción y preocupación por su amigo.

Pero el sonido de casas siendo destruidas acompañada de varios gritos de otros cadetes hicieron que los cuatro voltearan, observando cómo la titán consiguió liberarse, empujó a los cadetes a sus alrededores dejándolos lejos, empezando a levantarse de su lugar. Mikasa sin dudarlo fue hacia ella, luchando a diestra y siniestra, tratando de neutralizarla, incluso considerando acabar con su vida.

-¡Suban ahora! -. Ordenó Hange arriba de una casa, consiguiendo alejarse.

Los tres hicieron lo que pidieron para ver cómo esta empezaba a alejarse, mientras que Mikasa aún no se daba por vencida. Gritó con cólera haciendo otra herida, provocando más rabia a la Titán Hembra y sin verlo venir le dio una patada, quitándola de su camino continuando en irse lo más lejano posible del distrito y de los cadetes.

-¡Maldición! -. Leah se impulsó yendo tras la titán, nuevamente.

-¡Es peligroso! -. Hange puso el brazo frente al rubio y el otro chico, impidiendo que dieran otro paso - Una unidad ayudará a Mikasa, sin embargo, dudo que Leah la mantenga ocupada por mucho tiempo.

-Con mayor razón tenemos que ayudarla, comandante -. Se quejó Jean – No dudo de las capacidades de Leah, pero también desconocemos qué capacidades tiene esa titán, puede estar en riesgo.

El rubio sin apartar la mirada, observaba desde su lugar cómo Leah llegó rápidamente a ella, realizando varios cortes en su espalda baja impidiendo que diera otro paso, deteniéndose. Seguía manteniendo su brazo en la nuca aún sin saber quién la atacaba en realidad. Otros subordinados acudieron a ayudarla, pero Annie tomó la cuerda de su equipamiento impactándolos contra las casas, terminando con sus vidas.

La rabia de la chica aumentó poniéndose a un lado de la titán y de un movimiento fugaz realizó un corte en ambas mejillas, causando que su quijada cayera, quedando aún pegada en su rostro.

Desde otro ángulo de la ciudad, Erwin miraba sin expresión alguna y con suma rigurosidad cada movimiento realizado por la chica y la titán, llegando a la conclusión de que destacaba más que algunos cadetes pertenecientes a la Policía Militar, algo que se esperaba, pero no a ese grado de superioridad. Quedó desconcertado en cuanto vio cómo la Titán Hembra logró tomar a Leah con una de sus manos, poniéndola frente a ella.

La chica alzó ambos brazos lista para cortar su mano y liberarse, pero quedó petrificada en esa posición apenas alzó la mirada y sus ojos se quedaron estancados con los de la anormal. Pareciera que el tiempo se detuvo en ese momento, preguntándose por qué la ve de esa manera tan... Extraña.

Y simplemente hizo eso, mirarla.

Salió de sus pensamientos cuando la titán miró por detrás de la silueta de la chica, para luego tomar vuelo y lanzarla con brusquedad hacia esa dirección.

-¡LEAH! -. El grito desgarrador perteneciente al rubio retumbó en cada esquina de las calles cercanas a su posición.

La chica sin poder reaccionar cayó abruptamente contra el canal del distrito, sus articulaciones se quedaron rígidas ante el contacto helado del agua, empezando a sumergirse y, así mismo, perdiendo la conciencia.

Teniendo en mente esa última imagen que vio.

Sintió nuevamente cómo el aire regresaba a sus pulmones al igual que el dolor, causado por una estaca de madera aun perforándole el pecho, la sangre paró de salir y sus ojos se abrieron en cuanto oyó a lo lejos su nombre, reconociendo la voz de Armin. La voluntad llegaba a su cuerpo, logrando moverse hacia delante. Las imágenes arribaron su mente, recuerdos, sueños y pesadillas que eran una realidad en la que aún no se ha enfrentado y aceptado.

-Pelea... Pelea... - Murmuraba dirigiendo la mano a su pecho, intentando quitarse la estaca.

-¡Acabaré con todos los titanes! -. Su propio grito hasta desgarrarse la garganta fue lo último que escuchó, para luego ver la imagen de su madre siendo devorada, agarrando más fuerza y poder, logrando así, llevar la mano a su boca mordiéndola con brusquedad.

Un destello acompañado de vibraciones cortó el silencio, llamando la atención de los cadetes y demás civiles. La Titán Hembra paró en seco apenas escuchó pasos pesados y sintió una presencia detrás suyo, al voltear sólo se llevó un golpe brusco situado en la cara cayendo a varios metros hacia atrás impactándose con un edificio y, así mismo, derrumbándolo.

El grito del anormal hizo eco en todo el distrito, sabiendo que finalmente Eren lo había logrado, para comenzar a luchar a muerte en contra de la Titán Hembra. Más ante la rabia de saber que algo le había hecho a Leah.

Tenía que desquitarse de todo lo que ha vivido.

Sin pensarlo, Jean y Armin fueron directamente al lago aterrizando en el puente de este. El rubio comenzaba a desesperarse de no ver por ningún lado a la chica o indicios de esta, mientras que Jean se quitó el equipo de maniobras con movimientos rápidos, dejándolo en el suelo. El rubio al escuchar el golpe del metal contra la madera hizo que lo mirara.

-¡¿Qué haces?!

-¡La voy a buscar! -. Respondió, notándose nervioso pero seguro con la vista clavada en el agua - ¡Ese idiota se encargará de la titán, nosotros de Leah! -. Armin asintió para ver cómo Jean se adentraba decidido al agua, comenzando a nadar con rapidez.

Armin miró a sus espaldas por unos segundos en cuanto escuchó cómo ambos titanes peleaban sin piedad, el perteneciente a Eren era distinto a sus apariencias anteriores, incluso siendo una imagen intimidante para cualquier humano que estuviera cerca, llegando a la conclusión de que se dejaba llevar por sus emociones y probablemente no los reconociera con tal de detener a la Titán Hembra sin piedad.

Dejó su humanidad de lado.

Jean sentía que su cuerpo se entumecía gracias a la temperatura del agua, hasta ser difícil ver bien bajo esta y moverse con tanta libertad, nadaba con rapidez apenas consiguió visualizar la silueta de Leah cayendo lentamente, la oscuridad del agua al igual que su densidad le complicaba llegar a ella, pero no se daría por vencido. Con la última voluntad que le quedaba se impulsó adentrándose más, de un movimiento consiguió tomar su brazo. La acercó más a él poniendo las manos en el cinturón de la chica, desabrochándolo, para dejar atrás su equipo de maniobras tridimensionales siendo más fácil sacarla de allí, comenzando a subir a la superficie.

Agarraba con fuerza la cintura de la chica para que no la perdiera nuevamente, logrando subir y flotar, en cuanto salió respiró con brusquedad, recobrando un poco sus sentidos. Armin rápidamente fue hacia ellos mientras que Jean nadaba con pesadez yendo a uno de los lados laterales del canal.

-A-Armin... Vamos -. Con fuerza la subió y el rubio la tomó de ambos brazos recostándola en el suelo, sintiendo su cuerpo más pesado y rígido, así como helado.

Jean salió del agua recuperando su respiración, con una mano se peinó hacia atrás los pocos cabellos que caían sobre su frente y sacudió sus manos en un intento de entrar en calor, no obstante, sabía que algo andaba mal de no escuchar un solo ruido.

-N-no... No respira -. Temiendo las palabras de Armin, fue rápidamente junto a ella.

-A un lado -. Demandó y el chico obedeció inmediatamente.

Le quitó los mechones de cabello que cubrían su rostro para acercarse a su boca comenzando a darle respiración. Se alejó juntando ambas manos, iniciando en empujar con brusquedad varias veces su pecho, tomando el tiempo que anteriormente les habían enseñado, sin embargo, sabía que hasta el mismo Armin (quien destacó en esa clase) no lograría nada por el trance que ya lo cubría de pies a cabeza, cegándolo. Sus manos continuaban en subir y bajar en su pecho, contaba lo necesario, llevaba el ritmo que pidieron, recordaba los regaños y sugerencias de sus superiores para reanimar a un compañero caído, todo estaba presente.

Pero ella no.

La desesperación continuaba, mientras que el tiempo pasaba cada vez más lento y Leah no reaccionaba.

Los ojos de Armin se cristalizaron al ver esa imagen, Jean continuaba sin parar acercando su boca a la de ella dándole respiración y así mismo, empujando su pecho sin éxito alguno, empezando a ser temblorosos sus movimientos, dudando de él mismo. Pero no puede perder la cordura, no ahora.

-¡VAMOS LEAH! -. Gritó con cólera - ¡TIENES QUE REACCIONAR, MALDICIÓN! ¡TIENES QUE SEGUIR AQUÍ! ¡QUÉDATE AQUÍ!

Armin seguía viendo su piel pálida y empapada, pensando en que nunca se habría imaginado verla así, no obstante, regresó en si al oírlo gritar y verlo a él. El miedo lo impulsó hasta darle valor, apartó a Jean, interrumpiendo su intento de hacerla reaccionar y con fuerza dio un golpe brusco directo al pecho con ambas manos, desesperado ante la situación, logrando así que reaccionara tosiendo agua. Jean la obligó a sentarse mientras que esta tosía bruscamente sacando toda el agua que ya había en sus pulmones, continuando en dar bocanadas de aire, y su vista iba y venía en ambos.

Jean soltó un suspiro cansado, recostándose en el suelo unos momentos y el rubio cortó distancia con ella, abrazándola. Sintiendo que su mundo se había parado en esa imagen de ella agonizando, cualquier rastro de un sentimiento similar se fue apenas y Leah correspondió a su abrazo, temblando por el frío.

-Odio que me sigas dando estos sustos -. Murmuró, alejándose finalmente, sus ojos inspeccionaban su rostro y cuerpo comprobando que estuviera bien y no sangrara.

-¿Q-qué...? ¿Qué o-ocurrió? -. Consiguió decir con dificultad, carraspeando en consecuencia y teniendo un leve ardor en la garganta por toser tanto.

-Sobreviviste, eso fue lo que ocurrió -. Habló Jean, levantándose, dirigió ambas manos a su camisa blanca exprimiéndola un poco, quitando el exceso de agua.

-Tus pulmones se llenaron de agua y no reaccionabas -. Comunicó Arlert y esta lo miró, notándose un poco asustada - Y Jean te sacó del canal, logró reanimarte.

-Tú la trajiste a la vida -. Posó sus ojos en el chico que ya había terminado de exprimir su ropa - Si no fuera por él, yo no lo hubiera logrado.

-Ambos lo logramos -. Insistió Armin, y Leah los miraba en silencio aún con la respiración agitada – Y agradezco mucho eso.

-G-gracias por salvarme... Ambos -. Jean asintió, subiendo un poco las comisuras de la boca, notándose alivianado, mientras que Armin sonrió de lado estando más tranquilo.

A lo lejos escucharon más gritos graves, seguido de pasos retumbar por las calles. Eren continuaba persiguiendo a la Titán Hembra, hasta que esta se detuvo dándole la espalda, se obliga a sí misma a curar su rostro la herida causada por la cadete regresando la quijada en su respectivo lugar, ya decidida, volteó apretando ambos puños realizando su posición de combate, lista para atacar, quedando frente a frente. Mientras que el anormal dio otro alarido empezando a lanzar golpes a esa dirección, algunos lograban esquivarlos mientras que otros eran impactados en varias zonas del cuerpo.

La anormal cristalizó sus nudillos hasta cubrir su mano, al igual que el antebrazo, empezando a golpearlo con brusquedad rompiéndole la mandíbula de un movimiento. Eren sin darse por vencido se aferraba a ella incrustándole los dientes en uno de los brazos, obligándola a que permaneciera en esa posición, optó en golpearlo a la cara un sin fin de veces desfigurando la cara, causando que el vapor empezara a emerger de su piel, dejándolo aturdido en el suelo zafándose de él.

Le dio un último vistazo, girando su cuerpo al dar media vuelta dejando de cristalizar las zonas de su cuerpo, decidida en escalar la muralla para escapar de allí.

-No dejaré que sigan existiendo... Los mataré uno a uno -. Murmuró para sí mismo, aún unido al titán, sintiendo una sensación extraña por primera vez recorrerle todo el cuerpo.

Como pudo se reincorporó, extrañándose de no escuchar nada tan de repente, ni alaridos o golpes pesados pertenecientes a los dos titanes. Sentía su ropa empapada al igual que su cabello, dándole un escalofrío. Ignorando sus temblores, dirigió su vista hacia el frente, notando que más vapor salía entre las calles cubriendo levemente el cielo.

-Algo tuvo que ocurrir -. Dijo Armin a su lado, observando lo mismo, sin comprender.

-Tenemos que irnos -. Anunció Jean - Iré por mi equipo. Tú llévate a Leah -. Corrió hacia el puente sin esperar respuesta, mientras que el chico se acercaba a ella, quien aún miraba el cielo en completo silencio.

-¿Puedes sujetarte?

-S-sí... - Habló no muy convencida - ¿Eren consiguió convertirse? -. Terminaba de ajustar su propio cinturón, comprobando que todo estuviera en orden y al hacerlo la miró.

-Lo hizo, pero debemos darnos prisa -. Asintió abrazándolo, a lo que el rubio hizo lo mismo para no tirarla y activó su equipo tridimensional, comenzando a elevarse entre las casas.

Cerró los ojos unos momentos sintiendo su cuerpo cada vez más pesado de lo normal, Armin llevó una mano rodeando con fuerza su torso, apenas sintió que su agarre se iba perdiendo de poco en poco, alertándolo.

-¡Leah por favor sujétate! -. Habló aun columpiándose, llevando su vista en ella - Ya casi llegamos.

Pero un fuerte grito causó que abriera los ojos enseguida reconociéndolo, Armin aumentó más su velocidad hasta finalmente llegar junto con los demás cadetes y la comandante Hange. Aterrizó en el techo alejando a Leah de él, mientras que observaba atónito detrás de los hombros de la chica.

Leah volteó enseguida, encontrándose con una transformación avanzada de Eren, el vapor era más denso de lo normal y su piel era más oscura como el carbón, dando una similitud de que el fuego emergía de él. Arremetió violentamente en contra de la Titán Hembra tirándola al suelo, para luego tomar su rostro y apretarlo con brusquedad hasta destruirlo, provocando alaridos de dolor.

Escucharon cómo Jean llegó a sus espaldas, mirando lo mismo que todos, a lo que Hange volteó hacia ellos.

-¿Se encuentran bien? -. Preguntó posando la vista en los tres - ¿No están heridos?

-Estamos bien, conseguimos sacarla del canal de agua, sólo tuvo una contusión y Jean la reanimó -. La castaña quedó pensativa, ahora clavando su vista en la chica que no prestaba atención a lo que decían.

-Debido a la altura y longitud del impacto pudo ser mortal si no caía en el agua, aun así lo pudo ser con el mismo canal -. Dijo - ¿Cómo es que lograste sobrevivir? -. Leah levantó la cabeza hacia ella, aun con respiración agitada.

-N-no lo sé, sargento -. Formuló, levantándose con dificultad.

-Bueno, siendo sincera me alegra volver a verte con vida -. Esta asintió levemente – Y trata de no involucrarte mucho, al menos no yendo sola, ¿entendido?

-Entendido.

Un equipo ajeno llegó a su lado para ver a Mikasa estupefacta de observar el estado de Eren, ya iba decidida a su dirección, pero Hange puso un brazo frente a ella, cortándole sus intenciones.

-Es muy peligroso, no sabemos si Eren te reconocerá en ese estado. La está atacando con todo lo que tiene y seguramente podría hacer lo mismo con nosotros.

Pero nuevamente este fue aturdido y echado atrás por Annie, alejándolo de ella varios metros cayendo de espaldas. La Titán Hembra con sus últimas fuerzas cristalizó los dedos de las manos enterrándolos en el material perteneciente de la muralla, empezando a escalar, con intenciones de huir del lugar.

-¡Está escapando!

-¡Vamos Eren, no lo permitas! -. Mikasa fue enseguida gracias a su equipo de maniobras, adelantándose, subiendo más rápido la muralla.

El titán de Eren tomó una de sus piernas hasta arrancarla completamente de su cuerpo, salpicando las calles de sangre y el vapor salió enseguida. Lo miró de reojo para dar una patada a su rostro, nuevamente separándolo de ella, continuando con su escapatoria.

Pero Mikasa llegó y con rapidez cortó los dedos de la titán, para luego hacer lo mismo en la otra mano, logrando así, que cayera abruptamente al suelo sin poder moverse. Eren cegado por su poder, tomó la cabeza de la titán para separarla del cuerpo en un movimiento violento, causando que rodara en el suelo hasta detenerse, siendo espectado por todos.

-¡Esto es malo, la va a devorar! -. Comunicó Hange desesperada, y Leah miró a esa dirección, alarmada.

-¡Eren, detente! -. Gritó Jean a un lado - ¡No cometas otra estupidez!

Haciendo caso omiso a las peticiones y órdenes de sus compañeros y superiores, incrustó sus dientes en la nuca de la titán, quitando la capa de piel, dejando al aire a Annie inconsciente.

E inmediatamente recordó la petición de Levi, esto es algo que definitivamente no puede pasar.

-No lo dudes -. Murmuró para sí misma, sin importar nada.

Sin pensarlo, brincó aterrizando torpemente en el suelo perteneciente a la calle principal (y destruida) del distrito, alertando a los demás.

-¡¿Qué haces?! -. Regañó la castaña.

-¡Leah, regresa! -. Gritó Jean.

Ignorándolos, comenzó a correr con rapidez en esa dirección, observando cómo el titán anormal estaba dispuesto a devorar a Annie sin piedad. Tenía la adrenalina recorrer su cuerpo, al igual que el miedo, pero no había vuelta atrás, y lo supo al sentir las vibraciones bajo sus pies.

-Temí por ti cuando te enfrentaste a él... En ese instante sentí algo en mí que trataba de salir y sabía qué era... De haberlo hecho ya estaría muerto... - Escuchó las palabras de Jeager en su cabeza, llegando a escasos metros del titán.

Como pudo escaló el cuerpo tendido de Annie, quedando esta a sus espaldas y miró al frente la transformación de Eren posar sus ojos en ella. Puso las manos delante como si sólo eso fuera lo suficiente para protegerla a ella y a Annie, aunque estas temblaban por el miedo.

-¡Por favor, no lo hagas! -. Elevó la voz, mientras que este aún no movía un músculo, continuando en observarla - Eren... Por favor. Detente.

Su ritmo cardíaco aumentaba con cada segundo, respiraba irregularmente sintiendo que su garganta se secaba, aún más al inhalar el vapor emergente del cuerpo de ambos titanes. Pero algo más la alertó en cuanto vio un destello detrás de ella, obligándola a voltear, la luz aumentaba su densidad y una capa gruesa comenzaba a cubrir el cuerpo de Annie, siendo algo grave si se hallaba cerca.

El titán al ver eso llevó una de sus manos hacia Leah, cubriéndola completamente, evitando que la consumiera y, así mismo, protegiéndola. Esta cerró los ojos volteando a otra dirección, hasta que finalmente todo se detuvo.

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