Capítulo 10. Ideas

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―¿Cómo estuvo?

Miré a Ancor confundida.

―¿El qué?

―Saliste con ella anoche.

―Qué salvaje. Yo no "salí con ella", más bien estaba siguiéndola para asegurarme de que no hacía nada estúpido.

―Es decir, fuiste su madre.

―Eh.

Me giré para ir al baño. No la vi en la habitación al despertar. La mañana era muy tranquila en aquel sitio, con los pájaros cantando y Ancor tarareando de vez en cuando, pero no podía dejar de pensar en que, mientras nosotros estábamos aquí atrapados, ella podría estar destruyendo otra vida.

Salí del baño y me dirigí al salón. Observé al chico hacerse una trenza para comenzar a limpiar. El recuerdo de la conversación de anoche me carcomía por dentro. ¿Sabe lo que hizo Shadow? ¿Es siquiera consciente de que su madre está muerta?

Viéndolo así, tan tranquilo, era algo perturbador. Los últimos recuerdos que tenía de él eran de un príncipe bastante extrovertido, que iba de fiesta en fiesta con sus amigos de la alta esfera y que destacaba en todo lo que hacía por ser demasiado bueno. Ahora era como un fantasma. Acostumbrado a la soledad de aquella cabaña y a cantarle a los animales para que le hicieran algo de compañía, parecía incluso reacio a socializar más de lo necesario.

Debería hablarlo con él. Le vendría bien tener a alguien con quien desahogarse después de tanto tiempo sin una presencia en quien confiar. Aunque, si lo pensaba bien, ¿cómo sabía que confiaría en mí? Éramos de la misma dinastía, pero a saber cuáles serían sus opiniones políticas actuales.

¿Shadow le mantendrá al tanto de lo que ocurre en el país?

―Todos dicen que pronto habrá una coronación ―comenté con voz suave―. En Diákora.

―¿Y a mí, ¿qué?

Ah.

―Airam será el nuevo emperador ―quizás le interese saber que su amigo está bien.

Ancor se rio, apoyándose en su escoba.

―Airam es un bueno para nada. Como se ponga esa corona, no dura ni tres telediarios.

Tragué saliva.

―Pensé que erais amigos.

―Y lo somos. Eso no quita que le diga lo que pienso, ¿o eres de las que creen que nos vemos para quedar bien con nuestros padres?

―En absoluto.

―Él sabe muy bien lo que hay, me temo.

Siguió limpiando la sala, a pesar de que todo estaba impoluto. ¿Era su manera de entretenerse?

―Entonces, ¿piensas que la corona no le aceptará?

―No lo sé ―dijo Ancor―. Espero no saberlo nunca, la verdad.

La corona, por muy objeto que fuera, estaba saturada por el poder de más de diez generaciones. Nuestros antepasados huyeron de una guerra en el continente más cercano, y fue cuando encontraron estas islas que se formaron los primeros líderes. Y estos pusieron su sangre en cinco coronas recién hechas, con gemas y todo lo demás, y juraron que darían la vida por su pueblo. Hoy en día no hace falta llegar a esos extremos, pero la corona no ha cambiado de postura. No aceptará ser portada por alguien que no cumpla con sus expectativas. Y esas eran las que se formaron hacía siglos. Es lo que tiene ser un objeto con siglos de historia. Te tienes que hacer respetar.

Y si tienes el privilegio de ponértela y romper sus expectativas, también tendrás el privilegio de obtener el récord a la persona con la cabeza más alejada del cuello.

Tal vez no todos están muy contentos con el asunto.

Ancor me dio la espalda.

―Alyssa.

―Dime.

―Tú también estás aquí, te lo recuerdo.

Miré al suelo. Eso fue un golpe bajo. No hacía falta recordarme mi fracaso.

―Estoy trazando un plan para sacarnos de aquí. A los dos. No me vendría mal que colaborases.

―Si va a salir tan bien como el anterior... Mejor ponte a robar con ella. Necesito harina para mañana.

Me levanté del sofá y lo agarré por los hombros. Intenté no hacer mucha fuerza, tan solo la necesaria para girarlo hacia mí. Su expresión no cambió en absoluto, ¿qué le pasaba a aquel chico?

―Jamás. Seré. Como ella.

―Eres valiente. Pero eso no sirve de nada en el mundo actual.

―Soy fuerte. Más que ella.

―Pero ella está lista para ganar. Y tú tienes miedo.

―Tan solo tengo que quitarle la fuente de su poder.

Él se mostró interesado.

―¿Cómo?

―No lo sé.

Arqueó las cejas. Yo hice lo mismo.

―¿Cuándo?

―Esta noche. 

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