Jimin tenía un duelo consigo mismo, y es que el no quería ser un bartender para el resto de su vida, pero lastimosamente, no tenía conocimientos que requería un trabajo de oficina o algo por el estilo.

No pudo pagarse la universidad por todos los problemas que tuvo, pero nunca quiso pensar en eso.

Las únicas opciones que tenía eran o ser un mesero o un bartender, pues nunca pudo encontrar trabajos que no pidieran el mínimo de experiencia.

Aunque tenía una opción, tal vez no sea la mejor opción, pero tiene los contactos ¿por qué no?

¿Por qué no hacer limonada con los limones que tiene?

...

La poca luz que entraba a la habitación de Jungkook interrumpió el sueño del rubio, haciendo que se mueva entre las sábanas.

Abrió sus ojos levemente y pudo ver a Jungkook completamente dormido a su lado, sonrió antes de darle un pequeño beso en su mejilla.

Frotó sus ojos antes de buscar con sus ojos algo de ropa y ponérselas antes de levantarse de la cama sin interferir con el sueño de su amante.

Y ahí estaba Jimin, con sus bóxers negros y una camisa de Jungkook que le quedaba algo grande, buscando con su mirada algo que comer en aquella cocina.

—¿Qué acaso no come?

Musitó con el ceño fruncido.

Abrió el refrigerador y pudo ver algunas latas de refresco, botellas de agua, y un envase con tapa al fondo del refrigerador.

"Un poco de kimchi para que disfrutes, por favor, no lo dejes que se heche a perder.
Con cariño, tu madre ♡"

Jimin sonrió con tristeza después de leer el aquel papel que estaba en aquel envase cerrado.

Su madre jamás le preparó comida.

¿Por qué no pudo sentír el amor de madre como muchos?¿Acaso tenía algo malo?

...

Jimin caminó hacia el lobby del enorme edificio.

Si, iba a aprovechar lo poco que su padre le dejó.

Contactos.

Ser modelo no sonaba muy mal si se ponía a pensar, era algo nuevo y probablemente difícil, pero no perdería la oportunidad.

Pasó con una tarjeta de identificación y subió al piso al cual había ido la anterior vez que había estado ahí.

—¿Jimin?¡Por fin te veo!

El rubio sonrió al ver a aquel fotógrafo que le había ayudado la última vez, su nombre era Jihoon si no mal recordaba.

—Si, tuve unos problemas pero estoy aquí.

Jimin sonrió.

—¿Tu propuesta sigue en pie? De verdad lo he pensado mucho y creo que no estaría mal.

—¿Mi propuesta?¡Por supuesto! Para los Park esta editorial siempre estará a su disposición.

Jimin asintió mientras mordía su mejilla en su interior.

Era un Park, odiaba serlo, pero si no podía hacer nada, solo iba a sacarle provecho a su apellido.

—Le hablé al CEO sobre tí la otra vez, y como no hubo problema con el anuncio, me dijo que si aceptabas trabajar con nosotros, no habría problema alguno.

Jimin asintió con una sonrisa.

—Y Jimin...

El rubio lo miró.

—¿Sucede algo?

Dijo al ver su rostro algo serio y preocupado.

—La cuestión es que, bueno, no es un secreto sobre tu escándalo con Jeon Jungkook...

Jimin mordió su labio y bajó la mirada. Joder.

No quería problemas por ese escándalo, pero no pensaba alejarse de Jungkook, no ahora, cuando ya habían superado tantas cosas.

—¿Hay algún problema con eso?

Jihoon negó.

—Solo que, si hay una relación, al firmar con nosotros, tendrás que comentarnos sobre ello, pues manejaremos tu imagen y tu sabes...

El cuerpo tenso de Jimin se relajó, no sería un problema, eso era una buena noticia.

—La cosa es que, aún no hay nada, pero si llega a suceder, lo sabrán.

Sonrió y Jihoon le devolvió la sonrisa.

—Bien, andando, tenía los papeles preparados para este momento.

—Pues vamos.

...

—Bien Jimin, oficialmente formas parte de World Editorial.

Jimin había leído minuciosamente cada casilla del contrato que World editorial le ofreció, y era bastante beneficioso.

No sabía si era por ser un Park, o porque trabajaban así con todos los que se unían a la empresa, pero una cosa era segura.

Estaba asegurando su futuro, y no le importaba que sea gracias a su padre, al fin y al cabo, era lo único que le había dejado.

Corto y algo malo, pero se
hizo lo que se pudo sjsjj.

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