CAPÍTULO 34

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Armin veía con suma vergüenza cómo la chica estaba tan concentrada en acomodarle la ropa con tal de que quedara a la perfección. Mordía su labio inferior, fijando la vista en aquel botón que se rehusaba a entrar en el pequeño orificio de la camiseta blanca que portaba el chico. En todo ese rato se había sentido incómodo, incluso avergonzado, sin embargo, creyó que eso se iría con Leah, cosa que no pasó y solo aumentó esos sentimientos y colores en su rostro, e inconscientemente movía la pierna de arriba hacia abajo debido al nerviosismo, sobre todo por la concentración que tenía Grant.

-Maldición Armin, deja de moverte -. Se quejó, movió con brusquedad al rubio para que se quedara quieto, e inmediatamente dejó de hacer esos movimientos con la pierna - Bien... – Dejó una pausa, pudiendo meter el botón - Aún falta el toque final.

-No tienes que hacer esto... – Al final sí se había arrepentido, más por la vergüenza.

-Claro que sí -. Lo cortó terminando de acomodar la prenda, para conectar su mirada con la de él - Traes mi ropa puesta y además, ¿quieres que Connie te ayude a vestirte? Lo llamo entonces -. El rubio se puso nervioso al saber sus intenciones de irse y si lo llegaran a ver así (que obviamente lo iban a ver así) se sentiría más apenado que nunca, era un hecho que lo verían pero no quería que fuera antes de tiempo.

O si pudiera elegir, preferiría no salir de esa habitación por lo que restaba de su vida.

-¡No, espera! -. Tomó su muñeca, evitando que se alejara y se levantara un poco en el proceso – P-perdón, es que estoy nervioso, mínimo Jean se hará pasar por Eren y hasta cierto punto solo cambió pocas cosas de su apariencia. En cambio yo... - Desvió la vista, poniéndose de colores unos segundos, sin tener ánimos de terminar esas palabras.

-Créeme que yo lo haría, Armin, sin embargo, el capitán Levi me prohibió hacerlo y ya sabes cómo está de humor después de lo que pasó -. Puso la mano en su hombro ejerciendo fuerza, a lo que se sentó de golpe en la silla de madera - Y yo no soy rubia, en cambio tú sí.

La vergüenza del chico aumentó en cuanto Leah le colocó la gran cabellera sobre su cabeza, llegándole a los hombros para luego ser recogido en un peinado similar a lo que usaba la chica, consiguiendo la apariencia que necesitaban en el plan.

-Esto es humillante -. Leah golpeó su hombro haciendo que se callara y Armin soltó un suspiro en forma de rendición, sabiendo que ya no podrá echarse atrás y mejor aceptó su destino en cuanto a su transformación.

-Menos mal que sólo tenemos una talla de diferencia, porque mira -. Se alejó un poco, dejando que viera su silueta, quien portaba ropa de chico, aunque esta se hallaba un poco holgada por su poca diferencia de tamaños - Tu ropa es realmente cómoda -. Sonrió de lado, negando levemente.

-Yo no puedo decir lo mismo -. Hizo una seña a la gran falda que cubría la parte baja de su cuerpo.

-Vamos, no te ves tan mal, Historia -. La piel pálida de Armin fue sustituida por un tono escarlata demasiado notorio, ante eso, la chica soltó una carcajada a causa de su reacción, pero sólo hizo que el rubio sonriera de lado dejando atrás su vergüenza.

-Mínimo ya te reíste en medio de todo esto y con eso me basta -. Comentó de pronto, terminando con el humor de Leah y esta colocó su atención en él, curiosa por su comentario.

-¿A qué te refieres?

-Desde que llegamos a Trost no hablabas con nadie, ni siquiera con Eren o conmigo, hasta que el capitán les ordenó subirse a la otra carroza para ejecutar el plan y bueno... Ahora estás aquí conmigo vistiéndome como una chica y riéndote de mí -. Decidió no mencionar nada, simplemente pensaba en lo que dijo, siendo demasiado cierto como para negarlo - No me mal interpretes, hasta me vestiría de payaso con tal de que no estés así nuevamente, como lo has estado en estos días.

Y era cierto, sólo ha recibido malas noticias en esos días, una tras otra, siendo escasos los momentos en los que se sentía tranquila u olvidaba lo que sucedía a su alrededor. No logró conciliar el sueño la noche anterior, pensando en concreto las palabras de Eren que volaban en su cabeza acerca de tenerle miedo cuando minutos antes se sintió así de ver prácticamente salir una chispa de sus ojos. Pero eso no era lo único que rondaba en su mente, recordó la manera en la que el chico sólo pedía estar con ella sin importar lo que pasara, causando que Leah se sintiera más idiota de alejarlo con tal de que no se enterase de su situación.

Ante eso, sólo llegó a la conclusión de hacer lo imposible por protegerlo a él y a los demás, sin importar su condición e incluso si moría en el intento, dejando de lado su egoísmo e idea precipitada de tomar las cosas.

Cualquier situación que pase la aceptaría, por más que no le gustara.

Eso se repetía una y otra vez en su cabeza, en un intento de encontrar su propósito en concreto de seguir aquí.

-Me dan miedo los payasos -. Se acercó más acomodando los mechones del cabello falso, despeinándolos un poco, de forma en que se viera natural - Me gusta más cómo te ves de Historia... – Se alejó unos centímetros, mirando los pequeños detalles que iba acomodando - Aunque no hay mucha diferencia la verdad.

-¡Leah! -. Reprochó más avergonzado que antes.

-Ya, perdón -. Se disculpó ante el pequeño reclamo de Armin, consiguiendo disimular la risa que se quedó atorada en su garganta - Ahora me recuerdas a cuando éramos unos niños.

-En realidad somos unos niños.

-Por más que nos duela aceptarlo, solo somos eso, pero en este mundo no hay filtros que nos impidan una vida cruel -. El rubio suspiró ante sus palabras, pero Leah quedó pensativa observando a la nada, no obstante, dejó eso de lado y terminó de acomodar el último detalle - Listo -. Alejándose, vio cómo Armin se levantaba de su asiento y se acomodaba tanto la blusa como la falda, logrando estar cómodo.

-¿Y-y cómo me veo? -. Tragó en seco, sin dejar de lado el tono rosa que ya permaneció en su rostro desde hace rato.

-Hermosa -. Fue hacia el abrigo para ponérselo sobre los hombros del chico - Bien, Jean debió de haber terminado con su disfraz. Tenemos que irnos.

El sonido de la puerta abriéndose hizo que ambos vieran el semblante serio de Mikasa, quien se suavizó un poco al ver al rubio en esa condición un tanto comprometedora y el chico se sintió peor que antes, obligándose a mirar el suelo.

-No se ve nada mal.

-¿Verdad que sí? Incluso te ves mejor que yo con esa ropa.

-¡Oye! -. Leah volvió a reír, mientras que Mikasa sonreía levemente de lado.

-Ya, perdón, me es inevitable -. Se dirigió hacia Mikasa - Estamos listos -. También se colocó el gran abrigo que le habían asignado, cubriendo su equipo tridimensional y, así mismo, cubriendo su cabeza con la capucha - ¿Está listo Jean?

-Eren -. La corrigió mientras que comenzaron a salir de aquel lugar - Y sí, lo está.

-Bien, andando.


Caminaban entre las calles llenas de certidumbre al igual que puestos de comida y artilugios en ambos lados laterales, siendo más habitantes de lo que pensaban. Pequeñas banderas coloridas inundaban sus cabezas con cada paso que daban, haciendo que el capitán frunciera levemente su entrecejo al notar que Leah no dejaba de verlas con evidente curiosidad.

-Oye -. Lo miró enseguida – Concéntrate, no estamos de paseo, maldición -. Esta bajó la cabeza casi de inmediato, causando que sus ojos fueran cubiertos por su cabello, el semblante seguía neutral desde que llegó hace dos días y la poca emoción que sintió se desvaneció.

¿Qué mierda le pasa? Pensó el capitán.

-Oigan, ¿por qué hay tantas banderas de esos colores? -. Oyeron la voz de Connie a sus espaldas.

-Es el aniversario de la coronación del rey, cada año dan raciones de comida gratis -. Sasha contestó enseguida – Es por eso que hay mucha gente, pero no creí que sería demasiada.

-Porque ya no saben qué hacer con tanto alimento que desechan -. Murmuró Levi - Eren, Historia. Caminen con normalidad y no se peguen tanto -. Ordenó observando ambas siluetas sobre su hombro, comprobando en que siguieran sus indicaciones.

Por otro lado, los nervios de Eren incrementaban cada segundo que pasaba, recargó sus codos en ambas piernas cubriendo una parte de su boca con las manos. Uno de los pies se movía de arriba abajo, en señal de la inquietud que percibía cada centímetro de su cuerpo, mientras que Historia estaba alejada de él, sumergida en sus propios pensamientos.

-Esto es una locura -. Sintió cómo la carroza se movía entre las calles rocosas, pasando desapercibidos y, así mismo, en otra localización alejada de sus compañeros - Ese idiota no se parece nada en mí, tiene una espantosa cara de caballo.

Sin embargo, también la impotencia lo tomaba cada cierto tiempo al no haber podido hablar con Leah como tanto ansiaba, o mejor dicho, ser evitado por esta misma, trataba de acercarse para aclarar las cosas pero el capitán Levi se lo impidió a toda costa, obligándolo a subirse con Historia, provocando que soltara un suspiro lleno de frustración.

Leah sujetaba con fuerza las agarraderas de la mochila que colgaba en su espalda, teniendo la vista al frente a un sin fin de personas que iban y venían entre los puestos y repartición de la comida, ignorando por completo a su escuadrón, mientras que Grant esperaba cualquier movimiento en falso para empezar a realizar el plan o alguna señal de su capitán, quien no disminuyó su paso.

Hasta ahora.

Notó que Levi se detuvo en seco unos momentos, haciendo que los demás cadetes lo imitaran, para voltear completamente a sus espaldas con sólo escuchar un ligero ruido que de poco en poco se volvía cada vez más estruendoso. Y sus ojos visualizaron una carreta que iba demasiado rápida como para impedirla o esquivarla.

-¡Detrás de nosotros! -. Se hallaba al fondo de la calle a gran velocidad, yendo a su dirección.

Se quitaron del camino y a su paso tomaron a Armin y Jean bajo sus disfraces de Historia y Eren, cumpliendo la primera parte de su plan de saber quiénes los requerían sin necesidad de ponerlos directamente como cebo. Al haberse apartado del camino a tiempo, Leah vio cómo estos desaparecían de su vista sin disminuir su velocidad, a lo que le dio una pequeña mirada a Mikasa y sin rechistar esta comenzó a perseguirlos.

-Bien, ya lo saben, no los perdamos de vista -. Habló Levi sin apartar su atención de la unidad.

El tiempo transcurrió demasiado rápido, sin embargo, consiguieron dar con la carreta que los había secuestrado, quedándose en un almacén abandonado y apartado del centro de Trost y del bullicio de personas, y los sujetos detrás de aquel atentado revelaron su ubicación, aun sin sospechar que fueron perseguidos.

Pero no todo estaba resultando como esperaban.

La incomodidad se notaba en los ojos de Jean al ver cómo uno de los tipos se acercaba demasiado a Armin, aún con su disfraz de Historia, comenzó a tener pánico al ver cómo ponía sus manos sobre su pecho sin pudor alguno. El rubio se tensó ante el tacto apretando su mandíbula y, así mismo, abriendo los ojos de par en par ante la incomodidad. Estaban ambos en medio del almacén, sentados uno frente al otro, siendo una verdadera tortura para Kirstein al contenerse y no poder hacer nada.

-Vamos, no te resistas. Yo sé que quieres -. Se colocó detrás de él, siendo atado de manos y pies, al igual que Jean, quien estaba asqueándose de poco en poco por las fantasías perturbadoras del sujeto - Quiero escuchar tu voz... Gime -. Frotaba sus manos en las clavículas de Armin hasta llegar al pecho.

Acercó su rostro al cuello del rubio, aspirándolo, sin dejar de tocarlo descaradamente, causando que sus ojos se cristalizaran levemente, a lo que Jean desvió la mirada, obligándose a mantener la calma.

Desgraciado infeliz, ¿por qué siempre me tocan situaciones así? Pensó Kirstein.

Mientras tanto, en uno de los ventanales de aquel almacén, Leah observaba esa imagen perturbadora del rubio, causando que apretara ambos puños con mucha fuerza, su respiración se iba agitando, estando a nada de mandar todo al caño con tal de entrar y detener a ese sujeto, quien tenía la cabeza gacha hacia Armin. Sin embargo, con tal de verlo bien sólo obtuvo un dolor punzante situado en la cabeza, a lo que cerró los ojos llevando una mano a esta, haciendo presión.

-Maldición -. Dudó mucho en continuar, más ante la desesperación que consiguió ver en el rostro de Armin, pero no podía interferir, no ahora, así que cerró los ojos y dio media vuelta, continuando con el plan y subió al tejado.

Aterrizó con su equipo, viendo las siluetas alejadas del capitán y de Mikasa observando el distrito en silencio, no obstante, Levi dirigió ambos ojos hacia ella en cuanto notó su presencia sobre el tejado, pero arrugó levemente su entrecejo ante el semblante de dolor de su hermana.

-¿Qué te pasa? -. Leah se extrañó por la sensación familiar que pronto percibió y trató de dejar de lado al acercarse varios pasos hacia los dos, intentando tranquilizarse.

¿Por qué me siento así? Pensó.

-Nada importante, capitán -. Hizo que chasqueara la lengua, importándole poco la reacción de su hermana - Todo sigue en pie, esos sujetos están pronto a aproximarse al almacén.

-¿Cómo están las cosas allá abajo? -. Mikasa le dio un vistazo rápido a la chica en cuanto preguntó, quien agachó la cabeza, notoriamente incómoda.

-Van bien, aún no descubren sus disfraces pero... Armin la está pasando muy mal -. Mikasa desvió la mirada hacia otro lado, suponiendo lo que probablemente estaba pasando.

Mientras que Levi se levantó con algo de dificultad por su pierna, cosa que hizo que Leah mirara fijamente su tobillo ya en mejor estado, más aun sin tener la condición de hacer expediciones, aunque sabía que igual era lo de menos, pero se reprimía con tal de no ir y ayudarlo. El capitán continuó dándole la espalda, para mirarlas sobre su hombro, viéndose igual o más serio que de costumbre.

-Ya saben lo que sigue -. Comenzó a decir - Mikasa, tú y los demás vendrán en cuanto terminen con esas escorias, y tú -. Miró a su hermana - Vienes conmigo apenas acabes antes que ellos, no tardes, no te estaré esperando.

-Sí, capitán -. Hablaron al unísono, dispuestas a irse.

-Y otra cosa -. Se detuvo, llamando su atención e impidiendo que dieran otro paso - Este es un mensaje, se lo dirán a los demás cadetes... A partir de ahora no sólo serán los titanes, lucharemos contra otros seres humanos -. Sintió un escalofrío involuntario en todo su cuerpo al oír las palabras sin sentimiento de Levi – No duden, ¿entendido? -. Sin esperar respuesta, activó su equipo y se fue del lugar.

Pero Leah seguía en su lugar, estancada por la tan pronta orden que le asignaron a ella y al demás escuadrón, comprendiendo ahora la necesidad que tenía su hermano en ella de que aprendiera a manejar un arma cuerpo a cuerpo.

¿Era para matar humanos o para defenderse de ellos?

-Vamos, Leah -. La apuró Mikasa, haciendo que reaccionara y ambas continuaran en adentrarse al almacén.

Por otro lado, los pasos de un grupo de personas adentrándose al lugar hacían eco en cuanto la suela chocaba con el frío piso, llamando la atención de ambos chicos disfrazados, quedando frente a ellos. En espera de que los dos sujetos que los custodiaban confirmaran su identidad y así aclararan sus cuentas y acuerdos.

-¿Seguros que son Historia y Eren? -. Uno de ellos los miró con detenimiento.

-Sí, concuerdan con la descripción que nos dieron -. Avanzaron más con tal de acercarse, sin embargo, esa fue la señal para que Mikasa saliera de su escondite embistiéndolo, mientras que Leah iba directamente hacia otro tomando su cuello con fuerza y así tener ventaja a la hora de azotarlo contra el suelo, colocó una rodilla sobre su espalda, inmovilizándolo.

Tan pronto vieron eso, Armin y Jean se quitaron las cuerdas que los retenían para acabar con los sujetos restantes, logrando retenerlos y así mismo, revelando sus identidades.

-¡Connie! -. Gritó Grant, aumentando la fuerza de su rodilla en contra de la espalda del sujeto, quien se quejaba del dolor - ¿Son todos?

-¡Sí, son cinco! -. Comunicó desde arriba, saliendo de su escondite.

-Leah, nosotros nos encargamos. Tú ve con el capitán -. Asintió quitándose de encima, a lo que Sasha fue rápidamente amarrando sus manos seguido de amordazarlo.

Leah iba en camino, pero fue rápidamente hacia Armin, esta lo abrazó unos segundos en forma de apoyo y el chico lo correspondió enseguida, pudiendo percibir el cuerpo tenso del rubio.

-¿Estás bien? -. Habló en un susurro hacia él.

-Lo estoy, tranquila. Tú sigue -. Se separaron dándose una última mirada y sin más abandonó el almacén.

▪︎▪︎▪︎

La mirada perteneciente a Nifa observaba con sigilo cómo la carreta se movía lentamente entre las calles, debido al número de personas obstruyendo el paso, hasta detenerla completamente. Sabiendo que tanto Historia como Eren continuaban en estar encubiertos sobre los demás, siendo otro paso a favor de seguimiento a su plan.

-¿Cómo va todo, Nifa? -. Levi arribó en el lugar en cuanto pudo, colocándose de cuclillas a la misma altura que ella, pero estando separados.

-Se detuvieron, hay demasiadas personas, capitán. Sin embargo, continúan sin ser vistos, todo va marchando muy bien -. El tono de su voz fue de entusiasmo, siendo una emoción contraria a su superior que estaba al lado, más por el hecho de que al observarlos todo estaba calmado, demasiado, preguntándose la razón de su repentina inquietud.

Algo no está bien. La Policía Militar es muy caprichosa en ese aspecto como para mandar sujetos de ese nivel a secuestrar a esos dos. Pensaba sin apartar en ningún momento de su vista la carreta que fue retenida por el número de personas que cruzaba la calle, que tan pronto lo hicieron, continuó.

-Mire capitán, la carreta comenzó a moverse -. A pesar de las palabras de la chica, Levi seguía con semblante impasible analizando la situación, que por más que trataba de entenderla, no podía del todo, o era porque se negaba a creer en eso.

-Oye Nifa, ¿has oído hablar sobre Kenny el Destripador? -. Esta volteó a su dirección unos momentos, quedando pensativa en un intento de hacer memoria.

-Sí, he oído de él, pero sólo es una leyenda urbana -. Dicha leyenda que sigue arrastrando el mismo capitán y lo supo en cuanto algo iniciaba en carcomerle la boca del estómago de sólo recordarlo - Que una persona degolló a un centenar de los miembros de la Policía Militar es algo casi imposible, más si no fue atrapado.

-No, todo eso que has dicho es cierto -. Nifa abrió los ojos más de la cuenta, sorprendida.

Para desgracia de él, tal leyenda es más de lo que creerían, sobre todo por el hecho de que tiene presente su rostro, a pesar del tiempo, los movimientos y el tipo de técnicas fue el legado que continúa perturbando y alimentando su persona y estatus. Así mismo, es el mismo que lo condena a seguir creyendo que todo lo que pasó no fue real y simplemente fue una pesadilla, pero fue más real que el mismo aire que está respirando justo ahora.

-¿Cómo lo sabe? -. Nifa insistió en saber, sobre todo por el cambio que tuvo Levi en su mirada, siendo más fría que antes.

-Porque viví un tiempo con él cuando yo sólo era un mocoso inútil -. Se limitó en decir y es porque en verdad no quiere revelar tales hechos que lo condujeron hasta este punto.

-Vamos capitán, no es tiempo de hablar sobre ese tipo de cosas -. Un ligero rubor se presentó en el rostro de la chica, mientras que Levi entrecerraba los ojos ante sus palabras, continuando en ver la carreta en movimiento algo lento por la misma gente.

No. Conozco ese tipo de gente, no dejarían las cosas tan fácil. Tendrían que haber contratado a alguien profesional, alguien capaz de saber los próximos movimientos de su contrincante para subir a lo más alto y atacarlo por la espalda...

Abrió los ojos de par en par al haber llegado a su propia conclusión.

Pero para su desgracia, fue demasiado tarde.

-¡Nifa! -. Gritó hacia la chica, pero sólo vio cómo una bala salió disparada siendo un silbido ensordecedor a su lado, impactando en su cabeza que fue perforada en un segundo, matándola enseguida.

Otra bala salía, a lo que Levi se escondió entre una de las salidas de las chimeneas de aquella casa, aún estupefacto de presenciar tal atrocidad, sentimiento que aumentó en segundo al escuchar una voz sarcástica a sus espaldas, seguido de metales chocando y cayendo contra el tejado, e hizo que reaccionara.

-Hola, Levi -. Cargó ambas pistolas, comenzando a dar pasos hacia él - ¡Cuánto tiempo! ¡¿No crees?! -. El gas perteneciente al equipo de maniobras hizo que se impulsara con rapidez, girando desde el cielo para así dar con la silueta del capitán - ¡Sigues igual de enano que siempre!

Este con cólera tomó las agarraderas de sus cuchillas, desenfundándolas, para enfrentarlo finalmente y acabar con eso que tanto lo persiguió.

-¡KENNY! -. Gritó a todo pulmón aventándolas hacia él pero sólo consiguió desviar una bala mientras que la otra salía a su dirección.

De un movimiento rápido la esquivó, perforando el abrigo que traía puesto, sin embargo, otra cuchilla ajena a su equipo salió detrás de él, logrando aturdir a Kenny, a lo que Levi volteó inmediatamente topándose con Leah, quien esta tenía la respiración agitada con los ojos abiertos más de la cuenta, su mirada se posó en el cuerpo inerte de Nifa, causando que se le revolviera el estómago y quedara estática en su lugar.

-¡LEAH, VETE DE AQUÍ! -. Gritó el capitán hacia ella.

Pero la chica miraba horrorizada el cadáver, sobre todo los restos que sobresalían de su cabeza, que empezaban a escurrirse entre los peldaños y gotear en las calles, siendo el tiempo suficiente para que el mercenario reaccionara y la viera por unos segundos con sorpresa y confusión, seguido de una risa.

-Mira nada más -. Levi miró en dirección de Kenny, al igual que Leah – Es una grata sorpresa verte nuevamente, pero no estoy de humor para sorpresas -. Dirigió el cañón hacia ella.

Levi le aventó el abrigo hacia el mercenario, consiguiendo una ventaja de pocos segundos para así ir corriendo hacia Leah. La empujó junto con él dejándose caer, evadiendo las balas que este les disparaba, para activar el equipo tridimensional, a lo que Leah hizo lo mismo, escapando entre las calles.

Pero más siluetas salieron de su escondite matando a su paso los hombres que Hange le había dado para ayudarlo en eliminar a ambos cadetes, siendo escasas las posibilidades de salir ilesos de aquella situación.

-¡No pares! -. Le ordenó aumentando la velocidad, quedando detrás de la chica y esta asintió.

El capitán mataba a los que se interponían en su camino o el de Leah, sin titubear, pero esta sólo los esquivaba lo mejor que podía con tal de no entrar en combate directo.

No obstante, la carroza en dónde se encontraban Historia y Eren seguía en movimiento, aun manipulada por uno de los hombres de Hange, quien volteó a su izquierda al oír el metal chocar entre sí al igual que los arneses, reconociendo el equipo de maniobras. Aunque se extrañó de escuchar que eran acompañados por disparos, así que jaló el riel del caballo y aumentó la velocidad.

-¿Señor, qué sucede? -. Preguntó Eren a sus espaldas junto con Historia, al sentir el repentino cambio de velocidad.

-¡No salgan! -. Ordenó sin parar su andar, poniendo alerta a los dos cadetes.

Pero el gancho de metal se incrustó en la carpa que cubría la parte de arriba de la carroza, siendo rasgada completamente, dejándolos al aire. Eren vio alarmado cómo un hostil se acercaba y disparó al conductor, acabando con su vida y así situarse en su lugar, dejando el cadáver caer con brusquedad contra el piso. Ante eso, Historia quedó pasmada por el miedo y Jeager tardó en reaccionar tomando el fusil que había, pero un tranquilizante se impactó justo en el cuello de Historia, haciendo que perdiera la conciencia y que Eren se distrajera.

-¡Historia! -. Sin embargo, sintió una aguja perforarle en el mismo lugar y el inesperado cansancio evitó que se mantuviera de pie, cayendo abruptamente al suelo, quedando también inconsciente.

-¡EREN! -. Gritó Leah al ver tal acción ahora persiguiendo la carreta que iba a toda velocidad y detrás de ella la perseguía Levi, enterándose de lo mismo, por lo que debían de ser rápidos con tal de evitar que sean raptados.

Al cruzar una de las calles para tomar ventaja, fueron emboscados por varios hostiles que estaban suspendidos en el aire con el mismo equipo, otra desventaja que no tenían en mente, así que el capitán incrustó los arneses en el suelo, tomando rápidamente el brazo de Leah para jalarla y pegarla a su cuerpo, llevándosela a la par y evitando que le dispararan en cuanto descendieron de forma rápida.

Se escurrían entre las casas y carretas ajenas con tal de detener la carroza en donde iban Historia y Eren inconscientes. Leah sentía sus pulmones arder al igual que su garganta, pero no disminuía el paso rebasando y esquivando las balas de los enemigos que los perseguían, sobre todo porque no podía perder a Eren de vista. Estaba a nada de lograr llegar a la carreta, lista para impulsarse y aterrizar, pero Levi vio de reojo cómo Kenny salía de las sombras dispuesto a dispararle.

-¡NO! -. Se impulsó más cubriendo el cuerpo de ella con el suyo, cambiando drásticamente de dirección, sintió algo rosarle en la frente seguido del brazo, causando una cortada profunda en este.

Ambos cuerpos fueron directamente hacia la entrada de uno de los bares del distrito, a lo que el capitán logró evitar que Leah se estrellara contra la barra al girar su cuerpo y recibir todo el golpe en su espalda, finalmente deteniéndose de forma estrepitosa y escondiéndose de los demás hostiles por un par de minutos.

Sus brazos aún la rodeaban con evidente fuerza, más por el impacto, que no fue para nada suave y eso lo hizo saber al quejarse un poco de sentir la madera incrustarse en su espalda así como la cortada en su brazo causada por la bala. Leah continuaba encima de él, mientras que esta seguía aturdida por lo sucedido, sus cabellos caían sobre su cara e involuntariamente temblaba bajo su agarre. Varios murmullos junto con gritos de las personas hicieron que reaccionara de poco en poco, atrayendo la atención de todas las personas que se hallaban en el bar.

-¡Es el capitán Levi! -. Decían a sus espaldas, con sorpresa y confusión.

-B-bienvenido señor -. Balbuceó el encargado, estupefacto y tembloroso por su repentina y estruendosa llegada.

Dicha llegada que no le interesó en absoluto, en cambio despegó uno de sus brazos del cuerpo de su hermana para dirigir su mano a los cabellos que cubrían su rostro y los quitó de ahí, notando que respiraba demasiado agitada y con dificultad.

Sobre todo por el hecho de que Leah entró en un estado de trance que le impedía estar en sus cinco sentidos.

-¿Estás bien? -. Ella negó de un lado a otro levemente, sin poder gesticular nada - Levántate -. La soltó, con el cuerpo tembloroso se reincorporó para mirar por detrás de ambos, justo en la entrada, mientras que Levi se levantaba como si no hubiera sucedido nada.

Sin poder evitarlo sintió cada mirada de todas las personas del lugar, había desde confusión, enojo hasta terror de verla así, cosa que no ayudó a tranquilizarla en absoluto, más porque escuchó el eco de los demás arneses y armas pertenecientes a los enemigos que los perseguían sin parar. La presión comenzaba a ahogarla, aplastaba sus propios pulmones y endurecía sus músculos de poco en poco, la garganta estaba seca y su pecho dolía demasiado ante ese inesperado ataque.

Mismo ataque que había empezado a sentir en aquel castillo abandonado.

¿Por qué me miran así?

S-solo me estaba defendiendo...

No maté a n-nadie.

¿Cómo llegué aquí?

-Oye -. Levi se interpuso en su camino, evitando que continuara en ver la entrada y el grupo de individuos que la estaban observando, así como sujetándola de la cabeza al cubrir ambos oídos, obligándola a solo mirar sus orbes azul metálico, haciéndola reaccionar al escuchar todo de forma amortiguada por un par de segundos, que fueron los suficientes como para estabilizar un poco su respiración. Al comprobar eso, decidió continuar y alejar su agarre de ella – Necesito que cooperes y te tranquilices, no tardarán en llegar. Necesito que regreses.

-T-tú frente -. Llevó uno de sus dedos a la cortada que tenía en el rostro, manchándolos de sangre.

Pero Levi no le tomó importancia, en cambio agarró la muñeca perteneciente a la chica, obligándola a ir por detrás de la barra del bar y, así mismo, él se sentó junto de ella al saber que no estaban solos.

En ese corto lapso, Leah se preguntaba qué había ocurrido exactamente con ella, también el hecho de cómo pudo permitir ponerse de esa manera en medio de una situación peligrosa. Pero le ganó más el hecho de cómo Levi sabía qué hacer en una circunstancia así, por lo que vio su perfil serio y alerta por unos momentos. Al agachar un poco la mirada, observó que una de sus mangas se iba tiñendo de sangre y el desgarre de esta le permitió observar el roce de una bala que logró alcanzarlo, no obstante, pareciera que no le prestaba atención al dolor, como si estuviera acostumbrado a aquello.

El aterrizaje junto con maldiciones y pasos aproximarse hizo que su piel se erizara en consecuencia, poniéndola nerviosa mirando nuevamente a su hermano, alarmada, pero este no parecía inmutarse con la llegada del mercenario.

-¡Vaya, parece un nido de ratas! -. La voz amortiguada se hacía más cercana, a lo que Leah movió una mano en el piso, encontrándose con un cuchillo usado perteneciente al bar y sin dudarlo lo tomó, guardándolo - ¡Parece que no has crecido nada, enano de mierda! ¡Por tu tamaño luego se me olvida que ya eres un adulto! -. Un golpe seco causó que saltara un poco y Levi puso una mano en el hombro de su hermana, sabiendo que ya había entrado y que era peligroso que supiera con exactitud dónde se encontraba ella - ¡La Policía Militar ha venido a masacrar a estas ratas de mierda, arriba las manos! ¡Bang! ¡Bang! -. Su tono era burlesco, simulando disparos que aterrorizaban a las personas de aquel lugar y este miraba el entorno, buscándolos - ¡Carajo! ¡¿No están aquí?!

Como si fuera el destino, sintió el ardor en la garganta ahogando a toda costa la tos que amenazaba con salir, pero falló al toser ese síntoma que nunca podía controlar, Kenny dirigió la vista hacia el sonido, sonriendo de lado.

-Con que aquí están -. Dijo - Siendo sincero estoy muy sorprendido del buen uso que le diste a las técnicas que te enseñé y aún más al ver que no estás solo como yo esperaba -. Tomó una silla de madera para luego lanzarla con brusquedad hacia enfrente, impactándose contra las botellas de licor que había en el lugar a lo que los cristales y el líquido salieron disparados, manchándolos un poco y la chica cerró los ojos en consecuencia, sintió que algunas zonas de su ropa se llenaban de ésa bebida.

-Aquí estoy, Kenny -. Decidió en responder su hermano, sin importarle lo que había hecho al lugar - Yo también estoy sorprendido, creí que habías muerto hace mucho -. Mantuvo su tono de voz sin ningún toque de gracia por el reencuentro.

-Te estuve buscando y mira con lo que me encuentro, ¡al dúo dinámico de los Ackerman! -. El tono burlesco hizo que Leah frunciera el ceño, más por el hecho de que él sí sabía su apellido - La verdadera pregunta es, ¿qué fue lo que sucedió para que actuaras de esa manera? ¡Y aún más al tener a la pequeña Leah junto a ti, arriesgándote el pellejo con tal de protegerla!

-Eso no te interesa -. Escupió.

-¿Ah, no? -. Comenzó a caminar en círculos, quedando pensativo y, así mismo, tomando una silla - Aquí hay algo que no me cuadra... Pequeña Leah, ¿acaso tú sabes que estás en peligro con el simple hecho de estar junto a él? ¿Sabes a cuántas personas ha asesinado ese enano sin razón aparente? ¡Perderías la cuenta! -. Soltó una risotada, mientras que Leah miraba de reojo cómo se tensaba al marcar la mandíbula así como sus facciones - Sin embargo, aún tengo la duda de por qué no te ha hecho nada a ti. Cuando me hice cargo de él siendo un mocoso maleducado, lo único que repetía todos los días a su corta edad era lo mucho que te odia por abandonarlo.

Un silencio sepulcral se plasmó en el bar, Leah desvió la mirada al suelo, agachando la cabeza sin tener intenciones de mirar al capitán a su lado, procesando sus palabras y sintió algo desgarrador en la boca de su estómago al comprobar que sus especulaciones eran ciertas, sobre todo las del mismo Eren. Mientras que Levi maldecía en sus adentros por aquella acción, a lo que miró de reojo a su hermana, sabiendo que eso le afectó más de lo que le agradaría.

Pero ya sabía lo que sucedió hace tiempo, no hay marcha atrás.

-¿Qué? ¿Ahora me matarás por decir la verdad? Parece que ella no sabe nada de ti y aun así confía su vida en tus manos ya manchadas de sangre -. A pesar de sus pensamientos negativos, Leah miró de reojo algo reluciente en el último cajón del mueble de madera que los cubría, sin dudarlo llevó una mano a este, atrayéndolo a ella con cautela de no ser vista - Vamos Leah, lo único que haces es perder tu tiempo con un criminal que aparenta ahora ser un soldado y un hermano.

-Tienes razón -. Habló finalmente, llamando la atención de ambos - Yo confío mi vida en sus manos manchadas de sangre, sin embargo, a mí no me interesa manchar las mías con tal de hacer lo mismo -. Colocó con rapidez un dedo en el gatillo para poner el arma detrás de su espalda, encima de la barra, sin dudarlo disparó en su dirección, provocando que la bala de la escopeta lo impulsara hacia atrás, quebrando la silla que tenía en manos así como quedando tendido y aturdido en el suelo por el impacto, haciendo que prácticamente saliera del bar.

Levi abrió los ojos sorprendido ante la repentina acción de su hermana, más por sus palabras, por lo que se levantó y vio cómo Kenny no se movía de su lugar, consiguiendo unos momentos de ventaja para escapar.

-Ve por Historia y Eren, yo los distraigo... Y por favor, no dudes, ¿entendido? -. Ordenó Levi hacia Leah y esta asintió, sin más tomó otra silla lanzándola a la ventana, atrajo la atención de los otros criminales para así salir del bar, comenzando a matar a diestra y siniestra.

Mientras que Leah fue del lado contrario, esquivando algunos disparos y se elevó con el equipo de maniobras, logrando ver a lo lejos cómo la carreta iba a gran velocidad.

Por otro lado, en una ubicación poco lejana a la de su capitán, yacían los demás integrantes de su escuadrón sobre el techo del almacén, esperando alguna señal o movimiento inusual, que fue visto demasiado pronto cuando la atención de Sasha se quedó en un punto del distrito al oír ruidos secos cortar el silencio del lugar.

-¡Son disparos! -. Llamó la atención de los demás cadetes - ¡Y son muchos!

-¿Estás segura? -. Llegó Connie a su lado - ¿Cómo estás tan segura de que son disparos? ¿Cómo sería eso posible?

-Tenemos que ir -. Lo interrumpió Mikasa, llamando su atención así como levantándose de su lugar - El capitán me dio un mensaje y es que ahora no sólo mataremos titanes, sino también a seres humanos.

Tal mensaje los dejó anonadados, más porque siempre tuvieron planteado solo asesinar titanes, más no humanos. No obstante, Mikasa no tenía tiempo para explicar todo con detalle.

-¡¿Qué?! -. Sin responder a las posibles dudas que les surgió, Mikasa salió de aquel tejado, elevándose con el equipo tridimensional, para luego ser perseguida por los demás cadetes que ya no dudaron en seguirla, más no estaban seguros de lo que sucedía realmente y más por esa noticia.

Mientras tanto, Leah aumentaba más su velocidad con tal de alcanzar la unidad que estaba próxima en llegar a sus pies, aquel sentimiento de enojo y desesperación fue notorio al tener los ojos y atención en el cuerpo inerte de Eren, siendo arrastrado en esa carreta junto con Historia.

-¡Eren! -. Gritó lo más que pudo, llamando la atención del escuadrón que estaba cerca de esa zona y, así mismo, de Levi, quien logró acabar con los enemigos que lo seguían persiguiendo, pero entre más eliminaba, más aparecían, por lo que decidió abandonarlos y seguir a su hermana en rescate a sus dos cadetes.

-¡Es Leah! -. Jean iba junto a Armin, quien este la veía alarmado, usando su equipo - ¡Y el capitán! -. Este los vio de reojo, reduciendo la velocidad para que lo alcanzaran.

-¡Vayan tras esa carreta! -. Demandó en un tono fuerte y determinado - ¡Y no duden en matar, ellos ya eliminaron a tres de los nuestros!

Jean junto con Armin y los demás quedaron estupefactos por haber confirmado lo que les habían dicho anteriormente, preguntándose qué sucedió como para llegar a esa situación, sin embargo, Mikasa no dudó en asentir para ir a ayudar a Leah a recuperar aquella carreta.

-¡Vayan! -. Bramó Levi, sacándolos del trance - ¡Armin conduce la carreta y Jean ayuda a eliminar a los demás! -. Se alejó matando a los otros hostiles que los perseguían - ¡Sasha y Connie, ayúdenme a que no lleguen hasta nosotros! -. Estos dos últimos fueron a su lado a auxiliarlo.

-¡Vamos! -. Kirstein y Arlert fueron enseguida a su llamado.

Leah esquivó una bala que fue disparada por un hostil que llegó a la carreta, por lo que Grant aterrizó en la carroza aún en movimiento, para ver cómo Mikasa mataba a esa persona y se alejaba con el mismo equipo, luego Armin llegó al lado de Leah, situándose en el lugar del conductor, quitando a la mujer que lo manipulaba y ahora él lo manejaba. La hostil quedó frente a la chica y lanzó un golpe hacia ella, a lo que consiguió esquivarlo fácilmente y así devolvérselo con fuerza, aturdiéndola.

-¡Leah! -. Gritó Jean a sus espaldas en cuanto aterrizó, pero sólo hizo que se distrajera para recibir un puñetazo en la mandíbula, provocando que cayera de espaldas en la carreta en un golpe seco que fue capaz de sacarle el aire.

Jean fue contra la hostil, sacando una de las cuchillas, pero sus manos temblaban demasiado como para dar el primer corte, dudando en si atacarla o no, sintiendo su mirada en él y esta levantó una de sus armas, apuntándolo.

-¡O-oye! -. Balbuceó aterrado por su acción que atentaría con su vida, mientras que Leah trataba de reincorporarse por el aturdimiento, para toparse con aquella mujer, que ahora apuntaba a ambos.

-¡NO! -. Leah cerró los ojos esperando el disparo, al igual que Jean, quien se puso frente a ella con tal de que no lo recibiera directamente.

Pero mayor fue su sorpresa al abrir los ojos con temor y observar que el cuerpo de la mujer caía inerte a un lado, dejando ver a Armin sosteniendo con firmeza una pistola, siendo él quien los salvó de una tragedia sin remedio.

-A-Armin -. Susurró atónita, más por el semblante decidido del rubio.

-¡Salgan de allí! -. Oyeron a Mikasa a lo lejos.

Sasha tomó a Jean, así como Mikasa a Armin, alejándolos de la carreta aún en movimiento. Leah se levantó con dificultad posando su vista en la silueta inmóvil de Eren, acercó una de sus manos logrando tocar el rostro del chico, no obstante, al hacerlo sólo sintió una descarga recorrerle el cuerpo, aturdiéndola unos segundos.

Pero un agarre en su cintura la interrumpió, siendo elevada varios metros al aire, viendo cómo un disparo perforaba la carreta cerca del cuerpo de Eren, justo en donde ella había estado.

-¡NO! -. Gritó viendo cómo lograron tomar la carreta en su totalidad, reuniéndose entre ellos al subirse en la unidad, para así escaparse en sus narices e imposibilitando alguna opción de rescate efectiva y rápida.

Levi aumentó el agarre en Leah para aterrizar con torpeza en el suelo, al igual que los demás, quienes también se sentían cansados y derrotados por no haber impedido la captura de Historia y Eren.

-N-no... N-no... – Leah balbuceaba sin despegar la vista por donde se habían ido y se levantó con intenciones de correr sin parar, con tal de rescatarlo, cosa que prácticamente sería imposible.

-¡Alto! -. Nuevamente el agarre del capitán no permitió que diera dos pasos, sujetándola con fuerza - Nos superan el número y es muy imprudente atacar ahora que estamos cansados y heridos, ¡debemos retirarnos! -. Dejó de moverse al ser obligada a mirarlo, teniendo los ojos intimidantes de su hermano en los de ella, sin embargo, no le importó en absoluto, solo se alejó del capitán y se dejó caer de rodillas, sin apartar la vista de aquel camino ya vacío.

-N-no... E-Eren... - Balbuceaba.

Llevó su vista a ambas manos, mirándolas con evidente confusión por lo que había pasado segundos atrás, siendo el mismo sentimiento que aquella vez en el castillo. Sin embargo, no pasó desapercibido por el capitán y, así mismo por Mikasa, quien ambos tenían su atención en ella, sin gesticular nada.

También siendo presenciado por alguien más.

▪︎▪︎▪︎

La mano de Leah se movía con suavidad de arriba hacia abajo en la espalda del rubio, tratando de tranquilizarlo. La mirada de la chica se volvió serena, también reflejando tristeza e impotencia de verlo en ese estado. Más arcadas salieron de su boca, expulsando el vómito hacia uno de los canales de agua perteneciente al distrito, las lágrimas se escurrían de sus ojos y sollozos se escapaban de su boca, a lo que se restregaba el rostro con rudeza en un intento de limpiarse y tranquilizarse.

-Tranquilo -. Gesticulaba en un susurro, mientras que Armin temblaba notoriamente bajo su toque.

-L-lo siento... – Decía de forma agitada – N-no... No p-puedo Leah -. Otro sollozo se escapó de su boca.

-Ven -. Lo obligó a ponerse de cuclillas cerca del agua, a lo que Armin juntó un poco entre sus manos limpiándose la boca, así como su rostro, dejando atrás los restos de lágrimas y pudiendo limpiarse lo necesario – Ya pasó.

Este respiraba con dificultad, colocó ambas manos en sus muslos para verla, la chica notó sus ojos levemente hinchados por el llanto y su labio temblaba un poco.

-¿T-tú pasaste por lo m-mismo? -. Agachó la cabeza, soltando un suspiro.

-Sólo esquivaba a esas personas sin siquiera intentar atacarlas... – Dejó una pausa, sabiendo que le afectará y porque no puede mentirle de esa manera - Levi hizo el resto -. Otro sollozo escapó de su boca, atrayendo la atención de la chica - Armin...

-Hice algo horrible -. Llevó ambas manos a su cara, cubriéndola, así como soltándose a llorar nuevamente.

-Me salvaste a mí y a Jean -. Se acercó a él, apartando con delicadeza sus manos de la cara, haciendo que la mirara unos segundos - No había otra opción, Armin. Nos salvaste, ¿de acuerdo? -. Como pudo asintió, más para tratar de entender eso aun sin aceptarlo del todo.

Guardaron silencio por un rato, algo que ambos necesitaban, a lo que Leah se acercó más, abrazándolo de hombros, continuando en tranquilizarlo, se aproximó un poco a él dándole un pequeño beso en su cabeza, consiguiendo su objetivo al cabo de unos minutos.

Armin se alejó un poco, conectando sus ojos rojizos en los de ella, quien le prestaba toda la atención del mundo.

-La última v-vez que me viste de esa manera fue cuando me había lastimado ambas piernas en las escaleras -. Leah sonrió de lado, recordando eso - Jean y Annie estaban conmigo cuando sucedió y tiempo después Mikasa me dijo que cuando te enteraste estabas en entrenamiento enfrentándote con Eren, pero no podías ir hasta terminar y que sólo pasaron unos segundos cuando acabaste con él y saliste corriendo a la enfermería.

-Me había asustado -. Susurró, mirando el agua - Pero al menos Eren no tuvo rencor aquella vez porque casi le rompí un brazo -. Una ligera risa salió de la boca del rubio, aligerando el ambiente y la chica suspiró, levantándose - Hay que entrar, no nos pueden ver -. Este asintió, reincorporándose con su ayuda.

No obstante, antes de hacerlo, Leah lo detuvo, no dudó en abrazarlo con fuerza, siendo algo que no esperaba.

-Entiendo si no quieres hablar de lo que ocurrió con ese sujeto, lo lamento mucho -. Murmuraba en su oído, tan pronto lo hizo lo escuchó suspirar, sin soltarla – Sabes que cuentas conmigo.

-Lo sé, muchas gracias -. Se separaron, por lo que Leah le acomodó un poco la ropa que traía puesta, siendo ya otra completamente diferente.

Para su desgracia, sabía que aquel suceso lo había afectado demasiado, por lo que tendrá que ser cuidadosa con él.

-Vamos.

Ambos regresaron adentro del almacén, en donde habían atrapado y amordazado a esos sujetos, la mayoría de ellos quedaron inconscientes por el ataque que les dieron, a lo que necesitarán esperar por respuestas, así que aprovecharon en agruparlos y amarrarlos en cada pilar que había dentro.

Estabilizaron el lugar para pasar la noche, algunos agarraron los sacos llenos de material de construcción o de comida cruda para apilarlos e impedir que la próxima luz de la fogata no fuera vista al exterior, al finalizar fueron por suministros y los restantes eran solo el capitán, Sasha, Armin y Leah.

Sasha terminaba de acomodar la poca madera que encontraron en una de las casas vecinas, por lo que Leah se lo encargó a la castaña. Esta vio a su hermano sentado en una de las sillas de madera algo apartado de ellos. Levi trataba de revisarse y curarse las pocas heridas que lograron alcanzarlo teniendo lo necesario a la mano, pero debido a la posición y el dolor le era complicado hacerlo rápido, no obstante, se detuvo en cuanto su hermana llegó a su lado.

-¿Qué sucede? -. No la miró, en cambio trataba de meter el hilo y la aguja con tal de suturar la herida.

-Vine a ver cómo estabas -. Se sinceró, pero Levi continuaba en hacer aquello, sin haberle prestado atención del todo. Su hermana notó que las manos de este temblaban un poco debido a la fuerza con la que ejercía sus movimientos, hallándose demasiado tenso y a la vez presionado por la situación en la que estaban, algo de lo que nunca se había percatado anteriormente - Déjame ayudarte.

-Puedo solo -. La cortó, continuando con sus intentos que fueron nulos.

-Por favor -. Insistió en un murmullo, por lo que Levi cerró los ojos unos momentos, tratando de dejar atrás la presión y ese sentimiento que era expresado por su cuerpo y no por sus palabras.

-Tsk, como quieras -. Le tendió ambas cosas y vio cómo lo enlazó sin esfuerzo alguno.

-Necesito que me dejes ver bien, por favor, desde que te vi en el bar pude notar lo dolorosa que es -. Este la miró con seriedad, pero sabía que estaba lo suficientemente cansado como para discutir, así que con dificultad y en un movimiento se quitó la playera, dejando a la vista su torso pálido y bien trabajado, por lo que Leah carraspeó y dio un vistazo a su espalda lastimada, creándole un nudo en la garganta.

Pero en algunas zonas, la palidez de su piel era sustituida por hematomas, rasguños, cicatrices y las heridas recientes, siendo algo que no se esperaba en absoluto. Tragó en seco en cuanto su mirada vio la cortada de aproximadamente de siete centímetros en el brazo, aun goteaba por lo profunda que era, así que jaló la otra silla que estaba cerca, situándose a un lado de él, tomó el alcohol que tenía a la mano su hermano y comenzó a limpiarla. Aunque al tener el mínimo toque en él, se tensó enseguida y se quejó en un gruñido bajo.

-Perdón.

-Hazlo rápido -. Leah asintió y limpió lo más pronto posible, viendo cómo los músculos de Levi se tensaban demasiado por el ardor y el dolor, así que apenas terminó de limpiar, acercó la aguja, lista para suturar – Más te vale que sepas... ¡Agh! -. Se quejó de dolor al percibir que perforaba su piel una y otra vez, siendo lo más rápida posible.

-Tranquilo, falta poco -. Decía haciendo las puntadas necesarias, aunque eso lo tomó desprevenido, así que sólo optó en cerrar los ojos y apretar los dientes de vez en cuando, en un intento de ya no quejarse de dolor.

Luego de unos minutos interminables, Leah cortó el hilo y se alejó de él, finalizando con suturarlo, por lo que Levi suspiró cansado, pudiendo terminar con ese ardor y dolor agudo que persistía en su brazo, ante eso lo escuchó suspirar nuevamente y enseguida sus músculos se relajaron un poco, pudiendo dejar de lado lo tenso que estaba. Mientras que Leah echó un vistazo a su herida ya curada del brazo, comprobando en que todo estuviera en orden, sin embargo, no aguantó en poder dejar de ver su espalda lastimada, llena de moretones y uno que otro raspón que fueron causados por el impacto contra la barra. Acción que no pasó desapercibida por él.

-No es necesario que veas eso -. Sugirió sin siquiera abrir los ojos.

-¿Por qué tienes esto? -. Sintió los dedos fríos de su hermana sobre una de las cicatrices que predominaban a la altura de su omóplato, pero fue hace demasiado tiempo que la cicatriz simplemente era levemente más oscura que su piel - ¿Quién te hizo esto?

-No es nada importante, mocosa -. Con tal de que no siguiera haciendo una lluvia de preguntas, volvió a colocarse la playera, aunque no pudo ocultar el ardor de esa herida que ahora yace en su brazo derecho, pero le restó importancia.

Levi ya se iba a levantar, sin embargo, Leah puso una mano en su hombro, impidiendo que lo hiciera y lo regresó en su lugar, cosa que también lo puso tenso y malhumorado.

-¿Qué?

-Falta que te limpie la herida de tu frente -. Vio que agarraba otro trapo limpio y lo llenaba de alcohol.

-Ya hiciste suficiente, mocosa metiche... - No continuó con su sermón en cuanto Leah volteó y empezó a limpiar la sangre seca con toques suaves, no negaba que también ardía, pero no era tan profunda como la que tenía en el brazo. Ya rendido permitió que continuara, mientras que Leah se tomó el tiempo de mirarlo unos momentos en lo que él cerró los ojos y se cruzó de brazos, demostrando hartazgo.

Al verlo y recordar lo que yacía en su espalda, solo hizo que un torbellino de preguntas se inundaran en su cabeza, pero sabía que no serían respondidas, así que simplemente se sentía alivianada de saber que, a pesar de todas esas heridas, él seguía aquí.

A pesar de ser como es y lo que ha hecho y dicho, eligió protegerla en esos momentos.

-Listo -. Susurró, alejándose de él, así como limpiando y guardando todo lo que utilizó.

En cuanto escuchó su voz, Levi abrió los ojos, clavándolos en la silueta de Leah, quien no prestaba atención a la posible reacción de su hermano, y aquel sentimiento que tanto ha estado reprimiendo quiso salir en ese momento, de un momento a otro se sentía ansioso e intranquilo, cosas que hace mucho que no sentía, mucho menos sabía expresarlo y simplemente la única palabra que salió de su boca fue un:

-Gracias.

Leah lo miró, terminando con lo que estaba haciendo y simplemente asintió, alejándose de él así como yendo con Armin y Sasha, siendo vista por el capitán, quien solo se quedó callado y sentado en esa silla, observando que el rubio le sonreía de lado al igual que la castaña, y Leah les hablaba. Luego de un rato, Sasha continuó en ver cómo prender la fogata y Grant abrazó al chico siendo correspondida, suspirando de cansancio, permaneciendo en esa posición hasta que llegaran los demás.

E inevitablemente, así como siendo la primera vez en su vida, Levi sintió celos.

Celos de no saber absolutamente nada a comparación de ese chico rubio, incluso de los demás o del mismo Eren, no saber ni siquiera sus temores, gustos o hazañas, siendo solo un completo extraño a su lado.

Y aquellas palabras que el mismo Kenny le dijo, le causaron un remordimiento que no se lo desea a nadie, ni a su peor enemigo.

▪︎▪︎▪︎

La noche había caído en su totalidad, la luz perteneciente a la pequeña fogata improvisada permitía ver su entorno tenuemente. Las conversaciones eran demasiado cortas, al igual que el apetito de algunos cadetes, quienes observaban fijamente el fuego consumir la poca leña que había.

-¿Acaso no quieren comer en un lugar tan sucio? -. El capitán rompió el silencio establecido, dando un vistazo a sus subordinados.

-Lo lamento, capitán -. Jean se notaba más cabizbajo que de costumbre, en todo ese rato su humor ha estado por los suelos luego de lo sucedido - Es sólo que no me puedo quitar esa imagen de la mente.

-Jean -. Armin atrajo su atención, teniendo la vista al frente, justo en las llamas del fuego - Cuando esa mujer estaba frente a ti al igual que Leah... No disparó primero, ¿cierto? -. Todos se quedaron callados ante sus palabras, mientras que la chica lo miraba desde su lugar, sabiendo que estaba demasiado afectado a pesar de haber pasado un largo rato tratando de tranquilizarlo - En cambio yo lo hice sin pensar, lo hice sin titubear, como si fuera impulsivo o... Natural.

-Sí, el enemigo dudó y te manchaste las manos de sangre -. Posó la mirada en la silueta de Levi en cuanto habló - Eso es lo que ya eres ahora y debes aceptarlo, nada ni nadie puede cambiarlo, gracias a eso es lo que eres ahora, lo que eras antes ya no existe y tienes que aceptarlo.

-¿Por qué le dice eso? -. Se quejó Mikasa, llamando la atención del capitán.

-Porque es lo que siempre pasa. No importa las decisiones que tomes, nunca sé lo que es correcto o no, tampoco sé si lo sea matar esas personas o estar aquí, justo ahora. Pero lo que sí sé es que aún estoy con vida y gracias a la decisión que tomó Armin de asesinar a esa mujer, tanto Jean como la mocosa están aquí sentados escuchando esto -. Calló las palabras de Mikasa con su comentario tosco y sin resentimiento.

Leah no evitó verlo, suponiendo que cada adversidad que vivió lo llevó hasta este punto, más pensando así y que esa sea la razón principal por la que sigue en vivo.

-Lo lamento, Armin -. Frotó ambas manos en sus piernas con nerviosismo - A la próxima prometo no dudar en hacerlo -. Jean logró dejar un poco atrás esos sentimientos que lo carcomen y como un intento de no sentirse culpable, prefirió poner por delante las palabras de su capitán.

Nuevamente hubo un silencio vacío, lo único que se escuchaba eran las llamas de la fogata así como las respiraciones de los cadetes, dando bocados a su comida, no obstante, Leah sólo miraba en silencio el fuego frente a ella, teniendo la atención del capitán así como de Mikasa. El primero se dio cuenta, a lo que se levantó de su asiento y se limpió las manos con un pañuelo.

-Tengo que hacer unas preguntas a uno de esos idiotas -. Anunció a su escuadrón – Mikasa, necesito tu ayuda -. Esta asintió, levantándose de su lugar, yendo detrás de él.

Sólo escuchaban a lo lejos voces amortiguadas pidiendo información, pero aun así, no obtenían nada importante y no cooperaban como querían.

-Escúpelo -. Levi se puso frente a uno de ellos, quitó el trapo que amordazaba su boca y apenas lo hizo, este tosió seguido de lanzarle una mirada molesta.

-No tengo ninguna necesidad de decirle nada, capitán -. Recalcó demasiado su cargo, cosa que no le agradó y este estaba dispuesto a lanzarle un golpe en la cara, pero fue interrumpido por la chica.

-Haciendo las cosas así no conseguiremos nada, capitán -. Chasqueó la lengua, dando un vistazo hacia los otros cadetes que se mantenían en silencio, o de vez en cuando cambiaban palabras - Capitán -. Regresó su vista hacia Mikasa, quien estaba seria - Creo que debemos hablar de algo que ambos vimos justo cuando Leah tuvo contacto con Eren -. Conectaron sus miradas unos momentos y entendió que estaba atrasando demasiado esa conversación que solamente ella entendería al ser la única en verlo.

-Es mejor hablar afuera sobre ese tema, en lo que este idiota se decide en escupir información -. Mikasa asintió, empezando a caminar – Oye, mocosa -. Levantó un poco la voz, llamando su atención - Encárgate de este -. Y sin más dio media vuelta, desapareciendo de su vista, ambos salieron del almacén, un poco alejados con tal de no ser escuchados por los rehenes que tienen, así como la misma Leah.

Esta soltó un suspiro cansado levantándose de su lugar, mientras que los demás continuaban en el mismo estado, sin prestar atención a lo que hiciera. Notaba las miradas de los otros sujetos amordazados y atados para simplemente ir hacia el quinto que Levi había tratado de sacar información. Se puso de cuclillas frente a él, tomando el trapo que había lanzado su hermano, con tal de amordazarlo nuevamente.

-¿Kuchel? -. Quedó pasmada deteniendo los movimientos de sus manos para levantar la mirada hacia aquel sujeto - No... Eres demasiado joven para ser ella -. Comentó mirándola descaradamente - Un momento, no lo puedo creer -. Leah llevó una mano a su cabeza sintiendo un dolor partirle esta misma quejándose - Eres tú.

-C-creo que se está confundiendo, señor -. Respondió borde pero sabía que había algo más ahí apenas notó sus manos temblar horrores, tratando de sujetar el trapo para callarlo, aunque esa simple acción fue más difícil con cada segundo que pasaba, dándole oportunidad al sujeto frente a ella el poder hablar.

-Claro que no, te pareces mucho a ella -. La chica se levantó de su lugar, sin siquiera alejarse o responderle, llamando la atención de los otros cadetes quienes seguían cerca de la fogata, pero tan pronto vieron que Grant se levantó, no dudó en hacerlo, al igual que el otro chico.

-¿Leah? -. Oyó la voz de Armin a sus espaldas, sin embargo, sólo observaron cómo este la veía y al escuchar su nombre soltó una carcajada llena de burla.

-¿Qué es tan gracioso? -. Habló Jean acercándose un poco, misma acción que hicieron los demás.

-Lamento mis modales, es sólo que en verdad no creí verte con vida después de aquella vez y aún más siendo parte de los inútiles de la Legión -. Leah ni se alejaba, quedando en silencio y a la vez hallándose nerviosa por saber de ella sin siquiera reconocerlo por ningún lado - ¿Con qué propósito te metiste a ese grupo de raros? ¿Salir de las murallas a suicidarte? -. Volvió a reír.

-¡Oye, ya cállate! -. Jean dio dos pasos pero Leah puso una mano en su pecho deteniéndolo, quedó desconcertado, aún más al observar la mirada neutra de esta, decidiendo obedecerla.

-Deja que hable, por favor -. Volvió su atención a aquel sujeto - ¿Cómo mierda me conoces y a qué te refieres con "aquella vez"?

-Primero que nada... Tu madre y yo nos conocíamos, hasta diría que demasiado bien, para ser sincero. Era una de las mejores zorras pagadas en la ciudad subterránea -. Se removió de su lugar, logrando acercarse un poco a la chica, quien lo veía en silencio, esperando a que continuara - Quién diría que su hija era igual que ella. Sé que ya pasó mucho tiempo de eso, pero aun así no te olvidé, una pequeña niña indefensa buscando a su hermano entre las calles para conseguir algo de comida.

-¡Ya cierra la boca! -. Bramó Jean, ignorando un poco la petición de Leah, mientras que Armin no dejaba de verlo y escucharlo, preocupándose notoriamente.

-Oh vamos, niño -. Lo miró de reojo, sin dejarle de sonreír, que fue capaz de hacer estremecer a Jean - Dime, ¿acaso no te atrae físicamente? ¿No te has tocado pensando en su cuerpo? -. Este lo miró asqueado ante su comentario, regresando con Leah - Porque a mí sí me sucedió desde el primer momento en que te vi.

-¿A qué te refieres? -. Trató de ignorar eso con todas sus fuerzas, pero ante tal pregunta en verdad no quería saber esa respuesta.

Pero la necesitaba, más que el aire que estaba respirando.

-Es una pena que no lo recuerdes pero te entiendo, estabas medio inconsciente cuando pude verte -. Suspiró sin vergüenza - Recordar cómo mis manos recorrían tu cuerpo debajo de esa asquerosa ropa tuya -. Los latidos de su corazón comenzaron a aumentar de velocidad, sin poder dejar de mirarlo - Y tú ni siquiera podías moverte o abrir los ojos después de la golpiza que te metieron esos mercaderes mediocres pero no te preocupes, yo te traté con cariño quitándote la sutil inocencia que cubría tu cuerpo. Quién diría que la hija de Kuchel también era una puta a tan temprana edad, porque ni siquiera te quejabas, hasta yo diría que lo disfrutaste en ese momento con sólo ver tu cara -. Soltó otra risotada llena de sarcasmo.

Los rostros de los demás cadetes se iban descomponiendo de poco en poco ante tales palabras sabiendo que, por desgracia, era más real de lo que imaginaban, una triste y cruel realidad que ya no podían cambiar y mucho menos aceptar, apenas pudiendo procesarla, no obstante, eso solo causó que sus estómagos se encogieran y se formara un nudo en sus gargantas, teniendo ya tenso el cuerpo sin poder mover un músculo.

Pero Leah sólo lo miraba en silencio, llevó ambas manos a sus bolsillos, manteniendo su semblante serio que era algo cubierto con su propio cabello. Sus manos empezaron a temblar un poco por la fuerza que contenía, su mandíbula se marcó y tanto su garganta como ojos estaban secos, al grado de ni siquiera poder hablar o llorar.

Nada salía.

-Tampoco he de negar que justo ahora te ves muy bien, ¿ya tuviste algo con alguno de esos chicos detrás de ti? -. El sarcasmo en su voz sólo hizo que conectaran miradas, haciendo que este sonriera de lado - Porque quien te toque sería afortunado de hacerlo. Aunque... - Dejó una pausa, sin dejarla de ver – Yo fui el afortunado de ser el primero.

La chica giró un poco quedando cara a cara con sus compañeros, agachó la cabeza llamando la atención de cada uno de ellos, más por el hecho de que no podían ver su rostro, mucho menos su reacción.

-L-Leah... - Oyó a Armin con cierta duda en su voz después de oír eso y esta levantó la cabeza unos momentos, mirándolo sin expresión alguna, sin saber que detrás de eso algo recorría su cuerpo, sintiendo algo extraño en su interior, como si sus mismos ojos estuvieran vacíos, sin vida, un cuerpo que era utilizado por sus impulsos.

Todo lo que ha sucedido en tan poco tiempo se fue proyectando en su mente de poco en poco, cada suceso, sentimiento y sensación se iba acumulando en ella, se llenó por completo y solamente pudo percibir algo en su interior.

Odio.

En un movimiento rápido se acercó al sujeto sacando el cuchillo que encontró en el bar, realizó a la perfección la maniobra que le había enseñado el capitán, para enterrárselo directamente en el cuello y este dio un alarido. Su mano se dirigió a sus cabellos, lo obligó a levantar la cabeza y sin dudarlo metió la punta filosa de este en su ojo izquierdo, causando que comenzara a gritar y a moverse, no obstante, solo hizo que Leah terminara en sacarle el ojo, tan pronto lo hizo la sangre brotó de su cuenca ya vacía y continuó en hacerlo con el otro, dejándolo completamente ciego.

El sujeto continuaba en dar alaridos de dolor, se removía en un intento fallido por zafarse, por lo que Leah le enterró varias veces el cuchillo justo en la garganta, con tal de callarlo y ahogándolo en su propia sangre. Finalizó en enterrar la hoja de metal en medio de su cabeza, matándolo enseguida, mientras que gotas de sangre se derramaron en su rostro y ropa.

Pero no fue suficiente para ella, a lo que volvió a sacarlo y comenzó a golpearlo violentamente con sus manos, lastimándolas y, así mismo, manchándolas de sangre, soltando maldiciones y quejidos de dolor a su paso.

El tiempo transcurría cada vez más lento para sus compañeros quienes la veían horrorizados, sin acercarse, y Leah no tenía intenciones de detenerse y aún más al ver cómo deshizo el rostro de aquella persona, ensuciando todo de sangre, al igual que un charco bajo sus pies se hizo presente.

Sabía que por más golpes, cortadas y daño que le hiciera no se comparaba con lo que ese sujeto le hizo en el pasado y ahora la perseguirá en su presente, siendo una bomba que acababa de detonar y explotó en cada centímetro de su ser, sin poder ser evitado o controlado. Estaba hecho, logró desquitarse con él y esa sensación pudo reconfortarla unos momentos al saber que ese sujeto no le hará lo mismo a alguien más.

Pero por desgracia, ella no pudo salvarse de ese destino.

No es suficiente.

Necesitaba más.

Quería más.

No podía quedarse así.

Continuó en hacerlo, cada vez más fuerte y sin respiro, no le interesaba mancharse, mucho menos ser salpicada por la sangre que ya cubría sus antebrazos y rostro. Necesitaba acabar con él, que sintiera el mismo dolor que ahora ella siente y sintió a tan corta edad. El tiempo transcurrió tan rápido para ella pero tan lento para los demás, haciendo que se encerrara en sus propios sentimientos impulsivos.

La sujetaron con firmeza de la cintura, alejándola de los restos esparcidos en el suelo, no obstante, de solo tener un tacto ajeno a ella se tensó enseguida y aquel sentimiento la cegó.

-¡NO ME TOQUES! ¡ALÉJATE! -. Giró y empujó aquella persona, a su paso y por tener aun el cuchillo a la mano, al momento de empujar pudo hacer una leve cortada que hizo que diera un paso hacia atrás, llevando una de sus manos a la pequeña herida que Leah le hizo en su pómulo.

La respiración de esta era agitada, pero se detuvo en un segundo al ver que Armin alejó sus dedos de la cara y sangre los cubría, manteniendo un semblante asustado y en trance, sin creer lo que había pasado. Los ojos de la chica se abrieron de par en par al notar la cortada que ella misma le hizo, seguido de bajar la mirada a sus propias manos ensangrentadas que aun sujetaban el cuchillo, por debajo de ellas solamente había restos de lo que quedó de esa persona, siendo un escenario demasiado perturbador para quien lo viera.

Sus manos comenzaron a temblar demasiado al grado de tirar el cuchillo, impactándose en el suelo con un sonido estruendoso que provocó que los demás cadetes salieran de su trance para verla a ella.

Y ahí pudo confirmar las miradas de los demás cadetes de su escuadrón verla con terror y desconfianza, más apenas notó cómo Jean tenía una mano puesta en el fusil y su expresión era asustada, seguido de Sasha y Connie, quienes estaban pálidos y asustados, tomando distancia de ella, siendo el rubio el único que estaba más cerca de la cadete.

-Y-yo... Y-yo no...- Su voz apenas y salió de su garganta, sin despegar su vista de Armin al momento en el que veía que una gota de sangre se deslizaba de su cara – L-lo s-siento -. Susurró inaudible, pero fue escuchado por él.

-T-tranquila, no pasa nada -. Intentó sonar calmado, ignorando lo que había hecho, dio un paso hacia ella, aunque al hacerlo esta dio uno hacia atrás.

Solo dio un vistazo a su alrededor, siendo lo último que pudo soportar, de pronto el respirar le era imposible y su corazón se iba acelerando de poco en poco, más por el hecho de que escuchó pasos acercándose, sabiendo que se trataban de su hermano y de Mikasa. Estando más asustada y apenada que antes, fue corriendo a tomar sus cosas, sus manos iban y venían con tal de agarrar lo necesario, pero prácticamente tropezaba consigo misma.

-¡Leah, espera! -. El rubio trató de ir detrás de ella con tal de detenerla, sin embargo, fue interrumpido por Kirstein.

-¡¿A dónde crees que vas?! -. Sujetó el brazo de Armin, impidiendo que diera un paso - ¡¿Qué no viste lo que acaba de pasar?! -. Se removió de su agarre, viendo al chico eufórico.

-¡No me importa, necesito detenerla!

-¡Te puede hacer algo peor de lo que ya hizo! -. Al escuchar aquello, Leah detuvo sus movimientos unos momentos, tratando de procesar las palabras que Jean había dicho, más por el hecho de lo que ella misma le hizo a Armin.

Y por más que le doliera, sabía que ya desconfiaban de ella.

-Oigan, ¿por qué tanto escándalo? –. Voltearon inmediatamente al escuchar la voz del capitán quien era acompañado por Mikasa, pero se calló enseguida al presenciar el cadáver deshecho y tendido en el piso, causando que se pusiera alerta al igual que Mikasa, aunque no negaba lo desconcertado que estaba por la manera en cómo terminó, por lo que antes necesitaba saber qué sucedió - ¿Q-qué? ¿Quién hizo esto? -. Antes de que alguien pudiera responder, Levi levantó su vista hacia el fondo, justo en la de Leah, quien ya estaba a un paso de escaparse y esta lo miró por unos segundos.

El tiempo suficiente como para dejarlo inerte en su lugar, preguntándose qué cosa la puso de esa manera tan vulnerable y herida.

¿Quién le hizo daño? Pensó.

Por primera vez en su vida presenció el miedo y dolor puro reflejado en los ojos de su hermana, que fue capaz de hacerlo titubear y colapsarlo, sobre todo por su aspecto que no pudo ver más allá en cuanto desapareció de su vista en un parpadeo.

Los ojos del capitán se habían abierto más de la cuenta al ver sus alrededores, más por observar cómo había terminado su hermana, a punto de dejar atrás eso e ir por ella, pero no lo hizo al escuchar la discusión que se desató entre Armin y Jean.

-¡Tengo que ir Jean!

-¡Es peligroso! -. Levi despegó su vista de la salida, clavándola en la de Jean apenas y escuchó aquello, causando que un repentino malhumor y rabia empezara a salir de él.

Sus facciones se marcaron al tensarse demasiado y no dudó en dar un par de pasos hacia el chico.

-¿Qué dijiste? -. Habló entre dientes, conteniéndose.

-S-señor... - Titubeó al presenciarlo de esa manera, sabiendo que era demasiado, incluso para él.

-Repítelo -. A pesar de que comenzaba a dejarse llevar por esos repentinos sentimientos, se percató que el chico frente a él estaba igual de afectado que los demás, por lo que se obligó a contenerse y estar cuerdo en ese almacén.

-Capitán -. Una mano en su hombro hizo que mirara sobre de este a Mikasa, quien mantenía su semblante serio, pero sus ojos demostraban preocupación – No hay tiempo para esto, deje que expliquen lo que sucedió.

Chasqueó la lengua, rendido, seguido de tomar postura y espacio entre sus cadetes. Sus pasos eran lo único que escuchaban, mientras que Levi iba hacia el cadáver, se puso de cuclillas con tal de mirarlo mejor, sus ojos no tardaron en toparse con el cuchillo manchado y desgastado en el suelo, entendiendo bien la manera en cómo murió, o una posibilidad de ese suceso.

-¿Qué sucedió? -. Mikasa esperaba alguna respuesta proveniente de sus compañeros, pero los veía demasiado indecisos, incluso asustados, sin pasar de largo el hecho de que Armin mantenía la cabeza gacha.

-Fue Leah, señor -. Habló Connie por ellos – P-pero fue porque... - Su voz se fue apagando, sin animarse a continuar.

-Eso ya lo sé -. Su tono fue tosco, se levantó y se colocó frente a ellos, cruzándose de brazos – Lo que quiero saber es por qué ella hizo lo que hizo -. Springer también agachó la cabeza, quedándose callado y Levi puso su atención en el rubio.

Arrugó levemente el entrecejo al visualizar la cortada en su pómulo, sin creer las posibles suposiciones que se crearon en su cabeza.

-¿Ella te hizo eso, Armin? -. Su boca se volvió una línea recta, sin tardar en ver que los ojos azules del chico estaban a nada de derramar lágrimas, que pronto fueron retenidas por este mismo, aguantando las ganas de expresarse como su sentir requería, pero no había tiempo para eso.

-Sí, lo hizo -. Dijo finalmente, de forma inesperada lo vio, sonando demasiado seguro, demostrando un tono diferente a su apariencia – Sin embargo, entiendo la razón por la que reaccionó de esa manera, así que no la culpo, ni siquiera de lo que le hizo a ese hombre, se lo merecía...

-Armin...

-Se lo merecía, Jean -. Recalcó, a lo que Levi no apartaba su atención de él.

-¿Qué fue lo que ese hombre le hizo? -. Por las expresiones de todos, se sentía ansioso por saber, mientras que los demás no se animaban en decírselo.

-Yo se lo diré, capitán -. Nuevamente Armin dio un paso al frente, captando la atención de Levi – Pero es algo delicado de tratar.

▪︎▪︎▪︎

Después de un rato en completo silencio, Leah decidió detenerse en uno de los lugares apartados del distrito, justo en donde pasaba un canal de agua y un puente lo atravesaba, sabiendo que ya no había gente cerca de ella. Algunas antorchas le permitían ver siquiera por dónde estaba, a lo que levantó la cabeza mirando el cielo, tratando de tranquilizarse.

Los pensamientos comenzaron a tomarla de poco en poco, mientras sentía la sangre secarse en su rostro y manos, decidiendo ponerse nuevamente la capa de su hermano, colocándose también la capucha. Se aferraba a esta con respiración agitada, temblando un poco por la brisa fría de la noche. Cada cosa comenzó a estar en su mente, otra vez repetía todo, como si lo estuviera reviviendo una y otra vez, siendo ahora una herida que nunca podría cicatrizar en ella.

El lugar estaba completamente desolado, siendo algo a su favor, ya que si la veían en ese estado atraería la atención de inmediato y no tenía ganas de lidiar con eso.

Escuchó pasos leves acercarse a ella, pero ni siquiera se inmutaba hasta sentir una presencia situarse a su lado derecho, sabiendo de quién se trataba. Pasaron alrededor de cinco minutos en completo silencio y sabía que Leah no hablaría por su cuenta, por lo que eso lo inquietaba y en verdad necesitaba hablar con ella.

Necesitaba saber que estaba bien.

Pero no sabía qué hacer y eso era lo que ya comenzaba a fastidiarlo.

-Tsk, ¿aún tienes puesto eso? -. Estaba de brazos cruzados, mirando su perfil cubierto por la capa - Creí haberlo tirado varias veces pero tú siempre lo encuentras sin importar que, mínimo lávalo -. No obtuvo respuesta, viendo cómo esta lo sujetaba con fuerza, a tal grado de tener los dedos casi blancos, a excepción de las manchas de sangre y ahora los moretones que comenzaban a hacer presencia en su piel.

Fue lo que necesitaba ver para concluir la reacción que tuvo al enterarse de eso y como le dijo Armin, tampoco la culpaba.

Aunque en el fondo deseaba con todas sus fuerzas que eso fuera mentira, incluso deseando que justamente eso no le pasara a ella.

¿Por qué a ella?

-Es lo único que tengo -. Apenas y habló en un susurro, pero Levi logró escucharlo, quedando más inquieto por no saber cómo llegar a ese tema que fue la razón principal por la que salió corriendo a buscarla.

En cuanto Armin le iba relatando lo que sucedió y la reacción de Leah, el capitán se sintió un completo desgraciado por haberla estado tratando de esa manera, por menospreciarla, por alejarla, por odiarla en todo ese tiempo y sobre todo por no haber impedido tal atrocidad. Se sintió desesperado de no haberla encontrado enseguida, viéndose más vulnerable de lo que nunca había estado, necesitaba y pedía con todas sus fuerzas estar con ella.

Estaba desesperado de no poder hacer algo por ella.

-Esa cosa está rota, si quieres te doy la nueva que me otorgaron para que te deshagas de eso, mocosa -. Continuó en decir, dejando atrás lo que empezaba a arrastrar, ahora estando en el presente, en uno de los momentos en donde ella más lo necesitaba.

En donde ambos más se necesitaban.

-Leah, supe lo que hiciste y también lo que pasó... – No habló enseguida, también conteniéndose de no recaer, pero ansiaba ya hablarlo y saber qué sentía – Me enteré de lo que te hicieron -. Volteó viendo el perfil de la chica cubierto por la tela, siendo casi imposible ver su rostro – Lo lamento mucho.

Aquellas palabras fueron el sentimiento más sincero que pudo haberle expresado, fue el que predominó en su ser ya que en verdad quería hacerle saber su preocupación por lo sucedido.

Esperaba alguna respuesta de parte de Leah, un movimiento sutil, un susurro o al menos una maldición, pero no salía nada, hasta tal punto de llegar a pensar si estaba respirando o no.

Iba a hablar pero se detuvo al escuchar una risa amarga brotar de su garganta, como si hubiera dicho un chiste malo, desconcertándolo, no obstante, aun así se mantenía firme por lo que pudiera hacer. Leah empezó a temblar horrores de un momento a otro, llevó una mano a su pecho apretándolo con fuerza, mientras que la risa era reemplazada por sonidos dolorosos escapando de su boca, obligando al capitán a dar unos pasos hacia adelante, pudiendo ver una parte de su cara. Poco a poco iba frunciendo más el ceño, cerrando los ojos y el capitán observó cómo finalmente lágrimas salían de sus ojos, al igual que sollozos que iban siendo cada vez más sonoros.

-Levi... – Sollozó, casi inaudible - Algo m-malo me está pasando... - Su voz se iba ahogando, siendo imperceptible para él con cada palabra, mientras que este la miraba en silencio, sin apartar los ojos de ella.

Leah cubrió su rostro con ambas manos, amortiguando los sonidos que salían de su boca, las lágrimas se combinaban con la sangre así como un nudo se formaba en su garganta, impidiendo poder decir otra palabra y la respiración era cada vez más ruidosa, dándole espasmos leves.

Finalmente se permitió sentir todo lo que se acumulaba en su interior.

Sus piernas fallaron causando que se desplomara en el suelo, cayó de rodillas sin quitar las manos de la cara, aún continuando con el llanto que persistía en salir y demostrar dolor, así como lo sucia e incómoda que inició en sentirse al recordar lo que ese sujeto le hizo a su cuerpo, a pesar de que ya hayan pasado años, lo siente tan presente que con solo verse le daba asco a sí misma.

-Ven -. La voz de Levi la oyó como un eco lejano, por lo que este al no ver que lo obedecía, optó en acercarse a ella – Soy yo, ¿de acuerdo? Necesito hacer esto -. Uno de los brazos de su hermano se puso por debajo de sus piernas y el otro por su torso para cargarla completamente, como si no pesara nada.

Leah se aferró a él, permitiendo que la llevara a cualquier lugar, con la condición de no dejarla sola, algo que el mismo capitán está dispuesto a cumplir y lo supo cuando este la pegó más a él, abrazándola desde ese ángulo, sin dejar de caminar al canal de agua.

Al llegar dejó que Leah se sentara en el suelo y él inmediatamente se puso a su lado, solo la escuchaba llorar y sollozar, sin atreverse a verlo, por lo que su mano sujetó con cuidado una de sus muñecas y pronto sintió la frialdad del agua mojar estas, así como sus antebrazos, dejando atrás el rastro de sangre.

Levi se encargaba de tallar con cuidado su piel con tal de no lastimarla, al terminar con sus brazos sacó un pequeño pañuelo blanco y limpio, que mojó en el canal y decidido se acercó a ella. Leah levantó un poco la cabeza y sintió que le limpiaba el rostro con delicadeza, dejando atrás las manchas de sangre que le salpicaron, tiñéndolo de rojo, cosa que no le importó en absoluto. Al terminar se sentó junto a ella, mientras que Leah intentaba tranquilizarse sin conseguirlo del todo, a lo que Levi optó en rodear sus hombros acercándola a él, aunque sus movimientos eran torpes y toscos, algo que Leah aceptó enseguida al abrazar su torso, hundió su cara en el hombro de su hermano, suspirando de forma entrecortada.

-Lamento lo que te hicieron -. Lo oyó murmurar con voz impasible, pero en el fondo sabía que era sincera - El no poder estar allí cuando me necesitabas. Lo que dijo Kenny era cierto, sin embargo, trato de remediarlo aunque sea a mí manera y perdón por no haber hecho las cosas bien desde un principio, así como las mencionó el mocoso de Eren -. Continuó, siendo atentamente escuchado por Leah - Sigues siendo una mocosa imprudente de mierda, no obstante, si hubiera estado en ese momento habría hecho lo mismo que tú sin pensarlo porque eres mi hermana, te guste o no.

El cuerpo de la chica subía y bajaba debido a su respiración entrecortada, logrando detener un poco el llanto, aún no se apartaba de él así como él no quería apartarse de ella, teniendo en mente que con ese simple gesto tratara de perdonarlo.

O porque en verdad necesitaba tener ese momento con ella, algo que por años persiguió finalmente estaba en sus manos, justo en sus brazos.

Y estaba dispuesto a no perderlo, sin importar qué.

-Sobre tu pregunta... - Volvió a hablar después de un rato - Sus nombres eran Farlan e Isabel -. Notó cómo el tono de su voz cambiaba ligeramente a uno melancólico - Después de lo de Kenny, ellos dos eran lo único que tenía para no ser una persona de mierda a como lo era antes. Nos unimos a la Legión por un estúpido trato pero aun así ellos estaban emocionados con tal de acompañarme... Con tal de salir conmigo -. Leah se apartó un poco de él, logrando ver su rostro tenuemente iluminado por las antorchas lejanas - Salimos a nuestra primera expedición cuando yo les había dicho que no, pero dijeron que confiara en ellos, aún más cuando les había hablado de ti, Isabel se emocionó y dijo que cuando termináramos ese trabajo me ayudaría a buscarte -. Leah agachó la cabeza, notando cómo se tensaba - Nos separamos y esa fue la última vez...

-Levi -. Lo cortó, haciendo que la mirara, entendiendo que era un tema difícil para él y ahora comprendía la razón por la que no quería mencionarlo - No quería insistir, no me puedo ni imaginar lo que pasaste y...

-Cállate y déjame terminar -. La sacudió un poco con brusquedad con tal de que guardara silencio, sin soltarla en ningún momento - Es de mala educación interrumpir a un adulto, idiota -. Esta suspiró, asintiendo e igual entendiendo que siempre ha sido así - Después de perderlos... De no ser por eso, no me hubiera unido a la Legión, porque sabía que si no tenía un propósito aparte de matar a esos seres repugnantes, no podría encontrarte. Tiempo después le conté algo similar a Erwin, y ahí está otra respuesta por la que estás aquí sufriendo mis mierdas -. Levi observaba hacia enfrente, viendo el agua pasar sin parar, así como escuchando el sonido tranquilo de esta – Erwin supuso quién eras en cuanto nos vimos la primera vez, ya que después de haber rescatado a tres mocosos de unos titanes, notó la manera en que me había puesto, y el muy imprudente decidió acercarte a mí sin siquiera preguntármelo.

Leah limpió con una de sus manos su rostro, quedando en silencio, así como entendiendo la reacción del comandante en cuanto la vio por primera vez, e igual le agradeció de forma interna haberla llevado hasta él.

-Es por eso que al ver cómo te llevas con ese mocoso rubio, la manera en cómo se tratan y él sabe cómo reaccionar ante situaciones que te incluyen y perjudican llevándolo de la mejor manera -. Suspiró de forma corta, notándose rendido - No he de negar que siento celos porque él te conoce mejor de lo que yo podría haberlo hecho en la vida que compartimos juntos. Sin embargo, le agradezco el haberte cuidado estos años y también por haberte hecho sentir querida, al igual que Eren y Mikasa.

Quedó pensativa por lo que dijo, confundiéndose al saber que estaba celoso de Armin y Eren en ese aspecto. Pero vino de golpe lo que estaba a punto de decirle acerca de lo que se enteró hace unos días, las palabras se quedaron estancadas en su garganta, impidiendo decirle la verdad, por lo que optó en guardar silencio por unos momentos, decidiendo mejor no mencionar nada.

Al menos no en ese momento, no quería opacar el grato sentimiento que ahora yacía en ella, en ambos.

-No me importa lo que hayas hecho en el pasado, Levi -. Se separó de él, enderezándose un poco con tal de verlo a los ojos, teniendo toda su atención en ella - Lo único que tengo presente ahora es que me has ayudado y salvado varias veces... Y lo que dijo Eren, no he de negarte que en algunas ocasiones me he sentido así, al igual que tú, pero al final agradezco de que hayas sido tú y no alguien más. Agradezco que sea así.

Levi la analizaba por unos momentos, entendiendo que decía la verdad, preguntándose cómo es que, a pesar de todo lo malo que le ha hecho y dicho, ella siga a su lado con el mismo cariño y apoyo que nadie más le ha dado a él.

Entonces, esto es lo que hace tiempo no sentía.

Tener una familia.

Levi al llegar a su conclusión suspiró alejándose de ella, para levantarse y extender la mano hacia Leah, quien la aceptó y se reincorporó, quedando frente a él. El capitán no apartaba su atención de ella, viéndose decidido y en un humor diferente a como normalmente estaba, independientemente de lo malo que ha ocurrido, pudo elegir sentir algo agradable, que es aceptar la nueva cercanía que tuvo con Leah.

Y eso es más que suficiente para él.

-De alguna manera, sé que te aferras a esa asquerosa capa por eso, porque te la di en un momento en el que casi morías -. Acercó una de sus manos al botón, desabrochándolo y, así mismo, quitándosela de encima - Pero ya no tienes que llevarla porque ahora me tendrás que soportar a mí en persona, ya que prácticamente seré tu sombra -. Y sin más la aventó lejos de donde estaban, cayendo precipitadamente al canal de agua, hasta perderse de su vista - Ahora, te necesito aquí, ¿entiendes? Tenemos que regresar y continuar con todo, sobre todo encontrar al idiota de tú novio antes de que sea tarde.

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