Página #24

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     Optimus llegó al estudio de Alpha Trion. El mayor lo guió para tener una conversación más cómoda sin la presencia de los Autobots.

     —Resiste —dijo Optimus Prime a unos metros de la puerta del estudio, mientras veía a Ariel en sus brazos. Luego se dirigió al mayor—. Su fuerza vital se está agotando, Alpha Trion.

     El mayor se acercó a ella y la examinó moviendo la cabeza de arriba a abajo. —Haré todo lo que esté en mis manos, pero se ve casi agonizando.

     —¿Puedes hacer algo?, ¿qué dice el Pacto de Primus sobre su futuro?

     —Sabes que eso no te lo puedo decir, Optimus. —Alpha Trion volvió a examinarla—. Está mortalmente averiada. Déjamela aquí, veré que puedo hacer. —Optimus Prime pasó el cuerpo de Ariel a los brazos de Alpha Trion, este la tomó y entró a otro cuarto de su estudio. Antes de cerrar la puerta, el mayor habló—. Mientras, atiende tu llamada con Cleodata —finalizó desapareciendo con Ariel hasta nuevo aviso al bajar la puerta automática detrás de él. 

     Optimus Prime caminó angustiado hasta el salón de lectura. Prowl estaba esperándolo apoyado con ambas manos sobre la mesa de comando.

     —Ella te está esperando —dijo Prowl extendiendo su brazo para que pase a su lado a atender la llamada.

     Optimus Prime rodeó a Prowl hasta el centro de la mesa, oprimió un botón y la voz de ella se hizo escuchar. —Finalmente contestas. —La voz de Cleodata se hizo escuchar en todo el salón desde la pantalla que solo mostraba ondas sonoras.

     —¿Qué es lo que quieres? —preguntó Optimus Prime.

     —Cómo estas para ti también. —Soltó una pequeña risa coqueta del otro lado del comunicador. Prowl de este lado bufó inconscientemente una risa, y al Cleodata darse cuenta continuó—. Veo que tus Autobots sí tienen sentido del humor.

     —¿Para qué llamaste, Cleodata? —volvió a preguntar el líder. Empezaba a impacientarse, y Cleodata pensó por un momento que la guerra lo había cambiado, al recordar que una vez Orion Pax fue bromista.

     —Megatron me acabó de contar lo sucedido. Sé que buscas a Sentinel, —El tono de voz seria de ella cambió a pucheros—, y el pobrecito agoniza en una de nuestras celdas esperando por un rescate.

     Optimus Prime miró con preocupación a Prowl y viceversa. —Megatron no me dijo eso.

     —A Megatron se le puede pasar unas cosas, deberías saberlo. —insinuó ella, Optimus se mantuvo firme. La nave todavía estaba en construcción. No se podían ir, así que Cleodata quería entretenerse con algo ahora que Megatron estaba ocupado dirigiendo el proyecto, y claro, no daría algo sin costo. Inclusive si es pequeño para otros—. A cambio quiero que me cuentes el estado de Ariel.

     Prowl inclinó medio cuerpo hacia su líder. —¿Confías en ella? —susurró él. 

     Optimus no supo que decir, más que mirarlo a los ojos y luego regresar su atención a la pantalla. —¿Por qué te interesa?

     —No es de tu incumbencia —contestó ella calmadamente—. Cuando quieras puedes venir a retirarlo. Después de que sé cómo trabajas, dejé esta señal abierta para ti. 

     —Prowl —llamó el líder en señal de que empiece con el rastreo.

     Del lado de ella, volteó rápidamente hacia atrás al escuchar unos pequeños pasos, alzando su cabello lista para atacar a aquel que la estuviera interrumpiendo. Eran los minicons de Soundwave espiándola de nuevo—. Mándale mis besos a Alpha Trion. —Con eso Cleodata se despidió sonando por el comunicador un beso de despedida antes de cerrar la llamada.

     ¿Solo pidió saber el estado de Ariel?, ¿qué estará planeando ella? Se preguntaba Optimus Prime mientras observaba a Prowl, quien le mostró el pulgar en señal de que había conseguido su ubicación. Sea lo que sea que Cleodata estuviera planeando, Sentinel Prime seguía vivo y no había tiempo que perder.

.   .   .

     El equipo seleccionado para infiltrarse en la prisión de Kaon consistía en Jazz, Prowl y Optimus Prime. El exterior del edificio que una vez Optimus Prime visitó le trajo recuerdos melancólicos al antiguo Orion Pax, recuerdos de tiempos en el que nadie se imaginaría una guerra. 

     El edificio tenía poca vigilancia. Prowl entró por la entrada central y Jazz se abrió camino por la entrada central, topándose con un guardia. —¿Dicen que aquí es donde puedo tener un poco de energon oscuro?

     El guardia lo miró como si no hubiese entendido ni una sola palabra. Entonces Prowl llegó por el otro lado, cortando los conductos de su cuello en un silencio absoluto.

     Siguieron avanzando, Optimus recordaba el camino hacia las prisiones de abajo. Era un enorme espacio, frío y enrarecido por la condensación del energon oscuro que goteaba por las grietas. Todos los prisioneros estaban muertos, y por cómo se veían, parecía que habían muerto hace mucho tiempo. Estaban encadenados a las paredes sin ningún acceso a energon, debilitándose hasta que sus sparks se reunieron con el Allspark.

     —El inframundo —suspiró Jazz.

     —Estaba pensando en eso. —Prowl dijo con espanto en sus ojos, mirando a todos lados hasta chocar con el cuerpo de Sentinel Prime.

     Optimus Prime se acercó a punto de liberar a Sentinel Prime de sus ataduras hasta que el sonido de tacones junto con una serie de pasos pesados se hizo sonar a espaldas de los Autobots. —Puede ser posible que los Decepticons hayamos hecho un trato con los del inframundo —dijo Cleodata tapándose delicadamente la boca para contener la risita que quería salir, luego su tono de voz se volvió triste—. No tenían que degollar así a uno de mis hijos, solo tenían que pedir permiso. Al fin y al cabo, yo te llamé.

     —Cleodata —dijo serio el líder volteándose.

     —También la guerra te ha vuelto deshonesto al llevarte a Sentinel sin pagar el intercambio. —Su voz triste cambió a una fuerte—. Ahora, ¡habla!

     Junto con el grito, el escuadrón de seis Decepticons que estaban detrás de ella formaron una fila con sus armas apuntando a los tres Autobots. Ellos no se quedaron atrás. Jazz y Prowl también sacaron sus cañones de iones mientras que el líder alzó su mano para tranquilizar a sus Autobots, ya que empezar una batalla en un espacio tan pequeño, y cuando eran superados en número, no parecía ser una buena idea. Optimus Prime se preparó mentalmente para soltar las palabras, apretando los puños para luego relajarlos.

     —Ya no es la Ariel que conocías —contestó el líder con un parpadeo fuerte—. La dejé en manos de Alpha Trion, pero no te puedo asegurar su estado.

     Por un instante, Cleodata no se pudo mover y las palabras salieron como si estuvieran cayendo. —Entonces sí es cierto . . . —Con la cabeza mirando hacia el frente, movió los ópticos hacia abajo, procesando las palabras. Luego volvió a mirar a Optimus Prime de vuelta en ira—. Acábenlo. —Con eso, Cleodata dio su última orden hacia sus Decepticons retirándose hacia la salida—. Espero que lo hagan. Si no lo hacen, yo personalmente me encargaré de ustedes. Aunque, —Se detuvo en seco y miró sobre su hombro—, sabemos bien que solo un bando saldrá vivo de aquí.

     Entonces lo recuerdos le vinieron como si fuera un golpe.

     Si tan solo ella se hubiera quedado conmigo.

     Con ese pensamiento, el remordimiento lo demostraba apretando sus garras con una fuerza hiriente. Empezaba a derramar energon de sus manos.

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2 . . .

Gracias por leer hasta acá y perdonen la demora.

Las quiero un Cybertron.

xoxo, NoMoreStress.

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