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—¿En serio, ahora? —habló con algo de fastidio. —Se dijo a si mismo mientras veía su entrepierna por ensima de la ropa

Su mente no hacía más que pensar en Félix de forma obscena, se lo estaba imaginando en cada posición existente que se le ocurría y eso no ayudaba en su situación. Percibió una sombra acercarse y tener dos pies descalzos delante de él.

— Hyunjin.

El mencionado levantó la vista encontrándose con la presencia del castaño, Félix lo tomo por la muñeca hasta llevarlo a uno de los cubículos que ofrecía el baño, al menos tenían privacidad para una que otra cosa.

— ¿Me explicas cual es tu problema?

— ¿Que? No he dicho o echo nada, mejor ve con un médico que te dé pastillas para tu bipolaridad. — habló con una cara de incredulidad fantástica.

— ¿No sabes cuál es tu problema? — el pelinegro negó — Este es tu problema.

Félix posicionó su mano derecha sobre el miembro de Hyunjin por ensima de la ropa.

— ¿No quieres que me porte como un buen sumiso y te relaje un poco?

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¿Quieren un pequeño maratón?