Epílogo.

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Lucíana

Llegamos a la maison de los padres de Massi, dejó a la bebé en su cuarto al cuidado de la nana; Samuel y Viky, quedaron con su padre y la abuela en el jardín, mientras habló con Andreina en el despacho con calma.

—Tengo demasiadas preguntas, pero primero quiero escuchar tu versión de los hechos, no soy quien para juzgarte, pero, ¡quiero la verdad! — le habló con determinación. Ella toma asiento en la sala, se cruza de piernas, cierra sus ojos y suspira.

—Todo comenzó...

.... Past time....

Andreina

Estoy cansada de vivir así; a mi padre ya no lo aguanto con su amenazas de que, sino me separo de Berto lo iba a lamentar ¡Qué hago! ¿ Por qué decidí vivir una vida así?

Mi vida es bastante agitada desde que decidí casarme con mi decano de la facultad, me había escapado de casa. Mi padre me quería casar a las fuerzas con Federer Landazuri, ya que es un buen partido para mi, además de que no hace nada había enviudado ¡Pero yo que con eso!

Yo quería a Berto a mi lado. Pero vivir de la pobreza también me mataba, cuando el amor entre por la ventana, el hambre sale por la puerta y así lo decidí, no teníamos para solventar una familia, pero antes de irme, me sentía mal, no sólo por dejar ha Fernando a la mano de Berto  y saber qué será de su vida, también al enterarme que había quedado embarazada por segunda vez.

De pronto la vida nos estaba dando una oportunidad de ver las cosas desde otro punto de vista, pero no.

Mi embarazo fue el peor, los gastos eran más grandes, mi bebé estaba mal desde la barriga y puede que naciera prematura..

Más cuidados, más dinero.

Al llegar al octavo mes tuve un fuerte antojo y un deseo enorme de comer panqueques, pero en la nevera, en la alacena, en todo lado de la cocina no había nada, no había comida

¡De que estábamos viviendo! ¿De agua?.

Estaba cansada, no aguantaba más, comencé a quebrar la poca loza que teníamos.
Estoy cansada de la pobreza, por que no escuche a mi padre, maldita vida de pobre.
En esas veo que Berto, junto con mi hijo de 8 años entran a la cocina asustados.

—Andreina, ¿que pasa?, cálmate.

—CUAL CALMATE, QUE NO VEZ, TENGO HAMBRE, TU HIJA DESEA COMER, Y ESTA ESTÚPIDA POBREZA NO LA AGUANTO MÁS, HASTA CUANDO VAS A BUSCAR UN BUEN EMPLEO DONDE NOS DES A LOS TRES.

—Andreina, Fernando está aquí, hablemos con calma en la recamara, ya te dije que...

—YA TE DIJE ¿QUE? NADA, ME VOY DE ESTA CASA APENAS TENGA ESTA BEBE ME LARGO, NO TE SOPORTO MÁS...

El amor se había acabado.

Siento un líquido bajar por mi entrepierna, me comienzo asustar, los dolores se agudizan más.

—LLÉVAME A UN HOSPITAL YAAA...

Comencé mi trabajo de partos...

....

Había salido del hospital, pero Lucíana, así la llamó su padre, debía quedarse por un mes en incubadora, estaba amarilla, muy baja de peso y prematura, sus pulmones no se alcanzaron a formar. Esperamos ese mes, me había dolido, más sin embargo, no había cambiado de parecer, espere a que Lucíana  estuviera mejor.

....

Pasó un mes y le tomé cariño a la bebe. Lucíana  es una bebe muy linda de cabello castaño muy claro; no parecía hija de los dos.

Pasó otro mes y Lucíana  abrió sus ojos, son verdes, muy verdes, más claros que los míos, sonrió con ternura, por lo menos ella cambió mi mundo, la ame.

Pasó un año y la casa había cambiado, Berto  tenía un nuevo empleo ya había comida en casa, Fernando ya no me habla, solo me saluda y se despide o me da las gracias, él ya dejo de quererme.

El cumpleaños número dos de Lucíana, invitamos a mi padre, el vino con el señor Federer Landazuri, al cumpleaños de mi hija, pero jamás faltó los malos comentarios hacia Berto, pero algo más pasó.

Empecé a conocer a Federer.

Los días pasaron y me reencontré con mi mejor amiga, estaba confundida, Héléne me ayudó en muchas ocasiones, pero tampoco le hablé a ella mis problemas, por pena, ella era de mucho prestigio y yo, terminé siendo ama de casa.

Mujer sin vida alguna...

Quiero volver a mi vida, pero no podía llevarme a los niños, dañaría mis planes después volvería por ellos.

A los tres años de Lucíana, decidí irme de casa, ya no quería vivir más ahí.

Escribir una carta para que solo la leyera Berto, en verdad ojala algún día me perdonen por mi egoísmo.

Me fui sin despedirme, sé que Fernando me odiara. Espero Que Lucíana no, porque mi amor por ella es sincero, pero no fue tan fuerte como para quedarme y aguantar un poco más.

Hui de casa, por segunda vez. Busqué a mi padre para que me ayude, pero terminó votando, por qué no me traje a los niños, que me desconocía y que ya no soy parte de su familia.

No busque a nadie. Hasta que me encontré con él, no lo quería, pero necesitaba su ayuda.

Me cambie el nombre por Zuleima   Mito, me case con Federer, me mude a su mansión y conociendo a su hija pequeña Luisa, la terminé de criar. Duramos catorce años de matrimonio, hasta que lo vi en una infidelidad, el divorcio fue rápido, terminé con buenos vienes, volví a mi apellido Mito.

Decidí ayudar, comencé a construir refugios para personas, en caso de un desastres ambiental o por cualquier cuestión de vida, funcionó, Italia  tuvo mucha ayuda, al igual Francia.

El dinero seguía creciendo, dos años después me volví a casar con un Alemán, hasta ahora me ha tratado bien.

Trece años después. Me doy cuenta de la tragedia de los Landazuri, menos mal deje a ese tipo, pero me di cuenta quien los destapó, mis ojos se iluminaron no pensé volver a verla, Lucíana Burgos, gran ejecutiva, mi pequeña es toda una influencia, me dio una bofetada sin siquiera ella estar presente. Lucíana es una mujer de valor, yo no valgo nada. Ni su lastima.

Pasó un año más y mi esposo murió de sida, se había metido con una prostituta y me terminó contagiando a mi.

Ahora mis días son contados, no tengo a quien dejarle el dinero, así que decidí ingresar a las empresas Bermudez y construir todo lo que se podía con todo este dinero para ayudar a los demás.

"Para dónde voy, no lo necesito"

Ese muchacho es una buena persona. La combinación de mis dos amigos. Que orgullo, a los días me doy cuenta, que es el padre de los hijos de mi hija, no cabe duda que tiene un buen hombre a su lado.

Héléne me cuenta la vida de ambos después de salir del hospital, me pone triste todo lo que le paso con Lucíana, la vida se empeñó en hacerla pagar tantos errores cometidos por mí, debía repararlo, se que no lo necesitará pero es lo menos que podía haber.

Berto, Fernando  y mi padre me odian, ahora ellos se llevan bien, mi hermana mayor me evita, ahora sale con Berto, y me pidió que me alejara de todos y así será, solo quería despedirme y que por favor me perdonarán, pero se que no será así.

Al menos los busque, solo rogaba a Dios que Lucíana  me escuchara, me quedaban meses de vida y partiría a otro mundo.

Lo bueno es que alcance a conocer a mis nietos, por lo menos Lucíana  es feliz, mi corazón se llena de calidez y felicidad.

Siempre te amare Lucíana Burgos. Mi pequeña flor fleur.

Perdoname hija..

.....

Actualidad.

Lucíana

Me encontraba mirando hacia el jardín, mis lágrimas no paraban de salir, pero no iba a pelear, no serviría de nada así que...

—Te perdono, te perdono, por todo lo que me hiciste, pero no digas que me amas, por que tu no conoces que es el amor, no diste tu vida por mi, así que no me amas.

—Lucíana, pero...

—Te he perdonado, no te guardo rencor, ni a ti ni a nadie, no fui criada así. Mi padre es un amor, y lo amo, pero tu dejaste de ser mi madre hace muchos años Andreina, no te deseo nada malo, pero que si continúes tu camino como lo has venido haciendo.

—Gracias.

—No debes agradecer, pero yo si, te doy gracias por traerme a la vida y cuidar de mi cuando lo necesite, de no haber nacido no hubiera conocido ni vivido la 5ta parte de lo que viví hoy, por eso te lo agradezco.

—Tienes una familia asombrosa Lucíana.

—Mis hijos y Massi son mi vida, no me hace falta nada más, gracias por venir, me saque muchas cosas de mi mente de ti, pero ya supe la verdad por tus labios.

Ambas nos hicimos una reverencia y esa fue la última vez que volví a ver ha Andreina

....

Al mes siguiente me llegó un comunicado del abogado de Andreina, sus vienes estaban a mi nombre, lo mismo que los proyectos que mandó a construir con nuestra empresa.

En ese mes Massi y yo nos casamos, la boda había sido bellisima muy familiar por todo lo que habíamos pasado. Así lo decidimos, cambiamos muchas cosas.

Ahora soy la nueva señora Bermudez y también vivimos los cinco en la mansión Bermudez Burgos, cada uno de mis hijos tiene su habitación, la primera habitaciós es la de Victoria, le sigue Samuel y después Katherine.

Mis hijos cada vez los veo más grandes. Crecen muy rápido, ahora van al jardín de niños; me dio muy duro al comienzo, pero debían estar en aquel lugar, ya que nosotros trabajamos y la nana se queda con Katherine.

Pasó dos meses y me llegó la noticia de que Andreina  había fallecido, estaba en la oficina de mi esposo, me quedé por un rato en silencio y comencé a llorar.

—Amor —me abraza Lucíana. Lloro aún más.

—¿Será que debí pasar tiempo con ella?! — él me acariciaba la espalda.

—Ya no piense es en eso, el tiempo ya pasó y no se puede devolver, además la perdonaste, ambas debían seguir sus caminos como lo venían haciendo, no es tú culpa.

—Pero ella... Murió sola.. No quiero imaginar... —sollozo más.

—Shhh.. Ya pasó..

Así la pasamos en su oficina, nadie nos molesto, Massimiliano pidió un té y que cancelara todas nuestras reuniones, me quedé un buen rato en el sofá de la oficina de Massi, con él ahí dándome su apoyo como siempre.

Hasta quedarme dormida.

....

Maximiliano

Me daba tristeza ver ha Lucíana  en ese estado, está vulnerable, ella no se debe culpar por cosas que no le pertenecen. Su mamá pagó ya sus pecados, suena mal, pero Lucíana no pensó por ella, ni actuó por ella, la señora Andreina actuó por sus propios medios.

Sus vidas debían seguir el curso que la señora Andreina escogió, Lucíana  no tenía culpa de ello.
Luciana  pasó dos horas durmiendo, ya eran las cuatro de la tarde, no la quise despertar, hasta que ella se despertó rápido y salió corriendo al baño.

—Lucíana, amor.. — tocó la puerta y ahí la escuché llorando y vomitaba. — ¿Estás bien amor?

No contestaba, escucho que baja la cisterna del inodoro, abre el lavado y después la puerta, me sonríe de medio lado y estaba bastante pálida.

—Massi, amor ¡Otra vez seras papá! — abro mis ojos del asombro, ya lo dice tan normal. — Se me había olvidado contarte, teníamos mucho trabajo y se me pasó, pero serás papá por cuarta vez.

La abrazó con cuidado por los hombros y le susurro al oído.

—Esta vez será Diferente Lucíana, gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo, nuestra familia se creció.

—Este será el último, se cierra la fábrica. —ambos reímos.

Ella me abraza por la cintura y nos besamos, ya seremos seis en casa.

....

10 años después.

—Samuel, Victoria, Katherine ¡Abracen a su hermanita! Stella sonríe —festejamos otro año más de vida, de nuestra pequeña Stella, ya sus diez años, y si tuvimos otra niña.

Samuel y  Victoria son la combinación perfecta de Lucíana  y yo juntos, ya más grandes, 12 años ya y con caracteres muy diferentes de cada uno, Samuel es como la mamá siempre lo he dicho y Viky como yo, pero ambos piensan tan distinto y solo entre ellos dos se entienden, la comunicación de ambos es sensacional.

Katherine es parecida a mi, ojos marrón cabello castaño semi ondulado, pronto cumplirá 11 años, y Stella es idéntica a Lucíana, una mini copia de ella.

Estamos felices de tenerla con nosotros, aunque su madre sufrió mucho por tercera vez en parto, solo que esta vez Lucíana se mandó a operar y era lo mejor, por su bien, aunque yo quería más, no importaba si armamos un batallón, seríamos muy felices.

Lo bueno es que, estaba esa habitación de juegos tocó mandar a construir una en la parte de abajo para poder organizar a Stella en esta.

Tres hermosas niñas y un varón, los dos cuidaremos de nuestras mujeres.

Samuel y Viky pronto iniciarán su siguiente año lectivo, ya están cursando su bachillerato, ya casi cumplirán 13 años de vida, Samuel es un chico muy apuesto, Lucíana  le molesta mucho y cuando se le unen sus hermanas es peor, termina corriendo a encerrarse en su habitación, Viky nos cuenta que su hermano es muy cotizado en el colegio, sacó pecho, lo sacó de su padre.

Lucíana me da un fuerte golpe en la cabeza.

—Egocéntrico..

—Oye.. — ambos nos reímos, no cabe duda que estamos orgullosos de nuestros hijos.

Katherine  cursa su ultimo año de primera, es una niña muy adorable de casi  11 años y a los 4 meses Stella cumplio sus 10 años.

Y si, no le dimos tiempo de que Katherine  creciera, bueno al menos yo, no imagine que Lucíana  hubiera quedado en embarazo, no caí en cuenta que eran sus días fértiles hasta que quedó embarazada, pero lo que más me aterró fue que quedara al mismo tiempo que Laura.

Tuvieron un varón igual a mi amigo, y los gestos de su madre, aunque no se sabe a quien se parezca más, por qué ambos padres son iguales

—¡Ya llegaron! —aplaude Lucíana  feliz, no cambia, habían llegado los invitados de la fiesta.

La gallada era bastante grande, toda nuestra familia, los abuelos Bermudez; los años no les pasa factura, siguen igual, mis padres no envejecen que se hace.... Después ingresa corriendo el hijo de Fernando a buscar a Samuel, ya veo para qué, videojuegos, pongo mis ojos en blanco, en el colegio mantienen juntos, después veo que se les une el hijo de Claudio, ojala y no peleen esos tres, siempre es lo mismo.

—Buenas tardes a todos, sean bienvenidos a nuestro hogar.

—¡Luciana, dime que ya no vas a tener más hijos! —Fernando  toma a Lucíana  de los hombros y la sacude.

Pongo mis ojos en blanco.

—Ay, hermano y eso que... Además no puedo, ya me opere.

—Pero les rindió —se burla Claudio.

—¡Tío, Massi! —ahora todos me dicen Massi por Lucíana. No me gustaba de ha mucho, solo me gusta que le lo dijera ella, pero ellos saben que eso me encabrona por eso lo hacen.

—Roxxy y ¡Él quién es! — la miró con duda.

—Pues su novio Maxi, ¡no lo ves! —me habla lo más de tranquila mi hermana, Lana se ríe con una gota en la frente, es primera vez que le conocemos un novio y con el genio que se maneja mi sobrina, ahora a sus 24 años y como licenciada en ciencias políticas es la mejor, desea ser gobernante de Francia, sueña mucho mi querida sobrina. Con lo pesado que es la ley en nuestro país.

—Bueno familia, pasemos a la mesa —habla Lucíana y todos hacemos caso, todos en orden nos sentamos bebimos vino, reímos por un rato esperando a que Mercedes  llegará a la mansión y hasta que se escucha el timbre de la casa.

La mucama le abre la puerta y entra a gritos al comedor familiar.

—FAMILIA, PIDO DISCULPAS POR LA DEMORA.. — suspira —Pero no podía venir con los brazos cruzados, les traje los regalos a los bellos sobrinos, ahora los abriremos, antes de que Maxi se pare de esa mesa y me de duro.

—Si ya hiciste tu entrada triunfal, podemos comenzar la cena. — le habló serio, ella me saca la lengua, eso lo aprendió décima .

Ya todos reunidos en la mesa comenzamos a comer, hablando en total calma contando todos las anécdotas que nos había pasado. Nos reímos y también hubo caras triste

Después pasamos al postre, la torta de chocolate que le habían hecho para el cumpleaños de Stella; Lucíana  la hizo bastante grande, pues venían muchos pero había exagerado, eso sí, por petición de nuestra hija, ya que es amante al chocolate como su padre, la única amante al chocolate, porque Samuel y Victoria  le gusta más la vainilla y maní, y Katherine  las fresas.

Todos levantamos las copas y los niños sus vasos de refrescos, brindamos por otro año más de vida por la pequeña Stella.

—Feliz cumpleñaos, Stella Bermudez  — dijimos todos al mismo tiempo, mi pequeña se sube a la mesa y apaga sus diez  velas, le da un mordisco en la parte de arriba del pastel y nos sonríe con la cara toda embarrada de chocolate muy típico de su madre, todos nos reímos.

Todos los años celebramos los cumpleaños de cualquier miembro de nuestra familia, siempre ha sido festejado por Lucíana, ella es la única que nos enseñó la verdadera palabra del amor, el giro de destino que dio en nuestras vidas fue grande y hermoso, jamás me cansaré de ello, cada día que pasa la amo con más fuerza que el día anterior.

—Siempre te amaré, petite.

—Hasta que la muerte nos separe.. —ella me besa.

—Hasta que los Giros Del Destino nos separe, te amo. —ambos sonreímos y juntamos nuestras frente, todos los presentes aplaudieron con fuerza. Lucíana  llegó a nuestras vidas para darle el verdadero giro del amor.

Ella es nuestra verdadera luz

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Fin.

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