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Yoongi no sabía qué decir ante la confesión del rubio, Jimin sonrió y se ocultó en el pecho del fantasma, el pálido abrazo a Jimin mientras le daba un beso en la cabellera rubia.

—No puedo corresponderte Jimin. —habló Yoongi y Jimin se alejó.

—Es broma hyung. —río Jimin. —¿En serio se lo creyó?

—Jimin. —lo llamo.

—Tengo tarea que hacer. —se levantó. —puede quedarse aquí si quiere.

El pálido vio como Jimin se iba, el humano no quería llorar y menos frente al fantasma y que le tuviera lástima, tomó su mochila y saco sus libros para ponerse a hacer si tarea, pero no pudo evitar llorar. Yoongi apareció frente a Jimin el cual lo vio y apartó la mirada, el pálido le limpió las lágrimas de manera lenta.

—No hay un futuro para los dos Jimin. —hablo. —tú estás vivo, en cambio, yo no.

—No importa. —negó Jimin.

—Te verán como loco. —apartó su mano del rostro del de Jimin.

—Ya me ven así. —rio. —yo quiero estar con usted, pero tiene razón, esto es estúpido, me confundí con su trato.

—También me gustas Jimin. —hablo. —lo digo en serio, pero conmigo estarás en mucho peligro.

—Yoongi. —lo vio.

—No se sabe por qué ves, hablas y tocas fantasmas. —le dijo. —porque eso atraes fantasmas tanto buenos como malos.

—Entonces prefiero morir. —hablo. —no quiero, esta vida.

—Piensa en tus padres. —mencionó.

—Ni siquiera les importo. —se levantó. —vete de mi casa, no quiero verte ni hoy ni nunca.

El pálido se levantó y desapareció de ahí, Jimin se puso a llorar, odiaba como era su vida ahora, él tomó su computadora y se puso a investigar y cuando vio algo se dirigió a revisar su calendario. Al amanecer Jimin hizo su rutina normal, tomó la daga y la guardó bien en su mochila y luego salió rumbo al colegio, Yoongi se había quedado toda la noche afuera de la casa del menor y cuando lo vio salir Jimin pasó a su lado.

Cuando Yoongi lo quiso tomar de la mano se dio cuenta de que no lo podía tocar ya, él vio como el chico caminaba con normalidad, Yoongi lo seguía de manera lenta, veía como pasaba a la par de fantasmas e incluso algunos lo atravesaban y no ocurría nada.

—¿Qué está pasando? —se preguntó el pálido.

Él siguió a Jimin al colegio y lo vio sentado en una esquina, su vista se dirigió a la azotea donde estaba una chica, él apareció ahí y esta lo vio y se acercó a Yoongi.

—¿Yoongi? —habló la chica.

—Hola, Naeyon. —dijo. —ha pasado mucho tiempo.

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