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NOVIEMBRE 17, 2015

DOS DÍAS PARA EL CONCIERTO

L O V E Y

—Hasta el próximo año —repetí por quinta vez intentando no poner los ojos en blanco.

La chica frente al mostrador seguía parada allí, pensando qué más preguntar para molestarme hasta que por fin otra idea pasó por su mente.

— ¿Y Lady Midnight?

—También —gruñí.

— ¿También qué?

Ni siquiera sabía si se estaba haciendo la tonta o en serio no entendía.

Tamborileé los dedos en el mostrador y luego choqué mi palma contra él.

—Oh, Dios mío, ¡Adam, ven a atender a la chica! —Grité cubriendo mi rostro con las manos, alejándome un poco.

Adam pareció tener un mejor temperamento que yo los primeros cinco minutos aunque luego de eso, su cara de desesperación y nudillos blancos gracias a la presión que ejercía en éstos era lo mejor.

De algún modo terminé —otra vez— atendiendo a aquella chica junto con Adam y al ver a Lauren entrar a la biblioteca, casi por pura sincronía, mi amigo y yo gritamos: — ¡Lauren, ven a atender a la chica!

Lauren pegó un salto por el susto provocando que yo riera.

La chica ajena a la situación, me miró y volvió a preguntar: — ¿Qué hay de Orgullo y Prejuicio? ¿Ese cuándo sale?

Apreté los dientes y choqué mi frente contra el hombro de Adam, dando pequeños golpes.

—Ese ya salió —comenté intentando responder de la mejor manera posible.

— ¿En serio? —Preguntó asombrada—, bueno, ese no lo quiero de todas formas.

— ¿Qué sucede? —Lauren se detuvo a un lado de mí.

Sonreí socarronamente y abracé a mi jefa.

—Te toca atenderla, nosotros...

—Simplemente no —finalizó Adam mi oración.

Lauren miró a Adam y luego dirigió su vista a mí y así sucesivamente.

—Ay, qué lindo. Ahora terminan las oraciones del otro —dijo con voz chillona—, pronto estarán casándose.

— ¿Qué diablos está mal contigo?

El zumbido de mi celular llamó más mi atención que la respuesta de Lauren en ese momento.

Avery:

Ya van dos horas y no llegan

Rodé los ojos evitando escuchar la conversación que mi jefa tenía con el cliente.

Yo:

Yi vin dis hiris y ni lligin

Avery:

Mira

Avery:

Que no hayas podido venir con nosotras no significa que tengas que molestar

Avery:

Honestamente, me siento muy atacada.

— ¿Qué tal el nuevo de Harry Potter?

—Lo siento, señorita. Todos los que me está diciendo serán lanzados el próximo año, ¿qué tal si regresa en esas fechas?

—Uh, tienen cómics.

Lancé mi cabeza hacia atrás, rogando a Dios que algo magnífico pasara e hiciera que la chica se marchara de una vez.

Lo que fuera.

Un terremoto, extraterrestres, no importaba.

—Ya es hora de cerrar, tiene que retirarse —anunció Lauren corriendo detrás de la chica.

—Pero si faltan dos h...

Le di un codazo a Adam en su estómago haciendo que una extraña arcada se apoderara de él.

—Cállate.

—Pero si cierran a las ocho, a penas son las seis —la chica hizo un puchero observando los cómics.

—Sí... Tenemos que hacer algo importante.

— ¿Ah, sí? ¿El qué?

Podía ver a todas las mini Lauren trabajando en una excusa que al parecer no llegaba ni llegaría en un buen rato. Lauren no era buena algunas veces pensando bajo presión.

—Porque vamos a ir al aeropuerto.

— ¿Al aeropuerto?

—Sí. Nosotros... eh... ah sí, nosotros tenemos que recoger unos libros a las seis con treinta.

— ¿No llegan por paquetería?

—Esta vez no —respondió Lauren cabizbaja, como si en serio tuviéramos que hacer eso.

Terminamos sacando a rastras a la chica de allí y, cuando vimos que se quedó de pie frente a la librería, mis nervios aumentaron.

¿Qué estaba mal con ella?

—Mmm, ¿por qué sigues ahí parada?

—Oh —dijo ella—, estoy esperando a que cierren y se vayan, ya saben.

— ¿Y eso por qué?

—No lo sé.

Miré a Lauren, ella miró a Adam y Adam me miró a mí.

No sabíamos qué hacer.

—Pues creo que tenemos que ir en tu coche, Lauren —sugirió Adam con una sonrisa torcida.

— ¿Por qué en mi coche, Adam?

—Porque Lovey chocó el de su hermana y el mío lo tiene Avery.

—O los puedo llevar yo —opinó la chica aún de pie ahí.

—A mi coche —se apresuró a decir Lauren mientras caminaba alejándose de la chica y nosotros le seguimos el paso.

Los pasos de la chica extraña y desesperante resonaban en mis tímpanos.

—Nos está siguiendo, ¿y si es una asesina serial? —Dije apresurando nuestro andar.

—Fue un gusto conocerlas, entonces —murmuró Adam.

—Creo que están exagerando —la voz de Lauren sonaba distante ya que ni siquiera se giró a vernos, ella seguía caminando a su coche, el cual parecía estar más lejos que cerca de nosotros—, ella no...

— ¡Oigan!

Los tres pegamos un grito, yo volteé hacia atrás porque juraba que la chica psicópata estaba detrás y Adam buscó refugio ocultándose con mi espalda.

Puse los ojos en blanco.

—Mi héroe —susurré con ironía.

—Pe-pero... pero tú estabas... y nosotros estábamos...

—Tengo que ir al aeropuerto.

— ¿En serio? —Pronuncié con voz chillona— No me digas.

— ¿Qué les parece si los sigo?

(...)

— ¿Cómo terminamos aquí?

—Debimos haber llamado al 911 cuando pudimos —se quejó Adam viendo el estacionamiento del aeropuerto.

— ¿Por qué el aeropuerto, Lovey?

Lauren me miró por el retrovisor.

—Bueno eh... hoy llegan los chicos a San Francisco y fue lo primero que se me ocurrió.

—En realidad es una gran idea, hay mucha gente —dijo Adam ahora viendo por la ventanilla el auto de la chica loca—. Podemos perderla.

—Ajá, ¿cómo?

—Yendo hacia donde están todas, por supuesto. Según Avery hay mucha gente y los chicos todavía no llegan, cuando lleguen el Infierno va a desatarse.

—No estamos en Latinoamérica, Lov —me regañó Lauren.

— ¿Y eso qué?

Para nuestra desgracia, encontramos dos lugares libres a la par del otro y la chica se estacionó a nuestro lado.

Los tres nos desabrochamos el cinturón de seguridad y yo tecleé en mi celular un mensaje.

Yo:

si muero, lleva a alicia al concierto del diecinueve.

Avery:

¿de qué hablas?

—De acuerdo —inició Lauren viendo su reloj—, faltan dos minutos para las seis y media, tendremos que correr. Fue un gusto, ojalá regreses pronto a la librería.

—O no, como quieras —habló Adam.

—Adiós —dije y los tres nos giramos para correr lejos de ella.

— ¡Esperen! —dijo y empezó a correr también.

No pudimos perderla de vista desde el tramo que corrimos y al estar dentro del aeropuerto nos desesperamos todavía más.

—Ahí viene —informó Lauren mientras Adam y yo buscábamos por todos lados a la bola de chicas esperando a 5 Seconds of Summer.

— ¡Por allá! —Grité señalando al grupo de fans que alcanzaba a ver.

En realidad estaban muy lejos.

— ¡Ya entró, corran!

Y corrimos como alma que lleva el diablo hacia donde señalé. Justo en ese momento, otra vibración de mi móvil hizo que lo desbloqueara.

— ¡No es momento para esa mierda, Baker! —Regañó Lauren.

— ¡Es Avery! ¡Los chicos ya llegaron! —Les informé y observamos a las fans alborotarse un poco— Aguarden.

Mientras seguíamos corriendo, analicé más a fondo la situación y una emoción inmensa me llenó completamente.

— ¡Ya llegaron! ¡Ya están aquí, en nuestra ciudad, está malditamente pasando!

Paramos de correr cuando al fin llegamos al lugar donde estaban todas las fans gritonas y emocionadas porque 5 Seconds of Summer estaba en San Francisco.

Nos recibieron empujones y unos cuantos pisotones pero nada de eso importó al ver a Ashton Irwin saliendo de una puerta.

— ¡Ay, Dios mío! —Grité.

— ¡Lovey!

— ¡Soy fangirl, Lauren, es mi naturaleza! —Rechisté saltando un poco para ver al chico.

Como era de esperarse, nosotros estábamos hasta atrás porque bueno, no habíamos previsto que terminaríamos aquí después de todo. Pensé que mi corazón se salía, la adrenalina corría por mi cuerpo y las ganas de llorar se hicieron presentes.

—Oye —llamó mi atención Lauren, tomando mi brazo—, ¿qué no es ese tipo por el que te tiñes?

Mis ojos miraron a donde Lauren señalaba y ante ellos un Michael Clifford en vivo y a todo color se hizo presente.

Una gran sonrisa estaba dibujada en su rostro, maleta en mano, una playera de Iron Maden y pantalones negros rasgados era lo que decidió ponerse este día.

—Gracias Dios por tanto perdón por tan poco—murmuré aún mirando a Michael.

—Vaya —escuché decir a Adam—, nunca te vi en momentos de fangirl.

— ¡Michael! —Chillé intentando saltar más alto.

—Uh, el pelinegro es lindo.

— ¡Calum! —Y en eso salió el único que faltaba—, ¡Luke! ¡Oh por Dios, no puede ser! Es mucho para mí. Es mucho, demasiado, demasiado para mí.

De repente una mano me agarró del pie haciendo que me sobresaltara y mirara para abajo.

Adam estaba hincado.

— ¿Qué haces? ¡No es momento para pedir matrimonio, levántate estúpido!

—En primer lugar, para pedirte matrimonio deberíamos de ser novios y mayores de veinte años y en segundo, sube.

— ¿Qué?

—Que subas a mis hombros, joder. Eres muy bajita y no vas a verlos nunca si sigues intentando saltar más alto.

Ni siquiera lo pensé dos segundos, corrí detrás de él y con la ayuda de Lauren me subí en sus hombros. Sentía mi corazón latiendo más rápido de lo que alguna vez latió, ¿clases de Educación Física para alterar el ritmo cardiaco? Nah, por favor. A mí tráiganme a mi banda favorita.

— ¡Ashton! —Grité cuando Adam pudo pararse con éxito—, ¡ustedes estúpidos australianos! ¡Oigan! ¡Luuuuuuuke!

— ¿Cuál es el propósito de insultarlos?

—En realidad no lo sé, Lauren —le respondió Adam.

— ¡Calum, ay por Dios, eres más guapo en persona! —Desde donde estaba se me facilitaba mil veces verlos a cada uno—, ¡Michael!

Comencé a mover los brazos como loca intentando que alguno volteara a verme, más específicamente, que Michael volteara a verme.

— ¡Michael Clifford! ¡Gatitooooo!

—Lovey, deja de mover tus brazos, vas a hacer que caiga —me regañó Adam y, sin embargo, no le hice caso.

— ¡No me iré hasta que me veas, Clifford! ¡Oye, Michael!

Y entonces todo pasó muy rápido.

Michael Clifford había volteado a verme, y no solamente él sino Luke, Calum y Ashton mientras Adam decidió que era buen momento para caerse y darnos de bruces contra el suelo.

—Maldita sea, Adam, ¿¡para eso vas al gimnasio!?

—Te dije que dejaras de moverte. Ahora deja de gritar y quítate de encima.

Rodé sobre mí misma quedándome ahí, intentando recuperar la respiración y recapacitando todo lo que pasó hace un minuto atrás.

Los chicos me vieron, estoy segura.

Y no solo eso; puedo jurar que Michael había sonreído al verme.

Sí. Lo hizo.

Michael Clifford sonrió al verme.

M I C H A E L

— ¿Cuánto falta? —Pregunté con el rostro pegado a la ventanilla.

—Por milésima vez, Michael, faltan cinco minutos.

Estar a punto de aterrizar en San Francisco me emocionaba más de lo que esperaba porque estaba un paso más cerca a tener la oportunidad de decirle a Lovey que lo logró.

Que logró llamar mi atención y que dejara de intentarlo porque lo logró hace unos meses atrás.

Incluso si ya no se teñía el pelo, no importaba.

—Michael está emocionado —canturreó Calum sonriendo.

—Todos están emocionados, a mí no me engañan —les dije despegándome de la ventana.

—Tienes razón, lo estamos —Luke sonrió.

Como Ashton dijo, en cinco minutos el avión estaba sobre la pista del aeropuerto haciendo su recorrido mientras frenaba poco a poco.

—Tengo sueño —dijo Calum en medio de un bostezo.

—Yo hambre. ¿Creen que podamos ir a un restaurante? —Pregunté poniéndome de pie.

—Acabas de comer —me regañó Luke parándose a mi lado.

—Si... La comida de primera clase no es tan buena —murmuré.

Ashton se rió.

—Tienes razón —me dijo cediendo el paso a una anciana.

Tal vez no teníamos jet privado pero sí boletos de primera clase.

Igual nunca me había gustado primera clase y no pregunten por qué.

—Oh, jet lag —se quejó Calum sentándose otra vez.

— ¿Bromeas? Acabamos de llegar —le dijo Luke pegándole en la nuca.

—Auch, duele —Calum le dio un manotazo a Luke—. Tienes razón, no tengo jet lag, aunque en cualquier momento llegará. Solo quería que me pasaras la maleta.

— ¿Hablas de tu bolsa de mano?

Ashton y yo nos reímos por la cara que hizo Calum ante el comentario de Luke, se levantó del asiento apretando la mandíbula y abrió la portezuela donde estaba su maleta.

No es bolsa de mano —remarcó Calum poniéndosela en el hombro.

—Claro, lo que sea que digas, campeón —se burló Luke empezando a caminar fuera del avión.

Caminamos por la pista en silencio.

—El avión de Arz llega en una hora —informó Luke.

Frené mi andar casi al mismo tiempo que Ashton y Calum y luego los tres giramos a ver al rubio. Enarqué una ceja, Ashton se cruzó de brazos y Calum puso los brazos en jarra; troné la lengua volviendo a mirar mi celular.

—Como que no me importa —le dije a Luke volviendo a caminar.

—Sí... a mí tampoco.

—Lo que ellos dijeron —escuché decir a Calum.

Luke bufó caminando de nuevo. Ahora lo que frenó nuestro andar fue que desde donde estábamos podíamos alcanzar a ver perfectamente a las fans que nos estaban esperando dentro del aeropuerto.

Ashton suspiró.

— ¿El equipo ya llegó, cierto?

— ¿Con equipo te refieres a los guardaespaldas? Porque si es así, sí, ya llegaron —respondió Luke a la pregunta de Calum.

Calum pobló su frente de arrugas: — ¿Y si no me refería a los guardaespaldas?

Luke se lo pensó, incluso miró a un punto nulo por el horizonte.

—Pues también llegaron los demás.

—Eres muy idiota —respondió Calum volviendo a caminar.

Ashton se rió disponiéndose a abrir la puerta de entrada sumiéndose en el escándalo y desapareciendo de la pista.

—Mmm, ¿quién sigue? —Preguntó Calum.

— ¿Piedra, papel o tijera? —Sugerí.

—Eso es muy infantil.

Volví a mirar a Luke enarcando una ceja y me burlé de él: —Sí. Yo. Infantil. Já, claro.

—Entra ya, Michael.

—De acuerdo.

Sujeté bien la mochila que traía colgada en los hombros y apreté la mano alrededor de la otra maleta, cogí la puerta y la empujé para abrirla.

Los gritos emocionados de las fans de San Francisco inundaron mis oídos. Busqué a Ashton con la mirada y lo encontré tomándose fotos con varias fans así que me dispuse a hacer lo mismo.

Segundos después, Calum y Luke entraban también.

—Ay, ¡Luke, voltea!

— ¡Mike! ¡Calum! ¡Respiro por ustedes!

Calum se burló por el comentario que escuchamos de alguna chica.

Mientras nos tomábamos fotos e intentábamos charlar con las fans, inconscientemente mi mirada escaneaba el lugar intentando encontrar a Lovey alias chica arcoíris sin éxito alguno.

Luuuuuuke, eres precioso.

—Mhm —dije sarcásticamente haciendo que Luke me mirara mal.

Un grito de entre toda la multitud llamó mi atención segundos más tarde.

— ¡Ashton! ¡Ustedes estúpidos australianos!

Fruncí el ceño.

Me gustaba la clase de amor que las fans nos tenían.

— ¿Nos acaban de llamar estúpidos? —Cuestionó Calum mientras se agachaba a tomar otra selfie.

— ¿Y no lo son? —Jugó la fan con Calum haciéndolo reír—, ay, que linda risa.

La misma voz volvió a llamar mi atención y ahora la de Luke, también.

— ¡Oigan! ¡Luuuuuuuke!

—Te hablan —molesté a Luke quien ahora buscaba a la chica dueña de aquella voz.

— ¡Michael Clifford! ¡Gatitooooo!

Al oír mi nombre, también empecé a buscar a la fan hasta que miré a la parte de atrás.

En el fondo, un chico cargaba en los hombros a una chica que movía los brazos para que la viéramos.

Esa chica era Lovey.

— ¡No me iré hasta que me veas, Clifford! ¡Oye, Michael!

—La encontramos —canturreó Ashton mirando donde estaba Lovey.

Sonreí y después los cuatro reímos al ver que gracias al alboroto provocado por Lovey, el chico que la cargaba cayó al suelo con ella encima.

—La encontramos —repetí para mí mismo aguantando la risa.

Solo es cuestión de dos días, Chica Arcoíris.

themeHA

n/a: ¡michael y lovey! ¡estamos tan increíblemente cerca que quiero gritar!

¿qué les pareció el capítulo? ¿la loca de la librería? ah

espero que en el capítulo anterior hayan notado que la lista que hicieron con los colores de cabello son de hecho los colores que usé en algunos capítulos en orden porque the end is coming y quería hacer referencia a algo que ya haya escrito (también hablé de teacher gggg)

estoy corrigiendo todos los capítulos bc hay incoherencias en algunos y esas cosas, por si querían saber lol.

comenten qué les pareció y voten.

nos leemos pronto, cinnamon apples.

middleofnow xx.

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