Capítulo 17.

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Doce semanas cumplió Jimin con éxito, pero estar en cama todo el día era terriblemente aburrido. Taehyung iba a visitarlo casi a diario y cuando se enteró de que Jimin y Jungkook habían decidido vivir juntos, se ofreció de inmediato a ayudarlos en la búsqueda de su nido de amor.

—No puedo creer que ya esté todo listo —dijo Jimin mientras leía rápidamente la escritura de la propiedad a su nombre.

—Soy muy eficiente, cariño —sonrió orgulloso de sí mismo— Viviremos tan cerca que pasaré en tu casa.

—O yo en la tuya —respondió Jimin sin apartar la mirada del documento.

—Me encanta la idea, así tendré a tu pequeño camarón conmigo.

—Que no es un camarón —dijo en un lindo tono de berrinche— Es un pollito, gordito y bonito —Taehyung sonrió al escucharlo hablar así, con tanto amor y ternura.

—Te quiero, Mimi, te quiero mucho —Jimin despegó la vista de las hojas y lo miró tan dulce y feliz.

—Lo sé, yo igual te quiero.

—Me alegro que estés bien. Que seas feliz.

—Jungkook me hace feliz —respondió sonriendo y seguro de lo que decía.

—Lo sé, me doy cuenta y eso me alegra mucho.

—A mí también —las mejillas de Jimin se volvieron aún más rojas

—Bien, cambiemos de tema que me siento envidioso de tanto amor —tomó los papeles y los guardó en la carpeta negra que tenía consigo, sin dejar de sonreírle a su amigo— Ahora, falta la remodelación y decoración de todo.

—¿Cuándo empiezas? —no había necesidad de preguntar, Jimin sabía que Taehyung quería ser quien se encargara de eso.

—Cuando me des tu maldita tarjeta de créditos para comprar todo y gastarme el increíble saldo que te carga —bromeó.

Jimin rodó los ojos mientras negaba con la cabeza.

—¿Cuánto crees que se demore todo ese proceso?

—Umm... - pensó y cálculo mentalmente— Creo que en menos de dos meses debería estar listo, habría que contratar los suficientes maestros para que puedan avanzar rápido.

—Bien, ¿te encargas de todo eso?

—Por supuesto, no te preocupes.

—Gracias...

—Quedará maravilloso, ya verás.

—Lo sé, confío en tus increíbles habilidades.

—Me ofendería si no lo hicieras.

—Bobo.

—No más bobo que tú.

Taehyung se quedó haciendole compañia a Jimin hasta que dieron las dos de la tarde, se encargó de prepararle almuerzo y de comer juntos para luego ir por su hijo a la escuela y llevarlo con sus padres, últimamente los estaba visitando seguido ya que Taeho se divertía con ellos.



***

—¿Jimin? —llamó Jungkook apenas entró al departamento. Había tenido que ir temprano a la empresa para entregar unos archivos que necesitaban urgente. Una vez ahí, aprovechó de pasar a saludar a sus compañeros, los cuales ya estaban enterado de la gran noticia y no dudaron en felicitarlo— ¿Amor? —volvió a llamar al no tener respuestas.

Comenzó a avanzar hacia la habitación, frunció el ceño al ver que Jimin no se encontraba en la cama, pero antes de que pudiera decir algo, la puerta del baño se abrió y Jimin salió con sus bonitos ojos vidriosos y sus mejillas sonrojadas.

—Jungkook... —sonrió aliviado.

—¿Pasó algo, te sientes mal? —avanzó rápido hasta quedar de frente con Jimin y levantó sus manos para acunar su rostro. Jimin cerró los ojos y se inclinó hacia un lado, buscando más contacto y cariño por parte del castaño.

—Nada - habló tranquilo— La comida me revolvió el estómago y.... vomité todo —hizo un puchero mientras abría lentamente los ojos y luego sonrió.

—Vamos a tener que evitar todo lo que te haga mal —quitó las manos del rostro tibio de Jimin y lo abrazó.

—Sí —se acurrucó en el pecho de Jungkook, pero se apartó rápidamente y lo miró— Mi beso —demandó estirando sus abultados labios, haciendo que Jungkook sonriera divertido, pero rápidamente se inclinó y lo besó— Ugh... ¿Qué es ese olor y ese sabor? —preguntó frunciendo el ceño y arrugó su nariz.

—¿Qué olor? —preguntó al no entender.

—No lo sé. ¿Qué comiste? —lo miró con los ojos levemente cerrados.

—Ah.—dijo al recordar.

—¿Ah?

—¿Cómo es que sabes que comí algo?

—Te besé, además hueles a algo comestible —Jungkook soltó una risita ante el comentario.

—Umm... me comí unos trozos de pizzas antes de venir.

—¿Por qué no me trajiste? —se cruzó de brazos, totalmente indignado.

—En la empresa había, estaban todos comiendo y aproveche de sacar unos trozos.

—¿Por qué no me trajiste? —repitió.

—¿Quieres pizza, amor? —preguntó realmente preocupado. Si Jimin quería pizza, él iría y le compraría una.

—Si comes pizza yo igual debo comer, no puedes comer algo rico y yo aquí a pura sandía - gruñó y a Jungkook se le hizo tan lindo verlo molesto por una miserable pizza que no pudo evitar sonreír.

—Bien, iré a comprar —dijo finalmente.

—No quiero pizza.

—Pero...

—No quiero, quiero sandía.

—Te traeré sandía ento...

—Ya no quiero, buenas noches —se dio media vuelta y comenzó a caminar hasta su cama.

—Son las cuatro de la tarde, amor —habló sin dejar de lado su sonrisa.

—Buenas noches. —se acostó y se arropó hasta la cabeza.

Jungkook suspiró ante aquel berrinche que acababa de presenciar.

—Bien. Iré a darme un baño —Jimin no respondió.

Tomó ropa limpia del armario y se fue hasta el baño. Después de un largo rato en silencio, Jimin se destapó por completo y clavó sus ojos en la puerta cerrada del baño.

¿Realmente se había enojado por un maldito trozo de pizza? Ni siquiera quería pizza, él quería sandía todo el jodido día.

Salió de la cama y se quitó el pijama por completo, caminó desnudo hasta el baño y cuando abrió la puerta, fue recibido por la densa nube de vapor cubría todo el interior. Sonrió satisfecho cuando sus ojos encontraron el perfecto cuerpo desnudo de Jungkook.

Caminó rápido y se metió bajo el agua, pegando su cuerpo con el del mayor.

—Amor... —habló sin abrir los ojos, mientras quitaba el shampoo de su cabello y rostro.

—Aún sigo enojado —murmuró y apoyó su frente en el pecho mojado de Jungkook— No vuelvas a comer nada rico sin mí.

—Bueno —lo miró finalmente y alzó su rostro— Eres demasiado lindo cuando haces berrinches, sabes. —lo besó y Jimin lo abrazó.

—Lava mi cabello, kookie... —Jungkook sonrió. Amaba ese lado tan lindo y tierno de Jimin.

Estuvieron alrededor de veinte minutos bajo la deliciosa lluvia artificial donde Jungkook se encargó de mimar y lavar a Jimin, donde cada tres segundos lo devoraba a besos, donde recorrió con sutiles caricias todas las curvas de su Minnie.

—Me siento tan cansado —soltó Jimin mientras se dejaba caer con delicadeza en la cama, su cabello revuelto y ya seco, sus mejillas totalmente rojas a causa del baño y de los tantos besos que recibió.

—¿Tienes hambre? —preguntó Jungkook mientras bostezaba, él también estaba bastante cansado.

—Un poco, pero ven - lo invitó a la cama— Tengo algo que mostrarte.

—¿Qué es? —se acostó a su lado.

—Mira, me lo trajo Tae —le extendió la carpeta negra a Jungkook y él comenzó a ver los papeles del interior.

—Woow... ¿Ya está listo? —preguntó bastante sorprendido, no pensó que sería tan rápido la compra de la casa.

—Sí, pero hay que esperar alrededor de unos dos meses hasta que esté lista la remodelación.

—¿Taehyung verá eso?

—Sí, él se encargará de todo.

—Que bien, tendré que comenzar a empacar las cosas de mi departamento para ponerlo en venta —dejó la carpeta a un lado.

—¿Puedo ir contigo? —Jungkook lo miró alzando sus cejas.

—¿A mi departamento? —preguntó, bastante asombrado.

—Sip

—No hace falta, amor —dijo mientras se acercaba a Jimin para abrazarlo.

—¿Qué escondes? —lo miró con sus cejas levemente fruncidas.

Jungkook sonrió de lado. Además de haber creado cierto apego a él, también tenía su modo celoso activado las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana.

—Nada, bebé. —comenzó a acariciar su vientre.

—¿Por qué no quieres que vaya?

—Nunca te gustó ir...

—¿Qué esconde? —repitió.

—Oh vamos, amor. —respondió cansado.

—Voy a ir contigo —no fue pregunta esta vez.

—Bueno, pero iremos el día que tengas tu cita con el doctor.

—Bien, es en tres semanas más.

—En tres semanas vamos, entonces —cerró los ojos mientras rodeaba con sus brazos el cuerpo de Jimin, quedando con su cara en el pecho de este.

—¿Vas a dormir? —comenzó a acariciar el cabello de Jungkook.

—Estoy cansado, sólo necesito dormir un poco.

—Si duermes mucho luego no podrás dormir en la noche.

—Si podré porque mañana me levantaré temprano.

—¿Para qué?

—Voy a salir a trotar, estoy engordando.

—Claro que no —lo jaló de los cabellos para verle el rostro, Jungkook abrió lentamente sus ojos— No puedes hacer ejercicio.

—¿Por qué no?

—Si yo engordo, tú engordas.

—Amor... —suspiró— Tú llevas un bebé, nuestro bebé. Yo sólo llevo comida, necesito hacer ejercicio.

—No.

—¿Por qué andas tan gruñón? —sonrió y llevó su mano hasta la nuca a Jimin para acercarlo más a él— Te amo, pero estoy cansado bebé. Quiero dormir —junto sus labios con el menor, para deleitarse con un tierno beso. Aunque también era para silenciar un poco a Jimin.

—Bien, te despertarte en una o dos horas más.

—Sí... —murmuró contra el pecho de Jimin.

Jimin no dejó de acariciar los cabellos castaños de Jungkook, supo cuando este se quedó dormido y aún así siguió. Luego de un buen rato, se apartó y salió de la cama.

—Comida, comida, comida... —fue diciendo animadamente mientras iba a la cocina.

Se sirvió un pocillo lleno de arroz con unos huevos revueltos y le agregó encima salsa de catsup.

¿Desde cuándo le gustaba comer ese revoltijo? Dah, qué importaba.

Se lo había estado imaginando desde que habían salido de la ducha y ahora ahí estaba, disfrutando cada bocado.

—Mmm... —tarareaba cada vez que llenaba sus mejillas de comida.

Una vez que terminó todo, lavó las cosas que ensució y se fue hasta la sala a ver alguna cosa en el televisor. Aprovechó de llamar a su padre para saber cómo seguía y para su alivio, estaba bien.

Estuvo aburrido en la sala alrededor de una hora y cuando decidió ir a la cama, su estómago se revolvió nuevamente y tuvo que correr al baño para devolver todo lo que había ingerido.

—¿Crees que comeré sólo sandía, pollito? —dijo mientras acariciaba su vientre— Claro que no, comeré todo aún si no te gusta —tiró la cadena, se levantó, lavó sus dientes y su cara para luego ir hasta la cama y meterse en ella, Jungkook inmediatamente lo abrazó.

—Kookie —susurró mientras también lo abrazaba— Despierta, estoy aburrido de estar solito —puchereó aún cuando el castaño seguía durmiendo.

—Mmm... —se quejó.

—Ya van a ser las siete, despierta —dejó un beso en la mejilla del castaño.

—Shh... —siseó.

Jimin le mordisqueó levemente la mejilla antes de acurrucarse bien entre los brazos de Jungkook y cerró los ojos, permitiendo que su cuerpo se relajara y sin darse cuenta, él también había caído en los brazos de Morfeo. 

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