Capítulo 29

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Lucíana

Ha pasado un meses desde que  decidimos unir ambas  empresas Massi y yo; Massimiliano trabaja en su oficina y yo en la mía, Claudio y Laura  tienen una oficina para los dos. Ambos tienen demasiadas ideas para incrementar nuestra industria, la innovación de las empresas va mejorando cada vez más.

Estamos a días de la gran inauguración de la nueva línea hotelera Simons, estamos emocionados por este exitoso proyecto.

Aunque sólo uno no lo está, lo bueno es que Massi asistirá conmigo a la fiesta de inauguración, dice que no me dejara sola con el Ladrón de novias, la verdad Massimiliano exagera mucho.

—Amor, ¡Ya están los documentos! —levantó la mirada de mis documentos y le sonrió a Massi.

—¿Es que ya nadie se hace notificar antes de ingresar a mi oficina? Ya no tengo secretaria — finjo enojo.

—No petite, no, ¡no te luce eso! —se acerca hasta mi escritorio ya camina un poco mejor. Hace girar mi silla y quedó tan cerca de su cara —¿Ya están los documentos que necesito?—le acomodo el cuello de su traje y la corbata, acaricio su cara y le vuelvo a sonrió.

—Aquí están tus.. —me interrumpe con un beso, pero es de esos besos desesperados como sino nos hubiéramos visto en años y eso que me quedo muy seguido en su casa; lo bueno es que Claudio  le hace compañía a Laura muy seguido, dejarla sola en semejante mansión no sería bueno. Aunque la mansión no deja de estar custodiada como también las empresa y la mansión Bermudez.

—Amor —me da besos por toda la cara —Amor.. Massimiliano por favor, terminemos de trabajar para ir a almorzar ¿Sí

—Esta bien señorita Burgos, muchas gracias por los documentos.

—Pretextos para venir a mi oficina ¡A la próxima te los hago llegar!.

—Así no se vale, ese no es el chiste o eres tú o no es nadie. —finge dolor —, además esto me sirve para ejercitar mis piernas.

Nos reímos juntos, vuelve a darme un beso.

—Me encanta verlos así. El aroma juvenil — nos interrumpe Claudio  y Massi frunce su ceño — Lucíana  que pena molestarte mujer, pero necesito que leamos el nuevo proyecto, también es Simons.

—Si lo sé, él me escribió que te había enviado a ti la información y los documentos del contrato —veo que Claudio asiente y se sienta en la mesa de trabajo de mi oficina, le hace una seña con la mano para que Massi salga de la oficina.
No me pude aguantar y reí por aquel comportar de ese ojiazul, se aprovecha de cualquier cosa para molestar ha Massimiliano

—¡No te pases de listo! —veo que le sale una gota a Claudio  en la frente y cierra sus ojos con fuerza, toma un portapapeles y se lo tira en vanamente en la cabeza a Massimiliano, pero él la esquiva con éxito –Ni con gafas le atinas —me lanza un beso y sale de la oficina, me rei por lo bajo, amo ese comportamiento de ambos, parecen niños.

—¿Estás feliz? —salgo de mi burbuja risueña y asiento

—Bueno señor Hincapié, vamos a ponernos manos a la obra.

...

Terminamos un poco tarde este nuevo proyecto, estamos bastantes cansados, eran ya las 14:00 pm, suspiro con pesados.

Pasan unos cuantos minutos y veo que Massimiliano y Laura  ingresan a mi oficina bastante fatigados y algo enojados, creo que nos deben estar esperando desde hace rato, sonrió nerviosa, Claudio estaba muy tranquilo durmiendo encima de la pila de  documentos, llevamos ya cuatro  horas, sino es más, en este proyecto.

—Lo siento Massimiliano, se nos pasó el tiempo y decidimos descansar un poco, pero ya vez ¡Cayó rendido! —veo que Laura  se sonrojar, Massimiliano  y yo lo notamos, y sonreímos con malicia, Massi  se acerca a mi y me acaricia la espalda

—Creo que no durmieron anoche. —se burla Massi.

—¡Joel Maximiliano Bermudez! —Laura le grita con su ceño fruncido, jajajj esa mujer se delató solita, niego suavemente.

—¡Oye, tu deja de meterte en los asuntos ajenos, que usted es otro que no me deja dormir! — jaque mate, ahora Laura  se ríe a lo que le pueden dar esos pulmones. Haciendo despertar de un brinco a Claudio, todos reímos, se limpia la baba que le salía de su boca,  había un lago de su saliva.

Que asco.

—¡Vamos a almorzar! — habla Claudio perezosamente.

—Ya pedimos algo para que lo traigan aquí, pedimos un poco de sushi —me brillan los ojos, se me hace agua la boca que delicia, hace rato que no lo comía sushi.

—¡Qué bien! —todos nos sentamos en la mini sala, esperando a que Alexandra, osea mi secretaria anunciará la llegada de los almuerzos, Claudio  y Laura  reían aún lado y Massimiliano estaba parado en el ventanal mirando hacia afuera.

—¿Qué tienes amor? —le habló.

—Nada, es solo que... — suspira pesadamente — Me preocupa Luisa —frunzo mi ceño — No me malinterpretes Lucíana, ella no aparece, ¡temo es por lo que vaya hacer! —pues si es un buen punto y no lo pensé ya que, mantengo muy custodiada.

—No te preocupes, nada pasará. Me cuidan mis gorillaz y además mantengo contigo.

Ambos nos sonreímos; vemos que Alexandre  ingresa y nos hace llegar  la comida, nos sentamos en la mesa, eso si, ya sin documentos regados, ha disponernos a comer. Ya eran las tres y pasadas. Últimamente estoy comiendo muy a deshoras, el trabajo me absorbe el tiempo.

Lo bueno es que en las noches las dejamos para las terapias de Massimiliano. Aún no acabamos, hasta el último informe de su doctor.

—¡Esto está delicioso! — tomamos nuestros palitos chinos, sonreímos.

—Bon Appetit —dijimos todos al mismo tiempo y comenzamos a digerir los alimentos. Unto mi pescado semicrudo en la salsa soya, me fascina esta combinación es lo mejor , lo saboreo como si fuera mi primera vez comiendo sushi.

Todos comemos amenamente. Bebemos vino, reímos. Massimiliano le da de comer a Claudio en la boca cuando debería ser a mi y lo peor es que Claudio  hace lo mismo con Massi, entonces Laura y yo hicimos lo mismo. Lau me da un pedazo de su sushi, pero lo sentí extraño, demasiado extraño. Hago cara de asco, la verdad esto está...

—Permiso.

Salgo corriendo de la mesa, no me gustó, sabía horrible. Me movío todo mi estómago. Fue asqueroso. Qué es lo que estaba comiendo Laura.

Vomite hasta el cansancio, creo que hasta la cena de la noche anterior. Me duele la cabeza, llore, no me gusta vomitar.

—¿Amiga estas bien? Massimiliano está preocupado y Claudio  también! ¿Amiga que te cayó mal? —ella también lo estaba.

Baseo y salgo del inodoro, le sonrió, me miro al espejo

—Por Dios, estoy muy pálida —me lavo la boca y la cara, me aplico un poco de maquillaje, Laura comprendió la situación y me trajo todo lo que necesitaba antes de salir del baño, para no verme tan mal, todas maneras ella está bastante enseñada cuando yo...

—Lucíana ¿Que tienes amiga? ¿Por que te pusiste así? Estas peor que cuando saliste del inodoro, amiga mirate estas fría, casi caes, vamos al médico — se alarma Laura.

—Lau.. Yo.. —ella me acaricia la cara —No me fije, yo... —no podía responder —Debo ir al médico. — ella asiente en afirmación y me ayuda a salir del baño — Pero las dos solas, no les digas nada, solo que vamos de compras, por favor.

—Amiga, me estas asustando —ni se imagina como lo estaré yo.

....

Salimos del baño, Massimiliano y Claudio  se acercaron a nosotras, ya habíamos acabado, ellos le pidieron a la aseadora limpiará mi oficina y se los agradezco, el olor a pescado hay que sacarlo rápido o sino, que asco ese olor encerrado en mi oficina.

Ahora odio el sushi. Maldición.

Tomó mi cartera y las llaves de mi auto, Massimiliano me mira con una ceja enarcada

—¿Para dónde vas?

—Voy de compras con Laura  ya vez, en dos días es la fiesta de inauguración, debemos vernos como tal, ya tu sabes —le hablo conteniendo mis nervios, soy mala mintiendo.

—¿Por qué estás nerviosa? Dime Lucíana, ¿Estás bien? ¿No pasa nada? Te noto algo pálida.

Niego — No te preocupes, solo necesito aire, nos vemos en la casa, saludame a los niños por mi

Veo que asiente no muy seguro, nos despedimos de ambos hombres y salimos directo al hospital, de una vez debo descartar un posible embarazo, llevo un mes sin mi regla y se me había olvidado ese detalle, por Dios Lucíana ¿Donde tienes tu cabeza?.

...

Maximiliano

salí de la corporación junto con Claudio, pero algo angustiados por la actitud de las ambas mujeres, algo traman ellas dos, pero bueno dejaré que Lucíana sea la que me lo diga.

—¿Vamos a mi casa? —Claudio  me sonríe de lado y asiente.

—Hace rato que no voy, sería bueno visitar a mis sobrinos —sonrió y niego, Claudio y Laura  serán los padrinos de mis pequeños hijos, en un mes los bautizamos, después de un año, Lucíana estaba esperando mi recuperación y se lo agradezco, así que ya era hora de seguir con los planes.

—Ya quedaron registrados los niños Bermudez, los herederos.

Asiento en afirmación —Si ya son Bermudez Burgos. —sacó pecho de orgullo, me complace saber que ellos ya son mis hijos en todos los sentidos.

Ambos ya son grandes y hermosos. Victoria  si sigue siendo bastante mimada, en cambio Samuel es como la mamá, lanzado por todo lados, hay que estar alerta con él, es bastante torpe como su madre, ya tiene varios moretones en los brazos y piernas, él es muy arriesgado, no mide peligros, aunque eso a Lucíana no le importa, ella me dice que su padre le contaba que ella pequeña era así y igual a Samuel. Así que, está relajada, que es un niño y que debe quemar su etapa, lo entiendo pero no quiero que les pase nada malo a mis hijos. Me muero si eso ocurre.

—¡Llegamos al fin! — aplaude y sale corriendo del auto como si le axfisiara estar conmigo, pongo mis ojos en blanco.

Ahí lo vi salir con Victoria en sus manos, muy contento.

—Te luce ser papá.

—Verdad que si, a que suerte la tuya, Bro, papá de dos encantadores niños, y gemelos. Vaya que de una dos, falta que te llegue el tercero.

Me reí nervioso, que ocurrencia sale este cabron.

—¡Debes tener más sueño verdad! Vamos a mi recamara más bien.

Subimos, Claudio con Victoria y yo con Samuel, aunque a él no le gusta que lo carguen, espíritu liberal de Luci.

Me siento en el suelo a jugar con Samuel  y sus carros, él emite uno que otro sonido con sus labios.

Ambos todavía gagean, se han tardado en hablar. Pero Lucíana  no desea que se les apresure, que ellos poco a poco van a ir creciendo y hablando, ella es muy cómoda, y hay que hacer lo que mi señora diga.

—¡Me quiero casar con Lucíana! — Claudio  me mira con malicia.

—Viejo, te estas demorando ¿Cuando se lo dirás?

—Mañana en la noche, la llevaré a cenar —el silva y sonríe.

—Mucha suerte, por lo menos Emilio no ha estado molestando ha Lucíana, aunque no la deja de llamar o textear

—Si lo se, dímelo a mí, que siempre la veo hablar con él, solo saca pretextos para hablar con Lucíana, me cae al hígado.

—Aquien no le caería mal el ex de su mujer — se ríe a carcajadas le lanzó un cojín en la cara — Oye, casi le das a Victoria, le diré a Lucíana

Sude frío —¡Cállate si!.

...

Lucíana.

Llevamos esperando la hora de los exámenes, ya me había tomado la prueba de sangre para saber si estoy embarazada o no, mi médico me había revisado, lo bueno es que todos son amigos míos y me atienden rápido. Ahora solo falta esperar a que laboratorio dicte la última palabra.

—Lucí  — me llama mi ex jefe.

Laura  y yo nos miramos al mismo tiempo y asentimos, tomamos aire e ingresamos a su consultorio.

—Bueno lucí, debo decirte que, a partir de ahora debes cuidarte muy bien, los resultados arrojaron que si estás embarazada, llevas tan solo tres  semanas de embarazo, felicitaciones.

Un impulso que no lo supe manejar, mis lágrimas comenzaban a salir como cascada, de nuevo estaba embarazada sería mi tercer hijo o hija.

—Quiñonez, ¡estás hablando enserio!, yo no... —él asienta en afirmación.

—¿Que pasa Lucíana? ¿Por qué te pones así?.

—No me prestes atención, ni yo lo sé, es solo que me atacó los miedos, lo siento

Me dio las indicaciones y la próxima consulta, debía llevar mi chequeo médico mensual.

Seré mamá por tercera vez.

...

Llegó a la mansión Bermudez, Laura sigue derecho a la mansión Herbex, estaba agotada, bueno la dejaron agotada además, Claudio  la debe estar esperando, creo que él se fue a vivir con mi amiga en esa mansión, ya que casi no iba, mantengo aquí con los niños y Massimiliano.

—Hola

Ingresé a su habitación y ahí lo vi muy tranquilo leyendo otra novela, se había hecho costumbre leer novelas, se lo pego Mercedes .

—Hola amor ¿Cómo te fue? Si pudiste buscar algo para ti. —él estira su mano para que me haga a su lado —Aunque todo lo que te pongas se te verá precioso, estoy seguro.

—Gracias amor, si lo deje en el auto mañana lo saco, quiero descansar un rato, ya vez, que a Laura le gusta caminar bastante cuando se trata de comprar ropa.

Suspiro cansada y comienzo a cerrar mis ojos mientras Massimiliano me comentaba todo lo que pasaron los cuatro Claudio, él y los niños, me gusta la idea de que compartan juntos tiempo con Victoria y Samuel, me hace muy feliz, Sonrió e imagino que irá pensar cuando Massiliano  sepa que tendremos  nuevo  miembro  familia, ya se.

—Amore — le habló con los ojos cerrados — ¡Que tal si mañana vamos a cenar a tu restaurante chino favorito!. Te invito —él deja de sobarme y me mira con un brillo único de sus hermosos ojos ámbar

—Estaba por invitarte a comer mañana en la noche, debo decirte algo —ambos nos sonreímos.

—Entonces, mañana tenemos una cita los dos, te amo ¡Descansa! —eso fue lo último que dije antes de quedarme dormida, la verdad moría por dormir, además quería dejar de preocuparme por esta nueva noticia.

Dejaré que todo fluya como el aire.

.........
Continuará

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