Capítulo 27

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Maximiliano

Ha pasado otro mes. Ya camino un poco más, estoy por completar mi año de terapias, día tras día Lucíana  se ha dedicado bastante a mi recuperación, el tiempo que se da ella en mis procesos siempre los agradeceré.

Ya no siento el mismo dolor del primer momento, ya es más suave.

En dos días los gemelos cumplen su primer año de vida, por lo tanto no he visto mucho a Lucíana, sigo acercándome a ella, quiero reconquistarla, pero se hace la difícil.

Aquel día odie ha Mercedes, pero la ame a la vez al ver que traía a mis hijos. También ese mismo día, mi padre nos comentaba que Luisa no la podían localizar, por ningún lado, que había desaparecido y eso no me daba buena espina, aquella mujer en estos instantes odia a Lucíana y como no, toda su vida de niña mimada se fue al carajo, ahora la odia más de lo que la odiaba antes.  Mi Lucíana  es la menos culpable de todo esto, al que debería odiar es a mi, no a ella.

En fin... Los pensamientos de las mujeres a veces es bastante molesto y da mucho miedo.

....

Luciana

Domingo; como pasa el tiempo de rápido. Salí temprano de la mansión Herbex, para poder dejar todo en orden en la mansión Bermudez. Los niños hoy por fin tendrán su fiesta de cumpleaños; esta será más familiar ya que mis hijos no están en la edad de tener amigos aunque, cabe decir que se invitó algunos de los socios con sus esposas y sus hijos menores. Lana  también estará feliz, la mayoría de esos niños son de su colegio. Aunque ella dice que su tiempo los tendrá los gemelos .

Lana no deja de sorprenderme, es una niña hermosa y admirable, me gusta cuando le pelea a Massi. Ambos son unas gotitas de agua, no me sorprendería cuando mis hijos ya sean grandes con ese carácter.

Salgo al ante jardín y le echó un último vistazo a todo, ya está perfecto, solo falta que llegue la hora para la reunión.

Massimiliano me había ayudado con las bombas, me las había inflado todas, seguí indicación de Youtube "como hacer decoración con bombas" y no me quejo me ha salido bien, la fiesta la quería armar yo misma, por eso no contrate a nadie, aunque Mercedes me estuvo insistiendo por ello, pero es algo tan especial de mis hijos que preferí hacerlo yo misma.

Aunque con un poquito de  ayuda, eso sí.

Han pasado ya varias semanas desde el acontecimiento de aquella reunión donde Luisa desapareció y también de ese beso.

Sigo igual y hasta peor de confundía, porque Massi también se porta tan bien conmigo, además yo decidí no enfocarme en esas cuestiones de parejas.

Mi mente, mis pensamientos y mi mundo son de mis hijos, no puedo incluir a alguien más por un tiempo o sino.. No quiero decaer otra vez, debo pensar más en mi.

Cuando me sienta segura, decidiré qué quiero para mi vida.

—Habla Lucíana.

Massimiliano iba ingresando al cuarto de los niños, le sonrió y le pasó el vestido de Victoria  para que me la vaya cambiando mientras doy con la información que me estaban dando.

—Si claro entiendo.. Ya revisaste los bosquejos, de pronto algo salió mal de ahí... Listo dame 20 minutos y nos vemos, ten me todo el papeleo listo, el día de hoy no trabajo pero haré una excepción, mis hijos están cumpleaños y estaré ocupada —veo que Massimiliano frunció su ceño, evitó su mirada, suspiro, vuelvo a mirarlo y le digo lo siento con mis labios, para que cuide de los niños mientras llegó, salgo rápido de la mansión entre más rápido mejor, necesitaba salir rápido de este apuro.

Llegó a la construcción de los hoteles de Emilio y allí  estaban alegando los arquitectos.

—Buenas tardes — todos me miran con asombro, frunzo mi ceño, no siempre debo arreglar este tipo de malentendidos y más un domingo— Espero buenas explicaciones

—Señorita Burgos, es que hay unas líneas del bosquejo que no da, este fue el que usted nos entregó ayer, pero no es el mismo.

—Eso lo puedo explicar yo. — me giró de medio lado para ver quien iba llegando y era Emilio, me da rabia que hagan este tipo de cosas sin consultarme —Disculpen, se que no hice bien, pero entiende que no se veía bien esas ese pequeño cambio que tu arquitecto le hizo, yo deseo el hotel tal y como habíamos quedado.

Asiento —Listo, él es el cliente, se hace lo que él diga, nos vemos mañana, no quiero más atrasos, en un mes ya debe haber acabado este proyecto.

—En un mes es la gran inauguración, será un baile Lucíana, espero que vayas, todos nuestros socios estarán invitados, dentro de una semana se hará el envío de las invitaciones.

Asiento y miro la hora —Debo irme, después hablamos.

Corro hacia mi auto. Estoy enojada, como es que por una cosa tan mínima me hacen salir de mi casa y más en los cumpleaños de mis hijos. Mañana me escuchará el arquitecto.

...

Maximiliano

Estoy al borde de la locura, manejo una impaciencia, ya no aguanto mas ¿Como es que Lucíana se va y justo hoy? Que apuro pudo haber ocurrido en la empresa, ojalá lo solucione y que mañana tome un correctivo por este acontecimiento, es su día de descanso.

Mi madre y Mercedes  cuidaban de los cumpleañeros , mientras espero a Lucíana, la verdad estoy un poco preocupado por ella.

Al fin.

Allí  veo ingresar en el mismo auto con el que la conocí, su preciado Mercedes-Benz, ella ama ese auto y no lo cambia por otro, por más dinero que ella tenga, solo sale en ese o en su Maserati negro.

—Lucíana —caminó con mi bastón con un poco de  dificultad hacia ella — ¿Que ha pasado? ¡Estás bien! —ella asiente en afirmación.

—Nada, problemas de arquitectos que nunca faltan, no sabía que Emilio había tomado decisiones sin consultar o por lo menos avisar y ya vez por eso salí corriendo y dentro de un mes deben ser entregados los dos complejos.

Frunzo mi ceño, Emilio esto, Emilio lo otro, Emilio la mosca, Emilio el estorbo, me marea saber que él está al lado de ella, pero muy pronto no será así. Por que ya casi retomo mi puesto en las empresas, gracias a mi petite, ella es la única que logró todo este cambio en mi.

Otra vez.

—Vamos —tiende su mano a mi para ayudarme a caminar, yo la acepte, nos sonreímos. Me gusta estar cerca de ella.

...

Lucíana

La fiesta había salido muy bien, todos disfrutamos de las locuras de las hermanas de Massi y los animadores. Todo había quedado increíble; dejamos a los niños en sus camas, ya era tarde, habíamos acabado tarde, me duelen las piernas.

Hacer fiestas para niños es bastante difícil y agotador.

—Lucíana ven, vamos a tomar un poco, ¡quedate, hoy! —grita Roxxy niego.

—Mañana trabajo, yo no puedo.

—Déjalo Lucíana, eres dueña, solo por hoy tomemos así sea poquito, ¡Anda si! —sonrió de medio lado, Massi ya estaba tomando con ellas.

—¡Tu no deberías tomar Massimiliano!, estás medicado.

—Este es suave — levanta sus hombros restando importancia, pongo mis ojos en blanco.

—¡Haya tú! — suspiro y asiento, acepte esta pequeña locura, ni tan loca..

...

01:00 am y todos sin excepción, estábamos locos; Roxxy, Morgan y Mercedes  corrían descalzas por todo el césped mojado, estaban embarrachas, hasta la coronilla.

Claudio y Laura... Jmm sabrá Dios donde se metieron, rei por lo bajo, Massimiliano y su madre junto con su padre estaban riendo plácidamente, hace rato que la familia no la pasaba así de tranquila.

Mi padre y la madre de Laura ya se habían ido, mi hermano no pudo venir a la fiesta, ya que es director del Hospital Central de Francia, es duro dejar su puesto de trabajo y más el suyo como es de demandante, lo entendía.

De un momento a otro ciento unos enormes brazos por mi cintura, seguía con la copa en la mano, miró de lado y allí  estaba Massi inhalando mi cabello.

—¿Huele feo? —él arruga la nariz.

—Un poco —se burla.

—¡Idiota! —se ríe, es lindo verlo reír, verlo así de tranquilo.

—Estoy cansado, vamos a descansar, ya bebimos mucho, más tarde debes ir a la empresa.

Asiento y nos despedimos de todos, eso sí, Mercedes  y sus cómplices chiflaban, hasta que nosotros nos perdimos por el umbral de la casa.

Ayudó a subir las escaleras a Massi, sonrió por inercia, tantos pensamientos en mi cabeza y verlo a él así de vivo, me pone muy feliz.

—Sabes... Todavía no me las creo que este caminando, pero eso es gracias a ti, gracias a que siempre insististe, tuviste fe, más que yo mismo. Gracias Lucí 

—No es nada, Massi — le sonrió, terminamos de subir las escaleras —Sabes que ese era el objetivo ahora, me siento más tranquila. Arregle el daño que te ocasione.

Él para en seco y me tomo de la mano para jalarme hacia él y me abraza, era un abrazo bastante fuerte, le correspondi pasado mis manos por su cintura.

—No Lucíana, nada fue tu culpa, solo fue mía, ya deja de pensar que tu también la tuviste, cuando no era así.

—Pero yo... —no podía hablar más sus labios jugaban con los míos, era un compás mutuo entre los dos, adentra su lengua en mi boca para darle más cabida y pasión a nuestros besos.

Su sabor dulzón de chocolate mezclado con whisky hace que mi pulso se acelere, seguimos caminando suavemente hasta su cuarto.

Sólo me dejo llevar.

No paramos de besarnos, él se aferra más a mi, esperando a que yo no me escape, cierra la puerta después de que ingresaramos con seguro, sonrió con picardía, debo estar loca para aceptar tal cosa.
Massi profundiza aún más nuestros besos, mi corazón late muy rápido, siento que voy a morir de un infarto.

Sus caricias; mi cuerpo no olvida sus caricias, tienen la misma magia cuando él me tomó por primera vez.

—Te amo, petite — me acaba de dejar seca, me tumba en la cama y me sonríe de medio lado — ¡No te preocupes, no digas nada, no todavía, solo no me dejes! No te vayas de mi lado

Sus ojos estaban lagunados por sus lágrimas, me acaricia la cara y yo le sonreía con ternura, jamás dejaré de amarlo y si ya decidí. Decidí darle una oportunidad de nuevo al amor que una vez tuvimos; decidí darle una oportunidad en creer de nuevo en él, por qué yo siempre amaré a Massimiliano.

—¡No me iré! —vuelve a devorar mis labios con los suyos. Comienza a desvestirme y yo hago lo mismo con él, ahora estoy encima suyo completamente desnuda, él acaricia mis senos y yo su pecho, vuelvo acercarme a él para besarlo con tanto amor guardado que le tengo.

Ahora estamos juntos, ahora ¿Seremos una familia?.

¡Massimiliano ti farò mio! (Massimiliano ¡Te haré mío!) — y me adentro, su miembro estaba bastante duro además, él jamás perdió su sensibilidad, ya que muchas veces él quedaba mal cada vez que él jugaba conmigo, yo lo notaba, no soy ajena a ello y también en una de más consultas, Massi le preguntó a su médico si él no podía tener más relaciones, pero no dio tanto concepto. Pero  lo entendía muy bien, su médico negó y le dio una sonrisa pícara.

Comienzo a moverme suavemente para después incrementar mis movimientos, cada vez me movía más, es muy excitante, llevo mucho tiempo sin ser tocada por un hombre, miró a Massi y tenía sus ojos cerrados con fuerza.

Tomó sus manos para ponerlas en mi senos, sin parar de moverme en su muy erecto pene

—Oohh..petite.

—Amore mio...—sigo embistiendo con mis movimientos, ahora soy yo la que le hago el amor a Shaoran. —Non ho mai smesso di amarti! ( ¡Jamás te deje de amar!) — Massimiliano me ayuda a moverme con más fuerza ya que ambos estamos en nuestro punto de ebullición. Estamos por estallar

Ambos jadeamos, gemimos nuestros nombres, hasta que llegamos a nuestro clímax, el revienta dentro de mí y yo encima de él, nuestras repsitarioces estaban muy aceleradas, estoy muy sudada y él también, pero eso no importaba en este momento, me acuesto a su lado y acarició su pecho.

—¿Enserio te quedaras a mi lado? petite —me paro un poco para quedar cerca de sus labios le doy un suave beso.

—Si amore, me quedaré aquí a tu lado ¡Ya lo he decidido! — ambos sonreímos y él me abraza con fuerza y así en la misma posición ambos nos quedamos dormidos.

.........
Continuará.

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