Salí de la habitación del hospital y en la salida me encontré a Velum esperandome.

-Así que al final has decidido despertarte. Dijo con un tono burlón.

-Eres gracioso cuando te lo propones, cosa que ahora mismo no estas haciendo. Le respondí y después comenzé a seguir a una enfermera que había dicho que nos llevaría a nuestras habitaciones.

Al llegar a la habitación la enfermera nos dice que por lo visto dormimos en una litera.
Creo que nos lo dice porque piensa que se nos a olvidado después de estar tanto tiempo dormidos. La enfermera nos dice que si necesitamos algo podemos encontrarla en la sala tres del hospital y después de eso cierra la puerta.

-¿Porque estamos en un orfanato? Papa podrá estar muerto pero ¿Y Mama? Me preguntó Velum mientras cogía una pequeña llave de uno de los cajones de la habitación y se lo guardaba en el bolsillo.

-¿Y si Mama nos abandonó? Pregunté sin querer creer que esa era la verdad.

-Esperemos que no. Me respondió Velum.

Se formó un pequeño silencio que se interrumpió segundos después por el chillido de la puerta al abrirse.

-¿Habláis de Lemy Torres? Dijo una niña que estaba al lado de la puerta.

-¿Conoces a nuestra madre? Le pregunté a la niña de pelo castaño.

-¡Claro! Ella era un ejemplo a seguir, siempre venía a este orfanato a hablarnos de la esperanza que tiene que tener algunos y también nos hablaba de los obstáculos que el mundo le puso a ella. Una vez habló de su marido y dijo que sentía un fuerte dolor porque el había muerto y que no sabía que hacer en esos momentos, recuerdo que lloraba mucho por eso y que a veces perdía esa esperanza de la que nos decía que no teníamos que perder. Parece que cuando perdió a su marido todo se le derrumbó y un día simplemente desapareció. Lo último que sabemos de ella era un día antes de que desapareciera, ella nos dijo que todo dolor puede sanar y que si pasaba algo malo no teníamos que estar tristes, y un día después desapareció. La policía la ha estado buscando por mucho tiempo y nunca han dado con ella. Siento que no podáis verla otra vez.

-¡La policía nunca encuentra nada! Dije enfadada porque me recuerda al caso de Allen, nunca lo encontraron y por eso se considera como si estuviera muerto.

Velum observó como hice una pequeña rabieta de niña pequeña y después me dio palmaditas en el hombro.

-Creo que por esta vez te voy a dejar que sigas pareciendo una niña de siete años para que al menos no te quede nada de enfado que tengas que soltar luego. Dijo Velum esperando a que mi rabieta termine.

Odio a los policías, nunca llegan a tiempo, nisiquiera para cuando alguien está en peligro y los llaman.

Cuando conseguí calmarme la niña de pelo castaño me miraba con esos ojos azules que no reflejaban ninguna emoción, solo nos miraba fijamente mientras estaba apegada a la puerta. Velum al ver que ya me había calmado me rodea con sus brazos dandome un cálido abrazo.

-Tranquila, la encontraremos. Me susurró, supongo que era para que la niña no lo escuchara aunque no se porque no querría que lo escuchara, no era nada raro.

De repente Velum pasó de ser el típico chico bromista con mucho sarcasmo a ser un chico dulce y atento, que cambio más repentino. No creo que tarde mucho en volver a ser el típico sarcástico con gracia pero supongo que de vez en cuando viene bien que cambie para ser así en estas situaciones.

-Em... Bueno. Creo que será mejor que me vaya. Dijo la niña y cuando Velum y yo miramos la niña se había ido.

-¿Crees que estaba incómoda? Preguntó Velum con un semblante dubitativo.

-No, creo que se sentía como si sobrara. Le respondí mientras investigaba esa habitación que podía contener información útil.

Pasó un rato y Velum también se puso a investigar y encontré un cuaderno que contenía una agenda, casi todos los días están llenos de cosas para hacer. En una de ellas ponía: Seguir buscando pistas en casa para encontrar a Mama. Todas las cosas que había conseguido le ponía un stik, pero esa tarea no tenía un stik, ¿Algo me detuvo cuando quise volver a casa?

Hablé con Velum sobre la tarea de ir a casa a encontrar información y el me dijo que teníamos que ir a casa, que teniamos que conseguir llegar sin que nada nos detenga. Al principio dudé porque si la Elin de hace un año no lo consiguió no sabía si nosotros podríamos pero terminé aceptando y nos preparamos para poder llegar. Lo que no sabíamos era que alguien nos había escuchado entre las paredes de aquel orfanato.