마지막

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Jungkook no estaba seguro como había terminado boca abajo, una almohada debajo de su abdomen para poder parar su trasero y Namjoon básicamente besando allí. Bueno "besando" era el eufemismo del momento, estaba comiéndose a Jungkook.

Lo estaba volviendo loco y él no podía dejar de tirar su culo en dirección a la cara de Namjoon, el cual estaba enterrado entre sus glúteos lamiendo, mordiendo, amasando y volviendolo un demente, urgando terminaciones nerviosas que no sabía que su culo tenía.

Bueno, él sabía que estaban ahí, pero nunca había tenido curiosidad de urgar allí, hasta que se cruzó con este tipo que lo daba vuelta como una media y su corazón adolescente siempre había querido que Namjoon fuera el primero.

—Ay, mierda... Imbécil —soltaba apretando sus ojos y tirándose contra esa lengua que follaba su agujero expuesto.

— ¿Hice algo mal? —Namjoon dejaba de estirarlo.

—No fue para ti —gruñia Jungkook—. Continúa.

Namjoon relamía sus labios y se sorprendía de lo mucho que le encantaba darle un beso negro a ese chico. Los gemidos habían sido incentivo suficiente para volverlo loco y querer inspeccionar más.

— ¿Por qué no sigues? —decía Jungkook sintiéndose vacío.

— ¿Tienes lubricante? —preguntaba Namjoon.

Jungkook apretaba sus dientes. Maldito, maldito, maldito Namjoon. De acuerdo él era Jeon Jungkook, el cretino más egoísta y vacío en el sexo, él podía hacer esto. Podía concederle a Namjoon este encuentro de una sola vez y él finalmente sucumbir a la única fantasía que tenía desde siempre.

—Sí, en mi cajón —señalaba en dirección al mismo viendo como su hyung favorito alcanzaba rápidamente todo lo que necesitaba.

Lubricante y condones.

— ¿Me detengo? —decía Namjoon con las cosas en una mano y con la otra toda posesiva sobre el culo parado de Jungkook.

Este lo fulminaba con la mirada—. Folláme de una jodida vez, estúpido.

Namjoon alzaba sus cejas—. Ahora entiendo porque dice tu hermano que eres muy temperamental.

Jungkook suspiraba evitando reír y se burlaba de las palabras de Namjoon, replicándolo con voz graciosa, pero no terminaba la frase cuando esa mano daba una buena nalgada justo en el centro de su bonito culo virgen.

— ¡Namjoon - ah! —ese grito no podría haber sido más sexy. Había sido un gemido gracias a que aquella nalgada había dado un estruendo de placer a todo el cuerpo de Jungkook, los dedos de sus pies de habían enroscado. Sus ojos y puños se habían cerrado y había creído que se correría simplemente por eso.

Namjoon lo había visto incluso tambalearse sobre la cama un poco por la sensación placentera repentina que, le había causado el chirlo de su mano.

No podía evitar inclinarse cerca de la oreja del menor y exclamar gravemente—. La respuesta correcta era: Folláme de una vez, mi amor —luego mordía la oreja del menor.

Un gemido con una risa se le escapaba a Jungkook y luego lo miraba fijamente desde su posición—. Tú no eres mi amor, pero puedo llamarte "Papi" si así lo quieres —la sonrisa ladina hacía que Jungkook se viera salvaje e inalcanzable.

Namjoon no entendía porque quería presionar todos los botones correctos o incorrectos en este precioso ser humano, pero siempre había sido un poco débil por Jungkook al ser hijo único y criarse casi con los hermanos "Kim/Jeon", pero ahora su debilidad estaba ligada más a lo sexual con este chico de piel blanca, ojos grandes y sonrisa inocente. Para nada tan puro como parecía.

—Date la vuelta —pedía con voz grave.

—No —respondía Jungkook. Namjoon lo miraba sorprendido—. Tengo entendido que es menos doloroso así. Por lo que me quedaré de espaldas a ti.

—Pero quiero besarte —decía Namjoon.

Jungkook ocultaba su rostro sonrojado del mayor—. Sip, me di cuenta. Me duelen los labios, mejor así. Hazlo de una vez —pedía.

Namjoon fruncía su ceño y se preguntaba porque todo tenía que ser tan tosco para Jungkook, pero no cuestionaría. Aunque realmente deseaba follarlo suavemente y besarlo hasta el cansancio. Él quería simplemente disfrutarlo en cámara lenta, pero Jungkook parecía querer terminar rápido con esto. Así que sacudia todo pensamiento y se posicionaba a horcajadas del chico. La espalda musculosa y sultil de Jungkook con su bonito culo parado y musculoso era una vista espectacular. Los tatuajes en el brazo derecho del chico eran sexys como el infierno y él no era un fanático de la tinta en la piel, pero Jungkook parecía simplemente gustarle demasiado.

— Relájate —susurraba con voz ronca mientras derramaba lubricante en sus dedos.

«Si claro, como si fuera tan fácil» pensaba el menor, intentando hacer lo pedido.

Cuando dos dedos bañados en lubricante dejaban una línea húmeda entre sus glúteos, Jungkook soltaba un suspiro que era similar a un gemido. Él quería sentir esos dedos. Serían más duros que la lengua de Namjoon, más largos. Lo que había soñado desde hacía años, iba a suceder y su estómago se retorcía de los nervios y su corazón se agitaba. Dios, él odiaba este estúpido niño adolescente que se volvía al lado de Namjoon. Pero poco le importaba cuando el primer dedo se inmiscuia en su agujero y sus ojos por poco y rodaban hacia atrás junto con un gemido silencioso ante su boca abierta de par en par en par.

El calor del cuerpo de Namjoon cubría su espalda, la polla del mayor chocaba con su glúteo izquierdo y la otra gran mano se posaba en su mentón para sostenerlo allí mientras ese dedo lo estiraba con sutileza y encontraba su glándula haciéndolo temblar y sacudirse bajo el gran cuerpo de Kim Namjoon.

—Eso es —decía su voz grave. Sus labios pegados a su oreja comenzaban a dejar besos dulces en la mejilla de Jungkook.

—No me beses —pedía moviéndose para encontrar ese dedo metiche y pese a que pedía no ser besado su rostro se inclinaba contra la boca de Namjoon.

—Eres muy contradictorio

—Que te den —le respondía. Namjoon reía en su oreja, grave, divertido y encantador.

El corazón de Jungkook se precipitaba.

—Me gustas, pequeño malcriado —decía urgando ahora con dos dedos, haciendo tijera dentro del menor y este sintiendo que necesitaba más.

Namjoon comenzaba a restragar su polla sobre él, embistiendo con su mano al mismo ritmo que embestia contra Jungkook y tocaba su glándula con la punta de sus dedos encorvados en su interior, haciéndolo desear más. Más grande, más largo, más grueso... Más intenso. Más duro.

Sus ojos se apretaban y su respiración era un desastre, su cuerpo deseando algo en lo que jamás había pensado cuando este mismo hombre que estaba básicamente desvirgandolo, lo había rechazado rompiendo sus sueños de ser alguna vez el primero y formar una familia y dioses... Jungkook se odiaba alrededor de Namjoon. Lo volvía un tonto soñador.

—Folláme, deja de manosearme —soltaba de repente.

Namjoon reía—. Estás apretado, no quiero lastimarte

—Ve lento —decía retorciéndose contra los dedos ajenos—. Joder, por favor. Por favor, no me hagas suplicar más que esto.

Jungkook giraba su rostro y miraba directamente a los de Namjoon, el mayor sabía que se sentía demasiado vulnerable y su naturaleza curiosa le hacía preguntarse ¿Por qué? Él jamás le haría daño a Jungkook, pero era embriagador saber que sería el primero.

— ¿Quieres mi polla, Kook? —susurraba con voz ronca, sus dedos golpeando ahora como locos, follando dentro de un Jungkook que gemía y apretaba sus ojos.

—Ya, ya ... Imbécil, me voy a correr así

—Sólo di que quieres mi polla —pedía Namjoon—. Dijiste que soñabas con chuparla ¿No soñabas con-...?

—No termines esa maldita frase —decía el menor cerca del rostro ajeno, luego sus dientes tomaban el labio inferior de Namjoon y tiraba de él. El mayor siseaba, embistiendo uno de sus glúteos—. Deja de decir estupideces y mete tu polla en mi culo virgen. Si es que así te sientes más empoderado al oírlo de esa forma.

Namjoon hubiera deseado que su polla no hubiese sentido el tirón que sintió ante tales palabras, pero su cuerpo reaccionaba con demasiada naturalidad a los caprichos de Jungkook. A Jungkook, con o sin caprichos, al parecer.

—Bien, relájate

—Como si pudiera —susurraba Jungkook.

—Puedo seguir comiéndote hasta lograr que te corras, no necesito pen-...

—Folláme y deja de hablar, por dios —soltaba el menor entre dientes, sus ojos rodaban, Namjoon reía y el corazón de Jungkook se precipitaba.

—Prometo que no dolerá —susurraba Namjoon, dejando un beso en la cabeza de Jungkook.

El pelinegro suspiraba, o mejor dicho resoplaba mientras el peliceniza cubría su polla con el látex. El interior de Jungkook gritaba que fuera piel con piel como siempre lo había deseado, pero su carne abofeteaba a su estúpido corazón. «Esto solo es sexo»

Cómo cualquier otro encuentro, bueno no tan como cualquier otro, pero como sea, las grandes manos de Namjoon se posaban en su cintura, por encima de sus glúteos, cerca de su culo y sus pulgares propiciaban un masaje circular que comenzaban a enloquecerlo por alguna razón. Lo hacían desear por encima de todos sus miedos.

—Namjoon... —decía entredientes como una suave advertencia gemida.

—Te tengo —susurraba la voz inestable del mayor quien lo soltaba unos momentos para bañar su polla con más lubricante. Lo hacía con otro poco entre sus glúteos y Jungkook lo deseaba peor—. Confía en mí.

El interior de Jungkook se removía, confiaba lo suficiente. Aún. Por encima de todo gusto o miedo a entregarse, él sabía que Namjoon sería el único hombre capaz de cuidarlo en esto. Quizás tenía razón, quizás estaba equivocado, pero no le interesaba sentirse así de vulnerable para nadie más que no fuera este hombre. Así de entregado, expectante y anhelante. Y esa misma sensación era la que lo ponía de mal humor y lo hacía enfurecer hasta que la punta de la polla ajena se posaba en su entrada y sus entrañas se contraían, su cuerpo se tensaba instantáneamente negando el paso y Namjoon se inclinaba, retomando los masajes de sus pulgares, abriendo un poco más sus glúteos y besando la espalda perfecta y blanquecina de un Jungkook que suspiraba alguna maldición entre un dulce gemido y su cuerpo comenzaba a ceder a la introducción.

—Carajo~... —su voz era suave. Su cuerpo estaba tenso, pero los besos en su espalda y hombro eran relajantes.

¿Podía ser más jodidamente dulce? Jungkook no quería saberlo, sólo captaba la necesidad enloquecedera de su cuerpo, por ser lleno de aquel hombre. De Namjoon, quien ya estaba con su polla a mitad de camino, suave y sin prisa. Quería atornillar a Jungkook a la cama tanto como quería hacer de esta experiencia la mejor e inolvidable para el chico.

«Para ti también. Te vuelve loco de deseo y estás jodidamente sorprendido al respecto» pensaba en su cabeza el mayor.

Necesitaba todo de su control para no empalarlo de inmediato una vez que el calor apretado de Jungkook envolvía su polla dura. El chico se sentía fenomenal alrededor de su circunferencia. Húmedo, caliente y apretado.

—Ah, joder... Está tomando todo de mí no venirme ahora —decía divertido, caliente y con respiración acelerada. Justo en la oreja de Jungkook.

El menor había estado mordiendo la almohada para poner toda su tensión y resistencia allí y no en su cuerpo negandose a la intromisión. Pero la sola información del descontrol de Namjoon y sus ganas de explotar dentro de él, lo hacían voltear y mirarlo. ¿Por qué sus miradas encontrándose tenían que tener un efecto paralizante en Jungkook?

Cuando menos lo esperaba, Namjoon daba el último empuje, mirándolo fijamente a los ojos y logrando que ambos sisearan ante la unión. La respiración inestable del peliceniza golpeaba el rostro de Jungkook y este se odiaba tanto como se enorgullecía por otra mordida que propiciaba a ese labio carnoso inferior de Namjoon, tirando de él, logrando un empuje que lo hacía gemir y soltar la carne ajena.

— Muévete —pedía en un gemido frustrado.

—No tienes que pedirlo dos veces —respondía el mayor, cruzando un brazo por adelante de Jungkook para anclarse allí, retroceder sus caderas y luego clavarse dentro de Jungkook con una precisión y una fuerza que no era delicada, pero tampoco partía al chico por la mitad.

Aquello sólo había hecho que Jungkook cerrará sus ojos y soltara descaradamente un grito que terminaba en gemido. Un gemido de puro placer que había disparado fuegos artificiales detrás de sus párpados y sus dedos se habían enroscado por una fracción de segundos cuando su glándula había recibido el memo de que quería y necesitaba esto.

—Sigue~... —había susurrado, sosteniendose de las sábanas, abriendo un poco más sus piernas y luego Namjoon había comenzado un embiste justo.

No era duro, pero no era lento. Era suavemente justo. Se movía ligeramente dando pequeños toques a la próstata de Jungkook. Era divertido pensar que el tipo no se consideraba un buen bailarín, pero era jodidamente "smooth" a la hora de follar a Jungkook. Estirandolo en cada penetración, dando y quitando a la vez esos shocks eléctricos de placer que hacían a Jungkook sonreír y gemir.

Estaba más que seguro que se trataba de la persona y no del acto en sí. El menor estaba completamente seguro que no se entregaría a nadie más. Estaba hecho para Namjoon y sólo para Namjoon.

—Oh, mierda —Jungkook tenía parte de sus sábanas en sus puños. Apretadas y arremolinadas allí mientras se apoyaba más y empujaba para encontrar los embistes de Namjoon logrando una sincronización perfecta.

—Eso es... Ese es mi chico favorito —decía Namjoon a su oído y luego mordiendo su oreja con sus dientes.

Jungkook sentía todo un escalofrío diferente ante las palabras y la voz gruesa y ronca. Él quería ser el chico favorito de Namjoon. El único, así que comenzaba a empujar, los rebotes y penetración eran más duros, las bolas de Namjoon hacían impacto contras las suyas y su polla, nunca tan dejada de lado, estaba siendo masacrada contra la almohada, no sentía la necesidad de tocarse porque estaba demasiado concentrado en las terminaciones nerviosas de su bonito culo y como cantaba de placer ante cada embiste. El brazo derecho de Namjoon había pasado por enfrente de su pecho y su mano estaba sobre su cuello, afianzándose ahí, apretando lo justo para que Jungkook se doblará aún más, casi en cuatro, pero aún más sobre la cama con muslos que solo sus rodillas. La otra mano del mayor, estaba sobre su glúteo, allí, apretando y amasando.

La habitación llena del sonido de sus cuerpos golpeteando contra el otro. Sudor, sexo salvaje y gemidos quebrados y dulces de Jungkook con unos graves y bajos de Namjoon. Dios, ellos sonaban bien juntos. Sus ojos se habían abierto y dirigido en dirección al espejo en su pared que reflejaba su cama. Siempre le había gustado verse todo mandon y dominante con sus amantes, pero ahora la imagen que reflejaba eran él con cintura arqueada, piel blanca y culo rojo básicamente porque la gran mano de Namjoon lo sostenía con fuerza, marcando allí. Y luego ese hombre. El hombre que había deseado la mayor parte de su vida, estaba desnudo, desenfrenado y con la mueca más sexy en su rostro que Jungkook había visto jamás. Namjoon mordía su labio inferior y su mirada de dragón que lo caracterizaba estaba oscura y fija en el culo de Jungkook. Estaba fascinado con la vista de su polla entrando y saliendo de esos bonitos globos blancos de carne y músculo. Luego su mano sobre el cuello de Jungkook todo posesivo.

—Ah, duro... Folláme duro, por favor, por favor —pedía el pelinegro ante la vista.

Namjoon había besado su mejilla, dejando una sultil mordida allí. Dios, el quería morderlo y besarlo por todos lados, hasta que notaba que Jungkook tenía la vista fija en un lugar y recién ahí notaba el espejo que los reflejaba a ambos. La piel de Namjoon se calentaba peor. El deseo de poseer y hacer mierda el bonito cuerpo de Jungkook lo quemaba. Inclinándose otra vez sin dejar de golpear con fuerza bruta dentro de Jungkook, se inclinaba y besaba el hombro del chico. Mordiendo y dejando chupones y luego pasando su lengua.

—Mío... Tu culo es mío ¿Lo sabías, no? Me vuelves loco

—Ah, ¿Desde cuándo, idiota? —provocaba Jungkook.

Namjoon dilataba sus fosas nasales por la boca irreverente del pelinegro y torcia el rostro de Jungkook con poca delicadeza para que este lo mirara.

— Deberías tener más respeto por tus mayores con esa maldita y bonita boca sucia que tienes —luego lo besaba.

Dioses, los labios de Jungkook estaban sensibles y ardían. Nunca había besado tanto, él casi no besaba, pero Namjoon no le dejaba en paz. Y él por supuesto que abría su boca y recibía sus besos y su lengua, gimiendo, encontrándose en esos golpes bruscos y desesperados. Namjoon lo mordía, lo besaba. Era suave y era salvaje al mismo tiempo. No lo dejaba respirar, no dejaba de dar en su punto dulce una y otra vez acercándolos y a la vez ralentizando sus movimientos para evitar llegar al climax.

Sus gemelos se endurecían y sus bolas se tensaban, como si Namjoon supiera que estaba cerca, el bastardo lo hacía más lento, sin prisa. Retrasando el orgasmo de Jungkook y poniéndolo más tenso, deseoso y anhelante por su liberación, besando su hombro, su rostro. Luego su boca.

—Oh, estoy cerca.... Hazlo duro,. imbécil.

Namjoon reía y salía de repente. Jungkook se quedaba en pausa e iba a decir algunas palabras, pero de repente Namjoon lo giraba con una jodida facilidad que era caliente y a la vez le molestaba porque estaba claramente orgulloso de maniobrarlo con facilidad. Él estaba ahora de espaldas contra la superficie de su cama, Namjoon abría sus piernas, colocando sus brazos por detrás de sus rodillas, levantandolas y la punta de su polla le hacía cosquillas a su agujero dilatado y anhelante. La sensación de cerrarse al vacío era desesperante.

—Jodido presumido —decía sin aliento.

Namjoon sonreía ladino y el corazón de Jungkook daba volteretas que lo hacían querer vomitar, luego se inclinaba y dejaba un chupón en el cuello blanco de Jungkook, logrando que el menor se encorvara, gimiera descaradamente alto, dandole todo el derecho de marcarlo más si así lo deseaba, porque su cabeza caía hacia atrás, Namjoon entraba nuevamente y su cintura se partía básicamente en dos.

Él se avergonzaría luego de como se había corrido repentinamente por eso, hubiera deseado que fuera más largo, pero...

—Lo siento, ah... Lo lamento —Jungkook temblaba y se aferraba con uñas a la espalda de un Namjoon que había comenzado a apuñalar su próstata una y otra y otra vez a través de su orgasmo—. Oh, si... Carajo, si... Duro, duro.

—Tan hermoso y predispuesto —decía Namjoon con pupilas dilatadas, ojos brillantes y mirada lasciva. Joder, Jungkook quería que lo mirara así por siempre—. Sigue bebé. Dame todo lo que tengas —la mano de Namjoon se posaba en su sensible polla y tiraba básicamente hasta vaciar a Jungkook, dejando al menor más estúpido.

Totalmente ido y fuera de su cabeza, sonriendo a través de las réplicas del mejor orgasmo que había tenido.

—Aguanta para mí —pedía Namjoon agitado, chupando su lóbulo y martillando con su polla el agujero sensible de Jungkook, desesperado por su liberación, la cual conseguía segundos después del pelinegro—. Abrázame —pedía Namjoon.

Jungkook no chistaba al respecto, si Namjoon quería que lo sostuviera, él lo haría. Sus brazos y piernas, a pesar de estar gratamente agotado, se aferraban a la anatomía del hombre grandote encima de él y sus ojos se cerraban, sus manos acariciaban las espalda de Namjoon y el mayor gemía complacido, besando el cuello de Jungkook, su clavícula, hombros y llegando a su mentón y luego a su boca. Dioses, Jungkook era tan fácil. Sus labios ya no daban para más, había criticado a Namjoon por ser un besador empedernido, pero él no se negaba. Este beso era lento, no era salvaje ni desordenado. Tampoco desesperado y posesivo. Era tranquilo. Era tierno, pero caliente e inspeccionaba su boca al mismo tiempo que la degustaba sin apuro.

Un gemido sin su consentimiento se le escapaba ante el momento demasiado empalagoso de ellos drenados y satisfechos, aún unidos por la polla de Namjoon y sus piernas y brazos sosteniendo al grandote mimoso encima de él.

—Ya —Jungkook se alejaba y Namjoon lo besaba de nuevo—. Nam... —otro beso y Jungkook reía, no podía evitar hacerlo. Reía entre besos sobre la boca de Namjoon y contagiaba al mayor.

Luego la sesión terminaba con pequeños besos dulces que Namjoon le daba una y otra vez.

—Eres demasiado empalagoso —susurraba con una voz soñadora.

Agh, Jungkook se detestaba.

—Es que eres demasiado dulce —decía el mayor, con otro beso aterrizando en la comisura de los labios de Jungkook.

El menor resoplaba y se sonrojaba—. Deberías salir de mí

—Luego

—Ya —empujaba sin ánimos de realmente quitarlo.

—Luego, ahora déjame recuperarme —decia Namjoon escondiéndose en el hueco del cuello de Jungkook.

Él no había salido luego. Él se había vuelto a poner duro, Jungkook se sentía deseoso y luego de un cambio de condón, ellos habían repetido varias veces más de las que a Jungkook y su bonito culo—no tan virgen ahora—les gustaría admitir.

Y había sido así más tiempo de lo esperado.
Más veces de las que podía contar con sus dedos. Más besos de lo que estaba acostumbrado a soportar. Más caricias y más noches, tardes y mañanas juntos, de las que a Jungkook le gustarka admitír. Enredándose poco a poco y cayendo cada vez más profundo.

Esa mañana Jungkook y TaeHyung habían tenido un exámen simple de representación y conceptualización bidimensional, pero la cabeza de Jungkook estaba en cualquier lado menos ahí. Luego de la cena y de haberse encamado con Namjoon—casi todos los dias—habían pasado dos meses.

Dos gloriosos meses de muchos momentos compartidos que tenían al menor inquieto.

Las primeras semanas no se había cruzado tanto con TaeHyung a propósito y había ignorado los mensajes de SeokJin, también a propósito, hasta que básicamente ninguno dijo nada ni insistió. Si SeokJin sabía algo, se lo diría, quizás Namjoon le había contado o quizás no. No estaba seguro y TaeHyung no había dicho mucho. TaeHyung era un tonto soñador demasiado enamorado de SeokJin que vivía en la nube nueve y Jungkook ya sabía cómo distraerlo de su vida personal. Simplemente hablándole de SeokJin y TaeHyung podía divagar por horas.

—Creo que me fue bien —decía el azabache comiendo un flan casero que SeokJin había hecho para él —. Esto sabe genial. Tu hermano me va a sacar rodando —decía distraído y sonriente recordando a su SeokJin.

—Quiere engordarte para que nadie más te vea —decia Jungkook laconicamente.

TaeHyung alzaba la vista, estaban en el patio y el cálido sol les daba de frente, ambos con ceño fruncido a causa de eso. TaeHyung con un rostro un poco somnoliento y adorable.

—No me ofende, soy suyo. Para siempre, literal —añadía sonriendo.

Jungkook lo miraba, quería golpearlo cuando se ponía tan estúpidamente cursi, pero luego como que él... Entendía por primera vez a TaeHyung. Quizas.

—Nunca preguntaste —decía el pelinegro.

TaeHyung barría con lo último del flan y lo miraba confundido—. ¿Nunca pregunté qué?

Jungkook hacía un puchero ofendido y lo golpeaba con su hombro en un empujón que por poco dejaba a TaeHyung en el piso.

— ¿Qué te pasa reina del jodido drama? —soltaba TaeHyung con un puchero peor que el de Jungkook.

El pelinegro resoplaba y se cruzaba de brazos—. Sobre Namjoon y sobre mí —decía desviando su mirada.

TaeHyung alzaba sus cejas sorprendido—. Oh, es que... Tu hermano me dijo que no me metiera y tú usualmente no hablas mucho —se encogía de hombros—. Y para ser honestos, supuse que te había rechazado porque no te ves muy feliz.

Jungkook abría sus ojos como desquiciado y golpeaba a TaeHyung en el muslo—. ¡No me rechazó, idiota!

— ¡No me golpeés! —TaeHyung agarraba a Jungkook de la cabeza y comenzaban a forcejear para tratar de golpear al otro y pese a que TaeHyung tenía ventaja en esquivar los golpes, no era más fuerte que Jungkook, menos cuando este conseguía tomar un poco de su cabello y tirar con fuerza—. Ah, ah, ah... Ya suéltalo, suéltalo —sollozaba.

—Entonces deja de ahorcarme —pedía Jungkook colorado y un poco ahogado.

La gente alrededor los miraba, pero no se sorprendían de su comportamiento.

— ¡A la cuenta de tres! —decía TaeHyung.

Un Jungkook morado exclamaba con dificultad—. H-hecho...

¡Tres! Decían a la par, para luego soltarse y acomodarse. Jungkook respiraba con dificultad.

—Carajo, casi me matas —decía sobando su cuello.

TaeHyung sonreía—. Mi amorcito me enseñó a hacer esa llave —decía orgulloso.

Jungkook maldecía entre dientes—. Eres un idiota cursi

— ¡Dilo, de nuevo. Pequeño bastardo! —TaeHyung lo había tomado por sorpresa de su brazo, tirando hacia atrás, logrando que Jungkook gimiera del dolor.

—Ah, ya... Ya —pedía intentando soltarse, TaeHyung reía triunfante, sosteniendolo otro poco hasta que Jungkook parecía sollozar de verdad.

TaeHyung lo miraba y estaba seguro que estaba derramando unas lágrimas allí, así que lo soltaba de repente.

— Lo siento ¿Te hice daño? Ay, no te sostuve tan fuerte —decía mientras Jungkook se soltaba con su cabeza gacha y sobando el brazo que TaeHyung había tenido cautivo recientemente—. Oye ¿estás llorando-..? ¡ah, ah... suéltame!

— ¿Quien llora ahora, eh? —decía Jungkook tirando de la oreja de TaeHyung.

— ¡Aún tú! Ya deja mis orejas, están demasiado grandes y ¡siguen creciendo después de viejo! —gritaba histérico, Jungkook reía sorbiendo sus estúpidas lágrimas—. ¡Le diré a tu hermano!

Jungkook lo soltaba de inmediato y TaeHyung reía sobando su oreja.

—Ya, carajo. Ni que tuviéramos quince —decía TaeHyung. Jungkook resoplaba—. Entonces lo follaste. No creí que el grandote cedería —decía ahora comiendo una barra de cereal.

Por dios, no se le acababa la comida.

—No lo follé —decía Jungkook cabizbajo.

—No entiendo —soltaba TaeHyung.

—Joder, estás doblemente distraído hoy ¿Que carajos pasa contigo?

TaeHyung sonreía como imbécil—. Me mudé oficialmente con tu hermano.

Aish, Jungkook ya no toleraba tanta cursilería—. Felicitaciones, ahora podemos volver a mí. Otra vez.

TaeHyung rodaba los ojos—. Entonces ¿Qué? No lo follaste, no entiendo —Jungkook abría sus ojos y apretaba sus dientes—. Oh por dios, fuiste el pasivo.

— ¡Dah! —TaeHyung comenzaba a reír histéricamente mientras Jungkook lo dejaba gozar de su momento—. Ya, ya... ¡Cállate!

— ¿Te entregaste a Namjoon hyung? Woah, tengo que admitir que no te creí capaz de hacerlo —decía TaeHyung.

— ¿Cómo que no? Dijiste que sería totalmente pasivo por él

—Fue una broma, la verdad eres de mal genio y muy caprichoso, no te creí capaz de ceder —el azabache se encogía de hombros—. ¿Lo disfrutaste al menos? Porque en serio que no te he visto feliz en-... Un momento  ¿Hace cuánto que están follando ya? —preguntaba sorprendido—. ¿Fue cosa de una vez o-...?

Jungkook suspiraba—. Sueño con eso desde que tengo quince. Jamás quise a nadie que no fuera Namjoon. Pero no fue fácil ceder y... Pues, nunca he follado tanto tiempo con alguien. Un par de meses, no es que los cuente —decía sonrojado.

—Woah... ¿Un par de meses? Dios, SeokJin me consume. No es que me queje

—TaeHyung —soltaba Jungkook con un tono de advertencia para que no se fuera por las ramas que conducía a su vida de ensueño con SeokJin.

—Lo siento, se trata de ti —añadía—. O sea que nunca fuiste el pasivo ¿Porque querías que fuera Namjoon? —Jungkook miraba hacia otro lado, dientes apretados y brazos cruzados—. Eso es bastante romántico, aunque lo entiendo. Si yo hubiera conocido a tu hermano a mis quince, por dios que hubiera deseado que fuera el primero. Pero bueno, es mi primer amor y el amor de mi vida, así que me quedo tranquilo que al menos no fue el primero, pero será el ul-

— ¡Con un demonio! ¿puedes dejar de hablar de mi hermano y de ti por un jodido segundo? Me gusta mucho Namjoon —confesaba.

TaeHyung tenía sus ojos abiertos de par en par—. Lo siento, a veces me dejo llevar —añadía, luego relamía sus labios y miraba lo estresado que estaba su amigo—. Es entendible que eso pase. Fue tu primer crush y tu aventura más larga si me sacamos de la lista porque lo nuestro fue vergonzoso

—Coincido y está muy lejos de tener que ver con eso —exclamaba—. Bueno, claramente mi historial sentimental con él tiene que ver, pero... No puedo dejar de pensar en él. Es insoportable, no me soporto. ¿Cómo te soportas a ti todo soñador y ñoño?

—Yo no soy un ñoño... Aish —TaeHyung negaba con su cabeza—. Kook, que te guste mucho alguien es algo importante, nunca te pasó ¿Estás seguro que así te sientes o sólo estás muy bien follado? Porque ser pasivo y ser muy bien atendido es un nuevo mundo y-...

—Hace tres días que no me llama. Vi sus historias y lo ví saliendo con Wendy y una amiga en común con SeokJin de la que tengo entendido solían follar.

— Eso es un poco descarado —decía TaeHyung—. ¿Wendy no es tu mejor amiga? ¿Y cómo cuando lo conoció? Y... ¿tres días? Comportate hombre, no es mucho —exclamaba y un golpe aterrizaba en su brazo—. ¡Aish! ¿y eso por qué fue?

—Uno: Sí. La maldita zorra es mi mejor amiga. Dos: lo conoció la noche que lo llevé a esa fiesta y luego dos reuniones más en las que se autoinvito a beber con mis amigos y conmigo porque actúa extraño y posesivo y otras veces ha sido distante y tres: Namjoon habla conmigo todos los jodidos días... Es extraño y horrible que no me llame y no me gusta sentirme así de necesitado. No me gusta.

TaeHyung fruncía su ceño sonriendo con un poco de lástima por su amigo.

—Y para que conste. Tienes razón, era un jodido egoísta en la cama. Namjoon no es para nada lo que yo solía ser —admitia con mejillas prendidas fuego.

TaeHyung apretaba sus labios evitando reír—. Disculpa aceptada. Me alegro que te hayan atendido bien en la cama. Y me parece que deberías hablar con Namjoon, si él no te llama, llámalo tú y oh, aclarale un par de puntos a Wendy, aunque no sean oficiales, él está contigo. Y lo de su amiga, pues no sabría que decir allí.

Jungkook quedaba en silencio, TaeHyung notaba que el tiempo pasaba y no hablaba.

— ¿Kook?

—No estoy seguro que él quiera algo oficial y yo sigo siendo caprichoso y evito exponerme con él.

— ¿Te pones en ese modo antiromantico?

—Me gusta mucho. Demasiado, Tae. No me gusta sentirme tan vulnerable a su alrededor y no puedo pensar en estar con alguien más porque estoy desesperado por el tipo. Veinticuatro siete, no importa si me duelen hasta los huesos por repetir, lo quiero. Todo el puto tiempo y él se corta de la nada y lo veo salir con Wendy quien no fue para nada disimulada sobre que quería montarlo toda la noche y dios, podría golpearla. Lo juro y no puedo reclamarlo, no importa como lo veas, no somos nada.

TaeHyung suspiraba y luego de pensarlo más de una vez ponía su mano en el hombro de Jungkook.

— Quitala —decia el otro sin rabia.

TaeHyung la quitaba de inmediato—. Oye, habla con él. Si te rechaza a intentar algo exclusivo, sigues adelante. Tú siempre te recuperas.

— ¿Y si no me recupero? ¿Y si no quiere nada? Sólo han pasado dos meses, sé que puede no sentir para nada como yo me siento

—No lo sabes. No supongas, nada bueno sale de suponer. Habla con él y si no terminan siendo más que una simple aventura, al menos déjale en claro que debería buscar más lejos de ti y no a tu mejor amiga.

Jungkook había pensado en aquellas palabras y Jungkook era tan orgulloso que por supuesto no había dicho nada a Namjoon ni había mandando mensajes al respecto. Namjoon estaba silencioso y Jungkook se sentía tentando, a este punto de incluso mensajear a Wendy para saber que carajos habían hecho en su salida juntos. Pero no, él tenía un orgullo que cuidar.

No era estúpido. Había sido una novedad para el mayor. Habían encajado mejor de lo esperado en la cama, y por culpa de Namjoon se había hecho propietario de algunos juguetes entretenidos. Pero el tipo había matado su mood aventurero. Había rechazado demasiados encuentros sexuales porque él no quería ponerla.

Él quería a Namjoon.

— ¡Jungguk-ah! —SeokJin abría la puerta ante su visita programada.

Ya era hora de ver a SeokJin y su hermano había cocinado para él esa noche. Bueno, para él y para la garrapata de TaeHyung que salía de la cocina en camisón, sonriente, satisfecho y feliz. Dándole la bienvenida, ahora a su también apartamento. Dios, si para Jungkook era insoportable tolerar a TaeHyung soñador solo, con SeokJin alrededor era peor.

— ¿Cómo has estado mi otra mitad? —cuestionaba SeokJin, abrazando a Jungkook por los hombros.

"¿Cuál otra mitad ni otra mitad?" Decía TaeHyung poniendo la mesa.

— ¿Acaso eres su hermano? Carajo —soltaba Jungkook y SeokJin tiraba de su oreja—. Lo siento, lo siento, lo siento.

—Así está mejor —decía el castaño, soltandolo y besando su cabeza, Jungkook reía—. Preparé una buena cena, TaeHyung dijo que comes solo porquerías en la universidad.

Jungkook alzaba sus cejas—. No creí que tu novio me prestará suficiente atención como para notarlo.

TaeHyung fingía una sonrisa y levantaba su dedo medio, Jungkook se le devolvía y antes de que SeokJin pudiera reprenderlos, el timbre sonaba.

— ¿Quién? —soltaba SeokJin.

"¡Tu mejor amigo!" Sonaba la voz de Namjoon fuera del apartamento de SeokJin y TaeHyung.

— ¡Yendo!

Cuando SeokJin salía de la sala, Jungkook miraba a TaeHyung con la histeria pintada en su rostro.

— ¿Qué hiciste? —susurraba nervioso—. No tenías que llamarlo, carajo

— ¡Yo no hice nada! —le susurraba TaeHyung tan histérico como él—. SeokJin no me dijo que él vendría. Mira la mesa, Kook. Creí que seríamos sólo tres.

Jungkook apretaba sus dientes e iba a decir algo más, pero Namjoon entraba en la sala y dioses. Su perfume llegaba hasta donde Jungkook estaba—por cierto, pegado a TaeHyung evitando querer saltar sobre un Namjoon que, hacía una semana ya que estaba desaparecido—él deseaba golpearlo tanto como quería treparlo y besarlo.

—Que asco —susurraba Jungkook cansino.

— ¿Qué? No hice nada —se excusaba TaeHyung.

Jungkook lo miraba con rostro aburrido—. No lo decía por ti.

—Kook, hey —Namjoon se estaba acercando en cámara lenta mientras el pulso de Jungkook se aceleraba y TaeHyung se interponía para ser él quien lo saludara y le diera tiempo a Jungkook de calmarse.

Era extraño que notará los nervios a flor de piel de su cuñado y amigo.

— ¡Namjoon hyung! Bienvenido de vuelta a nuestro apartamento —decía TaeHyung con felicidad y un abrazo que se prolongaba más de lo esperado para el mayor.

—Oh, TaeHyung-ie... ¿Lo lograste, eh? —exclamaba Namjoon, mirando a un Jungkook que ayudaba a SeokJin a poner otro plato más en la mesa—. Atrapaste al hombre, nomás.

TaeHyung sonreía—. Dame un par de meses más y pondré un bonito anillo plateado en su dedo anular —TaeHyung giraba y guiñaba un ojo a SeokJin.

—No si yo lo hago antes, bebé —respondía SeokJin—. Vamos a buscar la comida —ordenaba el castaño, quitando a TaeHyung de en medio y dejando al par solos en la sala del comedor de los Kim.

—Hey... ¿Somos desconocidos ahora? ¿No vas a a saludarme? —preguntaba el peliceniza con una voz coqueta.

Estaba más cerca y tocaba la mano de un Jungkook que ponía los últimos cubiertos con pésimo pulso sobre la mesa. El toque de Namjoon todavía tenía un efecto eufórico en él. Jungkook no quería verse tan vulnerable como se sentía cada vez que estaba cerca de Kim Namjoon

Esforzándose en mirarlo, dibujaba una sonrisa falsa—. No lo sé, tú dime... ¿No pensaste en mandar un maldito mensaje en vez de desaparecer como un idiota?

Bueno, eso de jugar al superado le estaba saliendo como el culo. Namjoon alzaba la cabeza y suspiraba mirando en dirección a la cocina de los Kim que reían por algo. Ellos siempre reían, siempre se sentía lo feliz que eran y eso causaba que Jungkook se sintiera enfermo de envidia porque nunca lo había querido para él, hasta ahora.

—Oye, lo siento. Estuve ocupado para vernos

— ¿Y se rompió tu teléfono o que mierda? Aparte...—Jungkook estaba envenenado—. No tener tiempo no te impidió que salieras con tu folla amiga y mi mejor amiga —soltaba entre dientes.

Namjoon parpadeaba sorprendido—. Jihyo y yo ya no tenemos sexo. Eso fue hace mucho, Kook

—No te pedí explicaciones, simplemente no me veas las cara de imbécil —exclamaba, escapando de la presencia del mayor para tomar asiento en su lugar.

Namjoon aspiraba por aire y lo seguía, tomando asiento en el suyo, justo a su lado.

—Tienes razón, fui un idiota.

—Lo sé. No necesito que me des la razón en algo que sé, estoy en lo correcto —aclaraba sin mirarlo. Completamente con su atención al teléfono.

O mejor dicho, solo necesitaba hacer algo con sus manos para evitar ponerlas en el rostro de Namjoon, acercarlo y besarlo antes de oír sus estúpidas excusas.

—Y que divertido que no pudieras enviarme un "Se terminó el experimento. Me interesa el culo de tu amiga" pero si pudieras jodidamente salir con ella —añadía evitando que el dolor de la situación se colará en su voz.

Pero estaba orgulloso, sonaba bastante duro.

Namjoon suspiraba y dejaba caer su cabeza poniendo su mano sobre la rodilla de Jungkook.

—No me toques —decía el menor apartando la misma. El toque de ese hombre le quemaba por encima de la ropa—. Sabes, admito que era un maldito egoísta en la cama que se preocupaba por su propio placer. Pero puede corroborar con TaeHyung que no jugaba con el tiempo de mis amantes y si la cosa ya me aburría, los despachaba con un "Fue divertido, mientras duro" y no los dejaba en el aire esperando por un maldito mensaje mío que jamás llegaría —añadía rogando a todos los dioses que sus ojos no se humedecieran ni su voz temblará. Namjoon se le quedaba viendo con suma intensidad que Jungkook odiaba. Odiaba porque tenía todo tipo de efecto en él.

«Niegalo. Bésame y olvidaré que fuiste un cretino. Di algo» pedía en su cabeza, pero Namjoon solo agachaba la cabeza.

—Kook, yo no creí que-...

— ¡La cena! —gritaban los Kim a la par y Namjoon casi saltaba lejos de Jungkook, acción que había logrado retorcer el estómago del menor.

Cuando TaeHyung miraba a ambos, notaba que Jungkook miraba en dirección contraria a Namjoon, quien estaba a su izquierda, pero el menor encontraba muy entretenido mirar hacia una TV apagada. Esto se veía raro y tenso y TaeHyung hubiera deseado que uno de los dos no estuviera aquí. Principalmente Namjoon, no quería a Namjoon aquí. Si, Jungkook había sido un idiota en el pasado, pero se veía demasiado afectado por los sentimientos no correspondidos de Namjoon.

Mientras SeokJin y él servían para ellos mismos y sus visitas, TaeHyung también pensaba que el pelinegro era un idiota por no Intentar confesarse al menos una vez.

—De acuerdo, coman y cuéntenme que ha sucedido con sus vidas últimamente —exclamaba SeokJin.

"Nada" soltaban a la par.

SeokJin respolaba confundido—. ¿Tu trabajo y tus estudios no han progresado, sufrido algún cambio? Dios, para que vienen a verme si no me van a contar nada —decía SeokJin con un puchero.

—Aww, pareces treinta años mayor con esa actitud —decía TaeHyung apretando su mejilla y dejando un beso allí, para luego conseguir robarle una sonrisa a su flamante novio y recibir un beso en sus labios.

—Sigo aquí, hagan sus demostraciones en otro jodido lugar —decía Jungkook.

Y pese a que siempre sonaba "adorablemente cascarrabias" esta vez parecía realmente estar molesto al respecto.

— ¿Qué te sucede? —preguntaba SeokJin sin mucha vuelta.

La seriedad de su hermano mayor era una patada al hígado para Jungkook.

—Lo siento, no es con ustedes el problema —decía agachando la cabeza.

SeokJin suspiraba y apretaba sus dientes—. No, estoy seguro que el problema es con Namjoon —afirmaba SeokJin sin muchas vueltas. Los tres presentes quedaban boquiabiertos. Jungkook nervioso, TaeHyung descolocado y Namjoon terminaba suspirando con hombros caídos—, y como somos todos adultos —continuaba—. Les daré dos opciones: hablan antes de la cena o hablan después de la cena, pero dejan que pase en paz.

—No tengo nada que hablar con él —soltaba Jungkook, listo para poner sus palillos en el primer bocado, pero TaeHyung golpeaba su mano en un leve chirlo y lo miraba con ceño fruncido—. ¿Qué? —cuestionaba entre dientes.

—Yo si tengo que hablar contigo —decía Namjoon.

TaeHyung abría sus ojos inmensamente, apretando la rodilla de un SeokJin que se removía dolorosamente ante la fuerza ejercida por su novio.

Jungkook fruncía su ceño—. Pasó una jodida semana, si vas a decirme que no quieres coger más conmigo. Listo, ya entendí el mensaje —añadía sin filtro.

Si bien no le interesaba sacar los trapitos al sol, estaba seguro que SeokJin sabía. Ya fuera por TaeHyung o por el mismo Namjoon, él no era ajeno a la situación actual entre su hermanito y su mejor amigo. Namjoon lo miraba fijamente y SeokJin respolaba.

—Por el amor de dios, deja de mirarlo como idiota. Jungkook, Namjoon quiere hablar contigo ahora sé un jodido adulto y levántate de mi mesa para ir con él porque yo no voy a comer en una mesa con culos fruncidos —exclamaba el mayor—. Pueden tomar nuestra habitación o-...

— ¿Caminarías conmigo un momento? —decía Namjoon, ignorando a SeokJin, quien dejaba caer sus hombros y suspiraba.

—O pueden caminar antes de que se largue la lluvia —añadía SeokJin.

Jungkook estaba serio, aún no miraba en dirección a Namjoon, esta situación era horrible. Todos los presentes sabían que el tipo iba a rechazarlo, pero peor que eso, él sabía que Namjoon iba a romper su corazón.

— ¡Auch! —gritaba Namjoon de repente.

— ¡Lo siento! Calculé mal, creí que había pateado a Jungkook —exclamaba TaeHyung alzando sus manos. Eso llamaba la atención del pelinegro hacia su amigo quien entre dientes y sin voz le indicaba que no fuera un jodido marica.

Jungkook suspiraba y rodaba sus ojos, poniéndose de pie y saliendo antes que Namjoon. El mayor se quedaba viendo la puerta y luego miraba a la pareja:

—Suerte con él —decía SeokJin cuando Namjoon finalmente seguía a Jungkook fuera del apartamento.

Cuando quedaban solos TaeHyung le daba un chirlo—. ¿Cómo que suerte? Le va a romper el corazón al otro bastardo y tú le dices suerte. ¡Es tu hermano!

—Oye ¿Que te dije con respecto a este par? —exclamaba SeokJin.

TaeHyung hacía un puchero—. Que no me metiera.

—Exacto. Son adultos y ambos decidieron cruzar la línea al follar por semanas. Tienen que lidiar con esto, ya ayudamos suficiente, ni siquiera tendríamos que estar en el medio de este dilema, pero Namjoon es mi amigo y Jungkook mi hermano y tu amigo... Así que ni modo, a esperar.

TaeHyung suspiraba—. ¿Sabes que Namjoon es posiblemente el único hombre con el potencial de romper el corazón de Jungkook, no?

SeokJin dilataba sus fosas nasales y suspiraba luego—. Lo sé. Pero no tener las cuentas claras, es peor. Para ambos.

TaeHyung suspiraba y su puchero relucía, SeokJin sonreía enamorado y lo besaba. Bueno, primero mordía, robando una sonrisa al chico y luego de succionar sus labios, entonces ahí sí lo besaba. Un beso suave, pero como de costumbre se volvía hambriento y necesitado en una cuestión de segundos con TaeHyung empujando a SeokJin sobre la silla y subiéndose a horcajadas de un SeokJin que no tenía problemas en recibirlo y apretarlo a su cuerpo.

Mientras tanto, en las afueras del apartamento de los Kim, Jungkook miraba el cielo nublado de esa tarde noche y efectivamente su hermano tenía razón, iba a llover.

—Kook lamento que creyeras-....

— ¿Qué te autodenominaras gay, bi, pan o alguna etiqueta que me incluya en tu menú ? No lo creí, ni por un segundo —añadía, girando y dándole la espalda mientras sus brazos estaban cruzados en su pecho.

Aquella tarde noche estaba demasiado fría para su gusto.

—No me importan las etiquetas —decía Namjoon.

—Perfecto, bien por ti —añadía sin verlo.

Por dios, él sabía lo que Namjoon diría, que lo hiciera de una jodida vez, en lugar de ralentizar esta tortura y hacer a Jungkook sentirse de quince otra vez.

— ¿No vas a mirarme? —cuestionaba el mayor detrás de él.

Jungkook rodaba los ojos y juntaba fuerzas para girarse y enfrentar a Namjoon—. ¿Qu-...?

El choque de la boca demandante de Namjoon contra la suya, vulnerable y expuesta. También necesitada y anhelante, nuevamente era euforia en su estado más puro. Su corazón se volvía loco, sus sentidos estaban todos enfocados a Namjoon y su boca se abría recibiendo esa lengua que ya conocía de memoria la suya propia y la forma de bailar juntas.

Él no quería gemir, él no iba a hacerlo, pero no podía evitarlo. Tampoco podía evitar enrosacar sus brazos en el cuello de Namjoon para el momento en el que un relámpago sonaba y la lluvia de esa tarde noche que estaba anunciada y que SeokJin había mencionado, se largaba y asustaba a ambos, logrando que Jungkook recapacitara y se alejara.

Tenso con sus puños cerrados y sus dientes apretados.

—Carajo —decía—, ¿Sabes?  jugué con algunas personas como para conocer tu patrón aquí —soltaba Jungkook, limpiando sus labios con su pulgar. Su cabeza negaba constantemente—. No voy a ser tu sucio secreto y no voy a dejar que de un día para el otro desaparezcas como si nada. He tenido más decencia que tú en ocasiones de decir "hasta aquí llegué. Fue divertido". Pero jodidamente desaprecer sin un puto mensaje, mejor vele la cara de estúpido a alguien más —exclamaba listo para volver a subir, pero Namjoon se paraba frente a él obstruyendo su paso.

— ¿Que hay de ti, eh? —soltaba el mayor.

Jungkook fruncía su ceño—. ¿Qué hay de mí con qué?

Namjoon reía sin gracia—. Estoy cansado de tu papel hostil y distante. Me alejé una jodida semana y no fuiste capaz de mandarme un mensaje

—Estabas muy entretenido con tu folla amiga ¿Por qué debería de ser yo quien mandara un mensaje?

—Ya te dije que con Jihyo no somos eso

— ¿Y con mi amiga, qué? ¿Qué con Wendy? —añadía Jungkook con ira.

— ¡Le pregunté por ti! No quería hablar con TaeHyung o SeokJin sobre ti, no quería que tuvieran la carga de estar en medio de nosotros y quería hablar con alguien más que te conociera también.

Jungkook se sorprendía por eso—. ¿Pretendes que te crea? Wendy quería montarte, amigo. De forma muy sexual

—No lo había notado hasta que se me lanzó y tuve que explicarle porque la había citado ... No sucedió ni va a suceder nada con ella, una amistad extraña la de ustedes —Añadía el mayor.

Jungkook apretaba sus dientes, estaba enojado y Namjoon lo encontraba caliente—. Hemos compartido ligues... Por si te interesa, hemos hecho posiblemente más de un trío juntos, pero jodidamente no me interesaba que estuvieras en la lista. Y que increíble que tuvieras que citarla para recién darte cuenta de algo obvio, como sea... Ya no importa.

Jungkook estaba tan harto de aquello ¿Por qué Namjoon mentía? ¿por qué tenía que importarle? ¿Por qué carajos no había subido nuevamente al apartamento en vez de estar caminando bajo la lluvia? Sólo quería alejarse de Namjoon y posiblemente llorar como el imbécil de quince años que había sido una vez, pero peor. Porque este Jungkook había experimentado lo que era estar con el tipo de sus sueños. Se asqueaba de sí mismo.

— ¡Kook!

— ¡Ya entendí tu mensaje! —decía caminando en dirección a ningun lugar. La voz de Namjoon era una eco que se escuchaba por debajo de su corazón latiendo demasiado rápido.

Él podía hacer esto, solo habían sido dos meses, quizás el tiempo más largo de haber estado relacionándose con alguien de forma exclusiva. Y quizás tuvieron más que simple sexo en la cama. Hubieron momentos en el living de Jungkook, en el apartamento de Namjoon. Hubieron momentos en la ducha que jamás había compartido con alguien. Él despertando sobre el pecho del mayor. Namjoon acariciándolo sin motivo alguno ¿Por qué? ¿por qué había jugado así con él? Lo había engatuzado y enamorado para nada.

Enamorado, mierda. Jungkook se detenía de repente ante el bombardeo de sus propios sentimientos, los que había querido ignorar a toda costa, pero ahora simplemente no podía y-...

— ¡Jungkook! —una mano tiraba de su brazo al instante en el que el bocinazo de un camión pasando muy cerca de él lo traía a la realidad y lo bajaba de su nube de ira.

Namjoon lo subía a la vereda mientras que Jungkook estaba atónito sobre el hecho de que casi lo atropellaban y no estaba para nada atento al exterior. Estaba demasiado sumido en su dolor y en la realización de lo que Namjoon significaba para él.

— ¿En qué estabas pensando? Carajo ¿Estás bien? —Namjoon estaba tan empapado como él con sus ojos llenos de susto y lo revisaba por todos lados, acunando ahora su rostro—. Hey... ¿Qué pasa contigo? ¿por qué saliste huyendo así?

¿Por qué tenía que ser tan dulce?

Jungkook agradecía que la lluvia cubría las lágrimas que había soltado en su huida.

— ¿Podrías soltarme? Ya entendí el mensaje y necesito estar lejos de ti —exclamaba.

Namjoon entrecerraba sus ojos, al apretaba sus dientes afilando su mandíbula, a Jungkook le gustaba mucho eso, Namjoon no disimulaba. Le parecía caliente. Lo hacía en ocasiones cuando Jungkook lo provocaba y luego venia algún beso intoxicante que lo dejaba imbécil—. Al parecer no entendiste nada

—Te cansaste de follar a un tipo, necesitas un par de tetas y un coño, lo entiendo. Perfecto —decía laconicamente intentado quitar las manos de Namjoon de su rostro.

Estaba frío, desganado, se sentía como la mierda y quería no estar cerca de Namjoon porque no estaba seguro de que no se lanzaría encima del tipo para que lo envolviera entre sus brazos como lo había hecho más de una vez.

—Me cansé de tu actitud de mierda. Me cansé de que pretendas que no te importa. Me alejé creyendo que quizas me buscarías porque en el fondo te importa lo nuestro, pero sin embargo te hiciste toda una historia equivocada en esa cabeza tuya tan negativa e insegura que tienes conmigo.

Jungkook sorbia su nariz, la lluvia no cesaba y Namjoon no lo soltaba.

—No sé de qué estás hablando, déjame ir... —pedía sin ganas.

— ¡No! —añadía Namjoon—. No quiero hacer eso, quiero esto. Quiero estar contigo, quiero que seamos algo real. Te quiero conmigo y sólo conmigo, pero estuve mes y medio tratando de descifrarte y no lo sé — reía sin gracia—. En ocasiones te dejas llevar y luego nuevamente te alejas y me alejas

—No hago eso

— ¡Lo haces, niño! Eres frío y eres caliente. En un momento te tengo y al siguiente pareciera ser que me quieres lejos.

Jungkook quería decir todo lo contrario, pero no podía.

—¿Me quieres? ¿Quieres esto? —preguntaba Namjoon mirándolo fijamente—. Respóndeme, Jungkook.

— ¿Por qué querría  algo con un tipo que a la primera que puede se va con alguien más?

—No me fui con nadie. Jihyo me aconsejó con respecto a ti, Wendy me habló mejor de como eres luego de recibir mi rechazo y entenderlo. Pero al parecer eres un enigma hasta para ella y mi amiga me dijo que siguiera mis instintos y tu hermano-...

— ¿Hablaste con Jin? —soltaba Jungkook sorprendido.

—Era mi última esperanza. Él te conoce bien y no quería meterlo en esto, pero... Quiero intentarlo contigo, aunque seas un tipo complicado, solo si a ti te importa lo suficiente lo nuestro como creo que lo hace, pero tienes un porblema para admitirlo.

Jungkook parpadeaba. Estaba con frío, atónito. Un poco asustado por haber sido casi atropellado y luego él quería simplemente... Él empujaba las manos de Namjoon de su rostro.

—Yo no tengo problemas...

—Oh, tienes varios, cariño. Pero tienes suerte de que soy jodidamente paciente y me gustas demasiado como para arriesgarme y decirte que te quiero —soltaba Namjoon, la lluvia no cesaba y se veía hermoso todo mojado y enojado confesando sus sentimientos, parecía irreal para el menor.

— Tú no puedes quererme —decía Jungkook—. Soy inmaduro, frío e insoportable —añadía sorprendido.

Namjoon reía—. Sí, lo eres. Todo eso, pero te quiero igual... Te quiero cuando bajas la guardia y me dejas besarte. Abrazarte y acariciarte. Te gusta y no lo buscas, pero cuando lo hago, te dejas. Me gusta cuando duermes haciendo un puchero y te ve frágil, hermoso y no todo tosco e inalcanzable. Me gustas con tus defectos que son más lo que te esfuerzas en mostrar, pero tus virtudes son preciosas. Las he visto cuando menos lo esperabas, te he visto. Y me gusta, te quiero carajo y estoy cagandome de frío debajo de la lluvia confesando esto porque estás tan negado a todo que saliste corriendo en dirección a la calle, en vez de volver al maldito departamento y te quiero besar de nuevo porque te ves hermoso mojado, perdido y has llorado y no lo soporto. Estoy cansado y necesito que simplemente me digas si querés estar conmigo o n-...

El peliceniza no terminaba de decir aquello porque un Jungkook mojado, hermoso y finalmente temerario, se colgaba de él con brazos y piernas y lo besaba en medio de la lluvia con una pasión desbordante que había sentido más de una vez en sus encuentros juntos. Ese Jungkook que apenas se dejaba ver en la intimidad, estaba ahora colgado de él como si fuera un koala, besándolo como si fuera que no se hubieran besado en años y él simplemente lo sostenía, respondiendo al beso con las mismas ganas.

No estaba seguro como comenzó a crecer el amor dentro de su pecho por ese chico tan tsundere, pero sabía que lo quería con él. Quería a Jungkook y estaba listo para ese reto porque ahora, cargandolo en sus brazos y respondiendo a su beso apasionado, no se había equivocado con respecto a que Jungkook era un hombre totalmente diferente con él y le gustaba, le gustaba demasiado como para no intentarlo.

La lengua de Jungkook era suave, pero sus labios y dientes eran feroces y seguros. Cuando el beso apasionado iba ralentizandose y Jungkook lo soltaba mordiendo su labio inferior, porque le encantaba morderlo. Lo hacía otra vez antes de alejarse y mirarlo con la mirada más pura y vulnerable que había tenido más de una vez con él.

—Si me rompes el corazón, te romperé la cara —decía Jungkook.

—Lo mismo digo —decía Namjoon con una sonrisa que dejaba ver esos hoyuelos que a Jungkook le gustaban demasiado—. Pero espero que no tengamos que llegar a eso.

Jungkook sonreía, finalmente lo hacía después de una semana horrible y esa sonrisa era la que volvía loco a Namjoon.

—Si le dices a TaeHyung que te besé como si fuera Rachel McAdams en "Diario de una Pasión" no vas a tener mi culo esta noche —añadía, saltando fuera de los brazos de Namjoon.

El mayor reía y cerraba un cierre imaginario en sus labios, extendía su mano y finalmente Jungkook la tomaba, para volver a subir al apartamento de los Kim.

Cuando entraban, SeokJin les arrojaba dos pares de toallas a cada uno y los miraba con un rostro aburrido.

—Podrían haber oficializado debajo del techo ¿No creen? —sus brazos cruzados y su cabeza negando ante la situación.

—Fue mi culpa, Hyung —exclamaba Jungkook, secándose el cabello, un poco avergonzado.

TaeHyung venía de la habitación con un cachorro pomerania en sus brazos, Jungkook abría sus ojos enormemente igual que Namjoon—. Que vergüenza. Tuvimos que retrasar la presentación de nuestro hijo por culpa de ustedes ¿Ya son novios o qué?

— ¿Adoptaron un cachorro? —soltaba Namjoon sorprendido—. ¿Cómo lograste que SeokJin aceptará?

TaeHyung sonreía orgulloso mientras Jungkook se acercaba a ver al cachorro.

— ¿Cómo crees que lo logré? —añadía el azabache—. Mira Yeontan, este es tu tío Jungkook a quien le vamos a dar un cambio de ropa, porque alucinó ser Rachel McAdams con tu tío Namjoon en medio de la calle y bajo la lluvia.

— ¿Cómo cara-...? —Jungkook arrojaba la toalla al suelo listo para correr a TaeHyung.

— ¡Te vi por la ventana que da a la calle, estúpido! —decía TaeHyung corriendo para que Jungkook no lo atrapara.

— ¡Cuidado! Jungkook no te atrevas a golpear a Tae-... —un gemido ronco y con una risa entremedio venía de TaeHyung, SeokJin suspiraba—. Bueno...

— ¡Amor!

—Te dije que no te burlaras de él —añadía SeokJin riendo, luego miraba a Namjoon quien reía a su lado y ponía un brazo alrededor de sus hombros—. Si le rompes el corazón...

—Me rompes la cara —añadía Namjoon asintiendo.

—Exacto, ahora vamos a buscarte una muda de ropa seca. Estás mojando todo mi piso y voy a matarte por eso.

Namjoon reía y se dejaba llevar por SeokJin para el cambio de ropa seca, en el camino encontraba a Jungkook queriendo golpear a un TaeHyung que sostenía al pequeño Yeontan frente a él, ladrando. Era una escena extrañamente caótica.

—Bien, ya... Tú ven conmigo —exclamaba SeokJin, tirando de TaeHyung y besando sus labios suavemente mientras tomaba a Yeontan y lo calmaba—. Ustedes, cambio y fuera. La cena ya fue recalentada, mi cama no está hecha para cochinadas ajenas a las nuestras, tienen cinco minutos.

Cuando salía TaeHyung giraba, SeokJin lo llevaba de la cintura y no lo soltaba, pero añadía un "Cinco minutos" en dirección a la nueva pareja otra vez y recibía un almohadonazo de parte de Jungkook que aterrizaba en la puerta cerrada con rapidez.

Jungkook suspiraba y se quitaba la prenda superior, Namjoon lo miraba en silencio, recorriendo ese cuerpo con sus ojos mientras también se quitaba la prenda superior y luego le seguía toda la ropa de abajo para que Jungkook quedará totalmente desnudo.

— ¿Qué? —añadia el menor con una sonrisa ladina, secando lo que restaba de su cuerpo y colocándose primero el pantalón de chandal.

—No quiero un par de tetas —añadia Namjoon—. Te quiero a ti desnudo después de esta cena. En tu apartamento o el mío, me da igual —añadía acortando la distancia y tomando a Jungkook de la pequeña cintura de la que era dueño, el menor se dejaba con una sonrisa preciosa en su rostro—. Mi pequeño cretino encantador —decía en los labios de Jungkook y besando allí.

Un roce de lenguas juntos y una caricia intensa de sus labios húmedos.

—Te faltó "egoísta" —añadia Jungkook, con sus brazos alrededor del cuello de Namjoon.

—Nah, conmigo nunca fuiste egoísta en la cama.

—No volveré a ser un cretino tampoco —decía Jungkook con seriedad.

—Tranquilo, un par de castigos por esa actitud irreverente y sé que ya no lo serás —añadia mordiendo los labios del chico.

Jungkook reía y se fundía en esos besos que lo intoxicaban y lo dejaban estúpido. Deshuesado y anhelante por más. Era una locura, pero una locura que no quería soltar. Namjoon lo quería, así tal cual como él era, lo quería. Y se lo había demostrado en cada toque, caricia y beso que habían compartido en ese tiempo.

—También te quiero... Desde que tengo quince. Idiota —añadía Jungkook.

Y Namjoon lo besaba aún más profundo que antes—. Voy a recuperar esos años perdidos. Eso te lo aseguro.

Fin.

Tsundere es un término japonés utilizado para describir a una persona cuyo comportamiento inicial es frío, reservado e incluso hostil, pero que gradualmente se transforma en alguien cálido, sensible y amigable.

La única imagen decente que la IA hizo para mí del Namkook😐

Cuando salió Golden y escuché completa Yes or No (canción que ya había elegido como fav antes de nada) dije ¿Por qué no? Va perfecto con el final de HagSeub.

Bilogía Seong-Hagja terminada.

Primer Namkook finalizado, espero les haya gustado. Perdón la espera.

Con amor niñita Nanykoo 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro