—Diré primero que Sigil no hará amigos entre los cybertronianos descontentos porque es arrogante como ninguna spark había sido —comentó Orion Pax enojado por la altanería de Sigil hacia Megatron, y él había decidido qué, aún con todo lo que estuviera en juego, ¿para qué ocultarlo?

     Él tenía la reputación de ser calmado y pasivo. Con suerte su ira sería notada en el Consejo y transmitida a los muchos cybertronianos simpatizantes con el naciente movimiento anticasta y, específicamente, con la figura carismática de Megatron.

     Orion Pax caminó hacia la multitud en el centro. Creyó ver signos sutiles de coraje en muchos de ellos, y él sabía que podía ver odio simple en los rostros de algunos.

     —Sigil, ¿es eso lo que Los Trece hubieran querido? ¿Es coincidencia que esta red se levante en poder y que las castas sean instituidas y Cybertron perdiera contacto con el resto de los mundos Transformers? Así confinando los cybertronianos en espacios más y más pequeños, con menos y menos lugar para ir y hacer lo que quisieran, creaste un mundo donde nadie sabe como mirar más allá. Nadie sabe cómo imaginar.

     —Puedo imaginar el final de esta sesión —Ratbat gritó. La risa estalló en la Cámara. Orion Pax miró alrededor, temiendo que había perdido la atención de la audiencia . . . y ahí fue cuando vió a Ariel, directamente en medio del balcón más bajo, su color como el energon la delataban. Ariel tenía las manos en posición de rezo de los nervios. Al notar la mirada de Orion ella le manda un disimilado beso al aire con ambas manos entre los de la audiencia que la tapaban y los vuelve a colocar en rezo.

     Sé fuerte, mi amor.

     Así que empezó.

     —Compañeros cybertronianos, miembros del Consejo, escúchenme. Megatron habla severamente pero es la verdad. Él ha visto la verdadera vida de muchos cybertronianos que todas sus vidas han sido casi invisibles, y eso es su furia, es una furia nacida del amor de un ideal y un dolor profundo en el spark por el fallo a ese ideal.

     Pausó a observar a su amigo Megatron.

     »Es natural para alguien que nace con una spark quiera ser libre. Y es natural que los cybertronianos, que han nacido para cambiar de una forma a otra, debería querer poder cambiar sus roles entre la sociedad. La ausencia de cambio no es estabilidad. Es entropía. Y solo las cosas muertas permanecen sin cambio.

     »Ningún cybertroniano es simplemente la suma mecánica de sus partes. Desde el más pequeño minicon hasta el más imponente combiner, desde un simple procesador de datos hasta los científicos que nos enseñan las leyes del universo, cada uno de nosotros contiene una Spark viviente que nos hace quienes somos, y no que somos. La spark en nuestro interior nos despierta la posibilidad de la libertad. Y la libertad de un bot no puede ser dada ni tomada por otro.

     »Cybertron necesita un líder para los libres, un Prime que reconozca a todos los cybertronianos como robots autónomos, dueños de nadie más que de sí mismos, amos de sus propios destinos.

     »Lo diré de nuevo, ¡robots autónomos!

     »Autobots, si es necesario ser nombrados, y nosotros Autobots declaramos que una spark una vez libre nunca más será oprimida.

     »Alto Consejo, ustedes deberán escoger un nuevo Prime hoy. Escojan bien, a un Prime que guíe a Cybertron a una nueva era en la historia, o permanezcan ahí mientras las energías oscuras de rabia y resentimiento explotan en el planeta llevándolo al caos y a la guerra.

     »Miembros del Consejo, la elección es suya. Les deseo sabiduría.

     Él supo que había hablado bien porque cuando terminó, la Cámara del Consejo estaba en silencio. Aún aquellos bots que desde un comienzo miraron mal a los revolucionarios. Orion Pax levantó ambos brazos, con los puños cerrados, y gritó.

     »¡Por Cybertron! ¡Autobots!

     Sobre el estruendo del martillar de Halogen, la multitud estalló.

     ¡AUTOBOTS!

     »¡Por libertad! ¡Autobots!

     ¡AUTOBOTS!

     Empezó a rezonar en la galería, más allá de donde los seguidores más leales y antiguos de Megatron se encontraban reunidos.

     ¡AUTOBOTS!

     Y desde ahí se dispersó.

     ¡AUTOBOTS!, ¡AUTOBOTS!, ¡AUTOBOTS!

     Esta vez Halogen y los otros consejeros no pudieron mantener a la audiencia en silencio. Y Orion Pax había notado algo extraño. Cuando él miró a los ojos de Megatron, estaba buscando aprobación. En vez de eso vio furia en el rostro de su amigo, y no supo porqué. Seguramente, hermano, él pensó, ¿no es más importante completar nuestra meta que ponernos de acuerdo con el nombre del movimiento? Él no sabía que tan molesto se encontraba Megatron, pero Orion Pax conocía a su amigo, y él sabía que esos pensamientos eran solo palabras. Megatron claramente tenía algo en mente, y él no era un cybertroniano que se mantenía sus emociones para sí mismo.

     Al menos no por mucho.

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Cuando estuve leyendo el Exodus, quería llorar en el capÍtulo 15.

Nos vemos allá.

Las quiero un Cybertron.

xoxo, NoMoreStress.