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—Pronto llegarán las competencias anuales entre las escuelas de Tokio y Kioto, ya que los estudiantes de segundo año ganaron el año anterior, depende de los maestros elegir las competencias. ¿Ya han pensado qué actividad asignarles?

La mujer de cabello rubio se giró hacia los profesores mientras revolvía los papeles en sus manos, levantó la vista esperando una respuesta y con manos temblorosas se metió el cabello detrás de la oreja. La chica estaba parada en medio del salón, los profesores sentados en el suelo al lado del director de la secundaria de Jujutsu, Satoru estaba al lado de Yaga y Utahime (maestra de Kyoto).

—¿Y si una de las competiciones es capturar la bandera?— sugirió el hombre de mediana edad —no se ha jugado en más de 10 años— agregó para mirar al peliblanco, había sido el último junto a Shoko y Geto en conseguir la victoria.

—¿Está usted seguro de eso?— respondió la mujer de cabello morado oscuro "es un poco..." con duda miró al hombre, "era peligroso" pensó.

Minutos antes de que llegara la chica rubia, Satoru recibió un mensaje de texto, ninguno de ellos le dio importancia excepto el propio peliblanco quien tomó su teléfono y abrió su bandeja de entrada revelando una foto que Suguru había enviado, si podían ver lo que estaba pasando dentro sus pantalones sería muy vergonzoso, incluso con los ojos tapados podía ver el cuerpo de Suguru Geto perfectamente, rápidamente apagó su celular para que nadie viera lo que le habían enviado y se aclaró la garganta, sentía que los latidos de su corazón se aceleraban.

tratando de no llamar la atención se encogió un poco y metió las manos en los bolsillos de su chaqueta ocultando su bulto, sus pensamientos estaban llenos de Suguru en diferentes posiciones, cada una más obscena que la otra... su piel blanca como la leche y esos pezones rosados ​​lo hacían resaltar mucho en la foto, a pesar de que no se podía ver la cara del pelinegro él sabía con certeza que era Geto y no otra foto de algún sitio porno, tenía muchas razones para saber que era a él; el primero fue por sus dos lunares en su clavícula y por la forma de sus manos perfectamente posicionadas en la base de su polla, sus dedos delgados y largos con uñas ligeramente cortadas lo hacían fantasear cada vez más con tocar su cuerpo en ese mismo momento. . Ese calor que surgía de su pecho como un volcán a punto de hacer erupción era realmente incómodo, y para colmo no podía hacerse cargo de su erección.

Su expresión trató de ser lo más neutral posible pero no pudo controlar sus propios pensamientos, lo que provocó aún más malestar en su parte baja, la comisura de sus labios se levantó ligeramente revelando una mueca. Necesitaba una buena reprimenda, "¿Cómo se le ocurre enviar una foto desnudo en plena reunión?" pensó y
se llevó la mano derecha al cabello para tirarlo hacia atrás y exhaló largamente.

—¿Qué piensas Satoru?— preguntó el profesor Yaga, al escucharlo se quedó sin palabras por unos segundos, tenía que controlarse y luego se encargaría de esa pequeña mierda.

—Mis alumnos saben cuidarse a sí mismos. No son débiles, así que no hay que temer por su seguridad— dijo y luego hizo tronar los dedos de sus manos, esperando nerviosamente que la reunión terminara pronto.

Media hora después eligieron las actividades a realizar en el concurso entre los alumnos de primero y segundo año. Si Satoru fuera honesto, diría que no recordaba cuáles fueron elegidos, pero claramente eso nunca sucedería. Gojo fue el primero en levantarse y salir rápidamente del salón de profesores para dirigirse al baño de chicos, al entrar comprobó que no había nadie y soltó un suspiro, se bajó la venda que cubría sus ojos y se mojó la cara con agua fría, habían pasado más de 30 minutos y todavía sentía ese cosquilleo en la entrepierna. Sin sostenerlo más sacó su celular y lo abrió mostrando nuevamente la erótica foto, sin pensar con claridad le envió un mensaje.

Suguru:
[imagen]

¿Dónde estás ahora?

Suguru:
En el aula de 1er año.

Sin dejar tiempo para considerar nuevamente lo que iba a hacer, salió del baño y caminó unos metros hasta llegar al salón de clases, al entrar cerró la puerta con llave y se quitó la venda dejando que la luz de las ventanas entrara por sus ojos. . que suerte tenía el pelinegro, era el único capaz de ver esos ojos azules sin necesidad de pelear con el 'heredero de los seis ojos'. El joven lo miró con lujuria, sus ojos negros podían ver lo que había provocado.

—¿Te gustó la foto?— le dedicó una sonrisa burlona, ​​se sentó en la mesa del profesor y esperó a que el contrario se acercara, con paso firme Satoru caminó hasta estar a unos centímetros del otro, éste lo miró con impaciencia, quería probar su labios lo más pronto posible, a punto de volver a provocar Suguru fue silenciado por los labios del joven peliblanco y sin poder decir nada se dejó llevar por el otro, al ritmo de los latidos de su corazón movió sus labios desesperado por más contacto.

Satoru agarró el largo cabello del chico y en respuesta llevó su mano a la nuca del mayor, incitándolo a ir más allá Suguru abrió un poco la boca dejando que la lengua del mayor entrara y explorara más a fondo, sus besos fueron bastante ásperos dejando bastante marcas rojas notables en los labios del chico más joven. Sin ninguna delicadeza jaló el cabello del joven y un gemido salió de sus labios resonando en la silenciosa habitación, poniendo a Gojo aún más duro mientras exponía su cuello y comenzaba a besar su clavícula causando que el chico sintiera un escalofrío o dos recorriendo su espalda.

Dado el placer que sentía al ver cómo besaba su cuello y pecho, este cerró los ojos con fuerza, dejando que su imaginación volara y se concentró en su muy dolorosa polla. Sin esperar más Satoru le quitó la chaqueta que usaban los profesores enseñando sus brazos ligeramente formados, sus antebrazos antes delgados, ahora se notaban más los músculos desarrollados, deleitándose con la vista de sus extremidades, el mayor siguió con lo suyo tocando su cuerpo y apretando levemente sus muslos, como estaba frente al joven se acercó lo que más pudo y el menor separó sus piernas dejando que estuviera entre ellas. A centímetros de su trasero y caderas, el peli blanco estaba odiando cada vez más la tela que seguía sin ser arrancada, aun con la desesperación deseaba que no acabara tan rápido, por lo que ante de que el pelinegro acercara su mano a su miembro este lo detuvo y en un susurro le dijo;

—si te tocas nos detenemos.— al escucharlo el joven frunció el ceño, «¿a qué estaba jugando Satoru?», aun cuando su entrepierna dolía le hizo caso, lo que menos quería era que se detuvieran ahora después de lo necesitado que había estado todos esos días, y aunque se tocara nada era comparable a tener la gran polla del heredero dentro de sí mismo.

Dejando que sus dedos siguieran su recorrido, este deslizó su mano debajo de las prendas de color negro tocando la piel de Satoru, sus manos frías hacían contraste con la piel caliente del mayor. Los latidos de su pecho incrementaban cada vez más al sentir como sus manos pasaban por su abdomen marcado, con los pelos de punta la mano de Gojo tocó cerca de sus pezones, amaba ese sentimiento que recorría su pecho hasta su polla.

La excitación que desbordaba la habitación junto al ruido de los besos húmedos, creaban una burbuja llena de lujuria que ninguno era capaz de salir, como si fuera una "expansión de dominio", ninguno era capaz de escapar aun siendo hechiceros de clase especial. Un suspiro bajo se escuchó cerca de la oreja de Suguru cuando metió su mano en los pantalones del contrario acariciando su miembro.

Con cautela pasó su mano por su longitud haciendo que otra exhalación se sintiera en su cuello, su dedos subían y bajaban tocando su glande con su pulgar, Gojo se estremecía bajo su toque y mientras el menor era tocado por el peli blanco sus pezones se volvían cada vez más duros hasta el punto en que era más sensible al tacto. Suguru abrió el cierre del mayor con su mano libre y bajó sus pantalones, dejando expuesto su gran bulto que solo era tapado por la tela de su ropa interior.

el menor siguió con lo suyo masturbando su polla aún bajo la tela, su mano áspera era realmente gratificante. las expresiones de Satoru rara vez cambiaban, pero sabía de igual manera que la estaba pasando bien, estaba con sus mejillas relativamente rojas, casi nunca se ponía rojo, las únicas veces que él lo había visto así era cuando tenían sexo. Estaba muy agradecido de que él era el único que tenía esa vista del hechicero más fuerte. al darse cuenta que su pulgar estaba mojado por su líquido preseminal se dio cuenta de que ya era hora, sin dejar tiempo para que Gojo reaccionara este se paró, sin soltarlo este se agachó y bajó por completo su ropa hasta dejar que el aire de la habitación tocara su piel.

—quieres poner tu polla en mi boca, ¿verdad?— susurró sin una pizca de vergüenza por lo que acababa de decir, su aliento estaba cada vez más cerca de su base dejando que una corriente eléctrica recorriera su extremidades.

—Sí.— habló ansioso por explorar nuevamente su boca húmeda. Al escuchar la respuesta el joven comenzó a lamer lentamente la punta mientras que con sus manos masajeaba ligeramente sus bolas.

Dejando que la lengua del chico recorriera de arriba hacia abajo la vista de Satoru era cada vez  más erótica, el solo hecho de ver a Suguru Geto chupandole la polla era un privilegio que no iba a desperdiciar. Concentrándose en la calidez de su boca cerró los ojos con fuerza mientras imaginaba desde otro ángulo cada movimiento.

Unos minutos más y la temperatura del aula era cada vez más alta, el sudor caía por la frente de Gojo, con sus mejillas levemente rosadas abrió los ojos encontrándose con los de Geto que lo veían desde abajo expectante por no perderse ninguna expresión del hombre.

Sin soportar más Suguru respiró hondo y introdujo la longitud de Satoru en su boca hasta el fondo previniendo de no tener reflejos nauseosos.

Las mejillas trataban de ahuecar toda su polla y con su lengua chupaba como sí de un dulce se tratara. la fachada de un hombre reservado se habia desmoronado, ahora solo quedaba la de un simple mortal de 28 años que amaba la mamada del hombre que tenía debajo. Tratando de no hacer mucho ruido el mayor sentía como su polla era succionada hasta tal punto que su glande tocara sus labios.

Suguru se estaba divirtiendo, amaba chupar la polla de Satoru, ver sus expresiones era como estar en el paraíso. con su mano derecha sostenía la base de la longitud del hombre y con la otra subía su mano hasta tocar sus abdominales, este con su boca se movía de tal forma que prácticamente el otro le follaba la garganta.

Gojo tenía la cabeza en la nubes, sus ojos estaban un poco borrosos por la excitación, hasta que sintió que se vendría dejando que un leve temblor sacuda sus caderas dando así la señal para que él pelinegro se detuviera, pero este no lo hizo. Dio un par de lamidas a la vez que su mano masturbaba al hombre y pronto llegó el tan ansiando semen que cayó en su lengua.

El chico dejo caer hasta la última gota del líquido blanco en su garganta, ni siquiera se fijo en el sabor ya que lo único que tenía en su mente era que quería ser dueño de la polla del heredero del clan Gojo.

Suguru se levantó y sigilosamente se quito la polera dejando al descubierto sus pezones y abdomen, era realmente increíble cuánta veces se habia masturbado soñando con esos botones rosados.

Satoru se acercó hambriento por tener en su boca los pezones del contrario, este se sentó nuevamente en la mesa del profesor y dejó que el joven tocara con sus labios su cuello dejando uno que otra marca. Suguru amaba que el chico besara su cuello, lo exitaba aún más (como si eso fuera posible).

El malestar en su entrepierna ya le estaba empezando a molestar

—tócame, me duele la polla— dijo con un puchero pero duro poco porque el mayor metió su pecho a su boca, soltando un gemido un tanto agudo que resonó en los oidos del otro. Él se rió, se alejo su pecho y lo miró con una mueca divertido

—Ruegame para que te toque.— susurró lento y en su oído para que nadie los escuchara.

«¿estaba dispuesto a rogar?» pensó el chico y luego de unos segundos aceptó.

—por favor Satoru, haré lo que sea pero te lo suplico, tócame— desesperado él espero a que aceptara su petición, una sonrisa burlesca apareció en sus labios y agarro su cabello despeinado y plantó un beso en la frente, para terminar bajando sus manos y jalar sus pantalones junto a la ropa interior dejándolo expuesto y completamente desnudo.

Sin esperar a si estaba listo, Gojo abrió las piernas del chico dejando que el aire pasara por su agujero, llevó la espalda del chico hacia atrás haciendo que se acostara en la mesa, y con sus dedos pasó su manos por el glande del chico, este agarro desde la base del pelinegro y una fuerza moderada este jaló de arriba hacia abajo por la longitud del contrario.

Las manos heladas del hombre hacían un gran contraste con la polla del otro, sin dudar su sensibilidad estaba a mil, el sudor de su cuerpo no se comparaba al placer que sentía y más aún cuando comenzó a introducir un dedo en su agujero. cerrando sus ojos con fuerza el menor sintió cómo el contrario puso sus piernas en sus hombros así levantando su trasero para tener más espacio y meter otro dedo.

El agujero del Suguru cada cierto tiempo se contraia y más aún cuando introdujo el tercer dedo, sus movimientos se hicieron cada vez más rápidos al sentir como tocaba algo áspero, rápidamente supo que era su próstata por la reacción del menor al presionar ese lugar.

Mientras penetraba su culo este masturbaba su polla, la combinación era demasiado placentera a su parecer por la reacciones y quejidos que daba el pelinegro, era como música para sus oídos cada gemido que salían de su boca.

Estuvieron así unos minutos hasta que él chico se corrió manchando con líquido seminal su vientre, sintiendo que ya estaba listo el joven, Satoru sacó sus dedos del interior del chico y con sus manos se quito la ropa que le quedaba. Ya listo el hombre rozó su miembro por alrededor del ano de Suguru. viendo las expresiones del menor Satoru estaba por perder la cordura y pedir que él rogara por ser follado, y así lo hizo.

—¿quieres ya tener mi polla dentro?— lo miró y dijo con una voz profunda, sintiendo como la emoción se incrementaba en su pecho este casi grito en respuesta

—¡por favor necesito tenerte dentro de nuevo!— gimoteo el joven pelinegro, moviendo un poco más cerca su trasero del miembro del chico, pero este se alejó un poco —dí mi nombre y te follaré hasta que no puedas moverte. dilo mi pequeña perra— sus ojos brillaban llenos de lujuria, cuando lo insultaba este se emocionaba en el fondo de su ser, amaba que lo tratase así.

—¡follame por favor!, Satoru— dijo apenas con una voz quebradiza por la excitación, este asintió con una sonrisa y introdujo toda su longitud, la forma en como se apretaba su polla en las paredes del chico era demasiado gratificante. No dejó que se acostumbrará cuando ya estaba moviéndose en un vaivén violento, a muchos no les gustaba como lo hacía por lo duro que era pero a Suguru le encantaba, cada parte de su ser quería tener la polla del hechicero mas fuerte llenándolo hasta más no poder.

Los gemidos eran muy ruidosos, y más cuando estaban en la escuela trabajando, o eso se suponía que tenían que hacer.

—¿Gojo-sensei?— Preguntó Yuji detrás de la puerta del salón de clases, por alguna razón desconocida la perilla estaba atascada. confundido acercó su oreja a la puerta tratando de escuchar algo desde adentro y un sonido ahogado que sonaba como si alguien estuviera llorando, según itadori.

—haz más ruido y vas a terminar llamando la atención de todos los estudiantes...— habló en voz baja, embistiendo cada vez más dentro de él.

Agarró el largo cabello del pelinegro y lo atrajo hacia él

—... ¿o es eso lo que quieres, que todos vean a uno de los hechiceros más fuertes siendo follado por Satoru Gojo?—

Sin contestar Suguru mordió su labio nervioso por que un estudiante los podría escuchar teniendo sexo, aún con la sensación de peligro inundar su cuerpo este no quería detenerse, la sensación que le brindaba su mayor era realmente placentera.

(...)


Megumi apareció jalando del brazo a Itadori y este sin decir nada lo arrastro hasta estar en las habitaciones de la escuela.

—¿que fue eso Megumi?, ¿porque me arrastraste hasta aquí?— preguntó confundido el pelirosa

Refregándose los ojos Fushiguro no sabía que responder

—Gojo Sensei y Geto estan ocupados...—respondió sin soltar más información pero sabía que no se quedaría así, Yuji era muy curioso y no lo dejaría en paz hasta que le contará. —bueno, ellos están saliendo y ahora estaban en una reunión de adultos— dijo el chico avergonzado por la situación, no era buena idea molestarlos ahora, ya luego hablaría con Gojo para que tuviera cuidado con hacer ese tipo de cosas en la escuela.

—espera, ¿están en una relación?

grito el joven e inmediatamente Megumi le tapó la boca para que no gritara

—no le digas a nadie o Gojo sensei me matara— habló en un susurro a lo que el asintió

—¿quien está en un relación?—
Hablo la castaña al abrir la puerta de la habitación de Yuji

—que mierda Nobara-

—Gojo sensei— respondió Itadori y el peliazul se golpeó en la cara, "ninguno de ellos podía guardar un secreto" se gritó a sí mismo mentalmente.

—¿¡qué!?— grito la chica y se emocionó, —¿quien es la afortunada?— preguntó y se imagino a diferentes hechiceras que podían ser candidatas.

—afortunado.— habló y Megumi le reprochó —¿que parte de nadie no entiendes?

—es solo Nobara, ella no le dirá a nadie, ¿verdad?— dijo y miró a la chica, se había quedado sorprendida y tenía una rara expresión en su cara

—¿eh?

(Fin)

Hola! Este es mi primer OS +18 así que espero que les guste😞

Prometí que lo subiría el año pasado así que perdón por la demora :(

—Ayan💐

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