Especial Taekook

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Dos semanas de vacaciones para Jungkook y Taehyung era algo que realmente necesitaban después de una larga y muy estresante guerra de poder en la que salieron ganadores.

A dos días de haber llegado de su viaje a la Islas Canarias, esa noche de verano Taehyung yacía recostado en la cama que compartía con Jungkook, con su móvil en manos mientras respondía rápidamente algunos correos electrónicos muy importantes. Se supone que estaba de vacaciones, pero no podía dejar de responderla algunas cosas.

Jungkook ingresaba a la habitación mientras secaba su cabello con una toalla. Tardó una hora completa allí dentro, se tomó su tiempo preparándose para lo que estaba planeando hacer aquella noche.

Observó a Taehyung desde el umbral del baño esperando llamar su atención, pero éste estaba sumergido en la pantalla de su teléfono. Tenía las piernas estiradas, solo llevaba puesto un pantalón corto y estaba con el pecho descubierto. Era verano, por lo que ambos acostumbraban a dormir con poca ropa y muchas veces sin nada.

El pelinegro se paseó por la habitación fingiendo buscar algo, ya había pasado frente a Taehyung algunas cinco veces mirándolo de reojo y ligeramente sonrojado por lo que había decidido mientras se duchaba.

Después de que su novio le insinuara en más de una ocasión que se perdía de mucho al no querer ser pasivo, no pudo dejar de pensar en ello y en todas las veces que el rubio se lo pidió en bromas; el siempre terminaba diciendo que no y que nunca pasaría.

Lo había pensado durante semanas y esa noche tomó una decisión. Por eso se paseaba por la recámara con un pijama nuevo que esperaba Taehyung notara.

Tae —lo llamó Jungkook esperando que esté por fin levantara la mirada.

—¿Qué? —cuestionó el rubio tecleando en su teléfono.

Jungkook se quedó en silencio con la intención de que Taehyung volteara a verlo y cuando lo hizo obtuvo la reacción que quería. Sorprendió al rubio.

—Iré a beber agua, ¿quieres algo de la cocina? —cuestionó desde la entrada de la habitación.

Esperó una repuesta por parte de su novio, pero éste siquiera parecía haberlo escuchado, vio cómo se mordió el labio inferior mientras recorría con la mirada todo su cuerpo. El pijama de encaje marrón de dos piezas que llevaba puesto Jungkook sorprendió a Taehyung, era traslúcida y podía ver debajo de ese conjunto su piel blanca completamente desnuda, no había rastro de ropa interior; los tatuajes de sus brazos descubiertos al igual que parte de su pecho por los tres botones sueltos de la camisa. Era algo que el rubio no esperaba ver y le encantaba.

Bebé —lo llamó Jungkook al no recibir respuesta.

—¿Qué dijiste? —preguntó Taehyung mirándolo a los ojos y notando en sus mejillas algo que a pocas veces había visto en Jungkook. Estaba sonrojado.

—¿Qué si quieres algo de la cocina? —volvió a preguntar en tono divertido.

—N-no —tartamudeó. Tragó en seco cuando el pelinegro le dio la espalda y pudo comprobar que efectivamente no llevaba ropa interior y un pijama de encaje. Cuando reaccionó corrió hasta el pasillo y encontró a Jungkook bajando las escaleras.

—¿Y ese pijama? —preguntó Taehyung desde el barandal del pasillo.

—Es nueva —respondió sin mostrar mucho interés cuando en realidad quería sonreír de oreja a oreja por haber logrado la atención que quería.

—¿No llevas ropa interior? —cuestionó antes de que éste finalmente desapareciera de su campo de visón.

—No, hace mucho calor —contestó y Taehyung ya no lo pudo ver más.

—Y sí que hace calor —susurró para sí mismo mientras volvía a la cama. Volvió a tomar el móvil entre sus manos y se concentró en el correo que estaba por enviar.

El día anterior tuvieron una noche bastante interesante en la que como siempre el pelinegro dejaba a Taehyung con terribles dolores en la espalda, si no hubiese sido por los masajes post sexo y los baños relajantes, ya estuviese durmiendo.

En la cocina, Jungkook se preparaba mentalmente para lo que estaba a punto de hacer, tomó un vaso de agua y cuando se sintió lo suficientemente tranquilo como para volver, apagó todas las luces de la planta baja y volvió a su recámara.

—¿Mañana no tenemos nada que hacer cierto? —cedrino creando la puerta detrás de él.

—No, dijiste que querías quedarte en casa antes que ir al bar —respondió Taehyung sin mirarlo.

Jungkook no dijo nada más y solo optó por sentarse junto al rubio, apoyó su codo en la almohada mientras con la mano peinaba su cabello, tratando de acomodarlo mejor.

Sumidos en un silencio que no era incómodo, Taehyung lo miró de reojo de vez en cuando y Jungkook podía sentir esas miraditas. Dedujo que el rubio no quería sexo esa noche, sino ya se le habría pegado e insinuado con un roce, una mirada o se habría dado la vuelta para restregar su trasero contra el cuerpo del azabache como siempre hacia cuando estaba deseoso.

Jungkook lo observó sin disimulo y por primera vez lo vio con otros ojos. Notó que el rubio realmente tenía un cuerpo trabajado para no tener tanta masa muscular como él. Sus brazos lucían firmes y su abdomen estaba tonificado.

Suspiró profundo y sin pensarlo mucho se subió sobre el regazo de su novio, acto que en definitiva le sorprendió al contrario.

—¿Qué haces? —cuestionó el rubio aún con su atención al último correo que pretendía responder.

—¿Sigues cansado por lo de anoche? —preguntó acariciando el torso del hombre debajo de él.

—No, estoy como nuevo —respondió dejando el móvil sobre la mesita de noche para llevar toda su atención al pelinegro—. Si no te conociera pensaría que me estás seduciendo para que te folle, pero eres tú, el señor siempre dominante.

—¿Qué pasaría si fuera cierto? —preguntó Jungkook haciendo círculos en el abdomen de Taehyung.

—¿Si fuera cierto qué? —interrogó el rubio llevando sus manos a los muslos del azabache y deslizarla hacia arriba hasta llegar a su cintura. Amaba lo pequeña que era la cintura de Jungkook.

—Que quiero que me cojas —admitió en un murmuro. Podía sentir el caliente ascender a sus mejillas.

—Claro que te complacería, es lo que más he deseado desde que te conocí, ¿quieres que lo haga? —preguntó Taehyung metiendo su mano por debajo de la camisa de encaje de Jungkook sin apartar su mirada de la suya.

—Quiero intentarlo, sé que quieres hacerlo desde hace tiempo.

—¿Lo haces por mi o por ti? —preguntó Taehyung pasando sus dedos por las tetillas del contrario-

—Por ambos, admito que me da un poco de curiosidad saber qué se siente —confesó con sus manos apretando levemente la cintura del rubio. Incluso estando en aquella posición no podía evitar ser tan dominante como siempre.

—Primero debo saber —susurró Taehyung con voz ronca—. ¿Eres completamente virgen de detrás?

—Correcto.

—¿Nunca te has tocado? —preguntó incrédulo.

—No, siempre le tuve miedo... ¿al dolor quizás? —replicó.

Podía sentir como el miembro de Taehyung se endurecía debajo de él y era una sensación nueva pero excitante, a tal punto que eso provocó su propia erección, más por el hecho de que el rubio estaba acariciándolo por debajo de la camisa.

—Te has perdido de una maravilla por mucho tiempo, pero eso termina hoy —demandó Taehyung antes de tirar del brazo del pelinegro haciendo que éste se inclinara hasta poder tocar sus labios y encontrarse en un beso apasionado.

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Taehyung llevó sus manos hasta los muslos gruesos y tonificados de Jungkook, les dio un apretón. El pelinegro profundizó el beso y cuando sintió la erección del rubio presionar contra sus nalgas, hizo lo que hubiera hecho su novio, moverse de un lado a otro sobre él, lo que no esperaba es que a aquel roce se sintiera bastante estimulante.

—Jungkook —jadeó Taehyung llevando sus manos a las grandes nalgas del pelinegro, les dio un apretón y lo presionó aún más provocando un gemido ahogado por parte del azabache—. ¿Desde cuándo tienes estas nalgotas? —cuestionó Taehyung entre besos sonoros.

—Siempre —replicó buscado con desesperación que el rubio siguiera besándolo con fiereza. Taehyung se sentó aún con el pelinegro sobre él y mientras repartía besos por su cuello, desabotonaba su camisa con desesperación, sintiendo en sus labios la respiración agitada de Jungkook.

Cuando se deshizo de la camisa de encajes, besó y succionó el pecho tonificado del azabache mientras éste echaba su cabeza hacia atrás, jadeante ante el mar de emociones que le proporcionaban las caricias y los besos de Taehyung.

Se quejó cuando dejó de sentir la calidez de los labios carnosos de su novio sobre su pecho y hombros.

—Tranquilo, no hay prisa —murmuró Taehyung con una mano en el rostro enrojecido de Jungkook, pasando su pulgar por sus labios ligeramente hinchados—. Te haré sentir como nunca nadie lo ha hecho —musitó antes de depositar un corto besó sobre los labios de Jungkook mientras sujetaba su mentón con su pulgar.

—¿Me esperas aquí mientras voy por lo necesario para prepararte? —cuestionó recibiendo un asentimiento por parte del pelinegro—. Bien, no te quites esto e intenta relajarte —pidió Taehyung al señalar el pantalón del pijama,

Mientras esperaba que Taehyung volviera decidió tocarse por encima de la ropa, intentó hacer lo que el rubio le pidió, pero sus piernas no dejaban de temblar, estaba muy nervioso y solo había estado así de nervioso cuando tuvo su primera vez con un hombre siendo el de arriba. Confiaba en que su novio sería gentil y cuidadoso con él, esperaba que lo fuera.

—Volví —masculló Taehyung dejando sobre la cama el frasco de lubricante y el preservativo.

Sin saber qué hacer, que decir a dónde llevar sus manos, se cuestionó tantas cosas mientras veía a Taehyung acercársele. Se preguntó si debía abrir las piernas o solo esperar a que el rubio le dijera que hacer; por lo general nunca tenía que decirle a Taehyung que hacer porque él ya sabía y solo era cuestión de actuar o de el mismo colocarlo en la posición que quería.

Kook, tranquilo, estás muy tenso —comentó Taehyung pasando sus manos por el abdomen trabajado de Jungkook. Se colocó entre sus piernas y se estiró para poder besarlo con lentitud. Un beso lleno de pasión en el que sus lenguas se encontraron, haciéndolo más húmedo y cada vez más excitante.

Taehyung deslizó su mano por el torso de Jungkook hasta llegar a su virilidad; sin dejar de besarlo lo acarició por encima del pijama, lo que hizo jadear en un susurro al pelinegro. El rubio no tardó en meter su mano por dentro del pantalón hasta tocar la erección de su novio y acariciar su glande mientras lo besaba.

Entre jadeos bajos, Taehyung sintió como Jungkook rodeó con sus manos su cuello y seguido de eso le mordió el labio inferior con deseo, algo que hacía constantemente siempre que se besaban de esa manera. Entonces lo hizo una segunda vez, pero con más rudeza. Taehyung se apartó al notar que el pelinegro seguía insistiendo en ser dominante incluso cuando él era el de abajo.

No se quejaba, le gustaba tenerlo tan decidido a darle todo lo que ha deseado desde el primero momento en que lo vio con en el club, con ese cabello negro largo que lucía tan suave como para enterrar sus dedos en el mientras lo hacía suyo.

El rubio se apartó dejando ir el agarre de Jungkook y sacando su mano de sus pantalones para poder apreciar lo bien que se veía debajo de él, con las mejillas coloradas y los labios hinchados.

—Te ves tan bien con este pijama que me estoy debatiendo si quitártela o no —confesó deslizando sus dedos por el interior de sus muslos hasta llegar a rozar con sus testículos y su entrada—. Pero quiero verte completamente desnudo —señaló antes de quitarle el pantalón de encaje por completo y notar que efectivamente no tenía nada más debajo, solo una gran erección, una que el disfrutaba tener moviéndose en su interior pero que esa noche solo tocaría de vez en cuando.

Mientras subía y bajaba su mano alrededor de la masculinidad de Jungkook, alcanzó el pequeño frasco de lubricante y detuvo sus movimientos para poder abrirlo.

—Abre un poco las piernas, voy a prepararte —le pidió Taehyung, a lo que él pelinegro obedeció al abrir ligeramente sus piernas, con una sonrisa ladina Taehyung las abrió un poco más, teniendo una vista que consideraba demasiado excitante.

Deseaba tomarlo tal y como estaba, cogérselo hasta que no pudiera más, pero debía ir despacio. Se recordó una y otra vez que era la primera vez de su novio siendo pasivo, debía ser gentil. Quizás por eso mismo sentía la necesidad de avisarle todo lo que haría a pesar de que Jungkook conocía muy bien todo el proceso, lo hacía todo el tiempo con él.

Taehyung esparció el líquido aceitoso en sus dedos y en la entrada de Jungkook haciendo que éste se estremeciera con el simple toque de sus dedos alrededor.

Jungkook apretó sus ojos y se cubrió con su brazo para evitar mirar, pudo sentir como los largos dedos de Taehyung rozaban su entrada. Sus piernas seguían igual de temblorosas.

Rey, tienes que relajarte o no lo vas a disfrutar —recalcó Taehyung llevando una mano a sus muslos—. Respira profundo —le pidió y cuando lo hizo sintió como su dedo se introdujo lentamente hacia su interior. Cuando el rubio lo movió, Jungkook se sobresaltó apoyándose sobre sus codos con las cejas fruncidas.

—Jungkook, solo es un dedo, tranquilízate —indicó—. Soy yo, seré cuidadoso, ¿está bien? —aseguró mientras movía lentamente el dedo de adentro hacia afuera.

—No pienses en la incomodidad, sino en el placer —sugirió mirándolo a los ojos mientras introducía un segundo dedo en la cavidad del pelinegro—. Afloja un poco más las piernas y túmbate hacia atrás —le pidió Taehyung mientras movía sus dedos.

—¿Ves? Ni te diste cuenta que tienes dos dedos dentro de ti —declaró el rubio con una sonrisa ladina.

Jungkook medio sonrió al darse cuenta que lo que decía era cierto. Se sentía ligeramente incómodo y muy extraño, pero a medida que se movía empezaba a ser más placentero.

—Si quieres que me detenga la palabra de seguridad es cherry —indicó Taehyung tratando de desviar la atención del pelinegro a su voz para así poder introducir un tercer dedo. Cuando logró hacerlo, los movió lentamente hasta que sus paredes flojearon un poco más. Simuló el movimiento de tijeras para anchar más su cavidad, era bastante estrecha y sabía que se sentiría demasiado bien dentro de él.

—Bésame —pidió entre jadeos—. Tae, bésame —exigió suplicante.

Colocándose a su lado para mayor comodidad y para no dejar ir el movimiento de sus dedos, se apoyó en su codo para complacer a Jungkook y besarlo.

Notó como el pelinegro empezaba a mover sus caderas de un lado a otro y eso fue lo que le dio luz verde para aumentar sus movimientos gradualmente hasta que solo podía escuchar los suspiros de Jungkook. Manteniendo la cercanía, lo miró a los ojos y vio su expresión, era muy diferente a como lo había visto anteriormente, lucia mucho más obsceno y satisfactoriamente para Taehyung, más sumiso.

—Creo que ya estás listo —susurró Taehyung depositando un rápido beso en sus labios antes de volver a sentarse en medio de las fuertes piernas del pelinegro.

Se colocó el preservativo y un poco de lubricante para evitarle a Jungkook cualquier posible dolor, vio como éste exhalaba y se empujaba el cabello hacia atrás con nerviosismo. Jugó con su miembro acariciando la entrada del pelinegro con el mismo y poco a poco se empujó hacia el interior de la cavidad de Jungkook.

C-cherry, cherry —jadeó Jungkook al sentir una punzada en su entrada, llevando su mano hasta el brazo de Taehyung obligándolo a detenerse.

—Solo ha sido la punta, Jungkook —comentó Taehyung aún sin poder moverse por el fuerte agarre de Jungkook, quien tenía las cejas juntas mientras su pecho subía y bajaba con rapidez.

—Joder, duele —confesó con los ojos muy abiertos.

—Prometo que pasará, el dolor pasará, no podemos quedarnos así toda la noche —consideró el rubio y segundos después Jungkook asintió con la cabeza; Taehyung se movió solo un poco más cuando sintió la mano de Jungkook apretar su muslo al mismo tiempo que intentaba echarse hacia atrás.

Se detuvo por un momento y permitió que el lubricante hiciera la magia hasta terminar por completo en el interior del azabache, como era de esperarse, estaba muy apretado y caliente.

Cherry —farfulló Jungkook con voz temblorosa—. No creo que pueda hacer esto —clamó con los ojos cristalizados.

—Ni siquiera me estoy moviendo —puntualizó Taehyung acariciando el rostro de su novio—. Y claro que puedes hacerlo, lo estás haciendo muy bien.

Taehyung esperó todo un minuto pacientemente mientras esperaba a que Jungkook se acostumbrara al tamaño y le dijera cuando podía moverse.

—Estas tan apretado que siento que me destrozaras.

—¿Eso es un cumplido? —cuestionó Jungkook sonriente. Sabía que lo era, porque es exactamente como él se sentía cada vez que tenían sexo.

—Oh cariño, claro que lo es —contestó Taehyung—. ¿Ya puedo moverme? —preguntó acariciando los muslos del pelinegro, quien solo asintió.

—Joder —gimió Taehyung al sentir las paredes de Jungkook apretar su miembro. Se movió con lentitud, sin prisa, hasta que el pelinegro dejara de sentir molestia.

Jungkook se mordió el labio y apretó sus ojos al sentir el lento vaivén de Taehyung en su interior. Siempre que sentía dolor subía un poco más intentando alejarse, hasta que terminó chocando su cabeza el espaldar de la cama.

El rubio acarició el cuerpo de su novio, sin dejar de moverse besó sus fuertes pectorales y terminó en sus labios, con las piernas del pelinegro alrededor de su cintura mientras se movía con sumo cuidado de adentro hacia afuera.

En cuanto dejó de escuchar los pequeños quejidos de Jungkook, se movió un poco más y fue entonces cuando pudo escuchar levemente los gemidos del pelinegro, quien tenía sus manos en el cuello del rubio y su pulgar en parte de su mejilla. Taehyung sonrió en medio del apasionado beso y se apartó para finalmente poder mirarlo a los ojos, mismos que tenían un brillo diferente; su mirada, toda su expresión era diferente a la que estaba acostumbrado a ver en el pelinegro y le encantaba.

El azabache sentía una punzada no tan agradable cada vez que su novio movía un poco, por esas punzadas fueron sustituidas por un cosquilleo y un placer en su interior que hacía arder todo su cuerpo, algo de lo que Taehyung se dio cuenta, por lo que tomó ambas piernas de Jungkook y las sujetó mientras se movía con un poco más de rapidez, haciéndolo jadear y agitando su respiración.

Cuando su expresión cambió por completo a una de placer, Taehyung incrementó sus embestidas. Jungkook lo observó y nunca se imaginó que su novio se vería tan bien mientras lo penetraba con tanto deleite y pasión en cada movimiento.

Sabía que Taehyung era un dominante bastante intimidante, pero en ese momento, mientras el rubio sujetaba sus piernas en el aire, le dedicaba una mirada maliciosa y llena de lujuria, con la lengua tocando su labio superior, se convenció de que realmente era dominante y se veía demasiado bien siéndolo.

La voz de Taehyung era profunda y roca cuando jadeaba, lo que a Jungkook le pareció demasiado sensual, sobre todo cuando lo miraba de esa forma, como si quisiera devorarlo.

—Demonios —jadeó Jungkook al sentir como las estocadas de su novio lo dejaban casi sin respiración cuando siquiera estaba moviéndose a una velocidad rápida.

Con el propósito de llegar más profundo y poder escuchar los gritos de Jungkook, el rubio alzó la pierna izquierda de su novio dejándola reposar en su hombro, mientras se impulsaba hacia adelante y con su otro mano mantuvo la otra pierna de Jungkook presionada contra la cama.

La expresión de Jungkook en ese momento fue realmente excitante. Taehyung incrementó sus embestidas sin apartar su mirada del azabache, quería ver cómo disfrutaba cada vez que tocaba ese punto que ahora le hacía gemir en lo alto con los ojos desorbitados y las cejas fruncidas.

El pelinegro apretó las sábanas mientras sentía como su próstata era golpeada por el miembro de Taehyung una y otra vez. Era una sensación extraña pero tan placentera que le hacía poner los ojos en blanco cada vez que el rubio tocaba ese punto.

—¿Se siente bien? —cuestionó Taehyung entre gemidos.

Jungkook no podía concentrarse en lo que le decía Taehyung, su mente estaba en el cosquilleo en su interior, en cómo se sentía tan lleno de él. El placer que no le permitía respirar con regularidad, mucho menos quedarse callado. Sus gemidos se escuchaban entrecortados mientras Taehyung se movía dentro de él con determinación y sujetándole las piernas con fuerza.

Taehyung estaba acostumbrado a oír los gemidos roncos del pelinegro, así que escuchar su voz ligeramente aguda mientras gemía, le enviaba una corriente por todo el cuerpo que se sentía como lava corriendo por sus venas del placer que sentía. Aquellos gemidos eran música para sus oídos y podía escucharlos todo el día sin cansancio alguno.

—Q-quiero estar arriba —pidió el pelinegro cuando lo único que sentía era puro placer. Quería más y también necesitaba demostrarle a Taehyung que el perfectamente podía hacerlo solo.

El miedo y los nervios que sentía antes de esfumaron, dejando en su lugar unas ganas increíbles de sentir a Taehyung más profundo dentro de él.

—¿Seguro? Será incómodo para ser tu primera...

—Quiero estar arriba —le interrumpió Jungkook insistente y aún con la respiración algo agitada.

—Todo lo que desees mi rey —expresó Taehyung deteniendo sus movimientos. Sabía que quizás no podría sujetarlo y darse la vuelta, Jungkook seguía siendo mucho más pesado que él, no más alto, pero si con más musculatura, así que con cuidado salió de su interior y se tumbó en la cama.

Jungkook colocó sus fuertes piernas a cada lado del cuerpo de su novio, tomó el miembro erecto del mismo para introducirlo en sí mismo y bajar poco a poco. Se sujetó de las rodillas del rubio y mordió su labio inferior una vez volvió a sentirlo completo dentro de él.

Se movió de un lado a otro y lentamente de arriba hacia abajo, observando la sonrisa ladina de Taehyung al verlo moverse encima de él. El rubio deslizó su mano por el pecho de Jungkook y cuando se detuvo en la comisura de los labios entreabiertos de su novio, se sorprendió cuando éste chupó su dedo índice al mismo tiempo que lo miraba directo a los ojos con travesura.

Taehyung empezó a moverse despacio de adentro hacia afuera, al mismo tiempo que apretaba los pezones del azabache. Por la expresión de sorpresa de Jungkook supo que éste no esperaba sentir una estimulación en esa zona de su cuerpo y le encantó que lo haya descubierto con él.

Elevó más sus pelvis y sus embestidas fueron en aumento poco a poco, hasta llegar a ese punto en el que tenía a Jungkook sin saber de dónde sujetarse por la onda de placer que estaba recibiendo en esa posición.

De una fuerte estocada hizo que el cuerpo dócil de Jungkook se inclinara hacia adelante de forma abrupta, para sostenerse el pelinegro apoyó sus manos en los hombros de Taehyung mientras éste golpeteaba contra su trasero sin parar sus exquisitamente placenteras embestidas para el pelinegro.

Aun cuando los gemidos de Jungkook ya eran gloriosos, lo fueron más cuando Taehyung tocó su miembro y dejó que su mano se moviera al compás de sus penetraciones, provocando en el azabache unos gemidos ligeramente agudos y roncos a la vez.

Pero sus expresiones, eso era algo que el rubio nunca borraría de su mente. Jungkook tenía la cabeza echada hacia atrás, con los labios separados mientras gemía sin pudor, los ojos cerrados y las cejas fruncidas. Lo estaba disfrutando, de eso no tenía dudas.

Su mandíbula. Taehyung observó su mandíbula desde donde estaba y le pareció lo más sexy que haya visto jamás. Ya la había apreciado con Jungkook estando encima, pero no así, está vez era diferente; consideró que la menea en la que se marcaban las líneas de su mentón tan varonil debería ser considerado una maravilla del mundo.

El movimiento de su cabello en cada estocada era algo que podía sumarse a todo lo que le estaba volviendo loco en ese momento, o como sus bíceps estaban flexionados, como sus pectorales subían y bajaban con rapidez.

—Joder, Jungkook —gimoteó el rubio al apreciar detalladamente cada cosa que le excitaba de su novio estando en esa posición tan ardiente para ambos.

—¿Qué? —preguntó el pelinegro mirándolo a los ojos. Eso fue todo lo que necesito para llevar ambas manos a las nalgas voluminosas de su novio y acelerar sus penetraciones al sentirse cerca del orgasmo.

«¿Qué fue esa mirada?» se preguntó Taehyung mientras aún observaba los ojos llorosos de Jungkook, los mismos que tenían una mirada felina y llena de lujuria que nunca había visto en el pelinegro hasta ese momento.

—¿Lo hago —las rápidas y profundas estocadas no le permitieron terminar—...bien? —preguntó entre gemidos.

—De maravilla —contestó Taehyung.

—Se siente..., muy bien, por favor no pares —gimoteó.

Taehyung lo escuchó casi gritar mientras éste apretaba sus hombros y clavaba sus uñas casi en el cuello, lo que solo aumentaba su placer.

Con la respiración agitada sintió ese cosquilleo recorrer todo cuerpo y su miembro hacerse más duro en el interior de Jungkook. Por como éste gritaba sin parar sabía que también estaba cerca de correrse, incluso intentó retener el suyo por un poco más de tiempo para que el pelinegro tuviera un primer orgasmo como pasivo, muy placentero e intenso.

Tae, tae, tae. —Escucharlo gritar su nombre y verlo como llevaba su mano hasta su miembro mientras se estremecía de placer al llegar al clímax, fue lo suficientemente placentero para Taehyung como para hacerlo estallar en un orgasmo que terminó en gemidos al unísono, y espasmos por parte de ambos.

Apretó sus dedos en las nalgas de Jungkook, sintiendo como este seguía apretando su cavidad por el reciente orgasmo evidenciado en los fluidos en su pecho, tan caliente como se sentía todo su cuerpo al sentir las fuertes sacudidas del pelinegro sobre él.

Jungkook terminó desplomándose sobre él y escondiendo su cabeza entre el hombro y el cuello del rubio.

—¿Estás bien? —cuestionó Taehyung al recuperar el aliento, pero sin salir de Jungkook.

—Sé que me dolerá todo el cuerpo después, pero ahora me siento muy bien —expresó en voz baja aún con su pecho pegado al de Taehyung mientras éste abrazaba la ancha y fuerte espalda del contrario.

—Antes no pude decírtelo porque estaba fuera de sí, pero te veías tan irreal encima de mí que joder, fue casi imposible no terminar primero —admitió el rubio sonriente.

—Podías hacerlo —le indicó Jungkook.

—Quería que disfrutarás hasta el último segundo —declaró Taehyung peinando el cabello del pelinegro—. Vamos a ducharnos.

Jungkook se separó despacio y sintió un vacío cuando ya no tuvo a Taehyung dentro de él. Mientras se sentaba en la orilla de la cama, vio sus fluidos en su pecho y en el de Taehyung.

—He hecho un desastre —masculló.

—Tú eras un completo desastre, mira las marcas que dejaste en mi pecho, ¿pensabas estrangularme o qué? —preguntó Taehyung en broma.

—Yo solo estaba sintiendo muchas cosas, la mayor parte del tiempo no me di cuenta de lo que hacía, perdón —se disculpó Jungkook intentando pararse sin dejar salir un solo quejido por él dolor de espalda que se hizo presente.

Kook, está bien, estoy jugando, no me molestan tus marcas, de todos modos, mis manos están marcadas en tus nalgas —informó Taehyung viendo como el pelinegro parecía estar listo para levantarse, pero seguía en la orilla de la cama con la mirada en el balcón que quedaba frente a el—. Apuesto a que ahora no puedes pararte.

—Si puedo —afirmó el pelinegro con seguridad para luego levantarse de golpe, lo que le causó un extraño escalofrío y una sacudida seguido de un quejido sonoro que se apresuró en cubrir al taparse la boca.

Taehyung se rio bajito y aprovechó que el pelinegro estaba de espaldas a él para darle una nalgada.

—Ahora mueve ese lindo trasero mi rey —propuso Taehyung en medio de una risita cómplice.

En cuanto Jungkook dio los primeros pasos en dirección al cuarto de baño se sintió completamente extraño, no solo en esa zona que fue arremetido una y otra vez por su novio. Sino también en sus muslos interiores, toda su espalda e incluso sus hombros dolían un poco.

—Ahora ya sabes cómo me dejas cada vez que me das a lo salvaje —susurró Taehyung al llegar junto a su novio. Lo tomó por la cintura y lo acompañó hasta la regadera.

—Bueno, a veces eres tú el que lo pide —se defendió el pelinegro.

—Si no se sintiera bien me quejaría, pero se siente muy bien, ¿verdad? —cuestionó Taehyung levantado sus cejas y codeando al pelinegro que ahora sonreía a medias mientras se limpiaba el pecho.

—Se siente glorioso, pero sigo prefiriendo ser el activo, no te emociones —demandó Jungkook sonriente.

—Aguafiestas —musitó el rubio con una sonrisa de lado.

Una vez se ducharon juntos, Jungkook volvió a usar su pijama, pero esta vez solo la parte de arriba, mientras que Taehyung se quedó con sus shorts para dormir.

—¿Dormirás desnudo? —preguntó el rubio viendo que Jungkook no tenía intenciones de ponerse siquiera ropa interior.

—Hace calor, así que si, ¿te molesta? —preguntó el pelinegro acostándose de lado en la cama, observando como Taehyung apagaba las luces del cuarto de baño después haber secado su cabello.

—No me quejo y tampoco me haré responsable de posibles dolores de cuerpo mañana —indicó Taehyung mientras se acostaba junto al pelinegro.

—¿Por qué? —preguntó Jungkook acomodando su cabeza en la almohada para luego pasar su mano por el abdomen de Taehyung y reposar su frente en el hombro del rubio.

—Porque no dormirás esta noche, mi rey —susurró acariciando con la yema de sus dedos el brazo de Jungkook.

—Vas a cobrarte todas las veces que no te dejé hacerme esto ¿cierto? —preguntó el pelinegro mientras su novio apagaba la única luz que iluminaba la habitación—. Déjame descansar primero, tengo sueño —le pidió bostezando.

—Ah, qué maravilla es tenerte como novio —suspiró Taehyung sonriente.

—Prometido, llevas mi anillo y quieres hijos, ¿no es eso un matrimonio? —cuestionó Jungkook aferrándose más al cuerpo de Taehyung.

—No seas presumido, Jeon.

—Tengo que hacerlo..., porque te amo y eres mío —balbuceó entre sueños.

—Y yo a ti, rey —masculló sin esperar una respuesta de Jungkook, quien evidentemente ya se había quedado dormido aferrado a él.

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