35: Problemas cerca

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—Duerme con ella, yo dormiré en el auto, el sillón está lleno de polvo. —sugerió.

Propuesta que fue ignorada por Félix, ya que el sabía que eso era lo que pasaría, no necesitaba que Hyunjin lo dijera.

Sin más el peli-azul salió de casa, fue hasta el asiento del copiloto abriendo una pequeña gaveta que ofrecía el auto para tomar una cajetilla de cigarros, quedaban unos cinco, Hwang los usaba cuando necesitaba pensar o desestresarse.

Próximamente fue hasta la parte trasera del auto, recargndose en está mirando a la nada, pensando y la tranquila vida que tendría si desde un principio no le hubiera echo esos comentarios tan estúpidos a Lee sobre sus suaves nalguitas de algodón.

Estaría por ahí.. robando y matando como acostumbraba hacerlo. Pero sin la ayuda de Félix para salir de aquella prisión no habría sido posible.

Estar en deuda le encantaba al peli-azul, pero cuando se trataba de Félix, bueno.. quería pensar que su corazón estaba desarrollando sentimientos por ese pecoso y debería pagarle, con algo simple.

Debía asegurarse de que Félix pudiera estar a salvo junto a su hermana y luego, desaparecería de su vida.

Se lo había prometido a si mismo hace unos minutos, cuando veía atentamente al pecoso darle mimos a su hermana.

Hwang expulsaba el humo de sus pulmones, hasta llegar a su boca, estaba tan sumergido en sus pensamientos que no se percató de que Félix estaba a unos pasos de el.

—No sabía que fumabas.. dame. —extiró su mano.

Hwang le pasó el cigarrillo viendo como el pecoso le daba una calada a este para luego tirarlo y apagarlo con su zapato.

—Entra, hace frío.

No hacía frío, pero Félix ya había visto ese famosa luz roja de una cámara encendida sobre la bombilla que estaba al otro lado de la calle.

—Mañana al amanecer nos iremos, te llevaré al pueblo más cercano, haré que cambien tu apariencia y la de tu hermana y les comprare un boleto a Australia. Pero para que esto sea posible, necesito comunicarme con el.

Hwang vio la cara de incredulidad en el pecoso, dándolo a entender que había dicho una locura.

—Los llevaré a tomar el vuelo más próximo a despegar.

—¿Te drogaste?

—Si estuviera drogado estuviera besándote o posiblemente llorando, pero no.

—Eso es estúpido, vamos entra.

—Entra tu Lee, no me tienes tienes que decir que hacer. El que seas mayor que yo no te da derecho a nada.

—Suenas.. dolido.

—¿Que querías?

Bueno.. quizá el pecoso solo tenía miedo de que Hyunjin fuera igual que Wonho, pero dejando de lado eso, el corazón de Félix detestaba a Hyunjin, y no cambiaría.

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